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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 132

LA ESTANCIA EN ROMA

 

6. MINISTERIO SOCIAL

1465:5  132:6.1 Fue también aquí en Roma donde se produjo aquel incidente enternecedor durante el cual el Creador de un universo pasó varias horas devolviendo un niño perdido a su madre angustiada. Este chico se había extraviado al alejarse de su casa, y Jesús lo encontró llorando desconsoladamente. Jesús y Ganid iban camino de las bibliotecas, pero se consagraron a llevar al niño a su casa. Ganid nunca olvidó el comentario de Jesús: "Sabes, Ganid, la mayoría de los seres humanos son como este niño perdido. Pasan mucho tiempo llorando de temor y sufriendo de aflicción, cuando en verdad se encuentran muy cerca del amparo y de la seguridad, de la misma manera que este niño no estaba lejos de su casa. Todos aquellos que conocen el camino de la verdad y gozan de la seguridad de conocer a Dios, deberían considerar como un privilegio, y no como un deber, ofrecer su orientación a sus semejantes en sus esfuerzos por encontrar las satisfacciones de la vida. ¿No hemos disfrutado de manera suprema con este servicio de devolver el niño a su madre? De la misma forma, los que conducen los hombres a Dios experimentan la satisfacción suprema del servicio humano". A partir de aquel día y durante el resto de su vida en la tierra, Ganid siempre estuvo a la búsqueda de niños perdidos que pudiera devolver a su hogar.

1465:6  132:6.2 Había una viuda con cinco hijos cuyo marido había muerto en un accidente. Jesús contó a Ganid cómo él mismo había perdido a su padre en un accidente, y fueron muchas veces a consolar a esta madre y a sus hijos, mientras que Ganid solicitó dinero a su padre para proporcionarles alimento y ropa. No pararon en sus esfuerzos hasta que encontraron un empleo para el hijo mayor, de manera que pudiera ayudar a mantener a la familia.

1465:7  132:6.3 Aquella noche, mientras Gonod escuchaba el relato de estas experiencias, dijo cariñosamente a Jesús: "Me propongo hacer de mi hijo un erudito o un hombre de negocios, y ahora empiezas a hacer de él un filósofo o un filántropo". Jesús replicó sonriendo: "Quizás hagamos de él las cuatro cosas; podrá gozar entonces de una cuádruple satisfacción en la vida, porque su oído hecho para reconocer la melodía humana podrá apreciar cuatro tonos en vez de uno". Entonces dijo Gonod: "Percibo que eres realmente un filósofo. Debes escribir un libro para las generaciones futuras". Y Jesús respondió: "No un libro —mi misión es vivir una vida en esta generación y para todas las generaciones. Yo...". Pero se detuvo y le dijo a Ganid: "Hijo mío, es hora de acostarse".

 


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