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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 146

LA PRIMERA GIRA DE PREDICACIÓN EN GALILEA

 

5. DE VUELTA EN CANÁ

1644:3  146:5.1 El grupo apostólico se alegró enormemente cuando Jesús anunció: "Mañana iremos a Caná." Sabían que en Caná los escucharían con simpatía, porque Jesús era bien conocido allí. Iban prosperando en su trabajo de atraer a la gente al reino cuando, al tercer día, cierto ciudadano destacado de Cafarnaum, llamado Tito, se presentó en Caná; era un creyente a medias y su hijo estaba gravemente enfermo. Había oído que Jesús estaba en Caná, por lo que se apresuró en ir a verlo. Los creyentes de Cafarnaum consideraban que Jesús podía curar cualquier enfermedad.
1644:4  146:5.2 Cuando este noble hubo localizado a Jesús en Caná, le suplicó que fuera rápidamente a Cafarnaum para curar a su hijo afligido. Mientras los apóstoles permanecían cerca con la respiración cortada por la expectación, Jesús, mirando al padre del muchacho enfermo, dijo: "¿Cuánto tiempo seré indulgente con vosotros? El poder de Dios está en medio de vosotros, pero a menos que veáis signos y contempléis prodigios, os negáis a creer." Pero el noble le suplicó a Jesús, diciendo: "Señor mío, yo sí creo, pero ven antes de que mi hijo perezca, porque cuando lo dejé ya estaba a punto de morir." Después de inclinar la cabeza unos momentos, en una meditación silenciosa, Jesús dijo súbitamente: "Vuelve a tu hogar; tu hijo vivirá." Tito creyó en la palabra de Jesús y se apresuró a regresar a Cafarnaum. Cuando iba de vuelta, sus sirvientes salieron a su encuentro, diciendo: "Regocíjate, pues tu hijo ha mejorado —vive." Entonces Tito les preguntó a qué hora había empezado a mejorar el muchacho, y cuando los criados contestaron "ayer, hacia la hora séptima, desapareció la fiebre", el padre recordó que era aproximadamente esa hora cuando Jesús había dicho: "Tu hijo vivirá." A partir de entonces Tito creyó de todo corazón, y toda su familia también creyó. Su hijo se convirtió en un poderoso ministro del reino y más tarde sacrificó su vida con los que sufrían en Roma. Toda la familia de Tito, sus amigos, e incluso los apóstoles, consideraron este episodio como un milagro, pero no lo fue. Al menos éste no fue un milagro de curación de una enfermedad física. Fue simplemente un caso de preconocimiento respecto al proceso de la ley natural, precísamente el tipo de conocimiento al que Jesús recurrió con frecuencia después de su bautismo.
1645:1  146:5.3 Jesús se vio de nuevo forzado a salir apresuradamente de Caná debido a que el segundo episodio de este tipo que acompañó a su ministerio en esta población había llamado excesivamente la atención. Los vecinos del pueblo se acordaban del agua y del vino, y ahora que suponían que Jesús había curado al hijo del noble a una distancia tan grande, acudían a él no solamente para traerle a los enfermos y a los afligidos, sino también para enviarle mensajeros con el ruego de que curara a los pacientes a distancia. Cuando Jesús vio que toda la región estaba alborotada, dijo: "Vamos a Naín."

 


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