ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 133 EL REGRESO DE ROMA
7. LA ESTANCIA EN CHIPRE —DISCURSO SOBRE LA MENTE
1479:1 133:7.1 Poco después, los viajeros se hicieron a la vela para Chipre, con una escala en Rodas. Disfrutaron de este largo viaje marítimo y llegaron a su isla de destino con el cuerpo descansado y el espíritu renovado.
1479:2 133:7.2 Habían planeado disfrutar de un período de verdadero descanso y esparcimiento durante esta visita a Chipre, pues su gira por el Mediterráneo estaba llegando a su fin. Desembarcaron en Pafos y empezaron enseguida a reunir las provisiones para su estancia de varias semanas en las montañas cercanas. Al tercer día de su llegada, partieron hacia las colinas con sus animales bien cargados.
1479:3 133:7.3 El trío pasó quince días sumamente agradables, y luego, de repente, el joven Ganid cayó gravemente enfermo. Durante dos semanas padeció una fiebre intensa, que a menudo lo llevaba hasta el delirio; tanto Jesús como Gonod se dedicaron de lleno a cuidar al muchacho enfermo. Jesús se ocupó del chico con habilidad y ternura, y el padre se quedó asombrado por la delicadeza y la pericia que Jesús demostró en todos sus cuidados hacia el joven enfermo. Estaban lejos de toda morada humana, y el muchacho se encontraba demasiado enfermo como para ser trasladado; así pues, se prepararon lo mejor que pudieron para cuidarlo hasta que se recuperara allí mismo en las montañas.
1479:4 133:7.4 Durante las tres semanas de la convalecencia de Ganid, Jesús le contó muchas cosas interesantes sobre la naturaleza y sus diversas manifestaciones. Se divirtieron mucho mientras correteaban por las montañas, con el muchacho haciendo preguntas, Jesús respondiéndolas y el padre maravillándose con toda la escena.
1479:5 133:7.5 La última semana de su estancia en las montañas, Jesús y Ganid tuvieron una larga conversación sobre las funciones de la mente humana. Después de varias horas de discusión, el joven hizo la pregunta siguiente: "Pero, Maestro, ¿qué quieres decir cuando afirmas que el hombre experimenta una forma de conciencia de sí más elevada que la que experimentan los animales más evolucionados?" Transcrito en un lenguaje moderno, Jesús le contestó:1479:6 133:7.6 Hijo mío, ya te he hablado mucho de la mente del hombre y del espíritu divino que vive en ella, pero ahora, permíteme recalcar que la conciencia de sí es una realidad. Cuando un animal se vuelve consciente de sí mismo, se convierte en un hombre primitivo. Este logro es el resultado de una coordinación de funciones entre la energía impersonal y la mente que concibe el espíritu; este fenómeno es el que justifica la donación de un punto focal absoluto a la personalidad humana: el espíritu del Padre que está en los cielos.
1479:7 133:7.7 Las ideas no son simplemente un registro de sensaciones; las ideas son sensaciones, más las interpretaciones reflexivas del yo personal; y el yo es más que la suma de sus sensaciones. En una individualidad que evoluciona empieza a haber un indicio de acercamiento a la unidad, y esa unidad se deriva de la presencia interior de un fragmento de la unidad absoluta, que activa espiritualmente a esa mente consciente de sí de origen animal.
1479:8 133:7.8 Ningún simple animal puede poseer una conciencia del tiempo. Los animales poseen una coordinación fisiológica de sensaciones y reconocimientos asociados, y la memoria correspondiente; pero ninguno de ellos experimenta un reconocimiento de sensaciones que tenga un significado, ni muestra una asociación intencional de estas experiencias físicas combinadas, tal como se manifiestan en las conclusiones de las interpretaciones humanas inteligentes y reflexivas. Este hecho de la existencia autoconsciente, asociado a la realidad de su experiencia espiritual posterior, erige al hombre en hijo potencial del universo y prefigura que alcanzará finalmente a la Unidad Suprema del universo.
1480:1 133:7.9 El yo humano tampoco es simplemente la suma de sus estados sucesivos de conciencia. Sin el funcionamiento eficaz de un factor que ordena y asocia la conciencia, no existiría una unidad suficiente como para justificar la denominación de individualidad. Una mente no unificada de este tipo difícilmente podría alcanzar los niveles de conciencia del estado humano. Si las asociaciones de conciencia no fueran más que un accidente, la mente de todos los hombres manifestaría entonces las asociaciones incontroladas y desatinadas de ciertas fases de la locura mental.
1480:2 133:7.10 Una mente humana basada exclusivamente en la conciencia de las sensaciones físicas, nunca podría alcanzar los niveles espirituales; este tipo de mente material carecería totalmente del sentido de los valores morales y estaría desprovista del sentido director de dominación espiritual, que es tan esencial para conseguir la unidad armoniosa de la personalidad en el tiempo, y que es inseparable de la supervivencia de la personalidad en la eternidad.
1480:3 133:7.11 La mente humana empieza pronto a manifestar unas cualidades que son supermateriales; el intelecto humano verdaderamente reflexivo no está atado del todo por los límites del tiempo. El hecho de que los individuos sean tan diferentes en las acciones de su vida, no solamente indica las variadas dotaciones hereditarias y las diferentes influencias del entorno, sino también el grado de unificación que el yo ha conseguido con el espíritu interior del Padre, la medida en que están identificados el uno con el otro.
1480:4 133:7.12 La mente humana no soporta bien el conflicto de la doble fidelidad. Cuando un alma se esfuerza por servir al bien y al mal a la vez, experimenta una tensión extrema. La mente supremamente feliz y eficazmente unificada es la que está dedicada por entero a hacer la voluntad del Padre que está en los cielos. Los conflictos no resueltos destruyen la unidad y pueden terminar en el desquiciamiento mental. No obstante, el carácter de supervivencia de un alma no se favorece intentando asegurarse la paz mental a cualquier precio, mediante el abandono de las nobles aspiraciones o transigiendo con los ideales espirituales. Esta paz se alcanza más bien afirmando constantemente el triunfo de lo que es verdadero, y esta victoria se consigue venciendo al mal con la poderosa fuerza del bien.1480:5 133:7.13 Al día siguiente partieron hacia Salamina, donde se embarcaron para Antioquía, en la costa de Siria.