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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 135

JUAN EL BAUTISTA

 

1. JUAN SE HACE NAZARENO

1496:6  135:1.1 No había escuela donde Juan pudiera graduarse a la edad de catorce años, pero sus padres habían escogido este año como el más apropiado para que pronunciara sus votos oficiales de nazareno. En consecuencia, Zacarías e Isabel llevaron a su hijo a En-Gedi, cerca del Mar Muerto. Esta era la sede de la hermandad nazarena en el sur, y es allí donde el muchacho fue debidamente admitido en esta orden de manera solemne y para toda la vida. Después de las ceremonias y de hacer los votos de abstenerse de toda bebida embriagadora, dejarse crecer el pelo y no tocar a los muertos, la familia se dirigió a Jerusalén donde Juan completó, delante del templo, las ofrendas que se exigían a los que pronunciaban los votos nazarenos.
1496:7  135:1.2 Juan hizo los mismos votos vitalicios que habían efectuado sus ilustres predecesores, Sansón y el profeta Samuel. Un nazareno de por vida estaba considerado como una personalidad sacrosanta. Los judíos concedían a un nazareno casi el mismo respeto y veneración que al sumo sacerdote, lo que no era de extrañar, puesto que los nazarenos consagrados para toda la vida eran las únicas personas, además de los sumos sacerdotes, a quienes se les permitía entrar en el santo de los santos del templo.

1497:1  135:1.3 Juan regresó de Jerusalén a su casa para cuidar de las ovejas de su padre. Creció y se convirtió en un hombre fuerte con un carácter noble.
1497:2  135:1.4 A los dieciséis años, debido a unas lecturas acerca de Elías, Juan se quedó muy impresionado con el profeta del Monte Carmelo y decidió adoptar su manera de vestir. A partir de aquel día, Juan llevó siempre un vestido cubierto de pelo con un cinturón de cuero. A los dieciséis años ya medía más de un metro ochenta y casi había alcanzado su pleno desarrollo. Con sus cabellos sueltos y su manera peculiar de vestir, resultaba en verdad un joven pintoresco. Sus padres esperaban grandes cosas de su único descendiente, un hijo de la promesa y nazareno para toda la vida.

 

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