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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 135

JUAN EL BAUTISTA

 

2. LA MUERTE DE ZACARÍAS

1497:3  135:2.1 Después de una enfermedad que duró varios meses, Zacarías murió en julio del año 12, cuando Juan acababa de cumplir los dieciocho años. Fue un momento de gran desconcierto para Juan, pues el voto nazareno prohibía el contacto con los muertos, incluídos los de su propia familia. Aunque Juan había procurado cumplir con las restricciones de su voto en cuanto a la contaminación de los muertos, no estaba seguro de haberse sometido totalmente a los requisitos de la orden nazarena. Por esta razón, después del entierro de su padre fue a Jerusalén, y en el rincón nazareno del atrio de las mujeres ofreció los sacrificios requeridos para su purificación.

1497:4  135:2.2 En septiembre de este año, Isabel y Juan hicieron un viaje a Nazaret para visitar a María y a Jesús. Juan estaba casi decidido a empezar la obra de su vida, pero se sintió inducido, no sólo por las palabras de Jesús sino también por su ejemplo, a regresar al hogar, cuidar a su madre y esperar "a que llegara la hora del Padre". Después de despedirse de Jesús y de María al final de esta agradable visita, Juan no volvió a ver a Jesús hasta el momento de su bautismo en el Jordán.
1497:5  135:2.3 Juan e Isabel regresaron a su hogar y empezaron a hacer planes para el futuro. Como Juan se negaba a aceptar la paga de sacerdote que se le adeudaba de los fondos del templo, al cabo de dos años lo habían perdido todo menos su casa; así pues, decidieron dirigirse hacia el sur con su rebaño de ovejas. En consecuencia, Juan se trasladó a Hebrón el verano en que cumplió los veinte años. Cuidó de sus ovejas en el llamado "desierto de Judea", cerca de un arroyo que era tributario de un torrente mayor, que desembocaba en el Mar Muerto a la altura de En-Gedi. La colonia de En-Gedi incluía no solamente a los nazarenos consagrados de por vida o por un período determinado, sino también a otros numerosos pastores ascéticos que se congregaban en esta región con sus rebaños y fraternizaban con la hermandad de los nazarenos. Vivían de la cría de las ovejas y de las donaciones que los ricos judíos hacían a la orden.
1497:6  135:2.4 A medida que pasaba el tiempo, Juan regresaba cada vez menos a Hebrón y visitaba En-Gedi con mayor frecuencia. Era tan absolutamente diferente a la mayoría de los nazarenos, que le resultaba muy difícil fraternizar plenamente con la hermandad. Pero le tenía un gran afecto a Abner, el jefe y dirigente reconocido de la colonia de En-Gedi.

 

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