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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 151

ESTANCIA Y ENSEÑANZA A LA ORILLA DEL MAR

 

3. MÁS COSAS SOBRE LAS PARÁBOLAS

1691:4  151:3.1 Los apóstoles tenían predilección por las parábolas, de tal manera que toda la tarde siguiente la consagraron a seguir discutiendo sobre las parábolas. Jesús empezó la conferencia de la tarde, diciendo: "Amados míos, en el momento de enseñar siempre debéis hacer una diferencia para adaptar vuestra presentación de la verdad a la mente y al corazón de los que os escuchan. Cuando os encontráis delante de una muchedumbre de intelectos y de temperamentos variados, no podéis decir palabras diferentes para cada tipo de oyente, pero podéis contar una historia para trasmitir vuestra enseñanza. Cada grupo, e incluso cada individuo, podrá interpretar vuestra parábola a su manera, según sus propios dones intelectuales y espirituales. Debéis dejar que vuestra luz brille, pero hacedlo con sabiduría y discreción. Nadie enciende un candil para cubrirlo con una vasija o colocarlo debajo de la cama, sino que pone su candil sobre un pedestal donde todos puedan contemplar la luz. Permitidme que os diga que, en el reino de los cielos, no hay nada oculto que no se pueda manifestar; ni tampoco hay secretos que finalmente no se puedan conocer. Todas esas cosas acabarán por salir a la luz. No penséis solamente en las multitudes y en la manera en que escuchan la verdad; prestad atención también a la manera en que vosotros mismos escucháis. Recordad que os he dicho muchas veces: A aquel que tiene se le dará más, mientras que al que no tiene se le quitará incluso lo que cree tener."

1692:1  151:3.2 La prolongada discusión sobre las parábolas y las instrucciones adicionales en cuanto a su interpretación, se pueden resumir y expresar en un lenguaje moderno de la manera siguiente:

1692:2  151:3.3 1. Jesús aconsejó que no se emplearan las fábulas ni las alegorías para enseñar las verdades del evangelio. Sí que recomendó la libre utilización de las parábolas, en especial las parábolas relacionadas con la naturaleza. Recalcó el valor de utilizar la analogía existente entre los mundos natural y espiritual como un medio de enseñar la verdad. Aludió con frecuencia a lo natural como "la sombra irreal y fugaz de las realidades del espíritu."
1692:3  151:3.4 2. Jesús contó tres o cuatro parábolas de las escrituras hebreas, y llamó la atención sobre el hecho de que este método de enseñanza no era totalmente nuevo. Sin embargo, se convirtió casi en un método nuevo por la manera en que lo empleó desde entonces en adelante.
1692:4  151:3.5 3. Al enseñar a los apóstoles el valor de las parábolas, Jesús llamó la atención sobre los puntos siguientes:
1692:5  151:3.6 La parábola apela simultáneamente a unos niveles extremadamente diferentes de la mente y del espíritu. La parábola estimula la imaginación, desafía el discernimiento y provoca el pensamiento crítico; promueve la simpatía sin despertar el antagonismo.
1692:6  151:3.7 La parábola pasa de las cosas conocidas al discernimiento de lo desconocido. La parábola utiliza lo material y lo natural como un medio para presentar lo espiritual y lo supermaterial.
1692:7  151:3.8 Las parábolas favorecen la toma de decisiones morales imparciales. La parábola evita numerosos prejuicios e introduce con elegancia las nuevas verdades en la mente, y hace todo esto despertando un mínimo de defensas propias en el resentimiento personal.
1692:8  151:3.9 Rechazar la verdad contenida en una analogía parabólica requiere una acción intelectual consciente que menosprecie directamente el juicio honesto y la decisión justa de la persona. La parábola conduce a forzar el pensamiento a través del sentido del oído.
1692:9  151:3.10 El uso de la parábola como medio de enseñanza permite al instructor presentar verdades nuevas, e incluso sorprendentes, mientras que al mismo tiempo evita ampliamente toda controversia y todo conflicto exterior con la tradición y la autoridad establecida.
1693:1  151:3.11 La parábola posee también la ventaja de avivar la memoria de la verdad enseñada, cuando se encuentran posteriormente las mismas escenas familiares.

1693:2  151:3.12 Jesús intentó de esta manera poner al corriente a sus discípulos de las diversas razones que apoyaban su práctica de emplear cada vez más parábolas en su enseñanza pública.

1693:3  151:3.13 Hacia el final de la lección de la tarde, Jesús hizo su primer comentario sobre la parábola del sembrador. Dijo que la parábola se refería a dos cosas: En primer lugar, era una revisión de su propio ministerio hasta ese momento, y una previsión de lo que le esperaba durante el resto de su vida en la tierra. Y en segundo lugar, también era una alusión a lo que los apóstoles y otros mensajeros del reino podían esperar en su ministerio, de generación en generación, a medida que pasara el tiempo.
1693:4  151:3.14 Jesús recurrió también al empleo de las parábolas para refutar lo mejor posible el esfuerzo premeditado de los jefes religiosos de Jerusalén, que enseñaban que toda su obra se efectuaba gracias a la ayuda de los demonios y del príncipe de los diablos. La apelación a la naturaleza contradecía esta enseñanza, ya que la gente de aquella época consideraba que todos los fenómenos naturales eran producidos directamente por los seres espirituales y las fuerzas supernaturales. También se decidió a utilizar este método de enseñanza porque le permitía proclamar verdades esenciales a los que deseaban conocer el mejor camino, y al mismo tiempo proporcionaba a sus enemigos menos oportunidades de encontrar motivos para sentirse ofendidos y acusarlo.
1693:5  151:3.15 Antes de despedir al grupo para pasar la noche, Jesús dijo: "Ahora os voy a contar lo último de la parábola del sembrador. Quiero probaros para saber cómo recibiréis esto: El reino de los cielos se parece también a un hombre que echa una buena semilla en la tierra; mientras dormía por la noche y se ocupaba de sus asuntos durante el día, la semilla brotó y creció, y aunque no sabía cómo sucedió, la planta fructificó. Primero fue la hoja, luego la espiga y luego el grano completo en la espiga. Y cuando el grano estuvo maduro, empleó la hoz y fue el final de la cosecha. El que tenga oídos para oír, que oiga."
1693:6  151:3.16 Los apóstoles le dieron muchas vueltas a estas palabras en su mente, pero el Maestro nunca volvió a mencionar este añadido a la parábola del sembrador.

 

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