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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 132

LA ESTANCIA EN ROMA

 

7. VIAJES FUERA DE ROMA

1466:1  132:7.1 Jesús, Gonod y Ganid hicieron cinco viajes desde Roma hacia puntos interesantes del territorio circundante. Durante su visita a los lagos del norte de Italia, Jesús tuvo una larga conversación con Ganid sobre la imposibilidad de enseñarle a un hombre cosas sobre Dios, si ese hombre no desea conocer a Dios. Mientras viajaban hacia los lagos, se habían encontrado por casualidad con un pagano irreflexivo, y Ganid se sorprendió al ver que Jesús no utilizaba su técnica habitual de entablar una conversación con aquel hombre, que hubiera conducido de manera natural a discutir sobre cuestiones espirituales. Cuando Ganid preguntó a su maestro por qué mostraba tan poco interés por este pagano, Jesús respondió:

1466:2  132:7.2 "Ganid, este hombre no tenía hambre de verdad. No estaba descontento de sí mismo. No estaba preparado para pedir ayuda, y los ojos de su mente no estaban abiertos para recibir la luz destinada al alma. Este hombre no estaba maduro para la cosecha de la salvación. Hay que concederle más tiempo para que las pruebas y las dificultades de la vida lo preparen para recibir la sabiduría y el conocimiento superior. O bien, si pudiera venir a vivir con nosotros, podríamos mostrarle al Padre que está en los cielos con nuestra manera de vivir; nuestras vidas, como hijos de Dios, podrían atraerlo hasta el punto de que se vería obligado a preguntar sobre nuestro Padre. No se puede revelar a Dios a los que no lo buscan; no se puede conducir a las alegrías de la salvación a un alma que no lo desea. Es preciso que el hombre tenga hambre de verdad como resultado de las experiencias de la vida, o que desee conocer a Dios como consecuencia del contacto con la vida de aquellos que conocen al Padre divino, antes de que otro ser humano pueda actuar como intermediario para conducir a ese compañero mortal hacia el Padre que está en los cielos. Si conocemos a Dios, nuestra verdadera tarea en la tierra consiste en vivir de tal manera que permitamos al Padre revelarse en nuestra vida, y así todas las personas que buscan a Dios verán al Padre y solicitarán nuestra ayuda para averiguar más cosas sobre el Dios que logra expresarse de ese modo en nuestra vida".

1466:3  132:7.3 En el transcurso de la visita a Suiza, mientras estaban en las montañas, Jesús tuvo una conversación de un día entero con el padre y el hijo sobre el budismo. Ganid había hecho muchas veces preguntas directas a Jesús sobre Buda, pero siempre había recibido respuestas más o menos evasivas. Aquel día, en presencia de su hijo, el padre le hizo a Jesús una pregunta directa acerca de Buda, y recibió una respuesta directa. Gonod dijo: "Me gustaría saber de verdad lo que piensas de Buda". Y Jesús contestó:
1466:4  132:7.4 "Vuestro Buda fue mucho mejor que vuestro budismo. Buda fue un gran hombre e incluso un profeta para su pueblo, pero fue un profeta huérfano. Con esto quiero decir que perdió de vista muy pronto a su Padre espiritual, el Padre que está en los cielos. Su experiencia fue trágica. Intentó vivir y enseñar como mensajero de Dios, pero sin Dios. Buda dirigió su nave de salvación directamente hacia el puerto seguro, hasta la entrada de la ensenada de la salvación de los mortales, pero allí, a causa de unas cartas de navegación equivocadas, la buena nave encalló. Allí ha continuado durante muchas generaciones, inmóvil y casi desesperadamente varada. Y en este barco han permanecido muchos de vuestros compatriotas todos estos años. Viven a un tiro de piedra de las aguas seguras de la ensenada, pero se niegan a entrar porque la noble embarcación del buen Buda tuvo la desgracia de varar casi a la entrada del puerto. Los pueblos budistas nunca entrarán en esta ensenada a menos que abandonen la embarcación filosófica de su profeta y se agarren a su noble espíritu. Si vuestro pueblo hubiera permanecido fiel al espíritu de Buda, hace mucho tiempo que hubierais entrado en vuestro puerto de la tranquilidad de espíritu, del descanso del alma y de la seguridad de la salvación.
1467:1  132:7.5 "Ya ves, Gonod, Buda conocía a Dios en espíritu, pero no logró descubrirlo claramente en su mente; los judíos descubrieron a Dios en la mente, pero olvidaron ampliamente conocerlo en espíritu. Hoy, los budistas chapotean en una filosofía sin Dios, mientras que mi pueblo está lastimosamente encadenado al temor de un Dios sin una filosofía salvadora de vida y de libertad. Vosotros tenéis una filosofía sin Dios; los judíos tienen un Dios, pero carecen ampliamente de una filosofía de vida que esté en relación con ello. Al no tener una visión de Dios como espíritu y como Padre, Buda no consiguió proporcionar en su enseñanza la energía moral y la fuerza motriz espiritual que debe poseer una religión para cambiar a una raza y elevar a una nación".
1467:2  132:7.6 Entonces Ganid exclamó: "Maestro, elaboremos tú y yo una nueva religión, que sea lo bastante buena para la India y lo bastante grande para Roma, y quizás podamos ofrecérsela a los judíos a cambio de Yahvé". Jesús replicó: "Ganid, las religiones no se elaboran. Las religiones de los hombres se desarrollan durante largos períodos de tiempo, mientras que las revelaciones de Dios destellan sobre la tierra en la vida de los hombres que revelan Dios a sus semejantes". Pero Gonod y Ganid no comprendieron el significado de estas palabras proféticas.

1467:3  132:7.7 Aquella noche, después de acostarse, Ganid no pudo dormir. Estuvo hablando mucho tiempo con su padre y finalmente le dijo, "Sabes, padre, a veces pienso que Josué es un profeta". Su padre le respondió solamente, con tono somnoliento: "Hijo mío, hay otros...".
1467:4  132:7.8 A partir de este día, y durante el resto de su vida terrestre, Ganid continuó desarrollando una religión propia. Mentalmente, se sentía poderosamente incitado por la amplitud de miras, la equidad y la tolerancia de Jesús. En todas sus conversaciones sobre filosofía y religión, este joven nunca experimentó resentimientos ni reacciones de antagonismo.

1467:5  132:7.9 ¡Qué escena para ser contemplada por las inteligencias celestiales, la de este espectáculo del joven indio proponiéndole al Creador de un universo que elaboraran una nueva religión! Aunque el joven no lo sabía, en aquel momento y lugar estaban elaborando una religión nueva y eterna —un nuevo camino de salvación, la revelación de Dios al hombre a través de Jesús y en Jesús. Lo que el joven más deseaba hacer en el mundo, lo estaba haciendo inconscientemente en ese momento. Siempre fue y siempre es así. Aquello que una imaginación humana iluminada y reflexiva, instruída y guiada por el espíritu, desea ser y hacer desinteresadamente y de todo corazón, se vuelve sensiblemente creativo según el grado en que el mortal esté consagrado a hacer divinamente la voluntad del Padre. Cuando el hombre se asocia con Dios, grandes cosas pueden suceder, y de hecho suceden.


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