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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 176

EL MARTES POR LA NOCHE EN EL MONTE DE Los OLIVOS

 

2. LA SEGUNDA VENIDA DEL MAESTRO

1914:2  176:2.1 En diversas ocasiones, Jesús había hecho declaraciones que condujeron a sus oyentes a deducir que, aunque se proponía dejar este mundo dentro de poco, regresaría con toda seguridad para consumar la obra del reino celestial. A medida que sus seguidores estaban más convencidos de que los iba a dejar, y después de haber partido de este mundo, era muy natural que todos los creyentes se aferraran firmemente a estas promesas de regresar. Y así, la doctrina de la segunda venida de Cristo se incorporó pronto en las enseñanzas de los cristianos, y casi todas las generaciones posteriores de discípulos han creído devotamente en esta verdad y han esperado con confianza que regresaría algún día.
1914:3  176:2.2 Puesto que debían separarse de su Maestro e Instructor, estos primeros discípulos y los apóstoles se aferraron mucho más a esta promesa de regresar, y no tardaron en asociar la vaticinada destrucción de Jerusalén con esta segunda venida prometida. Y continuaron interpretando de esta manera sus palabras, a pesar de que el Maestro, durante todo este anochecer de enseñanza en el Monte de los Olivos, se tomó el enorme trabajo de impedir precisamente este error.

1914:4  176:2.3 En su contestación adicional a la pregunta de Pedro, Jesús dijo: "¿Por qué continuáis creyendo que el Hijo del Hombre se sentará en el trono de David, y esperáis que se cumplan los sueños materiales de los judíos? ¿No os he dicho todos estos años que mi reino no es de este mundo? Las cosas que ahora contempláis a vuestros pies están llegando a su fin, pero éste será un nuevo comienzo, a partir del cual el evangelio del reino se extenderá por todo el mundo, y esta salvación se difundirá a todos los pueblos. Cuando el reino haya llegado a su plena madurez, estad seguros de que el Padre que está en los cielos no dejará de visitaros con una revelación ampliada de la verdad y con una demostración realzada de la rectitud, tal como ya ha otorgado a este mundo a aquel que se convirtió en el príncipe de las tinieblas, y luego a Adán, que fue seguido por Melquisedec, y en nuestros días, al Hijo del Hombre. Mi Padre continuará así manifestando su misericordia y mostrando su amor, incluso a este mundo oscuro y malvado. Después de que mi Padre me haya investido con todo el poder y la autoridad, yo también continuaré siguiendo vuestra suerte y guiándoos en los asuntos del reino mediante la presencia de mi espíritu, que pronto será derramado sobre todo el género humano. Aunque así estaré presente con vosotros en espíritu, también prometo que regresaré algún día a este mundo, donde he vivido esta vida en la carne, y he logrado la experiencia simultánea de revelar a Dios a los hombres y de conducir los hombres hacia Dios. Tengo que dejaros muy pronto y reemprender el trabajo que el Padre me ha confiado, pero tened buen ánimo, porque volveré algún día. Mientras tanto, mi Espíritu de la Verdad de un universo os confortará y os guiará.
1915:1  176:2.4 "Ahora me véis débil y en la carne, pero cuando regrese, será con poder y en el espíritu. Los ojos de la carne contemplan al Hijo del Hombre en la carne, pero sólo los ojos del espíritu contemplarán al Hijo del Hombre glorificado por el Padre y apareciendo en la tierra en su propio nombre.
1915:2  176:2.5 "Pero la época de la reaparición del Hijo del Hombre sólo se conoce en los consejos del Paraíso; ni siquiera los ángeles del cielo saben cuándo sucederá esto. Sin embargo, deberíais comprender que cuando este evangelio del reino haya sido proclamado en el mundo entero para la salvación de todos los pueblos, y cuando la era haya alcanzado su plenitud, el Padre os enviará otra donación dispensacional, o si no, el Hijo del Hombre regresará para juzgar la era.
1915:3  176:2.6 "Y ahora, en lo que se refiere a las tribulaciones de Jerusalén, de las cuales os he hablado, esta generación no pasará hasta que se cumplan mis palabras; pero en lo que respecta a la época de la nueva venida del Hijo del Hombre, nadie en el cielo o en la tierra puede atraverse a hablar de ello. Pero deberíais ser sabios en lo que se refiere a la maduración de una era; deberíais estar alertas para discernir los signos de los tiempos. Cuando la higuera muestra sus ramas tiernas y brotan sus hojas, sabéis que el verano está cerca. De la misma manera, cuando el mundo haya pasado por el largo invierno de la mentalidad materialista y discernáis la venida de la primavera espiritual de una nueva dispensación, deberíais saber que se acerca el verano de una nueva visita.
1915:4  176:2.7 "Pero, ¿cuál es el significado de esta enseñanza relacionada con la venida de los Hijos de Dios? ¿No os dais cuenta de que cuando cada uno de vosotros sea llamado a abandonar la lucha de la vida y a traspasar la puerta de la muerte, estará en la presencia inmediata del juicio, frente a frente con los hechos de una nueva dispensación de servicio en el plan eterno del Padre infinito? Aquello a lo que el mundo entero debe de hecho enfrentarse literalmente al final de una era, cada uno de vosotros, como individuo, tiene que enfrentarse con toda seguridad, como experiencia personal, cuando llegue al final de su vida física, y con ello pase a enfrentarse a las condiciones y a las exigencias inherentes a la revelación siguiente de la evolución eterna del reino del Padre."

1915:5  176:2.8 De todos los discursos que el Maestro dio a sus apóstoles, ninguno causó nunca tanta confusión en sus mentes como éste, pronunciado este martes por la noche en el Monte de los Olivos, sobre el doble tema de la destrucción de Jerusalén y de su propia segunda venida. Por consiguiente, las narraciones escritas posteriormente, basadas en los recuerdos de lo que el Maestro había dicho en esta ocasión extraordinaria, concordaron poco entre sí. En consecuencia, como los relatos dejaron en blanco muchas cosas que se dijeron este martes por la noche, surgieron muchas tradiciones. A principios del siglo segundo, un apocalipsis judío sobre el Mesías escrito por un tal Selta, que estaba ligado a la corte del emperador Calígula, fue íntegramente copiado en el Evangelio según Mateo, y posteriormente añadido (en parte) a los relatos de Marcos y de Lucas. En estos escritos de Selta fue donde apareció la parábola de las diez vírgenes. Ninguna parte de los escritos evangélicos sufrió nunca una interpretación errónea tan confusa como la enseñanza de esta noche. Pero el apóstol Juan nunca se dejó confundir de esta manera.
1915:6  176:2.9 Mientras estos trece hombres reanudaban su camino hacia el campamento, permanecían callados y bajo los efectos de una gran tensión emocional. Judas había ratificado finalmente su decisión de abandonar a sus compañeros. Ya era tarde cuando David Zebedeo, Juan Marcos y cierto número de discípulos principales recibieron a Jesús y a los doce en el nuevo campamento, pero los apóstoles no querían dormir; querían saber más cosas sobre la destrucción de Jerusalén, la partida del Maestro y el fin del mundo.

 

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