ÍNDICE
previo      continuo
El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 177

EL MIÉRCOLES, DÍA DE DESCANSO

1920:1  177:0.1 CUANDO la tarea de enseñar al pueblo no les apremiaba, Jesús y sus apóstoles tenían la costumbre de descansar de sus trabajos todos los miércoles. Este miércoles en particular tomaron el desayuno un poco más tarde que de costumbre, y el campamento estaba impregnado de un silencio de mal agüero; se dijeron muy pocas palabras durante la primera mitad de esta comida matutina. Por fin, Jesús habló: "Deseo que descanséis hoy. Dedicad tiempo para reflexionar sobre todo lo que ha sucedido desde que llegamos a Jerusalén, y para meditar en lo que se avecina, de todo lo cual os he informado claramente. Aseguraos de que la verdad permanece en vuestra vida, y de que crecéis diariamente en la gracia."
1920:2  177:0.2 Después del desayuno, el Maestro informó a Andrés que tenía la intención de ausentarse durante todo el día, y sugirió que se autorizara a los apóstoles para que pasaran el tiempo según sus propios deseos, excepto que no debían, en ninguna circunstancia, atravesar las puertas de Jerusalén.
1920:3  177:0.3 Cuando Jesús se preparó para partir solo hacia las colinas, David Zebedeo se le acercó diciendo: "Maestro, sabes bien que los fariseos y los dirigentes intentan destruirte, y sin embargo te preparas para salir solo hacia las colinas. Eso es una locura; por ello, enviaré a tres hombres contigo, bien preparados para que vigilen que no te suceda nada malo." Jesús miró a los tres galileos robustos y bien armados, y dijo a David: "Tu intención es buena, pero te equivocas en el sentido de que no logras comprender que el Hijo del Hombre no necesita a nadie que lo defienda. Nadie me pondrá la mano encima hasta el momento en que esté preparado para abandonar mi vida de acuerdo con la voluntad de mi Padre. Estos hombres no pueden acompañarme. Deseo ir solo, para poder comulgar con el Padre."
1920:4  177:0.4 Al escuchar estas palabras, David y sus guardianes armados se retiraron; pero mientras Jesús partía solo, Juan Marcos se adelantó con una pequeña cesta que contenía alimentos y agua, y sugirió que si Jesús tenía la intención de estar fuera todo el día, podría tener hambre. El Maestro le sonrió a Juan y bajó la mano para coger la cesta.

 

previo      continuo