ÍNDICE
previo      continuo
El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 148

LA PREPARACIÓN DE Los EVANGELISTAS EN BETSAIDA

 

8. LA ÚLTIMA SEMANA EN BETSAIDA

1665:4  148:8.1 Durante la última semana de la estancia en Betsaida, los espías de Jerusalén tuvieron una actitud muy dividida con respecto a Jesús y sus enseñanzas. Tres de estos fariseos estaban enormemente impresionados por lo que habían visto y oído. Mientras tanto, en Jerusalén, un joven miembro influyente del sanedrín, llamado Abraham, adoptó públicamente las enseñanzas de Jesús y fue bautizado por Abner en el estanque de Siloam. Todo Jerusalén estaba convulsionado por este acontecimiento, y unos mensajeros fueron enviados inmediatamente a Betsaida para hacer volver a los seis espías fariseos.

1666:1  148:8.2 El filósofo griego que había sido ganado para el reino durante la gira anterior por Galilea, regresó con algunos judíos ricos de Alejandría, y una vez más invitaron a Jesús para que fuera a su ciudad con objeto de establecer una escuela conjunta de filosofía y religión, así como un hospital para los enfermos. Pero Jesús declinó cortésmente la invitación.

1666:2  148:8.3 Aproximadamente por esta época, un profeta llamado Quirmet, que se ponía en trance, llegó al campamento de Betsaida procedente de Bagdad. Este supuesto profeta tenía unas visiones peculiares cuando estaba en trance y unos sueños fantásticos cuando se perturbaba su sueño. Creó un alboroto considerable en el campamento, y Simón Celotes opinaba que había que tratar más bien con rudeza a este farsante que se engañaba a sí mismo, pero Jesús intervino para dejarle total libertad de acción durante unos días. Todos los que escucharon su predicación reconocieron pronto que, utilizando el criterio del evangelio del reino, su enseñanza no era válida. Quirmet regresó poco después a Bagdad, llevándose consigo solamente a media docena de almas inestables y erráticas. Pero antes de que Jesús intercediera por el profeta de Bagdad, David Zebedeo, con la ayuda de un comité autoproclamado, había llevado a Quirmet al lago y, después de zambullirlo repetidas veces en el agua, le aconsejaron que se fuera de allí —que organizara y construyera su propio campamento.

1666:3  148:8.4 Aquel mismo día, una mujer fenicia llamada Bet-Marión se volvió tan fanática que perdió la cabeza, y sus amigos la despidieron después de haberle faltado poco para ahogarse al intentar caminar por el agua.

1666:4  148:8.5 Abraham el fariseo, el nuevo converso de Jerusalén, donó todos sus bienes terrenales al tesoro apostólico, y esta contribución ayudó mucho a que se pudieran enviar inmediatamente los cien evangelistas recién instruídos. Andrés ya había anunciado el cierre del campamento, y todos se prepararon para irse a sus casas o para acompañar a los evangelistas a Galilea.

 

previo      continuo