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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 3

Los ATRIBUTOS DE DIOS

 

5. EL GOBIERNO SUPREMO DEL PADRE

50:6  3:5.1 En su contacto con las creaciones posteriores a Havona, el Padre Universal no ejerce su poder infinito y su autoridad final por transmisión directa, sino más bien a través de sus Hijos y de las personalidades subordinadas a éstos. Dios hace todo ésto por su propia voluntad libre. Si fuera necesario, y si la mente divina lo escogiera así, cualquier poder delegado podría ejercerlo directamente. Pero generalmente tales cosas no suceden, a menos que la personalidad delegada no haya logrado colmar la confianza divina. En esos momentos, ante tales negligencias y dentro de los límites que se reserva el poder y el potencial divinos, el Padre actúa de hecho por su cuenta y de acuerdo con los mandatos de su propia elección. Y en esta elección siempre manifiesta una perfección infalible y una sabiduría infinita.
51:1  3:5.2 El Padre gobierna a través de sus Hijos. En la escala descendente de la organización universal existe una cadena ininterrumpida de gobernantes que finaliza en los Príncipes Planetarios, los cuales dirigen los destinos de las esferas evolutivas de los inmensos dominios del Padre. Las frases siguientes no son exclusivamente poéticas: "La tierra pertenece al Señor en toda su plenitud." "Destrona a los reyes y eleva a los reyes." "Los Altísimos gobiernan en los reinos de los hombres."
51:2  3:5.3 La vía del Padre Universal quizás no siempre predomine en el corazón de los hombres, pero el plan divino prevalece en la conducta y en el destino de un planeta. El designio eterno de sabiduría y de amor es el que triunfa.
51:3  3:5.4 Jesús dijo: "Mi Padre, que me los ha dado, es el más grande de todos, y nadie puede arrebatarlos de la mano de mi Padre." Cuando echáis una ojeada a las múltiples obras de Dios y contempláis la asombrosa inmensidad de su creación casi ilimitada, puede ser que vuestro concepto de su primacía sea vacilante, pero deberíais aceptar a Dios como entronizado a perpetuidad y con seguridad en el centro paradisiaco de todas las cosas, y como Padre benéfico de todos los seres inteligentes. No hay más que "un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todo y en todo". "Existe antes que todas las cosas, y todas las cosas consisten en él."

51:4  3:5.5 Las incertidumbres de la vida y las vicisitudes de la existencia no contradicen de ninguna manera el concepto de la soberanía universal de Dios. La vida de cualquier criatura evolutiva tiene que enfrentarse con ciertas inevitabilidades. Examinad las siguientes:

51:5  3:5.61. La valentía —la fuerza de carácter— ¿es deseable? Entonces el hombre debe educarse en un ambiente que le obligue a luchar contra las dificultades y a reaccionar ante las desilusiones.
51:6  3:5.7 2. El altruísmo —el servicio del prójimo— ¿es deseable? Entonces la experiencia de la vida debe proporcionar situaciones donde se encuentre la desigualdad social.
51:7  3:5.8 3. La esperanza —la grandeza de la confianza— ¿es deseable? Entonces la existencia humana debe enfrentarse contínuamente con inseguridades e incertidumbres recurrentes.
51:8  3:5.9 4. La fe —la afirmación suprema del pensamiento humano— ¿es deseable? Entonces la mente del hombre ha de encontrarse en esa situación embarazosa en la que siempre sabe menos de lo que puede creer.
51:9  3:5.10 5. El amor de la verdad —y la disposición a seguirla allá donde conduzca— ¿es deseable? Entonces el hombre debe crecer en un mundo donde el error esté presente y la falsedad sea siempre posible.
51:1  3:5.11 6. El idealismo —el concepto emergente de lo divino— ¿es deseable? Entonces el hombre debe luchar en un ambiente de bondad y de belleza relativas, en un entorno que estimule la tendencia incontenible hacia cosas mejores.
51:1  3:5.12 7. La lealtad —la devoción al deber superior— ¿es deseable? Entonces es preciso que el hombre camine entre las posibilidades de traición y deserción. El valor de la devoción al deber consiste en el peligro implícito de no cumplirlo.
51:1  3:5.13 8. El desinterés —la disposición a olvidarse de sí mismo— ¿es deseable? Entonces el hombre mortal debe vivir frente a los clamores interminables de un ego ineludible, que exige reconocimientos y honores. El hombre no podría escoger dinámicamente la vida divina si no tuviera que renunciar a una vida del yo. El hombre nunca podría aferrarse a la rectitud para salvarse, si no existiera el mal potencial que exalte y diferencie el bien por contraste.
51:1  3:5.14 9. El placer —la satisfacción de la felicidad— ¿es deseable? Entonces el hombre debe vivir en un mundo donde la alternativa del dolor y la probabilidad del sufrimiento son posibilidades experienciales siempre presentes.

52:1  3:5.15 En todo el universo, cada unidad está considerada como una parte del todo. La supervivencia de la parte depende de su cooperación con el plan y la intención del todo, del deseo sincero y de la disposición perfecta para hacer la divina voluntad del Padre. Si existiera un mundo evolutivo sin errores (sin posibilidad de juicios imprudentes), sería un mundo sin inteligencia libre. En el universo de Havona hay mil millones de mundos perfectos con sus habitantes perfectos, pero es preciso que el hombre en evolución sea falible si ha de ser libre. Es imposible que una inteligencia libre e inexperimentada sea uniformemente sabia a priori. La posibilidad del juicio erróneo (el mal) sólo se vuelve pecado cuando la voluntad humana apoya conscientemente, y adopta a sabiendas, un juicio inmoral premeditado.
52:2  3:5.16 La apreciación completa de la verdad, de la belleza y de la bondad es inherente a la perfección del universo divino. Los habitantes de los mundos de Havona no necesitan el potencial de los niveles de valor relativo para estimular sus elecciones. Estos seres perfectos son capaces de identificar y elegir el bien sin que exista una situación moral que sirva de contraste y obligue a pensar. Pero todos estos seres perfectos poseen esa naturaleza moral y ese estado espiritual por el sólo hecho de existir. Sólo han avanzado experiencialmente en el interior de su estado innato, mientras que el hombre mortal consigue incluso su estado de candidato ascendente a través de su propia fe y esperanza. Todas las cosas divinas que la mente humana llega a comprender, y que el alma humana puede obtener, son adquisiciones experienciales; son realidades de la experiencia personal y por lo tanto posesiones únicas, en contraste con la bondad y la rectitud innatas de las personalidades infalibles de Havona.

52:3  3:5.17 Las criaturas de Havona son valientes de manera natural, pero no valerosas en el sentido humano. Han nacido amables y consideradas, pero no exactamente altruistas a la manera humana. Esperan un futuro agradable, pero no están llenas de la esperanza exquisita que tienen los mortales confiados de las esferas evolutivas inseguras. Tienen fe en la estabilidad del universo, pero desconocen por completo la fe salvadora que eleva al hombre mortal desde el estado de animal hasta las puertas del Paraíso. Aman la verdad, pero no saben nada de sus cualidades que salvan el alma. Son idealistas, pero han nacido así; ignoran por completo el éxtasis de llegar a serlo mediante elecciones entusiastas. Son leales, pero nunca han experimentado la viva emoción que produce la devoción sincera e inteligente al deber, frente a la tentación de incumplirlo. Son desinteresadas, pero nunca han alcanzado este nivel experiencial mediante la magnífica victoria sobre un ego belicoso. Disfrutan del placer, pero no comprenden lo dulce que es el placer de escapar a la posibilidad del dolor.

 

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