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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 132

LA ESTANCIA EN ROMA

 

5. CONSEJOS PARA EL HOMBRE RICO

1462:2  132:5.1 Cierto hombre rico, ciudadano romano y estoico, llegó a interesarse mucho por las enseñanzas de Jesús, a quien había sido presentado por Angamón. Después de muchas conversaciones cordiales, este rico ciudadano preguntó a Jesús qué haría él con la riqueza si la tuviera, y Jesús le contestó: "Dedicaría la riqueza material a mejorar la vida material, al igual que utilizaría el conocimiento, la sabiduría y el servicio espiritual para enriquecer la vida intelectual, ennoblecer la vida social y hacer progresar la vida espiritual. Administraría la riqueza material como un depositario prudente y eficaz de los recursos de una generación, para el beneficio y el ennoblecimiento de las generaciones próximas y sucesivas".
1462:3  132:5.2 Pero el hombre rico no estaba satisfecho del todo con la respuesta de Jesús, y se atrevió a preguntar de nuevo: "¿Pero qué crees que debería hacer con su riqueza un hombre que estuviera en mi lugar? ¿Debería guardarla o repartirla?" Cuando Jesús se dio cuenta de que este hombre deseaba realmente conocer mejor la verdad sobre su lealtad a Dios y su deber hacia los hombres, amplió su respuesta diciéndole: "Mi buen amigo, discierno que buscas sinceramente la sabiduría y que amas honradamente la verdad; por eso me propongo exponerte mi punto de vista sobre la solución de tus problemas relacionados con las responsabilidades de la riqueza. Hago esto porque has pedido mi consejo, y al ofrecerte esta reflexión, no me intereso por la riqueza de ningún otro hombre rico; mi consejo es sólo para ti y para tu conducta personal. Si deseas honradamente considerar tu riqueza como un depósito, si quieres realmente convertirte en un administrador prudente y eficaz de tu riqueza acumulada, entonces te aconsejaría que hicieras el siguiente análisis de los orígenes de tus riquezas. Pregúntate, y haz todo lo posible por encontrar la respuesta honrada, ¿de dónde procede esta riqueza? Para ayudarte a analizar los orígenes de tu gran fortuna, te sugeriría que recordaras los siguientes diez métodos diferentes de acumular bienes materiales:

1. La riqueza heredada —los bienes recibidos de los padres y de otros antepasados.
2. La riqueza descubierta —los bienes que proceden de los recursos no explotados de la madre tierra.
"3. La riqueza comercial —los bienes obtenidos como un beneficio justo en el intercambio y el trueque de las mercancías materiales.
4. La riqueza injusta —los bienes procedentes de la explotación injusta o de la esclavitud de nuestros semejantes.
"5. La riqueza del interés —el beneficio derivado de las posibilidades de una ganancia justa y equitativa por los capitales invertidos.
"6. La riqueza debida al genio —los bienes resultantes de las recompensas por los dones creativos e inventivos de la mente humana.
"7. La riqueza accidental —los bienes procedentes de la generosidad de nuestros semejantes o que tienen su origen en las circunstancias de la vida.
8. La riqueza robada —los bienes obtenidos mediante la injusticia, la picardía, el robo o el fraude.
"9. Los fondos en depósito —la riqueza colocada en tus manos por tus semejantes para una utilidad específica, presente o futura.
10. La riqueza ganada —los bienes que proceden directamente de tu propio trabajo personal, la recompensa justa y equitativa por tus propios esfuerzos diarios, mentales o físicos.

1463:7  132:5.3 "Así pues, amigo mío, si quieres ser un administrador fiel y justo de tu gran fortuna, ante Dios y al servicio de los hombres, debes dividirla aproximadamente en estos diez grandes grupos, y luego administrar cada porción de acuerdo con la interpretación sabia y honrada de las leyes de la justicia, de la equidad, de la honradez y de la verdadera eficacia. No obstante, el Dios del cielo no te condenará si, en situaciones dudosas, a veces te equivocas a favor de una consideración misericordiosa y desinteresada por la aflicción de las víctimas que sufren las desgraciadas circunstancias de la vida mortal. Cuando tengas dudas honradas sobre la equidad y la justicia de una situación material, que tus decisiones favorezcan a los que están necesitados y ayuden a los que sufren la desdicha de unas penalidades inmerecidas".
1463:8  132:5.4 Después de discutir estas cuestiones durante varias horas, el hombre rico solicitó instrucciones más completas y detalladas, y Jesús amplió su consejo diciendo en sustancia: "Al ofrecerte nuevas sugerencias relativas a tu actitud hacia la riqueza, te exhortaría a que recibieras mi consejo como destinado exclusivamente para ti y para tu conducta personal. Sólo hablo por cuenta propia y para ti como a un amigo que busca información. Te ruego que no dictes a otros hombres ricos cómo deben estimar su riqueza. Te aconsejaría que:

1463:9  132:5.5 "1. Como administrador de una riqueza heredada, deberías considerar sus orígenes. Tienes la obligación moral de representar a la generación anterior en la transmisión honrada de una riqueza legítima a las generaciones siguientes, después de deducir una tasa justa para el beneficio de la generación presente. Pero no estás obligado a perpetuar cualquier fraude o injusticia implicados en la acumulación injusta de unas riquezas por parte de tus antepasados. Cualquier porción de tu riqueza heredada que resulte provenir del fraude o de la injusticia, puedes desembolsarla de acuerdo con tus convicciones de la justicia, de la generosidad y de la restitución. En cuanto al resto de tu riqueza legítimamente heredada, puedes utilizarla con equidad y trasmitirla con seguridad como depositario de una generación para la siguiente. Una sabia discriminación y un juicio sano deberían dictar tus decisiones en cuanto al legado de las riquezas a tus sucesores.

1463:10  132:5.6 "2. Todo aquel que disfruta de la riqueza como resultado de un descubrimiento debería recordar que una persona sólo puede vivir en la tierra un corto período de tiempo; por consiguiente, debería tomar las disposiciones adecuadas para compartir estos descubrimientos de manera útil con el mayor número posible de sus semejantes. Aunque al descubridor no hay que negarle toda recompensa por sus esfuerzos de descubrimiento, tampoco debería atreverse egoistamente a reclamar todas las ventajas y bendiciones que se pueden obtener de la puesta al descubierto de los recursos atesorados por la naturaleza.

1464:1  132:5.7 "3. Mientras que los hombres escojan concertar los negocios del mundo mediante el comercio y el trueque, tienen derecho a un beneficio justo y legítimo. Todo comerciante merece una remuneración por sus servicios; el negociante tiene derecho a su salario. La equidad comercial y el trato honrado que se otorga a los semejantes en los negocios organizados del mundo, crean muchos tipos diferentes de riquezas debidas a los beneficios, y todas estas fuentes de riqueza deben ser juzgadas según los principios más elevados de la justicia, la honradez y la equidad. El comerciante honrado no debería dudar en percibir el mismo beneficio que concedería gustosamente a un colega suyo por una operación similar. Aunque este tipo de riqueza, cuando los negocios se realizan a gran escala, no es idéntico a los ingresos ganados individualmente, al mismo tiempo, una riqueza acumulada así honradamente confiere a su poseedor un voto de una considerable equidad en el momento de repartirla posteriormente.

1464:2  132:5.8 "4. Ningún mortal que conoce a Dios y trata de hacer la voluntad divina puede rebajarse hasta comprometerse con las opresiones de la riqueza. Ningún hombre noble se esforzará por acumular riquezas y amasar un poder financiero mediante la esclavización o la explotación injusta de sus hermanos en la carne. Cuando proceden del sudor de los mortales oprimidos, las riquezas son una maldición moral y una infamia espiritual. Toda riqueza de este tipo debería ser restituída a quienes han sido así desposeídos, o a sus hijos y a los hijos de sus hijos. No se puede construir una civilización duradera sobre la práctica de engañar al trabajador en su salario.

1464:3  132:5.9 "5. La riqueza honrada tiene derecho a unos intereses. Mientras que los hombres pidan prestado y concedan préstamos, pueden percibir un interés equitativo siempre que el capital prestado proceda de una riqueza legítima. Purifica primero tu capital antes de reclamar los intereses. No te vuelvas tan despreciable y avaricioso como para rebajarte a practicar la usura. No te permitas nunca ser tan egoísta como para emplear el poder del dinero para obtener una ventaja injusta sobre tus semejantes que luchan. No cedas a la tentación de ser usurero con tu hermano que tiene apuros financieros.

1464:4  132:5.10 "6. Si acaso logras la riqueza mediante el despliegue de tu genio, si tus riquezas proceden de remuneraciones por tus dotes inventivas, no reclames una porción injusta de dichas remuneraciones. El genio le debe algo tanto a sus antepasados como a sus descendientes; también tiene obligaciones con respecto a la raza, a la nación y a las circunstancias de sus descubrimientos ingeniosos; debería recordar también que trabajó y elaboró sus inventos como un hombre entre los hombres. Sería igualmente injusto impedir que un genio pueda incrementar su riqueza. A los hombres siempre les resultará imposible establecer leyes y reglas que se apliquen por igual a todos estos problemas de la distribución equitativa de la riqueza. Primero debes reconocer al hombre como hermano tuyo, y si deseas honradamente hacer por él lo que quisieras que hiciera por ti, los dictados elementales de la justicia, de la honradez y de la equidad te guiarán para arreglar de manera justa e imparcial todos los problemas recurrentes de las remuneraciones económicas y de la justicia social.

1464:5  132:5.11 "7. Ningún hombre debería reclamar para sí una riqueza que el tiempo y la suerte pueden haber depositado entre sus manos, excepto los honorarios justos y legítimos obtenidos por administrarla. Las riquezas accidentales deberían considerarse un poco como un depósito para ser empleado en beneficio de nuestro grupo económico o social. Los poseedores de estas riquezas deberían tener el voto principal a la hora de determinar la distribución sabia y eficaz de estos recursos no ganados. El hombre civilizado no siempre considerará todo lo que controla como su propiedad personal y privada.

1465:1  132:5.12 "8. Si una porción determinada de tu fortuna ha sido obtenida adrede por medio del fraude, si una fracción de tus bienes ha sido acumulada mediante prácticas fraudulentas o métodos no equitativos, si tus riquezas son el producto de negocios tratados injustamente con tus semejantes, apresúrate a restituir todas esas ganancias mal adquiridas a sus legítimos dueños. Efectúa todas las compensaciones necesarias y depura así tu fortuna de todos sus elementos indignos.

1465:2  132:5.13 "9. La administración de los bienes que una persona realiza en beneficio de otras es una responsabilidad solemne y sagrada. No arriesgues ni pongas en peligro ese depósito. Coge únicamente para ti, de cualquier depósito, la fracción que aprobarían todos los hombres honrados.

1465:3  132:5.14 "10. Aquella parte de tu fortuna que representa los ingresos de tus propios esfuerzos físicos y mentales —si has trabajado con honradez y equidad— es verdaderamente tuya. Nadie puede negarte el derecho a tener y a utilizar esa riqueza como lo estimes conveniente, siempre que el ejercicio de ese derecho no perjudique a tus semejantes".

1465:4  132:5.15 Cuando Jesús hubo terminado de darle estos consejos, el rico romano se levantó de su diván y, al desearle las buenas noches, le hizo esta promesa: "Mi buen amigo, percibo que eres un hombre de gran sabiduría y bondad; mañana mismo empezaré a administrar todos mis bienes de acuerdo con tu consejo".

 


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