ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 163 LA ORDENACIÓN DE Los SETENTA EN MAGADÁN
1806:5 163:6.1 El viernes 30 de diciembre, mientras Jesús estaba ausente en las colinas cercanas con Pedro, Santiago y Juan, los setenta mensajeros fueron llegando de dos en dos al cuartel general de Pella, acompañados por numerosos creyentes. Hacia las cinco de la tarde, cuando Jesús regresó al campamento, los setenta estaban reunidos en el lugar dedicado a la enseñanza. La cena se retrasó más de una hora, mientras estos entusiastas del evangelio del reino contaban sus experiencias. Los mensajeros de David habían traído a los apóstoles muchas de estas noticias durante las semanas anteriores, pero fue realmente inspirador escuchar a estos instructores del evangelio, ordenados recientemente, contar en persona cómo los judíos y los gentiles ávidos habían recibido su mensaje. Por fin Jesús podía ver a unos hombres que salían a difundir la buena nueva fuera de su presencia personal. El Maestro sabía ahora que podía dejar este mundo sin obstaculizar seriamente el progreso del reino.
1807:1 163:6.2 Cuando los setenta contaron que "hasta los demonios se sometían" a ellos, se referían a las curas maravillosas que habían realizado en los casos de víctimas con trastornos nerviosos. Sin embargo, estos ministros habían aliviado algunos casos de verdadera posesión por los espíritus, y refiriéndose a ellos, Jesús dijo: "No es de extrañar que esos espíritus menores desobedientes se sometan a vosotros, puesto que he visto a Satanás caer del cielo como un rayo. Pero no os regocijéis tanto por eso, porque os declaro que, en cuanto regrese al lado de mi Padre, enviaremos nuestros espíritus al interior de la mente misma de los hombres, para que esos pocos espíritus perdidos ya no puedan penetrar en la mente de los mortales desafortunados. Me regocijo con vosotros de que tengáis influencia sobre los hombres, pero no os sintáis ensalzados por esta experiencia, sino regocijaos más bien porque vuestros nombres están inscritos en los archivos del cielo, y porque vais a avanzar así en una carrera sin fin de conquista espiritual."
1807:2 163:6.3 Fue en ese instante, poco antes de compartir la cena, cuando Jesús experimentó uno de esos raros momentos de éxtasis emocional que sus seguidores hubieran tenido la ocasión de presenciar. Dijo: "Te doy las gracias, Padre mío, Señor del cielo y de la tierra, porque el espíritu ha revelado estas glorias espirituales a estos hijos del reino, mientras que este evangelio maravilloso era ocultado a los sabios y a los presuntuosos. Sí, Padre mío, debe haber sido agradable a tus ojos hacer esto, y me regocijo al saber que la buena nueva se difundirá por el mundo entero después de que yo haya vuelto a ti y al trabajo que me has encomendado. Estoy extremadamente emocionado cuando me doy cuenta de que estás a punto de poner en mis manos toda la autoridad, que sólo tú sabes realmente quién soy, y que sólo yo te conozco realmente, así como aquellos a quienes te he revelado. Cuando haya finalizado esta revelación a mis hermanos en la carne, la continuaré con tus criaturas del cielo."
1807:3 163:6.4 Después de haberle hablado así al Padre, Jesús se volvió para decirle a sus apóstoles y ministros: "Benditos sean los ojos que ven y los oídos que oyen estas cosas. Dejadme deciros que muchos profetas y muchos grandes hombres de las épocas pasadas desearon contemplar lo que veis ahora, pero no les fue concedido. Y muchas generaciones venideras de hijos de la luz, cuando oigan estas cosas, os envidiarán porque vosotros las habéis visto y oído."
1807:4 163:6.5 Luego se dirigió a todos los discípulos, y dijo: "Habéis oído cuántas ciudades y pueblos han recibido la buena nueva del reino, y cómo han sido recibidos mis ministros e instructores tanto por los judíos como por los gentiles. Benditas son en verdad esas comunidades que han elegido creer en el evangelio del reino. Pero, ¡ay de los habitantes que rechazan la luz en Corazín, Betsaida-Julias y Cafarnaum, esas ciudades que no han recibido bien a estos mensajeros! Declaro que si las obras poderosas que se han hecho en esos lugares hubieran sido hechas en Tiro y en Sidón, los habitantes de esas ciudades llamadas paganas se habrían arrepentido desde hace mucho tiempo vestidos de penitentes. En el día del juicio, el destino de Tiro y de Sidón será por cierto más llevadero."1807:5 163:6.6 Como el día siguiente era sábado, Jesús se reunió aparte con los setenta y les dijo: "En verdad, me he regocijado con vosotros cuando habéis regresado con las buenas noticias de que el evangelio del reino ha sido acogido por tanta gente diseminada por toda Galilea, Samaria y Judea. Pero, ¿por qué os sentíais tan sorprendentemente exaltados? ¿No esperabais que la comunicación de vuestro mensaje se manifestaría con poder? ¿Salisteis con tan poca fe en este evangelio como para regresar sorprendidos de su eficacia? Y ahora, aunque no quisiera apagar vuestro entusiasmo, deseo advertiros severamente contra las sutilezas del orgullo, del orgullo espiritual. Si pudierais comprender la caída de Lucifer, el inicuo, evitaríais solemnemente todas las formas de orgullo espiritual.
1808:1 163:6.7 "Habéis emprendido la gran tarea de enseñar al hombre mortal que es un hijo de Dios. Os he mostrado el camino; salid a realizar vuestro deber y no os canséis de hacer el bien. A vosotros y a todos los que sigan vuestros pasos a lo largo de los siglos, dejad que os diga que siempre estoy cerca, y que mi convocatoria es, y será siempre: Venid a mí, todos los que os afanáis y lleváis una carga pesada, que yo os daré el descanso. Haced vuestro mi yugo y aprended de mí, pues soy sincero y leal, y encontraréis el descanso espiritual para vuestra alma."1808:2 163:6.8 Cuando pusieron a prueba las promesas del Maestro, comprobaron que sus palabras eran ciertas. Y desde aquel día, un número incalculable de personas también han probado y comprobado la certeza de estas mismas promesas.