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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 151

ESTANCIA Y ENSEÑANZA A LA ORILLA DEL MAR

 

2. LA INTERPRETACIÓN DE LA PARÁBOLA

1689:4  151:2.1 Pedro y el grupo que le rodeaba llegaron a la conclusión de que la parábola del sembrador era una alegoría, que cada uno de sus elementos tenía un significado oculto; así pues, decidieron ir a ver a Jesús para solicitarle una explicación. En consecuencia, Pedro se acercó al Maestro, diciendo: "Somos incapaces de penetrar el significado de esta parábola, y deseamos que nos la expliques, puesto que dices que se nos ha dado conocer los misterios del reino." Cuando escuchó esto, Jesús le dijo a Pedro: "Hijo mío, no deseo ocultarte nada, pero supongamos que me cuentas primero sobre qué habéis estado hablando; ¿cuál es tu interpretación de la parábola?"
1689:5  151:2.2 Después de un momento de silencio, Pedro dijo: "Maestro, hemos hablado mucho sobre la parábola, y ésta es la interpretación a la que he llegado: El sembrador es el predicador del evangelio; la semilla es la palabra de Dios. Las semillas que cayeron al borde del camino representan a los que no comprenden la enseñanza del evangelio. Los pájaros que atraparon rápidamente las semillas que cayeron en el suelo endurecido representan a Satanás, o al maligno, que esconde lo que se ha sembrado en el corazón de esos ignorantes. Las semillas que cayeron en los lugares rocosos y que brotaron con tanta rapidez representan a esas personas superficiales e irreflexivas que, cuando escuchan la buena nueva, reciben el mensaje con alegría, pero como la verdad no tiene ninguna raíz verdadera en su comprensión más profunda, su devoción dura poco ante las tribulaciones y las persecuciones. Estos creyentes tropiezan cuando llegan las dificultades, y cuando son tentados, desfallecen. Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que escuchan la palabra con agrado, pero permiten que las inquietudes del mundo y la falsedad de las riquezas ahoguen la palabra de la verdad, de tal manera que se vuelve estéril. Pero las semillas que cayeron en una buena tierra y crecieron hasta que unas produjeron treinta, otras sesenta y otras cien granos, representan a los que han escuchado la verdad, la han recibido con diversos grados de apreciación —debido a sus diferentes dotes intelectuales— y por eso manifiestan esos diversos grados de experiencia religiosa."
1690:1  151:2.3 Después de escuchar la interpretación que Pedro hizo de la parábola, Jesús preguntó a los otros apóstoles si no tenían también alguna sugerencia que ofrecer. Natanael fue el único que respondió a esta invitación, diciendo: "Maestro, reconozco que hay muchas cosas buenas en la interpretación que Simón Pedro ha hecho de la parábola, pero no estoy totalmente de acuerdo con él. Mi idea de esta parábola sería la siguiente: La semilla representa al evangelio del reino, mientras que el sembrador simboliza los mensajeros del reino. Las semillas que cayeron al borde del camino en la tierra endurecida representan a los que han escuchado poca cosa del evangelio, junto con aquellos que son indiferentes al mensaje y que han endurecido su corazón. Los pájaros del cielo que atraparon rápidamente las semillas que cayeron al borde del camino representan los hábitos que tenemos en la vida, la tentación del mal y los deseos de la carne. Las semillas que cayeron entre las rocas simbolizan las almas emotivas que reciben rápidamente la nueva enseñanza, y que abandonan la verdad con la misma rapidez cuando tienen que enfrentarse con las dificultades y las realidades de vivir a la altura de esa verdad; carecen de percepción espiritual. Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que se sienten atraídos por las verdades del evangelio; están dispuestos a seguir sus enseñanzas, pero el orgullo del mundo, los celos, la envidia y las ansiedades de la existencia humana se lo impiden. Las semillas que cayeron en la buena tierra y crecieron hasta que unas produjeron treinta, otras sesenta y otras cien granos, representan los diferentes grados naturales de aptitud para comprender la verdad y responder a sus enseñanzas espirituales, por parte de unos hombres y mujeres que poseen unos dones diversos de iluminación espiritual."
1690:2  151:2.4 Cuando Natanael terminó de hablar, los apóstoles y sus compañeros emprendieron una seria discusión y se enfrascaron en un ardiente debate; algunos sostenían que la interpretación de Pedro era correcta, mientras que otro número casi igual trataba de defender la explicación que Natanael había dado de la parábola. Mientras tanto, Pedro y Natanael se habían retirado a la casa, donde se enredaron en un esfuerzo enérgico y decidido por convencer al otro y cambiar su opinión.
1690:3  151:2.5 El Maestro permitió que esta confusión alcanzara su máxima intensidad de expresión; luego dió unas palmadas y los llamó para que se acercaran. Cuando todos estuvieron reunidos de nuevo a su alrededor, dijo: "Antes de que os hable de esta parábola, ¿alguno de vosotros tiene algo que decir?" Después de un momento de silencio, Tomás dijo: "Sí, Maestro, deseo decir unas palabras. Recuerdo que una vez nos dijiste que tuviéramos cuidado con esto mismo. Nos indicaste que, cuando utilizáramos unos ejemplos para nuestra predicación, debíamos emplear historias verdaderas, y no fábulas. Debíamos escoger la historia que mejor conviniera para ilustrar la única verdad central y esencial que deseábamos enseñar a la gente, y que, después de haber utilizado así dicha historia, no debíamos intentar hacer una aplicación espiritual de todos los detalles menores involucrados en la historia que habíamos contado. Estimo que tanto Pedro como Natanael se equivocan al intentar interpretar esta parábola. Admiro la habilidad que tienen para hacer estas cosas, pero estoy igualmente seguro de que todas esas tentativas para hacer que una parábola natural arroje analogías espirituales en todos sus aspectos, sólo pueden llevar a la confusión y a una idea gravemente falsa de la verdadera finalidad de dicha parábola. La prueba de que llevo razón lo demuestra plenamente el hecho de que hace una hora todos estábamos de acuerdo, y ahora estamos divididos en dos grupos separados que mantienen opiniones diferentes sobre esta parábola, y sostienen esas opiniones con tanto ahínco que, en mi opinión, obstaculiza nuestra capacidad para captar plenamente la gran verdad que tenías en la mente cuando presentaste esta parábola a la muchedumbre y nos pediste posteriormente que la comentáramos."
1691:1  151:2.6 Las palabras de Tomás tuvieron un efecto tranquilizante sobre todos ellos. Tomás hizo que recordaran lo que Jesús les había enseñado en ocasiones anteriores, y antes de que Jesús continuara hablando, Andrés se levantó y dijo: "Estoy persuadido de que Tomás tiene razón, y me gustaría que nos dijera el significado que le atribuye a la parábola del sembrador." Jesús le hizo señas a Tomás para que hablara, y éste dijo: "Hermanos míos, no deseaba prolongar esta discusión, pero si así lo deseáis, diré que creo que esta parábola ha sido contada para enseñarnos una gran verdad, que es la siguiente: Por muy fiel y eficazmente que ejecutemos nuestra misión divina, nuestra enseñanza del evangelio del reino estará acompañada de diferentes grados de éxito; y todas esas diferencias de resultados se deberán directamente a las condiciones inherentes a las circunstancias de nuestro ministerio, unas condiciones sobre las que tenemos poco o ningún control."
1691:2  151:2.7 Cuando Tomás terminó de hablar, la mayoría de sus compañeros predicadores estaban dispuestos a darle la razón, e incluso Pedro y Natanael estaban a punto de hablar con él, cuando Jesús se levantó y dijo: "Bien hecho, Tomás; has discernido el verdadero significado de las parábolas; pero tanto Pedro como Natanael os han hecho a todos el mismo bien, en el sentido de que han mostrado plenamente el peligro de aventurarse a convertir mis parábolas en alegorías. En vuestro propio fuero interno, podéis ocuparos a menudo de manera provechosa en estos vuelos de la imaginación especulativa, pero cometéis un error cuando intentáis incorporar esas conclusiones en vuestra enseñanza pública."
1691:3  151:2.8 Ahora que la tensión había desaparecido, Pedro y Natanael se felicitaron mútuamente por sus interpretaciones, y a excepción de los gemelos Alfeo, cada uno de los apóstoles se aventuró a hacer una interpretación de la parábola del sembrador antes de retirarse para dormir. Incluso Judas Iscariote ofreció una interpretación muy plausible. Los doce intentaron a menudo descifrar entre ellos las parábolas del Maestro como lo hubieran hecho con una alegoría, pero nunca más se tomaron en serio estas especulaciones. Fue una sesión muy provechosa para los apóstoles y sus compañeros, especialmente porque a partir de este momento, Jesús empleó cada vez más parábolas en su enseñanza pública.

 

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