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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 162

EN LA FIESTA DE Los TABERNÁCULos


5. EL SERMÓN SOBRE LA LUZ DEL MUNDO

1794:4  162:5.1 Al anochecer del penúltimo día de la fiesta, cuando la escena se encontraba intensamente iluminada por las luces de los candelabros y de las antorchas, Jesús se levantó en medio de la multitud reunida y dijo:

1795:1  162:5.2 "Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Como os atrevéis a enjuiciarme y asumís el papel de jueces, declaráis que si doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no puede ser verdadero. Pero la criatura nunca puede juzgar al Creador. Aunque dé testimonio de mí mismo, mi testimonio es eternamente verdadero, porque sé de dónde he venido, quién soy y adónde voy. Vosotros, que queréis matar al Hijo del Hombre, no sabéis de dónde he venido, quién soy, ni adónde voy. Sólo juzgáis por las apariencias de la carne; no percibís las realidades del espíritu. Yo no juzgo a nadie, ni siquiera a mi mayor enemigo. Pero si decidiera juzgar, mi juicio sería exacto y recto, porque yo no juzgaría solo, sino en asociación con mi Padre que me ha enviado al mundo, y que es el origen de todo juicio verdadero. Admitís incluso que se puede aceptar el testimonio de dos personas dignas de confianza —pues bien, doy testimonio de esas verdades, y mi Padre que está en los cielos también lo da. Cuando ayer os dije esto mismo, me preguntasteis en vuestra ignorancia: `¿Dónde está tu Padre?' En verdad, no me conocéis ni a mí ni a mi Padre, porque si me hubierais conocido, habríais conocido también al Padre.
1795:2  162:5.3 "Ya os he dicho que me marcho, y que me buscaréis pero que no me encontraréis, porque allí donde voy no podéis venir. Vosotros, que quisiérais rechazar esta luz, sois de abajo; yo soy de arriba. Vosotros, que preferís permanecer en las tinieblas, sois de este mundo; yo no soy de este mundo, y vivo en la luz eterna del Padre de las luces. Todos habéis tenido numerosas oportunidades para saber quién soy, pero tendréis además otras pruebas que confirmarán la identidad del Hijo del Hombre. Yo soy la luz de la vida, y todo aquél que rechaza deliberadamente y a sabiendas esta luz salvadora, morirá en sus pecados. Tengo muchas cosas que deciros, pero sois incapaces de recibir mis palabras. Sin embargo, aquél que me ha enviado es verdadero y fiel; mi Padre ama incluso a sus hijos descarriados. Y todo lo que mi Padre ha dicho, yo también lo proclamo al mundo.
1795:3  162:5.4 "Cuando el Hijo del Hombre sea elevado, entonces todos sabréis que yo soy él, y que no he hecho nada por mí mismo, sino tan sólo lo que el Padre me ha enseñado. Os dirijo estas palabras a vosotros y a vuestros hijos. Aquél que me ha enviado también está ahora conmigo; no me ha dejado solo, porque siempre hago lo que resulta agradable a sus ojos."

1795:4  162:5.5 Mientras Jesús enseñaba así a los peregrinos en los patios del templo, muchos creyeron. Y nadie se atrevió a apresarlo.

 

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