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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 170

EL REINO DE Los CIELos

 

5. LAS IDEAS POSTERIORES SOBRE EL REINO

1864:1  170:5.1 Después de haber resumido las enseñanzas de Jesús sobre el reino de los cielos, se nos ha permitido describir algunas ideas posteriores que se agregaron al concepto del reino, y a emprender un pronóstico profético del reino tal como podría evolucionar en la era venidera.
1864:2  170:5.2 Durante los primeros siglos de la propaganda cristiana, la idea del reino de los cielos estuvo enormemente influida por los conceptos del idealismo griego que entonces se estaban difundiendo rápidamente, la idea de lo natural como sombra de lo espiritual —de lo temporal como sombra de lo eterno, en el tiempo.
1864:3  170:5.3 Pero el gran paso que marcó el trasplante de las enseñanzas de Jesús desde un terreno judío a un terreno gentil, se produjo cuando el Mesías del reino se transformó en el Redentor de la iglesia, una organización religiosa y social nacida de las actividades de Pablo y de sus sucesores, y basada en las enseñanzas de Jesús tal como fueron complementadas con las ideas de Filón y las doctrinas persas del bien y del mal.
1864:4  170:5.4 Las ideas y los ideales de Jesús, incorporados en la enseñanza del evangelio del reino, casi no llegaron a realizarse cuando sus seguidores tergiversaron progresivamente sus declaraciones. El concepto del reino presentado por el Maestro fue notablemente modificado por dos grandes tendencias:

1864:5  170:5.5 1. Los creyentes judíos persistieron en considerarlo como el Mesías. Creían que Jesús regresaría muy pronto para establecer realmente un reino mundial más o menos material.
1864:6  170:5.6 2. Los cristianos gentiles empezaron muy pronto a aceptar las doctrinas de Pablo, que condujeron cada vez más a la creencia general de que Jesús era el Redentor de los hijos de la iglesia, la nueva sucesora institucional del concepto primitivo de la fraternidad puramente espiritual del reino.

1864:7  170:5.7 La iglesia, como consecuencia social del reino, hubiera sido enteramente natural e incluso deseable. El mal de la iglesia no fue su existencia, sino más bien el hecho de que suplantó casi por completo el concepto del reino presentado por Jesús. La iglesia institucionalizada de Pablo se convirtió prácticamente en el sustituto del reino de los cielos que Jesús había proclamado.
1864:8  170:5.8 Pero no lo dudéis, este mismo reino de los cielos que el Maestro enseñó que existe en el corazón de los creyentes, será proclamado todavía a esta iglesia cristiana, así como a todas las demás religiones, razas y naciones de la tierra —e incluso a cada individuo.
1864:9  170:5.9 El reino enseñado por Jesús, el ideal espiritual de la rectitud individual y el concepto de la comunión divina del hombre con Dios, se sumergió gradualmente en el concepto místico de la persona de Jesús como Redentor-Creador y jefe espiritual de una comunidad religiosa socializada. De esta manera, una iglesia oficial e institucional se volvió el sustituto de la fraternidad del reino dirigida individualmente por el espíritu.
1864:10  170:5.10 La iglesia fue un resultado social inevitable y útil de la vida y de las enseñanzas de Jesús; la tragedia consistió en el hecho de que esta reacción social a las enseñanzas del reino desplazara tan completamente el concepto espiritual del verdadero reino, tal como Jesús lo había enseñado y vivido.
1865:1  170:5.11 Para los judíos, el reino era la comunidad israelita; para los gentiles se convirtió en la iglesia cristiana. Para Jesús, el reino era el conjunto de las personas que habían confesado su fe en la paternidad de Dios, proclamando de ese modo su dedicación total a hacer la voluntad de Dios, volviéndose así miembros de la fraternidad espiritual de los hombres.
1865:2  170:5.12 El Maestro se daba plenamente cuenta de que algunos resultados sociales aparecerían en el mundo como consecuencia de la diseminación del evangelio del reino; pero su intención era que todas estas manifestaciones sociales deseables aparecieran como resultados inconscientes e inevitables, o frutos naturales, de la experiencia personal interior de los creyentes individuales, de esa asociación y comunión puramente espiritual con el espíritu divino que reside en todos esos creyentes y los moviliza.
1865:3  170:5.13 Jesús preveía que una organización social, o iglesia, seguiría al progreso del verdadero reino espiritual, y por eso no se opuso nunca a que los apóstoles practicaran el rito del bautismo de Juan. Enseñó que el alma que ama la verdad, el alma que tiene hambre y sed de rectitud, de Dios, es admitida por la fe en el reino espiritual; al mismo tiempo, los apóstoles enseñaban que dicho creyente es admitido en la organización social de los discípulos mediante el rito exterior del bautismo.
1865:4  170:5.14 Cuando los seguidores inmediatos de Jesús reconocieron que habían fracasado parcialmente en la realización del ideal del Maestro, consistente en establecer el reino en el corazón de los hombres mediante la dominación y la guía del espíritu en los creyentes individuales, se pusieron a salvar su enseñanza para que no se perdiera por completo, sustituyendo el ideal del reino que tenía el Maestro por la creación gradual de una organización social visible, la iglesia cristiana. Después de haber efectuado este programa de sustitución, procedieron a situar el reino en el futuro para mantener la coherencia y asegurar el reconocimiento de las enseñanzas del Maestro sobre el hecho del reino. En cuanto la iglesia estuvo bien establecida, empezó a enseñar que el reino aparecería en realidad cuando culminara la era cristiana, con la segunda venida de Cristo.
1865:5  170:5.15 De esta manera, el reino se convirtió en el concepto de una era, en la idea de una visita futura, y en el ideal de la redención final de los santos del Altísimo. Los primeros cristianos (y muchísimos cristianos posteriores) perdieron generalmente de vista la idea Padre-e-hijo incluída en la enseñanza de Jesús sobre el reino, sustituyéndola por la comunidad social bien organizada de la iglesia. Así, la iglesia se convirtió principalmente en una fraternidad social, que desplazó eficazmente el concepto y el ideal de Jesús de una fraternidad espiritual.
1865:6  170:5.16 El concepto ideal de Jesús fracasó en gran parte, pero sobre los fundamentos de la vida y de las enseñanzas personales del Maestro, complementados con los conceptos griegos y persas de la vida eterna, y acrecentados con la doctrina de Filón sobre el contraste de lo temporal con lo espiritual, Pablo se puso a construir una de las sociedades humanas más progresivas que jamás han existido en Urantia.
1865:7  170:5.17 El concepto de Jesús está todavía vivo en las religiones avanzadas del mundo. La iglesia cristiana de Pablo es la sombra socializada y humanizada del reino de los cielos que Jesús tenía en proyecto —y que llegará a ser así con toda seguridad. Pablo y sus sucesores transfirieron parcialmente las cuestiones de la vida eterna desde el individuo a la iglesia. Cristo se convirtió así en la cabeza de la iglesia, en lugar de ser el hermano mayor de cada creyente individual dentro de la familia del reino del Padre. Pablo y sus contemporáneos aplicaron a la iglesia, como grupo de creyentes, todas las implicaciones espirituales de Jesús relacionadas con él mismo y con el creyente individual; y al hacer esto, asestaron un golpe mortal al concepto de Jesús sobre el reino divino en el corazón de cada creyente.
1866:1  170:5.18 Y así, durante siglos, la iglesia cristiana ha trabajado en una situación muy embarazosa, porque se atrevió a reclamar para sí los misteriosos poderes y privilegios del reino, unos poderes y privilegios que sólo se pueden ejercer y experimentar entre Jesús y sus hermanos espirituales creyentes. De esta manera resulta evidente que la pertenencia a la iglesia no significa necesariamente comunión en el reino; ésta es espiritual, y la otra principalmente social.
1866:2  170:5.19 Tarde o temprano deberá surgir otro Juan el Bautista más grande, que proclamará que "el reino de Dios está cerca" —que propondrá un retorno al elevado concepto espiritual de Jesús, el cual proclamó que el reino es la voluntad de su Padre celestial, dominante y trascendente, en el corazón del creyente —y hará todo esto sin referirse para nada a la iglesia visible en la tierra, ni a la esperada segunda venida de Cristo. Es preciso que se produzca un renacimiento de las verdaderas enseñanzas de Jesús, que se expongan de nuevo de tal manera que anulen el efecto de la obra de sus primeros seguidores, los cuales se pusieron a crear un sistema sociofilosófico de creencias sobre el hecho de la estancia de Miguel en la tierra. En poco tiempo, la enseñanza de esta historia acerca de Jesús suplantó casi por completo la predicación del evangelio del reino de Jesús. De esta manera, una religión histórica desplazó la enseñanza en la que Jesús había mezclado las ideas morales y los ideales espirituales más elevados del hombre con sus esperanzas más sublimes para el futuro —la vida eterna. Éste era todo el evangelio del reino.
1866:3  170:5.20 El evangelio de Jesús presentaba muchos aspectos diferentes, y precísamente por eso, en el transcurso de unos pocos siglos, los estudiosos de los relatos de sus enseñanzas se dividieron en tantos cultos y sectas. Esta lamentable subdivisión de los creyentes cristianos se debe a que no han sido capaces de discernir, en las múltiples enseñanzas del Maestro, la divina unidad de su vida incomparable. Pero algún día, los verdaderos creyentes en Jesús no estarán divididos espiritualmente de esta manera en su actitud ante los no creyentes. Siempre podemos tener diferencias de comprensión y de interpretación intelectuales, e incluso diversos grados de socialización, pero la falta de fraternidad espiritual es a la vez inexcusable y reprensible.
1866:4  170:5.21 ¡No os engañéis! Existe en las enseñanzas de Jesús una naturaleza eterna que no les permitirá permanecer estériles para siempre en el corazón de los hombres inteligentes. El reino, tal como Jesús lo concebía, ha fracasado en gran parte en la tierra; por ahora, una iglesia exterior ha tomado su lugar. Pero deberíais comprender que esta iglesia es solamente el estado larvario del frustrado reino espiritual, que esta iglesia lo transportará a través de la presente era material y lo llevará hasta una dispensación más espiritual en la que las enseñanzas del Maestro gozarán de una mayor oportunidad para desarrollarse. La iglesia llamada cristiana se convierte así en el capullo donde duerme actualmente el concepto que Jesús tenía del reino. El reino de la fraternidad divina está todavía vivo, y saldrá sin duda finalmente de su largo letargo, con la misma seguridad con que la mariposa aparece finalmente como la hermosa manifestación de su crisálida metamórfica menos atractiva.

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