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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 150

LA TERCERA GIRA DE PREDICACIÓN

 

4. EL ENVÍO DE Los APÓSTOLES DE DOS EN DOS

1681:8  150:4.1 A la tarde siguiente, depués de reunir a los doce apóstoles, los apóstoles de Juan y el grupo recién autorizado de mujeres, Jesús dijo: "Podéis ver por vosotros mismos que la cosecha es abundante, pero que los obreros son pocos. Así pues, oremos todos al Señor de la cosecha para que envíe aún más obreros a sus campos. Mientras yo me quedo aquí para animar e instruir a los educadores más jóvenes, quisiera enviar a los más antiguos de dos en dos para que pasen rápidamente por toda Galilea predicando el evangelio del reino, mientras que aún se puede hacer de manera cómoda y pacífica." Luego designó a las parejas de apóstoles tal como él deseaba que salieran, y fueron las siguientes: Andrés y Pedro, Santiago y Juan Zebedeo, Felipe y Natanael, Tomás y Mateo, Santiago y Judas Alfeo, Simón Celotes y Judas Iscariote.
1681:9  150:4.2 Jesús fijó la fecha en que se encontraría con los doce en Nazaret, y al separarse dijo: "Durante esta misión, no vayáis a ninguna ciudad de los gentiles ni tampoco a Samaria; id más bien donde están las ovejas perdidas de la casa de Israel. Predicad el evangelio del reino y proclamad la verdad salvadora de que el hombre es un hijo de Dios. Recordad que el discípulo difícilmente está por encima de su maestro y que un siervo no es más grande que su señor. Es suficiente con que el discípulo sea igual a su maestro y el siervo llegue a ser como su señor. Si alguna gente se ha atrevido a calificar al dueño de la casa de asociado de Belcebú, ¡con cuánta más razón considerarán de esa manera a la gente de su casa! Pero no tenéis que temer a estos enemigos incrédulos. Os aseguro que no hay nada tan encubierto que no se pueda revelar; no hay nada oculto que no se pueda conocer. Lo que os he enseñado en privado, predicadlo en público con sabiduría. Lo que os he revelado dentro de la casa, proclamadlo a su debido tiempo desde los tejados. Os lo digo, amigos y discípulos míos, no temáis a los que pueden matar el cuerpo, pero no son capaces de destruir el alma; poned más bien vuestra confianza en Aquel que es capaz de sostener el cuerpo y de salvar el alma.
1682:1  150:4.3 "¿No se venden dos gorriones por un céntimo? Y sin embargo os declaro que ninguno de ellos está olvidado a los ojos de Dios. ¿No sabéis que incluso los cabellos de vuestras cabezas están todos contados? Así pues, no temáis; vosotros valéis más que una gran cantidad de gorriones. No os avergoncéis de mi enseñanza; salid a proclamar la paz y la buena voluntad, pero no os engañéis —la paz no siempre acompañará vuestra predicación. He venido para traer la paz a la tierra, pero cuando los hombres rechazan mi regalo, se producen divisiones y disturbios. Cuando toda una familia recibe el evangelio del reino, la paz permanece realmente en esa casa; pero cuando algunos miembros de la familia entran en el reino y otros rechazan el evangelio, una división así sólo puede producir pena y tristeza. Trabajad seriamente para salvar a la familia entera, a fin de que un hombre no tenga por enemigos a los miembros de su propia casa. Pero cuando hayáis hecho todo lo posible por todos los miembros de cada familia, os declaro que cualquiera que ame a su padre o a su madre más que a este evangelio, no es digno del reino."
1682:2  150:4.4 Después de haber escuchado estas palabras, los doce se prepararon para partir. No volvieron a verse hasta el momento en que se reunieron en Nazaret para encontrarse con Jesús y los otros discípulos, tal como el Maestro lo había dispuesto.

 


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