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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 146

LA PRIMERA GIRA DE PREDICACIÓN EN GALILEA

 

3. LA PARADA EN RAMÁ

1641:3  146:3.1 Jesús tuvo en Ramá el debate memorable con el anciano filósofo griego que enseñaba que la ciencia y la filosofía eran suficientes para satisfacer las necesidades de la experiencia humana. Jesús escuchó con paciencia y simpatía a este educador griego, aceptando la verdad de muchas de las cosas que dijo. Pero cuando terminó de hablar, Jesús le señaló que en su examen de la existencia humana había omitido explicar "de dónde, por qué, y hacia donde", y añadió: "Allí donde tú terminas, empezamos nosotros. La religión es una revelación al alma humana que trata con unas realidades espirituales que la mente sola nunca podría descubrir ni sondear por completo. Los esfuerzos intelectuales pueden revelar los hechos de la vida, pero el evangelio del reino descubre las verdades de la existencia. Tú has hablado de las sombras materiales de la verdad; ¿quieres escucharme ahora mientras te hablo de las realidades eternas y espirituales que proyectan esas sombras temporales transitorias de los hechos materiales de la existencia mortal?" Durante más de una hora, Jesús enseñó a este griego las verdades salvadoras del evangelio del reino. Al anciano filósofo le conmovió el modo de acercarse del Maestro, y como era sinceramente honrado de corazón, creyó rápidamente en este evangelio de salvación.
1641:4  146:3.2 Los apóstoles estaban un poco desconcertados por la manera evidente con que Jesús aprobaba muchas de las proposiciones del griego, pero Jesús les dijo más tarde en privado: "Hijos míos, no os asombréis por mi tolerancia con la filosofía del griego. La certidumbre interior verdadera y auténtica no teme en absoluto el análisis exterior, ni la verdad se resiente por una crítica honesta. No deberíais olvidar nunca que la intolerancia es la máscara que cubre las dudas que se mantienen en secreto sobre la autenticidad de las creencias que uno tiene. A nadie le inquieta en ningún momento la actitud de su vecino, cuando tiene una confianza total en la verdad de lo que cree de todo corazón. El coraje es la confianza completamente honesta en las cosas que uno profesa creer. Los hombres sinceros no temen el examen crítico de sus verdaderas convicciones y de sus nobles ideales."

1641:5  146:3.3 La segunda noche en Ramá, Tomás le hizo a Jesús la siguiente pregunta: "Maestro, un nuevo creyente en tus enseñanzas ¿cómo puede saber realmente, estar realmente seguro, de la verdad de este evangelio del reino?"
1641:6  146:3.4 Jesús le dijo a Tomás: "Tu seguridad de que has entrado en la familia del reino del Padre y de que sobrevivirás eternamente con los hijos del reino, es enteramente un asunto de experiencia personal —de fe en la palabra de la verdad. La seguridad espiritual equivale a tu experiencia religiosa personal con las realidades eternas de la verdad divina; dicho de otra manera, es igual a tu comprensión inteligente de las realidades de la verdad, más tu fe espiritual y menos tus dudas sinceras.
1642:1  146:3.5 "El Hijo está dotado por naturaleza de la vida del Padre. Como habéis sido dotados del espíritu viviente del Padre, sois por lo tanto hijos de Dios. Sobrevivís a vuestra vida en el mundo material de la carne porque estáis identificados con el espíritu viviente del Padre, el don de la vida eterna. En verdad, muchas personas tenían esta vida antes de que yo saliera del Padre, y muchos más han recibido este espíritu porque han creído en mis palabras; pero os aseguro que, cuando yo regrese al Padre, él enviará su espíritu al corazón de todos los hombres.
1642:2  146:3.6 "Aunque no podéis observar al espíritu divino trabajando en vuestra mente, existe un método práctico para descubrir hasta qué punto habéis cedido el control de los poderes de vuestra alma a la enseñanza y a la dirección de este espíritu interior del Padre celestial: es el grado de vuestro amor por vuestros semejantes humanos. Este espíritu del Padre participa del amor del Padre, y a medida que domina al hombre, lo conduce infaliblemente en la dirección de la adoración divina y de la consideración afectuosa por los semejantes. Al principio, creéis que sois los hijos de Dios porque mi enseñanza os ha hecho más conscientes de las directrices internas de la presencia de nuestro Padre que reside en vosotros; pero el Espíritu de la Verdad será derramado dentro de poco sobre todo el género humano, y vivirá entre los hombres y los enseñará a todos, como yo ahora vivo entre vosotros y os digo las palabras de la verdad. Este Espíritu de la Verdad, que habla para los dones espirituales de vuestra alma, os ayudará a saber que sois los hijos de Dios. Dará testimonio de manera infalible con la presencia interior del Padre, vuestro espíritu, que entonces residirá en todos los hombres, como ahora reside en algunos, y os dirá que sois en realidad los hijos de Dios.
1642:3  146:3.7 "Todo hijo terrestre que sigue las directrices de este espíritu terminará conociendo la voluntad de Dios, y aquel que se abandona a la voluntad de mi Padre vivirá para siempre. El camino que va de la vida terrestre al estado eterno no se os ha indicado claramente; sin embargo hay un camino, siempre lo ha habido, y yo he venido para hacerlo nuevo y viviente. Aquel que entra en el reino ya tiene la vida eterna —no perecerá nunca. Pero muchas de estas cosas las comprenderéis mejor cuando yo haya regresado al Padre, y seáis capaces de contemplar retrospectivamente vuestras experiencias de ahora."
1642:4  146:3.8 Todos los que escucharon estas palabras bienaventuradas se llenaron de regocijo. Las enseñanzas judías sobre la supervivencia de los justos eran confusas e inciertas, y para los discípulos de Jesús resultaba vivificante e inspirador escuchar estas palabras tan precisas y positivas, asegurando la supervivencia eterna para todos los creyentes sinceros.

1642:5  146:3.9 Los apóstoles continuaron predicando y bautizando a los creyentes, conservando la costumbre de ir de casa en casa para confortar a los deprimidos y atender a los enfermos y afligidos. La organización apostólica se había ampliado, en el sentido de que cada apóstol de Jesús tenía ahora como asociado a un apóstol de Juan; Abner era el asociado de Andrés; y este plan prevaleció hasta que bajaron a Jerusalén para la Pascua siguiente.

1642:6  146:3.10 Durante su estancia en Zabulón, la instrucción especial que Jesús les dio consistió principalmente en nuevas discusiones sobre las obligaciones recíprocas en el reino, y englobó una enseñanza destinada a clarificar las diferencias entre la experiencia religiosa personal y las buenas relaciones en las obligaciones religiosas sociales. Ésta fue una de las pocas veces que el Maestro discurrió sobre los aspectos sociales de la religión. A lo largo de toda su vida en la tierra, Jesús dio a sus discípulos muy pocas instrucciones sobre la socialización de la religión.
1643:1  146:3.11 La población de Zabulón era de raza mixta, ni judía ni gentil, y pocos de ellos creyeron realmente en Jesús, a pesar de que habían oído hablar de la curación de los enfermos en Cafarnaum.

 


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