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El libro de Urantia

Edición1999

PRÓLOGO



VI. ENERGÍA Y ARQUETIPO

9:3  0:6.1 Llamamos personal a todo lo que responde al circuito de personalidad del Padre. Llamamos espíritu a todo lo que responde al circuito espiritual del Hijo. Llamamos mente, mente como un atributo del Espíritu Infinito —la mente en todas sus fases— a todo lo que responde al circuito mental del Actor Conjunto. Llamamos materia —energía-materia en todos sus estados metamórficos— a todo lo que responde al circuito de gravedad material centrado en el bajo Paraíso.

9:4  0:6.2 ENERGÍA es un término que lo incluye todo, y que lo utilizamos para aplicarlo a los reinos espirituales, mentales y materiales. Fuerza lo utilizamos también en términos generales. Poder se limita generalmente a designar el nivel electrónico de la materia, es decir, la materia sensible a la gravedad lineal en el gran universo. Poder también se emplea para designar la soberanía. No podemos adoptar vuestras definiciones generalmente aceptadas para la fuerza, la energía y el poder. Vuestro lenguaje es tan escaso que tenemos que asignar múltiples significados a estas palabras.

9:5  0:6.3 Energía física es un término que indica todas las fases y formas del movimiento, la acción y el potencial que se manifiestan en el mundo de los fenómenos.
9:6  0:6.4 Al hablar de las manifestaciones de la energía física, utilizamos en general los términos de fuerza cósmica, energía emergente y poder del universo. A menudo se emplean de la manera siguiente:

9:7  0:6.5 1. La fuerza cósmica abarca todas las energías derivadas del Absoluto Incalificado pero que aún no responden a la gravedad del Paraíso.
9:8  0:6.6 2. La energía emergente abarca aquellas energías que son sensibles a la gravedad del Paraíso, pero que aún no responden a la gravedad local o lineal. Es el nivel pre-electrónico de la energía-materia.
9:9  0:6.7 3. El poder del universo incluye todas las formas de energía que son directamente sensibles a la gravedad lineal, aunque todavía responden a la gravedad del Paraíso. Es el nivel electrónico de la energía-materia y de todas sus evoluciones posteriores.

9:10  0:6.8 La mente es un fenómeno que implica la presencia y la actividad de un ministerio viviente además de diversos sistemas de energía, y esto es cierto a todos los niveles de la inteligencia. En la personalidad, la mente siempre media entre el espíritu y la materia; por consiguiente, el universo está iluminado por tres tipos de luz: la luz material, la perspicacia intelectual y la luminosidad espiritual.
10:1  0:6.9 La luz —la luminosidad espiritual— es un símbolo verbal, una figura retórica, que implica la manifestación característica de la personalidad de las diversas clases de seres espirituales. Esta emanación luminosa no está relacionada de ninguna manera con el discernimiento intelectual ni con las manifestaciones de la luz física.

10:2  0:6.10 UN ARQUETIPO puede ser proyectado con un aspecto material, espiritual o mental, o como cualquier combinación de estas energías. Puede impregnar las personalidades, las identidades, las entidades o la materia no viviente. Pero un arquetipo es un arquetipo y permanece siendo un arquetipo; sólo las copias se multiplican.
10:3  0:6.11 El arquetipo puede dar forma a la energía, pero no la controla. La gravedad es la única que controla la energía-materia. Ni el espacio ni el arquetipo responden a la gravedad, pero no existe ninguna relación entre el espacio y el arquetipo; el espacio no es un arquetipo ni un arquetipo potencial. El arquetipo es una configuración de la realidad que ya ha pagado todo su débito a la gravedad; la realidad de cualquier arquetipo radica en sus energías, en sus componentes mentales, espirituales o materiales.
10:4  0:6.12 En contraposición con el aspecto de lo total, el arquetipo revela el aspecto individual de la energía y de la personalidad. Las formas de la personalidad o de la identidad son arquetipos resultantes de la energía (física, espiritual o mental), pero no son inherentes a ella. Esa cualidad de la energía o de la personalidad que posibilita la aparición de un arquetipo puede atribuirse a Dios —a la Deidad—, a la dotación de fuerza del Paraíso, a la coexistencia de la personalidad y del poder.
10:5  0:6.13 El arquetipo es un diseño maestro a partir del cual se realizan las copias. El Paraíso Eterno es el absoluto de los arquetipos; el Hijo Eterno es el arquetipo de la personalidad; el Padre Universal es el origen-ascendiente directo de los dos. Pero el Paraíso no confiere arquetipos y el Hijo no puede otorgar la personalidad.

 


 

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