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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 147

EL PARÉNTESIS DE LA VISITA A JERUSALÉN

 

6. EL REGRESO A CAFARNAUM

1653:5  147:6.1 La última semana de abril, Jesús y los doce salieron de su cuartel general de Betania cerca de Jerusalén, y emprendieron su viaje de regreso a Cafarnaum por el camino de Jericó y el Jordán.
1654:1  147:6.2 Los sacerdotes principales y los jefes religiosos de los judíos tuvieron muchas reuniones secretas con el fin de decidir qué iban a hacer con Jesús. Todos estaban de acuerdo en que había que hacer algo para poner fin a su enseñanza, pero no se ponían de acuerdo en el método a emplear. Habían tenido la esperanza de que las autoridades civiles dispondrían de él como Herodes había puesto fin a la carrera de Juan, pero descubrieron que Jesús llevaba su actividad de tal manera que los funcionarios romanos no estaban muy alarmados por sus predicaciones. En consecuencia, en una reunión celebrada el día antes de la partida de Jesús para Cafarnaum, decidieron que tenía que ser capturado bajo la acusación de un delito religioso, y ser juzgado por el sanedrín. Por esta razón, nombraron una comisión de seis espías secretos para que siguieran a Jesús y observaran sus palabras y sus actos; cuando hubieran acumulado suficientes pruebas de infracciones a la ley y de blasfemias, tenían que regresar con su informe a Jerusalén. Estos seis judíos alcanzaron en Jericó al grupo apostólico, que constaba de unos treinta miembros, y con el pretexto de que deseaban convertirse en discípulos, se unieron a la familia de seguidores de Jesús, permaneciendo con el grupo hasta el comienzo de la segunda gira de predicación en Galilea. En ese momento, tres de ellos volvieron a Jerusalén para presentar su informe a los principales sacerdotes y al sanedrín.

1654:2  147:6.3 Pedro predicó a la multitud reunida en el vado del Jordán, y a la mañana siguiente se dirigieron río arriba hacia Amatus. Querían continuar directamente hasta Cafarnaum, pero se había congregado tanta gente que se quedaron tres días, predicando, enseñando y bautizando. No se marcharon para casa hasta el sábado por la mañana temprano, primer día de mayo. Los espías de Jerusalén estaban seguros de que ahora podrían obtener la primera acusación contra Jesús —la de violar el sábado— puesto que se había atrevido a emprender su viaje el día del sábado. Pero iban a sufrir una desilusión porque, justo antes de partir, Jesús llamó a Andrés y le dio instrucciones, delante de todos ellos, para que sólo avanzaran unos mil metros, la distancia legal que los judíos podían recorrer el día del sábado.
1654:3  147:6.4 Pero los espías no tuvieron que esperar mucho para tener la oportunidad de acusar a Jesús y a sus compañeros de violar el sábado. Al pasar el grupo por un camino estrecho, a ambos lados y al alcance de la mano se encontraba el trigo ondulante, que en esa época estaba madurando; como algunos de los apóstoles tenían hambre, arrancaron el grano maduro y se lo comieron. Entre los viajeros existía la costumbre de servirse grano mientras pasaban por la carretera, y por esta razón no se atribuía ninguna idea de maldad a esta conducta. Pero los espías cogieron esto como un pretexto para atacar a Jesús. Cuando vieron a Andrés restregando el grano en su mano, se acercaron y le dijeron: "¿No sabes que es ilegal arrancar y restregar el grano el día del sábado?" Andrés respondió: "Pero tenemos hambre y sólo restregamos la cantidad suficiente para nuestras necesidades; ¿desde cuándo es un pecado comer grano el día del sábado?" Pero los fariseos replicaron: "No haces mal en comerlo, pero violas la ley al arrancar y restregar el grano entre tus manos; tu Maestro seguramente no aprobaría esa conducta." Entonces, Andrés dijo: "Si no es malo comerse el grano, seguramente restregarlo entre nuestras manos no es mucho más trabajo que masticarlo, cosa que permitís; ¿por qué hacéis un problema por estas nimiedades?" Cuando Andrés insinuó que eran unos sofistas, se indignaron y se precipitaron hacia Jesús, que caminaba detrás charlando con Mateo, y protestaron diciendo: "Mira, Maestro, tus apóstoles hacen lo que es ilegal el día del sábado; arrancan, restriegan y se comen el grano. Estamos seguros de que les vas a ordenar que dejen de hacerlo." Jesús dijo entonces a los acusadores: "En verdad sois celosos de la ley, y hacéis bien en recordar el sábado para santificarlo. Pero ¿no habéis leído nunca en las Escrituras que un día que David tenía hambre entró en la casa de Dios con sus compañeros, y se comieron el pan de la proposicion, que nadie estaba autorizado a comer excepto los sacerdotes? Y David también dio de este pan a los que estaban con él. ¿Y no habéis leído en nuestra ley que es legal hacer muchas cosas necesarias el sábado? ¿Y no voy a veros comer, antes de que termine el día, lo que habéis traído para vuestras necesidades de hoy? Amigos míos, hacéis bien en defender el sábado, pero haríais mejor en proteger la salud y el bienestar de vuestros semejantes. Afirmo que el sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado. Y si estáis aquí con nosotros para vigilar mis palabras, entonces proclamaré abiertamente que el Hijo del Hombre es dueño incluso del sábado."
1655:1  147:6.5 Los fariseos se quedaron asombrados y confundidos ante sus palabras de discernimiento y de sabiduría. Durante el resto del día se mantuvieron apartados y no se atrevieron a hacer más preguntas.

1655:2  147:6.6 El antagonismo de Jesús hacia las tradiciones judías y los ceremoniales serviles era siempre positivo. Consistía en lo que él hacía y afirmaba. El Maestro pasaba poco tiempo haciendo denuncias negativas. Enseñaba que los que conocen a Dios pueden gozar de la libertad de vivir sin engañarse a sí mismos con los desenfrenos del pecado. Jesús dijo a sus apóstoles: "Amigos, si estáis iluminados por la verdad y si sabéis realmente lo que hacéis, sois bienaventurados; pero si no conocéis el camino divino, sois desgraciados y ya quebrantáis la ley."

 


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