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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 116

EL TODOPODEROSO SUPREMO

 

5. EL TODOPODEROSO Y Los CONTROLADORES SEPTUPLES

1273:5  116:5.1 Habéis sido informados de las relaciones de Dios Séptuplo con el Ser Supremo, y ahora deberíais percibir que el Séptuplo engloba tanto a los controladores como a los creadores del gran universo. Los controladores séptuples del gran universo son los siguientes:

1. Los Controladores Físicos Maestros.
2. Los Centros Supremos de Poder.
3. Los Directores Supremos de Poder.
4. El Todopoderoso Supremo.
5. El Dios de Acción —el Espíritu Infinito.
6. La Isla del Paraíso.
7. El Origen del Paraíso —el Padre Universal.

1273:13  116:5.2 Estos siete grupos funcionan de manera inseparable con Dios Séptuplo, y componen el nivel del control físico de esta asociación Divina.

1273:14  116:5.3 La bifurcación de la energía y del espíritu (que proceden de la presencia conjunta del Hijo Eterno y de la Isla del Paraíso), quedó simbolizada en sentido superuniversal cuando los Siete Espíritus Maestros emprendieron juntos su primer acto de creación colectiva. Este hecho dio como resultado la aparición de los Siete Directores Supremos de Poder. Al mismo tiempo los circuitos espirituales de los Espíritus Maestros se diferenciaron, por contraste, de las actividades físicas de supervisión de los directores de poder, y la mente cósmica apareció instantáneamente como un nuevo factor coordinador de la materia y del espíritu.
1274:1  116:5.4 El Todopoderoso Supremo evoluciona como supercontrolador del poder físico del gran universo. En la era actual del universo, este potencial de poder físico parece estar centrado en los Siete Directores Supremos de Poder, que funcionan a través de los emplazamientos permanentes de los centros de poder y de las presencias móviles de los controladores físicos.

1274:2  116:5.5 Los universos temporales no son perfectos; ese es su destino. La lucha por la perfección no concierne solamente a los niveles intelectuales y espirituales, sino también al nivel físico de la energía y de la masa. El asentamiento de los siete superuniversos en la luz y la vida presupone que habrán alcanzado la estabilidad física. Y se sospecha que cuando se haya logrado finalmente el equilibrio material, habrá concluído la evolución del control físico del Todopoderoso.
1274:3  116:5.6 En los primeros tiempos de la construcción de un universo incluso los Creadores del Paraíso se interesan de manera primordial por el equilibrio material. El arquetipo de un universo local no sólo va tomando forma como resultado de las actividades de los centros de poder, sino también a causa de la presencia espacial del Espíritu Creativo. En las épocas primitivas de la construcción de un universo local, el Hijo Creador manifiesta unos atributos de control material poco comprendidos, y no se mueve de su planeta capital hasta que se ha conseguido equilibrar el conjunto de ese universo local.

1274:4  116:5.7 En última instancia, toda la energía responde a la mente, y los controladores físicos son los hijos del Dios mental que anima el arquetipo del Paraíso. Los directores de poder dedican sin cesar su inteligencia a conseguir el control sobre la materia. Sus esfuerzos por dominar físicamente las relaciones energéticas y los movimientos de la masa no terminan hasta que consiguen la victoria finita sobre las energías y las masas que forman parte de su terreno de actividad perpetuo.
1274:5  116:5.8 Las luchas espirituales del tiempo y del espacio no son otra cosa que la evolución del dominio del espíritu sobre la materia por mediación de la mente (personal). La evolución física (no personal) de los universos se ocupa de armonizar la energía cósmica con los conceptos mentales equilibrados sometidos al supercontrol del espíritu. La evolución total del conjunto del gran universo es un proceso en el que la personalidad unifica la mente, que controla la energía, con el intelecto coordinado con el espíritu; esta evolución se manifestará cuando aparezca por completo el poder todopoderoso del Supremo.
1274:6  116:5.9 La dificultad para conseguir un estado de equilibrio dinámico es inherente al hecho del crecimiento del cosmos. Los circuitos estabilizados de la creación física están siendo continuamente perturbados por la aparición de nuevas masas y energías. Un universo que crece es un universo inestable; por ello, ninguna parte del conjunto cósmico puede conseguir una verdadera estabilidad hasta que la plenitud de los tiempos contemple el perfeccionamiento material de los siete superuniversos.
1274:7  116:5.10 En los universos establecidos en la luz y la vida no se producen sucesos físicos inesperados que tengan una gran importancia. Se ha conseguido un control relativamente completo sobre la creación material. Pero los problemas de las relaciones entre los universos asentados y los universos en evolución continúan desafiando la habilidad de los Directores de Poder del Universo. Estos problemas desaparecerán gradualmente cuando disminuyan las actividades creativas nuevas, a medida que el gran universo se acerque a la culminación de su expresión evolutiva.

 


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