ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 163 LA ORDENACIÓN DE Los SETENTA EN MAGADÁN
5. EL TRASLADO DEL CAMPAMENTO A PELLA
1806:2 163:5.1 Jesús y los doce se prepararon ahora para establecer su último cuartel general en Perea, cerca de Pella, donde el Maestro había sido bautizado en el Jordán. Los últimos diez días de noviembre los pasaron deliberando en Magadán, y el martes 6 de diciembre, el grupo entero compuesto por casi trescientas personas partió al amanecer con todos sus efectos para alojarse aquella noche cerca de Pella, al lado del río. Se trataba del mismo lugar, cerca del manantial, que Juan el Bautista había ocupado con su campamento varios años antes.
1806:3 163:5.2 Después de levantarse el campamento de Magadán, David Zebedeo regresó a Betsaida y empezó inmediatamente a reducir el servicio de mensajeros. El reino estaba entrando en una nueva fase. Los peregrinos llegaban diariamente de todas las partes de Palestina e incluso de las regiones remotas del imperio romano. A veces venían creyentes de Mesopotamia y de los territorios situados al este del Tigris. En consecuencia, el domingo 18 de diciembre, con la ayuda de su cuerpo de mensajeros, David cargó en los animales de carga el equipo del campamento, que estaba entonces almacenado en la casa de su padre; era el material con el que había organizado anteriormente el campamento de Betsaida, al lado del lago. Se despidió de Betsaida por un tiempo y descendió por la orilla del lago, y a lo largo del Jordán, hasta un punto situado aproximadamente a un kilómetro al norte del campamento apostólico; en menos de una semana estaba preparado para ofrecer su hospitalidad a cerca de mil quinientos peregrinos visitantes. El campamento apostólico podía alojar a unas quinientas personas. Como era la estación de las lluvias en Palestina, se necesitaban estos alojamientos para cuidar al creciente número de interesados, en su mayoría serios, que venían hasta Perea para ver a Jesús y escuchar su enseñanza.
1806:4 163:5.3 David hizo todo esto por su propia iniciativa, aunque había consultado con Felipe y Mateo en Magadán. La mayor parte de su antiguo cuerpo de mensajeros los empleó como asistentes para dirigir este campamento; ahora utilizaba menos de veinte hombres en el servicio regular de mensajeros. A finales de diciembre y antes de que regresaran los setenta, cerca de ochocientos visitantes estaban congregados alrededor del Maestro, y encontraron alojamiento en el campamento de David.