ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 171 EN EL CAMINO DE JERUSALÉN
1868:3 171:1.1 El lunes 13 de marzo por la mañana, Jesús y sus doce apóstoles se despidieron definitivamente del campamento de Pella, y partieron hacia el sur en su gira por las ciudades de la Perea meridional, donde los asociados de Abner estaban trabajando. Pasaron más de dos semanas visitando a los setenta, y luego fueron directamente a Jerusalén para la Pascua.
1868:4 171:1.2 Cuando el Maestro salió de Pella, los discípulos que estaban acampados con los apóstoles, aproximadamente unos mil, lo siguieron. Casi la mitad de este grupo se separó de él en el vado del Jordán, camino de Jericó, cuando se enteraron que se dirigía a Hesbón, y después de que hubiera predicado el sermón sobre "El cálculo del coste". Luego continuaron hasta Jerusalén, mientras que la otra mitad del grupo siguió a Jesús durante dos semanas, visitando las ciudades del sur de Perea.
1868:5 171:1.3 La mayor parte de los seguidores inmediatos de Jesús comprendió, de manera general, que el campamento de Pella había sido abandonado, pero creían realmente que esto indicaba que su Maestro se proponía, por fin, ir a Jerusalén y reclamar el trono de David. Una gran mayoría de sus seguidores nunca fue capaz de captar otro concepto del reino de los cielos; independientemente de lo que Jesús les enseñara, no querían renunciar a esta idea judía del reino.
1868:6 171:1.4 Siguiendo las instrucciones del apóstol Andrés, David Zebedeo cerró el campamento de los visitantes en Pella el miércoles 15 de marzo. En aquel momento, cerca de cuatro mil visitantes residían allí, sin incluir a más de mil personas que vivían con los apóstoles en un lugar conocido como el "campamento de los instructores", y que acompañaron a Jesús y los doce hacia el sur. Aunque detestaba tener que hacerlo, David vendió todo el equipo a numerosos compradores y se dirigió con los fondos a Jerusalén, entregando posteriormente el dinero a Judas Iscariote.1869:1 171:1.5 David estuvo presente en Jerusalén durante la última semana trágica, y se llevó a su madre con él a Betsaida después de la crucifixión. Mientras esperaba a Jesús y a los apóstoles, David se detuvo en casa de Lázaro en Betania y se sintió enormemente perturbado por la manera en que los fariseos habían empezado a perseguirlo y a agobiarlo desde su resurrección. Andrés había ordenado a David que suspendiera el servicio de mensajeros, y todos interpretaron esto como una indicación de que el reino se iba a establecer pronto en Jerusalén. David se encontraba sin ocupación, y tenía casi decidido convertirse en el defensor autoproclamado de Lázaro, cuando de pronto el objeto de su preocupación indignada huyó precipitadamente a Filadelfia. En consecuencia, algún tiempo después de la resurrección de Jesús y también de la muerte de su madre, David se fue a Filadelfia, no sin antes haber ayudado a Marta y María a vender sus propiedades. Allí pasó el resto de su vida, en asociación con Abner y Lázaro, convirtiéndose en el supervisor financiero de todos los numerosos intereses del reino que tuvieron su centro en Filadelfia durante la vida de Abner.
1869:2 171:1.6 Poco tiempo después de la destrucción de Jerusalén, Antioquía se volvió la sede del cristianismo paulino, mientras que Filadelfia siguió siendo el centro del reino de los cielos según Abner. Desde Antioquía, la versión paulina de las enseñanzas de Jesús y acerca de Jesús se difundió hacia todo el mundo occidental; desde Filadelfia, los misioneros de la versión abneriana del reino de los cielos se extendieron por toda Mesopotamia y Arabia, hasta la época posterior en que estos emisarios inflexibles de las enseñanzas de Jesús fueron arrollados por el ascenso súbito del islam.