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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 169

LA ÚLTIMA ENSEÑANZA EN PELLA

 

2. LA PARÁBOLA DEL ADMINISTRADOR SAGAZ

1853:4  169:2.1 Una tarde, al comentar una de las declaraciones de Jesús, Simón Celotes dijo: "Maestro, ¿qué has querido decir hoy cuando has afirmado que muchos de los hijos del mundo son más hábiles en su generación que los hijos del reino, puesto que tienen la habilidad de hacer amigos con las riquezas adquiridas a través de la injusticia?" Jesús respondió:

1853:5  169:2.2 "Antes de entrar en el reino, algunos de vosotros erais muy astutos en el trato con vuestros asociados en los negocios. Si erais injustos y a menudo desleales, sin embargo erais prudentes y previsores, en el sentido de que realizabais vuestros negocios con el ojo puesto únicamente en vuestro beneficio presente y en vuestra seguridad futura. Del mismo modo, ahora deberíais ordenar vuestra vida en el reino de tal manera que os proporcione la alegría en el presente y os asegure también el disfrute futuro de los tesoros acumulados en el cielo. Si erais tan diligentes en la obtención de ganancias para vosotros mismos cuando estabais al servicio del ego, ¿por qué tendríais que mostrar menos diligencia en ganar almas para el reino, puesto que ahora sois los servidores de la fraternidad de los hombres y los administradores de Dios?
1853:6  169:2.3 "Todos podéis aprender una lección de la historia de cierto hombre rico que tenía un administrador astuto, pero injusto. Este administrador no sólo había presionado a los clientes de su señor en su propio beneficio egoísta, sino que también había malgastado y disipado directamente los fondos de su señor. Cuando todo esto llegó finalmente a oídos del dueño, éste llamó al administrador a su presencia y le preguntó por el significado de aquellos rumores; le exigió que le rindiera cuentas inmediatamente de su administración y que se preparara para entregar los asuntos de su señor a otra persona.
1853:7  169:2.4 "Pero este administrador infiel empezó a decirse para sí: `¿Qué va a ser de mí, puesto que estoy a punto de perder esta administración? No tengo fuerzas para cavar la tierra, y me da vergüenza mendigar. Ya sé lo que voy a hacer para asegurarme de que seré bien recibido, cuando me quiten esta administración, en las casas de todos los que hacen negocios con mi señor.' Luego llamó a todos los deudores de su señor, y le dijo al primero: `¿Cuánto le debes a mi señor?' Éste respondió: `Cien medidas de aceite.' Entonces dijo el administrador: `Coge la tablilla de cera de tu deuda, siéntate deprisa, y cámbiala a cincuenta.' Luego dijo a otro deudor: `¿Cuánto debes tú?' Y éste replicó: `Cien medidas de trigo.' Entonces dijo el administrador: `Coge tu cuenta y escribe ochenta.' E hizo esto mismo con otros numerosos deudores. Este administrador deshonesto trataba así de hacer amigos para cuando le quitaran la administración. Incluso su dueño y señor, cuando se enteró posteriormente de esto, se vio obligado a admitir que su infiel administrador al menos había mostrado sagacidad en la manera en que había intentado asegurarse el porvenir para los días futuros de miseria y de adversidad.
1854:1  169:2.5 "Así es como los hijos de este mundo muestran a veces más sabiduría que los hijos de la luz en la preparación de su futuro. A vosotros que profesáis adquirir un tesoro en el cielo, os digo: Aprended de los que hacen amigos con las riquezas adquiridas a través de la injusticia, y conducid vuestra vida de tal manera que entabléis una amistad eterna con las fuerzas de la rectitud para que, cuando fallen todas las cosas terrenales, seáis recibidos con alegría en las moradas eternas.
1854:2  169:2.6 "Afirmo que aquel que es fiel en las cosas pequeñas también será fiel en las grandes, mientras que el que es injusto en las cosas pequeñas, también lo será en las grandes. Si no habéis mostrado previsión e integridad en los asuntos de este mundo, ¿cómo podéis esperar ser fieles y prudentes cuando se os confíe la administración de las verdaderas riquezas del reino celestial? Si no sois unos buenos administradores y unos banqueros fieles, si no habéis sido fieles en lo que pertenece a otro, ¿quién será lo bastante insensato como para daros un gran tesoro en propiedad?
1854:3  169:2.7 "Afirmo de nuevo que nadie puede servir a dos señores; o bien odiará a uno y amará al otro, o bien se quedará con uno mientras que despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."

1854:4  169:2.8 Cuando los fariseos que estaban presentes escucharon esto, empezaron a burlarse y a reírse, puesto que eran muy dados a adquirir riquezas. Estos oyentes hostiles trataron de implicar a Jesús en una discusión inútil, pero éste se negó a discutir con sus enemigos. Cuando los fariseos se pusieron a reñir entre ellos, sus fuertes voces atrajeron a una buena parte de la multitud que estaba acampada en los alrededores; y cuando empezaron a discutir entre ellos, Jesús se retiró a su tienda para pasar la noche.

 


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