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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 165

COMIENZA LA MISIÓN EN PEREA

 

2. EL SERMÓN SOBRE EL BUEN PASTOR

1818:2  165:2.1 Un grupo de más de trescientos habitantes de Jerusalén, fariseos y otros, había seguido a Jesús hacia el norte hasta Pella, cuando se alejó apresuradamente de la jurisdicción de los dirigentes judíos, al final de la fiesta de la consagración; Jesús predicó el sermón sobre el "Buen Pastor" en presencia de estos educadores y dirigentes judíos, así como de los doce apóstoles. Después de media hora de debate informal, Jesús dirigió la palabra a un grupo de unas cien personas, diciendo:

1818:3  165:2.2 "Esta noche tengo muchas cosas que deciros, y puesto que muchos de vosotros sois mis discípulos y algunos de vosotros mis enemigos encarnizados, presentaré mi enseñanza en una parábola para que cada uno pueda coger para sí aquello que reciba su corazón.
1818:4  165:2.3 "Esta noche, aquí delante de mí hay unos hombres que estarían dispuestos a morir por mí y por este evangelio del reino, y algunos de ellos se sacrificarán así en los años venideros; y también estáis aquí algunos de vosotros, esclavos de la tradición, que me habéis seguido desde Jerusalén, y que junto con vuestros jefes, que viven engañados y en las tinieblas, intentáis matar al Hijo del Hombre. La vida que estoy viviendo ahora en la carne os juzgará a los dos grupos, a los verdaderos pastores y a los falsos pastores. Si los falsos pastores fueran ciegos, no tendrían ningún pecado; pero afirmáis que veis; declaráis que sois los educadores de Israel; por eso vuestro pecado permanece en vosotros.
1818:5  165:2.4 "El verdadero pastor reúne a su rebaño en el redil durante la noche en los momentos de peligro. Cuando llega la mañana, entra en el corral por la puerta, y cuando llama, las ovejas conocen su voz. Todo pastor que entra en el corral por otro medio que no sea la puerta, es un ladrón y un saqueador. El verdadero pastor entra en el corral después de que el guardián le ha abierto la puerta, y sus ovejas, que conocen su voz, salen cuando las llama; y cuando las ovejas que le pertenecen están todas fuera, el verdadero pastor va delante de ellas; él muestra el camino y las ovejas le siguen. Sus ovejas le siguen porque conocen su voz; no seguirán a un extraño. Huirán de un extraño porque no conocen su voz. Esta multitud reunida aquí alrededor de nosotros se parece a unas ovejas sin pastor, pero cuando les hablamos, conocen la voz del pastor y nos siguen; al menos lo hacen aquellos que tienen hambre de verdad y sed de rectitud. Algunos de vosotros no pertenecéis a mi redil; no conocéis mi voz y no me seguís. Y como sois falsos pastores, las ovejas no conocen vuestra voz y no quieren seguiros."
1819:1  165:2.5 Cuando Jesús hubo contado esta parábola, nadie le hizo ninguna pregunta. Después de un momento, empezó a hablar de nuevo y continuó examinando la parábola:
1819:2  165:2.6 "Vosotros, que quisiérais ser los pastores ayudantes de los rebaños de mi Padre, no solamente tenéis que ser unos jefes meritorios, sino que también tenéis que alimentar al rebaño con buena comida; no seréis unos verdaderos pastores a menos que conduzcáis a vuestros rebaños a los verdes pastos y al lado de unas aguas tranquilas.
1819:3  165:2.7 "Y ahora, por temor a que algunos de vosotros comprendáis demasiado fácilmente esta parábola, os declaro que soy ambas cosas a la vez, la puerta que conduce al redil del Padre, y al mismo tiempo el verdadero pastor de los rebaños de mi Padre. Todo pastor que intente entrar sin mí en el corral no lo conseguirá, y las ovejas no escucharán su voz. Yo soy la puerta, junto con aquellos que sirven conmigo. Toda alma que entra en el camino eterno por los medios que yo he creado y ordenado, podrá salvarse y será capaz de continuar hasta alcanzar los eternos pastos del Paraíso.
1819:4  165:2.8 "Pero yo soy también el verdadero pastor que está dispuesto incluso a dar su vida por las ovejas. El ladrón irrumpe en el corral únicamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que todos podáis tener la vida, y tenerla con más abundancia. Cuando surge el peligro, el asalariado huye y deja que las ovejas se dispersen y sean destruidas; pero el verdadero pastor no huye cuando se acerca el lobo; protege a su rebaño, y si es preciso, da su vida por sus ovejas. En verdad, en verdad os lo digo, amigos y enemigos, yo soy el verdadero pastor; conozco a los míos y los míos me conocen. No huiré frente al peligro. Terminaré este servicio completando la voluntad de mi Padre, y no abandonaré al rebaño que el Padre ha confiado a mi cuidado.
1819:5  165:2.9 "Pero tengo otras muchas ovejas que no pertenecen a este redil, y estas palabras no solamente son verdaderas para este mundo. Esas otras ovejas también escuchan y conocen mi voz, y le he prometido al Padre que todas serán reunidas en un solo redil, en una sola fraternidad de los hijos de Dios. Entonces todos conoceréis la voz de un solo pastor, del verdadero pastor, y todos reconoceréis la paternidad de Dios.
1819:6  165:2.10 "Así sabréis por qué el Padre me ama y ha puesto todos los rebaños de este dominio en mis manos para que los cuide; es porque el Padre sabe que no vacilaré en la protección del redil, que no abandonaré a mis ovejas y que, si es necesario, no dudaré en dar mi vida al servicio de sus múltiples rebaños. Pero, cuidado, si doy mi vida, la tomaré de nuevo. Ningún hombre y ninguna otra criatura pueden quitarme la vida. Tengo el derecho y el poder de dar mi vida, y tengo el mismo poder y el mismo derecho de tomarla de nuevo. No podéis comprender esto, pero he recibido esta autoridad de mi Padre antes incluso de que existiera este mundo."

1819:7  165:2.11 Cuando escucharon estas palabras, sus apóstoles se quedaron confundidos, sus discípulos estaban asombrados, mientras que los fariseos de Jerusalén y de los alrededores partieron de noche, diciendo: "O bien está loco, o está poseído por un demonio." Pero sin embargo algunos educadores de Jerusalén dijeron: "Habla como alguien que tiene autoridad; además, ¿quién ha visto nunca a un poseído por el demonio abrir los ojos de un ciego de nacimiento y hacer todas las cosas maravillosas que este hombre ha hecho?"
1819:8  165:2.12 Al día siguiente, alrededor de la mitad de estos educadores judíos declararon abiertamente su creencia en Jesús, y la otra mitad regresó consternada a sus hogares de Jerusalén.

 


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