ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 148 LA PREPARACIÓN DE Los EVANGELISTAS EN BETSAIDA
1664:5 148:7.1 El segundo sábado antes de la partida de los apóstoles y del nuevo cuerpo de evangelistas para la segunda gira de predicación por Galilea, Jesús habló en la sinagoga de Cafarnaum sobre "Las alegrías de una vida de rectitud". Cuando Jesús terminó de hablar, un amplio grupo de mutilados, lisiados, enfermos y afligidos se agolpó a su alrededor buscando la curación. En este grupo también se encontraban los apóstoles, muchos de los nuevos evangelistas y los espías fariseos de Jerusalén. A cualquier parte que fuera Jesús (excepto cuando iba a las colinas a los asuntos de su Padre) los seis espías de Jerusalén lo seguían con toda seguridad.
1665:1 148:7.2 Mientras Jesús estaba hablándole a la gente, el jefe de los espías fariseos incitó a un hombre que tenía una mano seca a que se acercara al Maestro y le preguntara si era legal ser curado el día del sábado, o si debía buscar el remedio otro día. Cuando Jesús vio al hombre, escuchó sus palabras y percibió que había sido enviado por los fariseos, dijo: "Acércate, que voy a hacerte una pregunta. Si tuvieras una oveja y se cayera en un hoyo el día del sábado, ¿bajarías para cogerla y sacarla de allí? ¿Es lícito hacer estas cosas el día del sábado?" Y el hombre respondió: "Sí, Maestro, sería lícito hacer esta buena acción el día del sábado." Entonces, dirigiéndose a todos ellos, Jesús dijo: "Sé por qué habéis enviado a este hombre a mi presencia. Quisiérais encontrar en mí un motivo de culpa si pudierais tentarme para que muestre misericordia el día del sábado. Todos aceptáis en silencio que era lícito sacar del hoyo a la desgraciada oveja, aunque sea sábado, y os pongo por testigos de que es lícito mostrar una bondad afectuosa el día del sábado no sólo a los animales, sino también a los hombres. ¡Cuánto más valioso es un hombre que una oveja! Proclamo que es legal hacer el bien a los hombres el día del sábado." Mientras todos permanecían delante de él en silencio, Jesús se dirigió al hombre de la mano seca y le dijo: "Ponte aquí a mi lado para que todos puedan verte. Y ahora, para que puedas saber que es voluntad de mi Padre que hagáis el bien el día del sábado, si tienes fe para ser curado, te ruego que extiendas la mano."
1665:2 148:7.3 Cuando este hombre alargaba su mano seca, ésta quedó curada. La gente estuvo a punto de revolverse contra los fariseos, pero Jesús les pidió que se calmaran, diciendo: "Acabo de deciros que es lícito hacer el bien el sábado, salvar una vida, pero no os he enseñado que hagáis el mal y que cedáis al deseo de matar." Los fariseos se fueron encolerizados, y a pesar de que era sábado, se dieron mucha prisa en llegar a Tiberiades para pedirle consejo a Herodes; hicieron todo lo que estuvo en su poder por despertar su preocupación, con objeto de asegurarse la alianza de los herodianos en contra de Jesús. Pero Herodes se negó a tomar medidas contra Jesús, aconsejándoles que llevaran sus quejas a Jerusalén.
1665:3 148:7.4 Éste es el primer caso en el que Jesús realizó un milagro en respuesta al desafío de sus enemigos. El Maestro llevó a cabo este supuesto milagro, no para demostrar su poder curativo, sino para protestar eficazmente contra la transformación del descanso religioso del sábado en una verdadera esclavitud de restricciones sin sentido para toda la humanidad. Este hombre regresó a su trabajo como albañil, demostrando ser una de las personas cuya curación fue seguida por una vida de acción de gracias y de rectitud.