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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 139

Los DOCE APÓSTOLES

 

7. MATEO LEVÍ

1559:5  139:7.1 Mateo, el séptimo apóstol, fue escogido por Andrés. Mateo pertenecía a una familia de cobradores de impuestos, o publicanos, y él mismo era recaudador de aduanas en Cafarnaum, donde vivía. Tenía treinta y un años, estaba casado y tenía cuatro hijos. Era un hombre que poseía una riqueza moderada, el único miembro del cuerpo apostólico que contaba con ciertos recursos. Era un buen hombre de negocios, una persona muy sociable, y estaba dotado de la habilidad de hacer amigos y de llevarse muy bien con una gran variedad de personas.

1559:6  139:7.2 Andrés nombró a Mateo representante financiero de los apóstoles. Era en cierto modo el agente fiscal y el portavoz publicitario de la organización apostólica. Era un juez agudo de la naturaleza humana y un propagandista muy eficaz. Es difícil hacerse una idea de su personalidad, pero era un discípulo muy formal y creyó cada vez más en la misión de Jesús y en la certeza del reino. Jesús nunca le puso un apodo a Leví, pero sus compañeros apóstoles se referían a él con frecuencia como el "que consigue dinero".
1559:7  139:7.3 El punto fuerte de Leví era su devoción entusiasta a la causa. El hecho de que él, un publicano, hubiera sido aceptado por Jesús y sus apóstoles, llenaba de gratitud a este antiguo recaudador de impuestos. Sin embargo, el resto de los apóstoles necesitó un poco de tiempo, sobre todo Simón Celotes y Judas Iscariote, para admitir la presencia del publicano entre ellos. La debilidad de Mateo era su visión miope y materialista de la vida, pero a medida que pasaron los meses hizo grandes progresos en todas estas cuestiones. Como tenía el deber de surtir la tesorería, es natural que no pudiera estar presente en muchos de los períodos más preciosos de instrucción.
1559:8  139:7.4 Lo que Mateo apreciaba más del Maestro era su tendencia a perdonar. Nunca dejaba de repetir que la fe era lo único que se necesitaba en el asunto de encontrar a Dios. Siempre le gustaba hablar del reino como "este asunto de encontrar a Dios".
1560:1  139:7.5 Aunque Mateo era un hombre que tenía su pasado, daba una excelente impresión de sí mismo, y a medida que pasó el tiempo, sus compañeros se enorgullecieron de las acciones del publicano. Fue uno de los apóstoles que tomó amplias notas de los dichos de Jesús, y estas notas se utilizaron posteriormente como base para la narración que hizo Isador de los dichos y hechos de Jesús, que ha llegado a conocerse como el Evangelio según Mateo.
1560:2  139:7.6 La vida grande y útil de Mateo, el hombre de negocios y recaudador de aduanas de Cafarnaum, ha servido para conducir a miles y miles de otros hombres de negocios, funcionarios públicos y políticos, durante los siglos siguientes, a escuchar también la atractiva voz del Maestro diciendo: "Sígueme." Mateo era realmente un político sagaz, pero era intensamente fiel a Jesús y estaba dedicado de manera suprema a la tarea de cuidar que los mensajeros del reino venidero estuvieran financiados adecuadamente.
1560:3  139:7.7 La presencia de Mateo entre los doce fue el medio de mantener las puertas del reino abiertas de par en par para una multitud de almas desanimadas y proscritas que se habían considerado desde hacía mucho tiempo excluídas de los consuelos de la religión. Hombres y mujeres repudiados y desesperados se congregaban para escuchar a Jesús, que nunca rechazó a uno solo de ellos.

1560:4  139:7.8 Mateo recibía las donaciones ofrecidas libremente por los discípulos creyentes y los oyentes directos de las enseñanzas del Maestro, pero nunca solicitó abiertamente la contribución de las multitudes. Efectuó todo su trabajo financiero de una manera tranquila y personal, y recaudó la mayor parte del dinero entre la clase más acomodada de los creyentes interesados. Entregó prácticamente la totalidad de su modesta fortuna a la obra del Maestro y sus apóstoles, pero ellos nunca se enteraron de esta generosidad, salvo Jesús, que estaba al corriente de todo. Mateo dudaba en contribuir abiertamente a los fondos apostólicos por temor a que Jesús y sus asociados pudieran considerar que su dinero estaba manchado; en consecuencia, hizo muchas aportaciones en nombre de otros creyentes. Durante los primeros meses, cuando Mateo se daba cuenta de que su presencia entre ellos era más o menos una prueba, sentía la fuerte tentación de hacerles saber que con su dinero se compraba a menudo su pan cotidiano, pero no lo hizo. Cuando la prueba del desdén por el publicano se hacía manifiesta, Leví ardía en deseos de revelarles su generosidad, pero siempre se las arregló para guardar silencio.
1560:5  139:7.9 Cuando los fondos para las necesidades previstas de la semana eran insuficientes, Leví sacaba a menudo cantidades importantes de sus propios recursos personales. A veces también, cuando la enseñanza de Jesús le interesaba mucho, prefería quedarse y escuchar la doctrina, aún sabiendo que tendría que compensar personalmente los fondos necesarios que no había ido a solicitar. ¡Pero Leví deseaba tanto que Jesús supiera que una buena parte del dinero procedía de su bolsillo! Poco podía suponer que el Maestro estaba al corriente de todo. Todos los apóstoles murieron sin saber que Mateo fue su benefactor hasta tal extremo, que cuando partió para proclamar el evangelio del reino, después del comienzo de las persecuciones, estaba prácticamente en la pobreza.

1560:6  139:7.10 Cuando estas persecuciones obligaron a los creyentes a abandonar Jerusalén, Mateo viajó hacia el norte, predicando el evangelio del reino y bautizando a los creyentes. Sus antiguos asociados apostólicos perdieron todo contacto con él, pero continuó predicando y bautizando en Siria, Capadocia, Galacia, Bitinia y Tracia. Fue en Tracia, en Lisimaquia, donde ciertos judíos increyentes conspiraron con los soldados romanos para provocar su muerte. Este publicano regenerado murió triunfante en la fe de una salvación que había adquirido con tanta seguridad de las enseñanzas del Maestro durante su reciente estancia en la tierra.

 

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