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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 139

Los DOCE APÓSTOLES

 

4. JUAN ZEBEDEO

1553:6  139:4.1 Cuando Juan se convirtió en apóstol, tenía veinticuatro años y era el más joven de los doce. Estaba soltero y vivía con sus padres en Betsaida; era pescador y trabajaba con su hermano Santiago en asociación con Andrés y Pedro. Antes y después de convertirse en apóstol, Juan ejerció como representante personal de Jesús en las relaciones con la familia del Maestro, y continuó llevando esta responsabilidad mientras que vivió María, la madre de Jesús.
1553:7  139:4.2 Puesto que Juan era el más joven de los doce, y estaba tan estrechamente unido a Jesús por los asuntos de su familia, era muy querido por el Maestro, pero no se puede decir en verdad que era "el discípulo que Jesús amaba". Difícilmente se puede imaginar que una personalidad tan magnánima como la de Jesús fuera culpable de mostrar favoritismos, de amar a uno de sus apóstoles más que a los otros. El hecho de que Juan fue uno de los tres ayudantes personales de Jesús dió más credibilidad a esta idea errónea, sin mencionar que Juan, así como su hermano Santiago, había conocido a Jesús desde hacía más tiempo que los otros apóstoles.

1554:1  139:4.3 Pedro, Santiago y Juan fueron asignados como ayudantes personales de Jesús poco después de convertirse en apóstoles. Poco después de la elección de los doce, cuando Jesús nombró a Andrés como director del grupo, le dijo: "Ahora deseo que asignes a dos o tres de tus compañeros para que estén conmigo y permanezcan a mi lado, para que me conforten y atiendan mis necesidades diarias." Andrés pensó que, para este deber especial, lo mejor sería seleccionar a los tres primeros apóstoles escogidos después de él. A él mismo le hubiera gustado ofrecerse como voluntario para este bendito servicio, pero el Maestro ya le había dado su cometido; así que ordenó inmediatamente que Pedro, Santiago y Juan acompañaran a Jesús.

1554:2  139:4.4 Juan Zebedeo tenía un carácter con muchos rasgos agradables, pero uno que no era tan agradable era su vanidad desmedida, aunque habitualmente bien disimulada. Su prolongada asociación con Jesús produjo muchos y grandes cambios en su carácter. Su vanidad disminuyó considerablemente, pero cuando envejeció y se volvió un poco infantil, este amor propio volvió a aparecer en cierta medida, de tal manera que, cuando estaba ocupado guiando a Natán en la redacción del evangelio que ahora lleva su nombre, el anciano apóstol no dudó en referirse a menudo a sí mismo como el "discípulo que Jesús amaba". En vista del hecho de que Juan casi llegó a ser, más que ningún otro mortal terrestre, el camarada de Jesús, de que era su representante personal escogido para tantos asuntos, no es de extrañar que llegara a considerarse como el "discípulo que Jesús amaba", pues sabía perfectamente que era el discípulo en quien Jesús confiaba con mucha frecuencia.
1554:3  139:4.5 El rasgo más sobresaliente del carácter de Juan era su formalidad; era puntual y valiente, fiel y entregado. Su mayor debilidad era su vanidad característica. Era el miembro más joven de la familia de su padre y el más joven del grupo apostólico. Quizás estaba un poquito mimado; quizás había sido consentido ligeramente demasiado. Pero el Juan de los años posteriores fue un tipo de persona muy diferente al joven arbitrario y satisfecho de sí mismo que se incorporó a las filas de los apóstoles de Jesús cuando tenía veinticuatro años.

1554:4  139:4.6 Las características de Jesús que Juan apreciaba más eran el amor y el altruismo del Maestro; estos rasgos le impresionaron tanto que toda su vida posterior estuvo dominada por un sentimiento de amor y de devoción fraternal. Habló de amor y escribió sobre el amor. Este "hijo del trueno" se convirtió en el "apóstol del amor". En Éfeso, siendo ya un obispo anciano que no se podía mantener de pie en el púlpito para predicar, y tenían que llevarlo a la iglesia en una silla, cuando al final de los oficios le pedían que dijera algunas palabras para los creyentes, durante años se limitó a repetir: "Hijos míos, amaos los unos a los otros."

1554:5  139:4.7 Juan era un hombre de pocas palabras, salvo cuando despertaban su genio. Pensaba mucho pero hablaba poco. Con la edad, su genio se tornó más suave, mejor controlado, pero nunca superó su aversión a hablar; nunca dominó por completo esta reticencia. Sin embargo, estaba dotado de una extraordinaria imaginación creadora.

1555:1  139:4.8 Juan tenía otra faceta que uno no esperaría encontrar en este tipo de hombre tranquilo e introspectivo. Era un poco fanático y extremadamente intolerante. En este aspecto se parecía mucho a Santiago —los dos querían pedir que bajara fuego del cielo sobre las cabezas de los samaritanos irrespetuosos. Cuando Juan se encontraba con algunos desconocidos que enseñaban en nombre de Jesús, se lo prohibía inmediatamente. Pero no era el único de los doce que estaba infectado con esta clase de amor propio y de conciencia de superioridad.
1555:2  139:4.9 La vida de Juan fue enormemente influenciada al ver a Jesús circulando sin hogar, pues sabía con cuánta fidelidad había asegurado el porvenir de su madre y de su familia. Juan también simpatizaba profundamente con Jesús al ver que su familia no le comprendía, siendo consciente de que se iban distanciando gradualmente de él. Toda esta situación, unida al hecho de que Jesús siempre sometía sus más pequeños deseos a la voluntad del Padre que está en el cielo y el observar su vida diaria de confianza implícita, hicieron en Juan una impresión tan profunda que produjo unos cambios marcados y permanentes en su carácter, unos cambios que se manifestaron a lo largo de toda su vida posterior.
1555:3  139:4.10 Juan tenía un valor frío y temerario que pocos de los otros apóstoles poseían. Fue el único apóstol que siguió a Jesús sin cesar la noche de su arresto y se atrevió a acompañar a su Maestro hasta las mismas puertas de la muerte. Estuvo presente y al alcance de la mano hasta la última hora terrestre de Jesús, realizando fielmente su misión de confianza respecto a la madre de Jesús, y dispuesto a recibir las instrucciones adicionales que pudieran dársele durante los últimos momentos de la existencia mortal del Maestro. Una cosa es indudable: Juan era completamente digno de confianza. Se sentaba habitualmente a la derecha de Jesús cuando los doce estaban comiendo. Fue el primero de los doce que creyó real y plenamente en la resurrección, y el primero que reconoció al Maestro cuando venía hacia ellos por la orilla del mar después de su resurrección.
1555:4  139:4.11 Este hijo de Zebedeo estuvo asociado muy estrechamente con Pedro en las primeras actividades del movimiento cristiano, convirtiéndose en uno de los pilares principales de la iglesia de Jerusalén. Fue el brazo derecho de Pedro el día de Pentecostés.
1555:5  139:4.12 Varios años después del martirio de Santiago, Juan se casó con la viuda de su hermano. Una nieta amorosa le cuidó durante los últimos veinte años de su vida.
1555:6  139:4.13 Juan estuvo varias veces en la cárcel y fue desterrado a la Isla de Patmos por un período de cuatro años, hasta que otro emperador subió al poder en Roma. Si Juan no hubiera tenido tanto tacto y sagacidad, indudablemente lo hubieran matado como a su hermano Santiago, que decía lo que pensaba con mayor claridad. A medida que pasaron los años, Juan, así como Santiago, el hermano del Señor, aprendieron a practicar una prudente conciliación cuando comparecían ante los magistrados civiles. Descubrieron que una "respuesta dulce desvía la cólera". Aprendieron también a presentar la iglesia como una "hermandad espiritual dedicada al servicio social de la humanidad", en lugar de hacerlo como "el reino de los cielos". Enseñaron el servicio amoroso en lugar del poder soberano —con reino y rey.
1555:7  139:4.14 Durante su exilio temporal en Patmos, Juan escribió el libro del Apocalipsis, que actualmente poseéis de una manera muy abreviada y deformada. Este libro del Apocalipsis contiene los fragmentos sobrevivientes de una gran revelación, porque después de que Juan lo escribiera, se perdieron muchas partes del mismo y otras fueron eliminadas. Sólo se conserva de manera fragmentaria y adulterada.
1555:8  139:4.15 Juan viajó mucho, trabajó sin cesar y después de convertirse en obispo de las iglesias de Asia, se estableció en Éfeso. Cuando tenía noventa y nueve años, estando en Éfeso, dirigió a su asociado Natán en la redacción del llamado "Evangelio según Juan". Juan Zebedeo se convirtió finalmente en el teólogo más sobresaliente de los doce apóstoles. Murió de muerte natural en Éfeso en el año 103, a los ciento un años de edad.

 

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