ÍNDICE
previo      continuo
El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 170

EL REINO DE Los CIELos

 

4. LA ENSEÑANZA DE JESÚS SOBRE EL REINO

1862:9  170:4.1 Jesús nunca dió una definición precisa del reino. En ciertos momentos discurría sobre una fase del reino, y en otros hablaba de un aspecto diferente de la fraternidad del reino de Dios en el corazón de los hombres. En el transcurso del sermón de este sábado por la tarde, Jesús señaló no menos de cinco fases, o épocas del reino, que fueron las siguientes:

1. La experiencia personal e interior de la vida espiritual del creyente individual que comulga con Dios Padre.
2. La fraternidad creciente de los creyentes en el evangelio, los aspectos sociales de la moral elevada y de la ética vivificada que son el resultado del reinado del espíritu de Dios en el corazón de los creyentes individuales.
3. La fraternidad supermortal de los seres espirituales invisibles que prevalece en la tierra y en el cielo, el reino sobrehumano de Dios.
4. La perspectiva de una realización más perfecta de la voluntad de Dios, el progreso hacia el amanecer de un nuevo orden social en conexión con una vida espiritual mejorada —la era siguiente de la humanidad.
5. El reino en su plenitud, la futura era espiritual de luz y de vida en la tierra.

1863:5  170:4.2 Por eso tenemos siempre que examinar la enseñanza del Maestro, para averiguar a cuál de estas cinco fases puede estar refiriéndose cuando utiliza la expresión "el reino de los cielos". Mediante este proceso de cambiar gradualmente la voluntad del hombre, influyendo así en las decisiones humanas, Miguel y sus asociados están cambiando también, de manera gradual pero segura, todo el curso de la evolución humana, tanto social como en otros aspectos.

1863:6  170:4.3 En esta ocasión, el Maestro hizo hincapié en los cinco puntos siguientes que representan las características esenciales del evangelio del reino:

1. La preeminencia del individuo.
2. La voluntad como factor determinante en la experiencia del hombre.
3. La comunión espiritual con Dios Padre.
4. Las satisfacciones supremas de servir con amor a los hombres.
5. La trascendencia de lo espiritual sobre lo material en la personalidad humana.

1863:12  170:4.4 Este mundo nunca ha puesto a prueba de manera seria, sincera y honesta estas ideas dinámicas y estos ideales divinos de la doctrina del reino de los cielos enseñada por Jesús. Pero no deberíais desanimaros por el progreso aparentemente lento de la idea del reino en Urantia. Recordad que el orden de la evolución progresiva está sujeto a cambios periódicos, repentinos e inesperados, tanto en el mundo material como en el mundo espiritual. La donación de Jesús como Hijo encarnado fue precisamente uno de esos acontecimientos extraños e inesperados en la vida espiritual del mundo. Al buscar la manifestación del reino en la época presente, no cometáis tampoco el error fatal de olvidar establecerlo en vuestra propia alma.
1863:13  170:4.5 Aunque Jesús se refirió a una fase del reino situada en el futuro, y sugirió en numerosas ocasiones que dicho acontecimiento podría suceder como parte de una crisis mundial; y aunque en diversas ocasiones prometió con precisión que algún día regresaría con toda seguridad a Urantia, hay que indicar que nunca asoció explícitamente estas dos ideas entre sí. Prometió una nueva revelación del reino en la tierra en algún momento del futuro; también prometió que volvería alguna vez en persona a este mundo; pero no dijo que estos dos acontecimientos tuvieran la misma significación. Por todo lo que sabemos, estas promesas pueden referirse, o no, al mismo acontecimiento.
1863:14  170:4.6 Sus apóstoles y discípulos asociaron con toda seguridad estas dos enseñanzas. Cuando el reino no se materializó tal como habían esperado, recordaron la enseñanza del Maestro sobre un reino futuro y se acordaron de su promesa de volver, apresurándose a deducir que aquellas promesas se referían a un mismo acontecimiento. Por eso vivieron con la esperanza de su segunda venida inmediata para establecer el reino en su plenitud, con poder y gloria. Y así han vivido las generaciones sucesivas de creyentes en la tierra, albergando la misma esperanza inspiradora pero decepcionante.

 

previo      continuo