ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 121 LA ÉPOCA DE LA DONACIÓN DE MIGUEL
1338:4 121:6.1 Hacia finales del primer siglo antes de Cristo, el pensamiento religioso de Jerusalén había estado enormemente influenciado, y un tanto modificado, por las enseñanzas culturales griegas, e incluso por la filosofía griega. En la larga disputa entre las posturas de las escuelas orientales y occidentales de pensamiento hebreo, Jerusalén y el resto de Occidente, así como el Levante, adoptaron en general el punto de vista de los judíos occidentales, el punto de vista helenista modificado.
1338:5 121:6.2 En los tiempos de Jesús, tres idiomas prevalecían en Palestina: la gente común hablaba un dialecto del arameo, los sacerdotes y los rabinos hablaban el hebreo, las clases instruídas y las capas altas de la población judía hablaban en general el griego. El hecho de que las escrituras hebreas hubieran sido traducidas tan pronto al griego, en Alejandría, fue en gran parte responsable del predominio posterior del sector griego de la cultura y de la teología judías. Y los escritos de los educadores cristianos no tardaron en aparecer en el mismo idioma. El renacimiento del judaísmo data de la traducción al griego de las escrituras hebreas. Esta influencia vital fue la que más tarde determinó que el culto cristiano de Pablo se orientara hacia el Oeste, en lugar de hacerlo hacia el Este.
1338:6 121:6.3 Aunque las creencias judías helenizadas estaban muy poco influenciadas por las enseñanzas de los epicúreos, sí fueron influenciadas muy marcadamente por la filosofía de Platón y las doctrinas de autoabnegación de los estoicos. La gran invasión del estoicismo está ilustrada en el Cuarto Libro de los Macabeos; la penetración tanto de la filosofía platónica como de las doctrinas estoicas se puede observar en la Sabiduría de Salomón. Los judíos helenizados interpretaban las escrituras hebreas de una manera tan alegórica, que no encontraron ninguna dificultad para conformar la teología hebrea con la filosofía de Aristóteles, que ellos veneraban. Pero todo esto condujo a una confusión desastrosa hasta que estos problemas fueron tratados por Filón de Alejandría, que procedió a armonizar y organizar la filosofía griega y la teología hebrea en un sistema compacto y medianamente coherente de creencias y de prácticas religiosas. Esta enseñanza más reciente de filosofía griega y de teología hebrea combinadas es la que prevalecía en Palestina cuando Jesús vivió y enseñó, y la que Pablo utilizó como cimiento para construir su culto cristiano, más avanzado e iluminativo que los demás.
1338:7 121:6.4 Filón era un gran maestro; desde Moisés no se había visto a un hombre que ejerciera una influencia tan profunda en el pensamiento ético y religioso del mundo occidental. En la tarea de combinar los mejores elementos de los sistemas contemporáneos de enseñanzas éticas y religiosas, ha habido siete educadores humanos sobresalientes: Sethard, Moisés, Zoroastro, Lao-Tse, Buda, Filón y Pablo.
1339:1 121:6.5 Filón había incurrido en contradicciones, en sus esfuerzos por combinar la filosofía mística griega y las doctrinas estoicas de los romanos con la teología legalista de los hebreos. Pablo reconoció muchas de estas contradicciones, pero no todas, y las eliminó sabiamente de su teología básica precristiana. Filón abrió el camino para que Pablo pudiera restablecer más plenamente el concepto de la Trinidad del Paraíso, que había estado mucho tiempo latente en la teología judía. En una sola cuestión, Pablo no logró mantenerse a la altura de Filón, ni consiguió sobrepasar las enseñanzas de este judío rico e instruído de Alejandría; se trataba de la doctrina de la expiación. Filón enseñaba que había que liberarse de la doctrina de obtener el perdón exclusivamente por el derramamiento de sangre. Es posible también que vislumbrara la realidad y la presencia de los Ajustadores del Pensamiento más claramente que Pablo. Pero la teoría de Pablo del pecado original —las doctrinas de la culpabilidad hereditaria, del mal innato y de su redención— era parcialmente de origen mitríaco y tenía pocos puntos en común con la teología hebrea, con la filosofía de Filón, o con las enseñanzas de Jesús. Algunos aspectos de las enseñanzas de Pablo sobre el pecado original y la expiación eran de su propia cosecha.
1339:2 121:6.6 El evangelio de Juan, el último de los relatos sobre la vida terrestre de Jesús, se dirigía a los pueblos occidentales y presenta su historia basándose ampliamente en el punto de vista de los cristianos de Alejandría de un período posterior, que también eran discípulos de las enseñanzas de Filón.1339:3 121:6.7 Aproximadamente en la época de Cristo, un extraño cambio de actitud hacia los judíos se produjo en Alejandría, y desde este antiguo bastión judío partió una virulenta ola de persecuciones que llegó incluso hasta Roma, de donde miles de ellos fueron desterrados. Pero esta campaña de desnaturalización fue de corta duración; muy pronto el gobierno imperial restableció íntegramente, en todo el imperio, las libertades que se habían restringido a los judíos.
1339:4 121:6.8 A través del vasto mundo, en cualquier parte donde los judíos se hallaran dispersos a causa del comercio o de la opresión, todos estaban de acuerdo en mantener sus corazones centrados en el templo sagrado de Jerusalén. La teología judía que sobrevivió era la que se interpretaba y se practicaba en Jerusalén, a pesar del hecho de que varias veces fue salvada del olvido gracias a la oportuna intervención de ciertos educadores de Babilonia.
1339:5 121:6.9 Hasta dos millones y medio de estos judíos dispersos tenían la costumbre de venir a Jerusalén para celebrar sus fiestas religiosas nacionales. Y cualquiera que fueran las diferencias teológicas o filosóficas entre los judíos del Este (babilonios) y los del Oeste (helénicos), todos estaban de acuerdo en considerar a Jerusalén como el centro de su culto, y en continuar esperando la llegada del Mesías.