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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 116

EL TODOPODEROSO SUPREMO

 

3. EL TODOPODEROSO Y LA DEIDAD DEL PARAÍSO

1270:12  116:3.1 Las Deidades del Paraíso no se limitan a actuar directamente en todo el gran universo por medio de sus circuitos de gravedad; funcionan igualmente a través de sus diversos representantes y de otras manifestaciones tales como:

1270:13  116:3.2 1. Las focalizaciones mentales de la Fuente-Centro Tercera. Los ámbitos finitos de la energía y del espíritu se mantienen literalmente reunidos gracias a las presencias mentales del Actor Conjunto. Esto es así desde el Espíritu Creativo de un universo local, pasando por los Espíritus Reflectivos de un superuniverso, hasta los Espíritus Maestros del gran universo. Los circuitos mentales que emanan de estos diversos centros de inteligencia representan el marco cósmico donde las criaturas efectúan sus elecciones. La mente es esa realidad flexible que las criaturas y los Creadores pueden manejar tan cómodamente; es el enlace vital que conecta la materia y el espíritu. La donación mental de la Fuente-Centro Tercera unifica la persona espiritual de Dios Supremo con el poder experiencial del Todopoderoso evolutivo.

1271:1  116:3.3 2. Las revelaciones personales de la Fuente-Centro Segunda. Las presencias mentales del Actor Conjunto unifican el espíritu de la divinidad con el arquetipo de la energía. Las encarnaciones donadoras del Hijo Eterno y de sus Hijos Paradisíacos unifican, fusionan realmente, la naturaleza divina del Creador con la naturaleza evolutiva de la criatura. El Supremo es a la vez criatura y creador, y las posibilidades de esta doble cualidad se revelan en los actos donadores del Hijo Eterno y de sus Hijos coordinados y subordinados. Los grupos de Hijos que se encarnan, los Migueles y los Avonales, añaden realmente a sus naturalezas divinas las naturalezas de criaturas de buena fe que han adquirido viviendo la vida real de las criaturas en los mundos evolutivos. Cuando la divinidad se vuelve semejante a la humanidad, esta relación contiene la posibilidad inherente de que la humanidad pueda volverse divina.

1271:2  116:3.4 3. Las presencias internas de la Fuente-Centro Primera. La mente unifica las causas espirituales y las reacciones energéticas; el ministerio donador unifica los descensos de la divinidad con la ascensión de las criaturas; y los fragmentos internos del Padre Universal unifican realmente a las criaturas en evolución con Dios en el Paraíso. Numerosos grupos de personalidades están habitados por presencias análogas del Padre, y entre los mortales, estos fragmentos divinos de Dios son los Ajustadores del Pensamiento. Para los seres humanos, los Monitores de Misterio juegan el mismo papel que la Trinidad del Paraíso para el Ser Supremo. Los Ajustadores son cimientos absolutos, y sobre estos fundamentos absolutos el libre albedrío puede causar la evolución de la realidad divina de una naturaleza eterna, la naturaleza finalitaria en el caso de los hombres, y la naturaleza de la Deidad en Dios Supremo.

1271:3  116:3.5 Cuando los Hijos divinos de los grupos de filiación paradisíacos se donan como criaturas, esto les permite enriquecer su personalidad, adquiriendo la verdadera naturaleza de las criaturas del universo; al mismo tiempo, estas donaciones revelan infaliblemente a las criaturas el sendero del Paraíso para alcanzar la divinidad. La donación de los Ajustadores por parte del Padre Universal le permite atraer hacia El la personalidad de las criaturas volitivas. En todas estas relaciones que se producen en los universos finitos, el Actor Conjunto es el origen omnipresente del ministerio mental que hace posible dichas actividades.
1271:4  116:3.6 De esta manera y de muchas otras, las Deidades del Paraíso participan en las evoluciones del tiempo a medida que se desarrollan en los planetas que giran en el espacio, y que culminarán con la emergencia del Supremo, consecuencia personalizada de toda la evolución.

 


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