ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 158 EL MONTE DE LA TRANSFIGURACIÓN
1758:2 158:6.1 Pasaron la noche con Celsus, y aquella tarde en el jardín, después de que hubieran comido y descansado, los doce se reunieron alrededor de Jesús, y Tomás dijo: "Maestro, como los que nos quedamos atrás continuamos ignorando todavía lo que sucedió arriba en la montaña, que en tan gran medida animó a nuestros hermanos que te acompañaban, deseamos ardientemente que nos hables de nuestra derrota y nos instruyas en estas cuestiones, puesto que las cosas que sucedieron en la montaña no se pueden revelar en este momento."
1758:3 158:6.2 Jesús le contestó a Tomás, diciendo: "Todo lo que tus hermanos escucharon en la montaña os será revelado a su debido tiempo. Pero ahora quiero mostraros la causa de vuestra derrota en aquello que intentasteis tan imprudentemente. Ayer, mientras vuestro Maestro y sus compañeros, vuestros hermanos, subían a aquella montaña para buscar un conocimiento más amplio de la voluntad del Padre y pedir una dotación más rica de sabiduría para hacer eficazmente esa voluntad divina, vosotros que permanecíais aquí de vigilancia, con la instrucción de procurar adquirir una mente con perspicacia espiritual y de orar con nosotros para obtener una revelación más completa de la voluntad del Padre, en lugar de ejercer la fe que está a vuestra disposición, cedisteis a la tentación y caísteis en vuestras viejas tendencias nocivas de buscar para vosotros mismos unos puestos de preferencia en el reino de los cielos —en ese reino material y temporal que persistís en imaginar. Y os aferráis a estos conceptos erróneos a pesar de la declaración reiterativa de que mi reino no es de este mundo.
1758:4 158:6.3 "Apenas capta vuestra fe la identidad del Hijo del Hombre, vuestro deseo egoísta por los ascensos mundanos os arrastra de nuevo, y empezáis a discutir entre vosotros quién será el más grande en el reino de los cielos, un reino que no existe ni existirá nunca tal como os empeñáis en concebirlo. ¿No os he dicho que el que quiera ser el más grande en el reino de la fraternidad espiritual de mi Padre debe volverse pequeño a sus propios ojos, y convertirse así en el servidor de sus hermanos? La grandeza espiritual consiste en un amor comprensivo semejante al amor de Dios, y no en el placer de ejercer el poder material para la exaltación del yo. En aquello que intentasteis y fracasasteis de manera tan completa, vuestra intención no era pura. Vuestro móvil no era divino. Vuestro ideal no era espiritual. Vuestra ambición no era altruista. Vuestra manera de obrar no estaba basada en el amor, y la meta que queríais alcanzar no era la voluntad del Padre que está en los cielos.
1758:5 158:6.4 "¿Cuánto tiempo os llevará aprender que no podéis abreviar el curso de los fenómenos naturales establecidos, salvo cuando estas cosas están de acuerdo con la voluntad del Padre? Tampoco podéis realizar una obra espiritual en ausencia de poder espiritual. Y no podéis hacer ninguna de estas cosas, aunque su potencial esté presente, sin la existencia de un tercer factor humano esencial, la experiencia personal de poseer una fe viviente. ¿Necesitáis siempre las manifestaciones materiales para sentiros atraídos hacia las realidades espirituales del reino? ¿No podéis captar el significado espiritual de mi misión sin la manifestación visible de obras excepcionales? ¿Cuándo se podrá contar con vosotros para que os adhiráis a las realidades espirituales superiores del reino, sin hacer caso de la apariencia exterior de todas las manifestaciones materiales?"
1759:1 158:6.5 Después de haber hablado así a los doce, Jesús añadió: "Ahora, id a descansar, porque mañana volveremos a Magadán y allí deliberaremos sobre nuestra misión en las ciudades y pueblos de la Decápolis. Como conclusión de la experiencia de este día, dejadme repetir a cada uno de vosotros lo que dije a vuestros hermanos en la montaña, y que estas palabras se graben profundamente en vuestro corazón: El Hijo del Hombre empieza ahora la última fase de su donación. Estamos a punto de comenzar los trabajos que luego conducirán a la gran prueba final de vuestra fe y devoción, cuando yo sea entregado entre las manos de los hombres que buscan mi destrucción. Y recordad lo que os digo: Al Hijo del Hombre le darán muerte, pero resucitará."
1759:2 158:6.6 Se retiraron para pasar la noche, llenos de tristeza. Estaban desconcertados; no podían comprender estas palabras. Aunque temían hacer alguna pregunta sobre lo que Jesús había dicho, recordaron todo esto después de su resurrección.