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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 122

EL NACIMIENTO Y LA INFANCIA DE JESÚS

 

3. LA ANUNCIACIÓN DE GABRIEL A MARÍA

1346:4  122:3.1 Cierta tarde al ponerse el sol, antes de que José hubiera regresado al hogar, Gabriel se apareció a María al lado de una mesa baja de piedra; después de que ella recobrara la serenidad, le dijo: "Vengo por orden de aquel que es mi Maestro, a quien tú amarás y alimentarás. A ti, María, te traigo gratas noticias al anunciarte que tu concepción está ordenada por el cielo, y que cuando llegue el momento serás la madre de un hijo; lo llamarás Josué, y él inaugurará el reino de los cielos en la tierra y entre los hombres. No menciones esto a nadie salvo a José y a Isabel, tu pariente, a quien también he aparecido, y que pronto dará también a luz un hijo cuyo nombre será Juan. Éste preparará el camino para el mensaje de liberación que tu hijo proclamará con gran fuerza y profunda convicción a los hombres. No dudes de mi palabra, María, pues este hogar ha sido escogido como morada humana del hijo del destino. Mi bendición te acompaña, el poder de los Altísimos te fortalecerá y el Señor de toda la tierra te protegerá."

1346:5  122:3.2 Durante varias semanas, María reflexionó sobre esta visita de manera secreta en su corazón. Cuando estuvo segura de que esperaba un hijo, se atrevió por fin a revelar a su marido estos acontecimientos inusitados. Cuando José escuchó toda la historia, y aunque confiaba plenamente en María, se quedó muy preocupado y perdió el sueño durante varias noches. Primero José tuvo dudas sobre la visita de Gabriel. Luego, cuando se persuadió casi por completo de que María había oído realmente la voz y había contemplado la forma del mensajero divino, se torturó la mente preguntándose cómo podían suceder tales cosas. ¿Cómo era posible que un descendiente de seres humanos pudiera ser un hijo con destino divino? José no podía conciliar estas ideas contradictorias hasta que, después de varias semanas de reflexión, tanto él como María llegaron a la conclusión de que habían sido elegidos como padres del Mesías, aunque los judíos casi no tenían el concepto de que el liberador esperado tuviera que ser de naturaleza divina. Una vez que llegaron a esta conclusión trascendental, María se apresuró a partir para visitar a Isabel.
1347:1  122:3.3 A su regreso, María fue a visitar a sus padres, Joaquín y Ana. Sus dos hermanos, sus dos hermanas, así como sus padres, fueron siempre muy escépticos respecto a la misión divina de Jesús, aunque por aquel entonces no sabían nada, por supuesto, de la visita de Gabriel. Pero María sí le confió a su hermana Salomé que creía que su hijo estaba destinado a ser un gran maestro.

1347:2  122:3.4 La anunciación de Gabriel a María tuvo lugar al día siguiente de la concepción de Jesús, y fue el único acontecimiento de naturaleza sobrenatural que se produjo en toda su experiencia de gestar y dar a luz al hijo de la promesa.

 

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