ÍNDICEEl libro de Urantia Edición1999
ESCRITO 174 EL MARTES POR LA MAÑANA EN EL TEMPLO
1897:1 174:0.1 HACIA las siete de la mañana de este martes, Jesús se reunió, en la casa de Simón, con los apóstoles, el cuerpo de mujeres y unas dos docenas de otros discípulos destacados. En esta reunión se despidió de Lázaro, y le dio las instrucciones que le indujeron a huir rápidamente a Filadelfia en Perea, donde se unió más tarde al movimiento misionero que tenía su sede en aquella ciudad. Jesús también se despidió del anciano Simón, y dio sus consejos de despedida al cuerpo de mujeres, pues nunca más se dirigió a ellas de manera oficial.
1897:2 174:0.2 Esta mañana, saludó a cada uno de lo doce con unas palabras personales. A Andrés le dijo: "No te desanimes por los acontecimientos inminentes. Controla firmemente a tus hermanos y procura que no te vean abatido." A Pedro le dijo: "No pongas tu confianza en el vigor de tu brazo ni en las armas de acero. Asiéntate sobre los fundamentos espirituales de las rocas eternas." A Santiago le dijo: "No vaciles ante las apariencias externas. Permanece firme en tu fe, y pronto conocerás la realidad de aquello en lo que crees." A Juan le dijo: "Sé dulce; ama incluso a tus enemigos; sé tolerante. Y recuerda que te he confiado muchas cosas." A Natanael le dijo: "No juzgues por las apariencias; permanece firme en tu fe cuando todo parezca desvanecerse; sé fiel a tu misión de embajador del reino." A Felipe le dijo: "No te dejes conmover por los acontecimientos inminentes. Permanece impasible, aunque no puedas ver el camino. Sé fiel a tu juramento de consagración." A Mateo le dijo: "No olvides la misericordia que te recibió en el reino. No dejes que nadie te robe tu recompensa eterna. Puesto que has resistido las tendencias de la naturaleza humana, disponte a ser firme." A Tomás le dijo: "Por muy difícil que sea, ahora tienes que caminar por la fe y no por la vista. No dudes de que yo sea capaz de terminar la obra que he empezado, y de que finalmente veré a todos mis fieles embajadores en el reino del más allá." A los gemelos Alfeo les dijo: "No os dejéis aplastar por las cosas que no podéis comprender. Sed fieles a los afectos de vuestro corazón, y no pongáis vuestra confianza ni en los grandes hombres, ni en la actitud cambiante de la gente. Permaneced al lado de vuestros hermanos." A Simón Celotes le dijo: "Simón, quizás te sientas aplastado por la decepción, pero tu espíritu se elevará por encima de todo lo que pueda sucederte. Lo que no has conseguido aprender de mí, mi espíritu te lo enseñará. Busca las verdaderas realidades del espíritu, y deja de sentirte atraído por las sombras irreales y materiales." Y a Judas Iscariote le dijo: "Judas, te he amado y he rogado para que ames a tus hermanos. No te canses de hacer el bien; y deseo prevenirte que te guardes de los senderos resbaladizos de la adulación y de los dardos envenenados del ridículo."
1897:3 174:0.3 Una vez que hubo concluido estos saludos, partió para Jerusalén con Andrés, Pedro, Santiago y Juan, mientras que los demás apóstoles se ocupaban de establecer el campamento de Getsemaní, donde iban a dirigirse aquella noche, y donde instalaron su cuartel general durante el resto de la vida mortal del Maestro. Aproximadamente a medio camino del descenso del Olivete, Jesús se detuvo y conversó durante más de una hora con los cuatro apóstoles.