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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 152

Los ACONTECIMIENTOS QUE CONDUJERON
A LA CRISIS DE CAFARNAUM

 

1. EN LA CASA DE JAIRO

1699:1  152:1.1 Jairo estaba, por supuesto, enormemente impaciente por esta demora en llegar a su casa; por eso ahora siguieron caminando con paso acelerado. Incluso antes de que entraran en el patio del jefe, uno de sus sirvientes salió diciendo: "No molestes al Maestro; tu hija ha muerto." Pero Jesús no pareció prestar atención a las palabras del sirviente, porque, llevándose consigo a Pedro, Santiago y Juan, se volvió hacia el padre desconsolado y le dijo: "No temas; limítate a creer." Cuando entró en la casa, encontró que los flautistas ya estaban allí con las plañideras formando un alboroto indecente; los parientes ya se habían puesto a llorar y a lamentarse. Después de echar a todas las plañideras de la habitación, entró con el padre, la madre y sus tres apóstoles. Había dicho a las plañideras que la doncella no estaba muerta, pero se rieron de él con desprecio. Jesús se volvió entonces hacia la madre, diciéndole: "Tu hija no está muerta; sólo está dormida." Cuando la casa recuperó la tranquilidad, Jesús se acercó al lecho de la niña, la cogió de la mano y le dijo: "Hija, yo te lo digo, ¡despierta y levántate!" Cuando la chica escuchó estas palabras, se levantó inmediatamente y caminó por la habitación. Luego, cuando se hubo recuperado de su aturdimiento, Jesús ordenó que le dieran algo de comer, pues había estado mucho tiempo sin tomar alimento.
1699:2  152:1.2 Como había mucha agitación en Cafarnaum en contra de Jesús, éste reunió a la familia y les explicó que la joven había caído en un estado de coma después de una fiebre prolongada, y que él se había limitado a despertarla, que no la había resucitado de entre los muertos. También explicó todo esto a sus apóstoles, pero fue en vano; todos creían que había resucitado a la chiquilla de entre los muertos. Todo lo que Jesús decía para explicar muchos de estos milagros aparentes, tenía poco efecto sobre sus seguidores. Eran propensos a ver milagros, y no perdían ni una oportunidad para atribuirle un nuevo prodigio a Jesús. Jesús y los apóstoles regresaron a Betsaida, después de haberles encargado específicamente a todos que no se lo contaran a nadie.

1699:3  152:1.3 Cuando salió de la casa de Jairo, dos ciegos, guiados por un niño mudo, lo siguieron dando gritos para que los curara. Aproximadamente por esta época, la reputación de Jesús como sanador estaba en su apogeo. Por todas partes donde iba, los enfermos y los afligidos lo estaban esperando. El Maestro parecía ahora muy cansado, y todos sus amigos empezaban a preocuparse, pues si continuaba con su labor de enseñanza y de curación, acabaría por desplomarse.

1699:4  152:1.4 Los apóstoles de Jesús, sin contar a la gente común y corriente, no podían comprender la naturaleza y los atributos de este Dios-hombre. Ninguna generación posterior tampoco ha sido capaz de evaluar lo que sucedió en la tierra en la persona de Jesús de Nazaret. Y la ciencia o la religión nunca tendrán la oportunidad de examinar estos acontecimientos notables, por la sencilla razón de que una situación así de extraordinaria no volverá a producirse nunca más en este mundo ni en ningún otro mundo de Nebadón. Nunca más volverá a aparecer, en ningún mundo de todo este universo, un ser en la similitud de la carne mortal que incorpore al mismo tiempo todos los atributos de la energía creativa, combinados con los dones espirituales que trascienden el tiempo y la mayoría de las otras limitaciones materiales.
1700:1  152:1.5 Antes de que Jesús estuviera en la tierra, o después de entonces, nunca ha sido posible obtener de manera tan directa y gráfica los resultados que acompañan a la fe sólida y viviente de los hombres y mujeres mortales. Para repetir estos fenómenos, tendríamos que ir a la presencia inmediata de Miguel, el Creador, y encontrarlo tal como era en aquella época —el Hijo del Hombre. Asímismo, aunque su ausencia impide que estas manifestaciones materiales se produzcan hoy en día, deberíais absteneros de fijar cualquier tipo de limitación a la posible manifestación de su poder espiritual. Aunque el Maestro está ausente como ser material, se encuentra presente como influencia espiritual en el corazón de los hombres. Al marcharse de este mundo, Jesús ha hecho posible que su espíritu viva al lado del de su Padre, que reside en la mente de toda la humanidad.

 

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