ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 137 EL TIEMPO DE ESPERA EN GALILEA
1527:4 137:3.1 Al día siguiente, Jesús envió a sus apóstoles a Caná, ya que todos ellos estaban invitados a la boda de una joven sobresaliente de aquella ciudad, mientras él se preparaba para hacerle una breve visita a su madre en Cafarnaum, deteniéndose en Magdala para ver a su hermano Judá.
1527:5 137:3.2 Antes de salir de Nazaret, los nuevos asociados de Jesús contaron a José y a otros miembros de la familia de Jesús los acontecimientos maravillosos del entonces pasado reciente, y expresaron francamente su creencia de que Jesús era el libertador tanto tiempo esperado. Estos miembros de la familia de Jesús discutieron sobre todo esto, y José dijo: "Después de todo, quizás mamá tenía razón —quizás nuestro extraño hermano sea el futuro rey."
1527:6 137:3.3 Judá había estado presente en el bautismo de Jesús y, con su hermano Santiago, se había vuelto un firme creyente en la misión de Jesús en la tierra. Aunque tanto Santiago como Judá estaban muy perplejos respecto a la naturaleza de la misión de su hermano, su madre había resucitado todas sus antiguas esperanzas de que Jesús sería el Mesías, el hijo de David, y animaba a sus hijos para que tuvieran fe en su hermano como libertador de Israel.1527:7 137:3.4 Jesús llegó a Cafarnaum el lunes por la noche, pero no fue a su propia casa, donde vivían Santiago y su madre; fue directamente a la casa de Zebedeo. Todos sus amigos de Cafarnaum advirtieron un cambio grande y agradable en él. Una vez más parecía relativamente contento y más semejante a como había sido durante sus primeros años en Nazaret. En los años anteriores a su bautismo y a los períodos de aislamiento justo antes y después del mismo, se había vuelto cada vez más serio y reservado. Ahora, a todos ellos les parecía que volvía a ser como antes. Había en él algo de significado majestuoso y de aspecto sublime, pero estaba nuevamente desenfadado y alegre.
1528:1 137:3.5 María se estremecía de esperanza. Preveía que la promesa de Gabriel iba a cumplirse próximamente. Esperaba que pronto toda Palestina se quedaría sorprendida y pasmada ante la revelación milagrosa de su hijo como rey sobrenatural de los judíos. Pero a las numerosas preguntas que le hicieron su madre, Santiago, Judá y Zebedeo, Jesús se limitó a responder sonriendo: "Es mejor que me quede aquí durante algún tiempo; debo hacer la voluntad de mi Padre que está en los cielos."1528:2 137:3.6 Al día siguiente, martes, todos fueron a Caná para asistir a la boda de Noemí, que iba a celebrarse al otro día. A pesar de las advertencias reiteradas de Jesús de que no hablaran a nadie de él "hasta que llegara la hora del Padre", ellos insistieron en divulgar discretamente la noticia de que habían encontrado al Libertador. Cada uno de ellos esperaba con confianza que Jesús inauguraría la asunción de su autoridad mesiánica en la próxima boda de Caná, y que lo haría con un gran poder y una grandeza sublime. Recordaban lo que les habían dicho sobre los fenómenos que acompañaron a su bautismo, y creían que su carrera futura en la tierra estaría marcada de manifestaciones crecientes de maravillas sobrenaturales y de demostraciones milagrosas. En consecuencia, toda la región se preparó para reunirse en Caná para la fiesta nupcial de Noemí y Johab, el hijo de Natán.
1528:3 137:3.7 Hacía años que María no estaba tan alegre. Viajó hasta Caná con el ánimo de una reina madre que va a presenciar la coronación de su hijo. Desde que Jesús tenía trece años, su familia y sus amigos no lo habían visto tan despreocupado y feliz, tan atento y comprensivo con los anhelos y deseos de sus asociados, tan tiernamente compasivo. Así que todos cuchicheaban entre ellos, en pequeños grupos, preguntándose qué iba a suceder. ¿Cuál sería el próximo acto de este extraño personaje? ¿Cómo anunciaría la gloria del reino venidero? Todos estaban emocionados con la idea de que iban a estar presentes para contemplar la revelación de la fuerza y del poder del Dios de Israel.