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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 180

EL DISCURSO DE DESPEDIDA

 

3. LA ENEMISTAD DEL MUNDO

1946:6  180:3.1 Apenas habían terminado los once sus comentarios sobre el discurso de la vid y los sarmientos, el Maestro les indicó que deseaba continuar hablándoles, pues sabía que le quedaba poco tiempo, y dijo: "Cuando os haya dejado, no os desaniméis por la enemistad del mundo. No os sintáis abatidos ni siquiera cuando los creyentes pusilánimes se vuelvan contra vosotros y se alíen con los enemigos del reino. Si el mundo os odia, recordad que me ha odiado antes que a vosotros. Si fuerais de este mundo, entonces el mundo amaría lo que es suyo, pero como no lo sois, el mundo se niega a amaros. Estáis en este mundo, pero no debéis vivir a su manera. Os he escogido y apartado del mundo para representar el espíritu de otro mundo en este mismo mundo en el que habéis sido escogidos. Pero recordad siempre las palabras que os he dicho: El servidor no es más grande que su señor. Si se atreven a perseguirme, también os perseguirán a vosotros. Si mis palabras ofenden a los incrédulos, vuestras palabras también ofenderán a los impíos. Y os harán todo esto porque no creen en mí ni en Aquel que me ha enviado; por eso sufriréis muchas cosas a causa de mi evangelio; pero cuando estéis soportando esas tribulaciones, deberíais recordar que yo también he sufrido antes que vosotros a causa de este evangelio del reino celestial.
1947:1  180:3.2 "Muchos de los que os atacarán ignoran la luz del cielo, pero éste no es el caso de algunos que nos persiguen ahora. Si no les hubiéramos enseñado la verdad, podrían hacer muchas cosas extrañas sin incurrir en la condenación, pero ahora, puesto que han conocido la luz y se han atrevido a rechazarla, no tienen excusas para su actitud. El que me odia, odia a mi Padre. No puede ser de otra manera; la luz que podría salvaros si la aceptáis, sólo puede condenaros si la rechazáis a sabiendas. ¿Qué les he hecho a esos hombres para que me odien con un odio tan terrible? Nada, salvo ofrecerles la hermandad en la tierra y la salvación en el cielo. Pero ¿no habéis leído en las Escrituras el dicho: `Y me odiaron sin causa'?
1947:2  180:3.3 "Pero no os dejaré solos en el mundo. Poco tiempo después de mi partida, os enviaré un ayudante espiritual. Tendréis con vosotros a alguien que ocupará mi lugar entre vosotros, a alguien que continuará enseñándoos el camino de la verdad, y que incluso os confortará.
1947:3  180:3.4 "Que no se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; continuad creyendo también en mí. Aunque tenga que dejaros, no estaré lejos de vosotros. Ya os he dicho que hay muchas residencias en el universo de mi Padre. Si no fuera verdad, no os habría hablado repetidas veces de ellas. Voy a regresar a esos mundos de luz, a esas estaciones en el cielo del Padre a las que ascenderéis algún día. Desde esos lugares he venido a este mundo, y ahora ha llegado el momento en que debo regresar a la obra de mi Padre en las esferas de arriba.
1947:4  180:3.5 "Si os precedo así en el reino celestial del Padre, os enviaré a buscar con seguridad para que podáis estar conmigo en los lugares que fueron preparados para los hijos mortales de Dios antes de que existiera este mundo. Aunque debo dejaros, estaré presente con vosotros en espíritu, y finalmente estaréis conmigo en persona cuando hayáis ascendido hasta mí en mi universo, tal como yo estoy a punto de ascender hasta mi Padre en su universo más grande. Lo que os he dicho es verdad y eterno, aunque no podáis comprenderlo plenamente. Voy hacia el Padre, y aunque ahora no podáis seguirme, me seguiréis sin duda en las eras venideras."
1947:5  180:3.6 Cuando Jesús se sentó, Tomás se levantó y dijo: "Maestro, no sabemos adónde vas; por consiguiente, no conocemos el camino. Pero te seguiremos esta misma noche si nos muestras el camino."
1947:6  180:3.7 Cuando Jesús escuchó a Tomás, contestó: "Tomás, yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va hacia el Padre si no es a través de mí. Todos los que encuentran al Padre, primero me encuentran a mí. Si me conocéis, conocéis el camino hacia el Padre. Y me conocéis de hecho, porque habéis vivido conmigo y ahora me veis."
1947:7  180:3.8 Pero esta enseñanza era demasiado profunda para muchos de los apóstoles, especialmente para Felipe, quien después de hablar unas palabras con Natanael, se levantó y dijo: "Maestro, muéstranos al Padre, y todo lo que nos has dicho se aclarará."
1947:8  180:3.9 Cuando Felipe hubo hablado, Jesús dijo: "Felipe, ¿he estado tanto tiempo contigo y sin embargo ni siquiera me conoces ahora? Declaro de nuevo que aquel que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decir entonces: muéstranos al Padre? ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? ¿No os he enseñado que las palabras que os digo no son mis palabras, sino las palabras del Padre? Hablo por el Padre y no por mí mismo. Estoy en este mundo para hacer la voluntad del Padre, y eso es lo que he hecho. Mi Padre permanece en mí y trabaja a través de mí. Creedme cuando digo que el Padre está en mí, y que yo estoy en el Padre, o si no, creedme por la vida misma que he vivido —por mi obra."
1948:1  180:3.10 Mientras el Maestro se apartaba para refrescarse con agua, los once emprendieron una viva discusión sobre estas enseñanzas, y Pedro iba a empezar a pronunciar un largo discurso cuando Jesús regresó y les indicó que se sentaran.

 

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