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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 180

EL DISCURSO DE DESPEDIDA

 

4. EL AYUDANTE PROMETIDO

1948:2  180:4.1 Jesús continuó su enseñanza, diciendo: "Cuando haya regresado al Padre, y él haya aceptado plenamente la obra que he realizado por vosotros en la tierra, y después de que haya recibido la soberanía final sobre mi propio dominio, le diré a mi Padre: Como he dejado solos a mis hijos en la tierra, es conforme a mi promesa enviarles a otro instructor. Y cuando el Padre lo apruebe, derramaré el Espíritu de la Verdad sobre todo el género humano. El espíritu de mi Padre ya está en vuestro corazón, y cuando llegue ese día, también me tendréis con vosotros como ahora tenéis al Padre. Este nuevo don es el espíritu de la verdad viviente. Los incrédulos no escucharán al principio las enseñanzas de este espíritu, pero todos los hijos de la luz lo recibirán con placer y de todo corazón. Cuando llegue este espíritu, lo conoceréis como me habéis conocido a mí, recibiréis este don en vuestro corazón, y él permanecerá con vosotros. Podéis percibir que no os voy a dejar sin ayuda ni guía. No voy a dejaros abandonados. Actualmente sólo puedo estar con vosotros en persona. En los tiempos venideros estaré con vosotros y con todos los demás hombres que deseen mi presencia, dondequiera que estéis, y con cada uno de vosotros al mismo tiempo. ¿No discernís que es mejor que me vaya, que os deje físicamente, para poder estar mejor y más plenamente con vosotros en espíritu?
1948:3  180:4.2 "Dentro de muy pocas horas el mundo dejará de verme; pero continuaréis conociéndome en vuestro corazón hasta que os envíe este nuevo instructor, el Espíritu de la Verdad. De la misma manera que he vivido con vosotros en persona, viviré entonces dentro de vosotros; seré una sola cosa con vuestra experiencia personal en el reino del espíritu. Cuando esto suceda, sabréis con seguridad que estoy en el Padre, y que, aunque vuestra vida está oculta con el Padre en mí, yo también estoy dentro de vosotros. He amado al Padre y he guardado su palabra; vosotros me habéis amado, y guardaréis mi palabra. Al igual que mi Padre me ha dado de su espíritu, yo os daré del mío. Este Espíritu de la Verdad que os donaré os guiará y os confortará, y os conducirá finalmente a toda la verdad.
1948:4  180:4.3 "Os cuento estas cosas mientras aún estoy con vosotros, a fin de que estéis mejor preparados para soportar las pruebas que ahora se avecinan. Cuando llegue ese nuevo día, estaréis habitados tanto por el Hijo como por el Padre. Y esos dones del cielo trabajarán siempre el uno con el otro, al igual que el Padre y yo hemos trabajado en la tierra delante de vuestros propios ojos como una sola persona: el Hijo del Hombre. Este amigo espiritual os traerá a la memoria todo lo que os he enseñado."
1948:5  180:4.4 Mientras el Maestro se detenía un momento, Judas Alfeo se atrevió a hacer una de las pocas preguntas que él o su hermano hicieron a Jesús en público. Judas dijo: "Maestro, siempre has vivido entre nosotros como un amigo; ¿cómo te conoceremos cuando ya no te manifiestes a nosotros, salvo a través de este espíritu? Si el mundo no te ve, ¿cómo estaremos seguros de ti? ¿Cómo te mostrarás a nosotros?"
1949:1  180:4.5 Jesús los miró a todos, sonrió y dijo: "Hijos míos, me voy, voy de vuelta hacia el Padre. Dentro de poco ya no me veréis como me veis aquí, en carne y hueso. Dentro de muy poco tiempo os enviaré a mi espíritu, que es como yo, a excepción de este cuerpo material. Este nuevo instructor es el Espíritu de la Verdad que vivirá con cada uno de vosotros, en vuestro corazón, y así todos los hijos de la luz serán como uno solo y serán atraídos los unos hacia los otros. De esta manera concreta mi Padre y yo podremos vivir en el alma de cada uno de vosotros, y también en el corazón de todos los demás hombres que nos aman y hacen real ese amor en sus experiencias, amándose los unos a los otros como yo os amo ahora."
1949:2  180:4.6 Judas Alfeo no comprendió plenamente lo que había dicho el Maestro, pero captó la promesa de un nuevo instructor, y por la expresión de la cara de Andrés, percibió que su pregunta había sido contestada satisfactoriamente.

 

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