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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 139

Los DOCE APÓSTOLES

 

6. EL HONRADO NATANAEL

1558:2  139:6.1 Natanael, el sexto y último apóstol escogido personalmente por el Maestro, fue llevado hasta Jesús por su amigo Felipe. Había estado asociado con Felipe en varias empresas comerciales, e iba de camino con él para ver a Juan el Bautista cuando se encontraron con Jesús.
1558:3  139:6.2 Cuando Natanael se unió a los apóstoles tenía veinticinco años y era el segundo más joven del grupo. Era el hijo menor de una familia de siete, estaba soltero y era el único sostén de sus padres ancianos y enfermos, con quienes vivía en Caná; sus hermanos y su hermana estaban casados o habían fallecido, y ninguno de ellos vivía allí. Natanael y Judas Iscariote eran los dos hombres más instruídos de los doce. Natanael había pensado en hacerse comerciante.

1558:4  139:6.3 Jesús, personalmente, no le puso un apodo a Natanael, pero los doce pronto empezaron a hablar de él en términos que significaban honradez, sinceridad. Era un hombre "sin engaño", y ésta era su gran virtud; era honrado y sincero a la vez. La debilidad de su carácter era su orgullo; estaba muy orgulloso de su familia, de su ciudad, de su reputación y de su país, todo lo cual es loable si no se exagera demasiado. Pero en sus prejuicios personales, Natanael era propenso a extremar las cosas. Tenía la tendencia de prejuzgar a los individuos según sus opiniones personales. Antes incluso de conocer a Jesús, no tardó en preguntar: "¿Puede algo bueno salir de Nazaret?" Pero Natanael no era testarudo, aunque fuera orgulloso. Cambió inmediatamente de opinión en cuanto contempló el rostro de Jesús.
1558:5  139:6.4 Natanael era, en muchos aspectos, el genio excéntrico de los doce. Era el filósofo y el soñador apostólico, pero era un tipo de soñador muy práctico. Alternaba entre momentos de profunda filosofía y períodos de un humor excepcional y divertido; cuando tenía la disposición de ánimo apropiada, probablemente era el mejor narrador de historias de los doce. Jesús disfrutaba enormemente escuchando las disertaciones de Natanael sobre las cosas serias y las frívolas. Poco a poco, Natanael fue considerando a Jesús y al reino con más seriedad, pero nunca se tomó en serio a sí mismo.
1558:6  139:6.5 Todos los apóstoles amaban y respetaban a Natanael, y él se llevaba magníficamente bien con todos ellos, excepto con Judas Iscariote. Judas creía que Natanael no se tomaba su apostolado con la suficiente seriedad, y una vez tuvo la temeridad de ir en secreto a Jesús para dar sus quejas contra él. Jesús le dijo: "Judas, vigila tus pasos con cuidado; no exageres tu cargo. ¿Quién de nosotros está calificado para juzgar a su hermano? No es voluntad del Padre que sus hijos participen solamente en las cosas serias de la vida. Permíteme repetirte que he venido para que mis hermanos en la carne puedan tener un gozo, una alegría y una vida más abundantes. Vete pues, Judas, y haz bien lo que te han confiado, pero deja que tu hermano Natanael dé cuenta de sí mismo a Dios." El recuerdo de esta experiencia, unido al de otras muchas similares, vivió durante mucho tiempo en el corazón engañado de Judas Iscariote.
1559:1  139:6.6 Muchas veces, cuando Jesús estaba en la montaña con Pedro, Santiago y Juan, y la situación se ponía tensa y confusa entre los apóstoles, cuando el mismo Andrés tenía dudas sobre qué decir a sus hermanos entristecidos, Natanael suavizaba la tensión con un poco de filosofía o un golpe de humor; además, un humor de calidad.
1559:2  139:6.7 Natanael tenía el deber de cuidar a las familias de los doce. A menudo estaba ausente de los consejos apostólicos, porque en cuanto se enteraba de que la enfermedad o algún acontecimiento fuera de lo común afectaba a una de las personas a su cargo, no perdía tiempo en presentarse en el hogar en cuestión. Los doce estaban tranquilos porque sabían que el bienestar de sus familias estaba seguro en las manos de Natanael.

1559:3  139:6.8 Natanael veneraba sobre todo a Jesús por su tolerancia. Nunca se cansaba de contemplar la amplitud de miras y la compasión generosa del Hijo del Hombre.

1559:4  139:6.9 El padre de Natanael (Bartolomé) murió poco después de Pentecostés; a continuación, este apóstol se dirigió a Mesopotamia y a la India para proclamar la buena nueva del reino y bautizar a los creyentes. Sus hermanos no supieron nunca qué había sido de su antiguo filósofo, poeta y humorista. Pero él también fue un gran hombre en el reino y contribuyó mucho a divulgar las enseñanzas de su Maestro, aunque no participó en la organización de la iglesia cristiana posterior. Natanael murió en la India.

 

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