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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 121

LA ÉPOCA DE LA DONACIÓN DE MIGUEL

 

7. Los JUDÍOS Y Los GENTILES

1339:6  121:7.1 En los tiempos de Jesús, los judíos habían llegado a un concepto estable de su origen, de su historia y de su destino. Habían construido un rígido muro de separación entre ellos y el mundo de los gentiles; todas las costumbres de los gentiles las miraban con un desprecio total. Veneraban la letra de la ley y se complacían en una forma de presunción basada en el falso orgullo del linaje. Se habían formado conceptos preconcebidos del Mesías prometido, y la mayoría de estas expectativas vislumbraban a un Mesías que vendría como parte de su historia racial y nacional. Para los hebreos de aquellos tiempos, la teología judía estaba irrevocablemente establecida, fijada para siempre.
1339:7  121:7.2 Las enseñanzas y las prácticas de Jesús relacionadas con la tolerancia y la benevolencia, iban en contra de la actitud inmemorial de los judíos hacia los otros pueblos, a quienes consideraban paganos. Durante generaciones, los judíos habían cultivado una actitud hacia el mundo exterior que les hacía imposible aceptar las enseñanzas del Maestro sobre la fraternidad espiritual de los hombres. Eran reacios a compartir a Yahvé en términos de igualdad con los gentiles, e igualmente reacios a aceptar como Hijo de Dios a alguien que enseñaba unas doctrinas tan nuevas y extrañas.
1340:1  121:7.3 Los escribas, los fariseos y los sacerdotes mantenían a los judíos en una terrible esclavitud de ritualismo y legalismo, una esclavitud mucho más real que la de la autoridad política romana. Los judíos de la época de Jesús no sólo estaban subyugados a la ley, sino que también estaban atados a las exigencias esclavizantes de las tradiciones, que envolvían e invadían todos los terrenos de la vida personal y social. Estas minuciosas reglas de conducta perseguían y dominaban a todos los judíos leales, y no es extraño que rechazaran rápidamente a uno de los suyos que se atrevía a ignorar sus sagradas tradiciones, y osaba burlarse de sus reglas de conducta social tanto tiempo veneradas. Difícilmente podían considerar de manera favorable las enseñanzas de alguien que no vacilaba en contradecir los dogmas que ellos estimaban que habían sido establecidos por el mismo Padre Abraham. Moisés les había dado la ley, y no estaban dispuestos a hacer compromisos.
1340:2  121:7.4 Durante el primer siglo después de Cristo, la interpretación oral de la ley por los educadores reconocidos, los escribas, tenía más autoridad que la misma ley escrita. Todo esto facilitó las cosas a ciertos jefes religiosos de los judíos, para predisponer al pueblo contra la aceptación de un nuevo evangelio.
1340:3  121:7.5 Estas circunstancias hicieron imposible que los judíos cumplieran su destino divino como mensajeros del nuevo evangelio de independencia religiosa y de libertad espiritual. No fueron capaces de romper las cadenas de la tradición. Jeremías había anunciado la "ley que deberá escribirse en el corazón de los hombres". Ezequiel había hablado de un "nuevo espíritu que morará en el alma del hombre", y el salmista había rogado para que Dios "creara por dentro un corazón limpio y renovara un espíritu recto." Pero cuando la religión judía de las buenas obras y de la esclavitud a la ley cayó víctima del estancamiento de la inercia tradicionalista, el movimiento de la evolución religiosa se desplazó hacia el oeste, hacia los pueblos europeos.
1340:4  121:7.6 Así es como un pueblo diferente fue llamado para aportar al mundo una teología en progreso, un sistema de enseñanza que comprendía la filosofía de los griegos, la ley de los romanos, la moralidad de los hebreos y el evangelio de la naturaleza sagrada de la personalidad y de la libertad espiritual, formulado por Pablo y basado en las enseñanzas de Jesús.

1340:5  121:7.7 El culto cristiano de Pablo mostraba su moralidad como una marca de nacimiento judía. Los judíos consideraban que la historia era la providencia de Dios —Yahvé trabajando. Los griegos aportaron a las nuevas enseñanzas unos conceptos más claros de la vida eterna. Las doctrinas de Pablo fueron influenciadas en su contenido teológico y filosófico, no sólo por las enseñanzas de Jesús, sino también por Platón y Filón. En la ética, estaba inspirado no solamente en Cristo, sino también en los estoicos.
1340:6  121:7.8 El evangelio de Jesús, tal como fue incorporado en el culto paulino del cristianismo de Antioquía, se mezcló con las enseñanzas siguientes:

1. El razonamiento filosófico de los prosélitos griegos del judaísmo, incluyendo algunos de sus conceptos sobre la vida eterna.
2. Las atractivas enseñanzas de los cultos de misterio predominantes, en particular las doctrinas mitríacas de la redención, la expiación y la salvación gracias al sacrificio realizado por algún dios.
3. La sólida moralidad de la religión judía establecida.

1341:1  121:7.9 En la época de Jesús, el imperio romano del Mediterráneo, el reino de los partos y los pueblos vecinos, todos tenían ideas imperfectas y primitivas sobre la geografía del mundo, la astronomía, la salud y la enfermedad; y naturalmente se quedaron asombrados con las declaraciones nuevas y sorprendentes del carpintero de Nazaret. Las ideas de estar poseído por un espíritu, bueno o malo, no solamente se aplicaban a los seres humanos, sino que mucha gente consideraba que las rocas y los árboles también estaban poseídos por los espíritus. Era una época de encantamientos, y todo el mundo creía en los milagros como si fueran incidentes ordinarios.

 


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