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El libro de Urantia
Edición1999

ESCRITO 189

LA RESURRECCIÓN

 

5. PEDRO Y JUAN EN LA TUMBA

2027:5  189:5.1 Mientras los dos apóstoles corrían hacia el Gólgota y la tumba de José, los pensamientos de Pedro alternaban entre el miedo y la esperanza; temía encontrar al Maestro, pero su esperanza se había despertado con la historia de que Jesús le había enviado un mensaje especial. Estaba casi persuadido de que Jesús estaba realmente vivo; se acordaba de la promesa de que resucitaría al tercer día. Aunque parezca extraño, no había pensado en esta promesa desde la crucifixión hasta este momento en que corría hacia el norte a través de Jerusalén. Mientras Juan salía precipitadamente de la ciudad, un extraño éxtasis de alegría y de esperanza brotaba en su alma. Estaba casi convencido de que las mujeres habían visto realmente al Maestro resucitado.
2027:6  189:5.2 Como Juan era más joven que Pedro, corrió más deprisa que él y llegó primero a la tumba. Juan permaneció en la entrada contemplando la tumba, que se encontraba tal como María la había descrito. Simón Pedro llegó corriendo poco después, entró, y vio la misma tumba vacía con los lienzos fúnebres dispuestos de manera tan particular. Cuando Pedro salió, Juan también entró y lo vio todo por sí mismo; luego se sentaron en la piedra para reflexionar sobre el significado de lo que habían visto y oído. Mientras estaban sentados allí, dieron vueltas en su cabeza a todas las cosas que les habían dicho sobre Jesús, pero no podían percibir claramente lo que había sucedido.
2027:7  189:5.3 Pedro sugirió al principio que la tumba había sido saqueada, que los enemigos habían robado el cuerpo, y quizás sobornado a los guardias. Pero Juan razonó que la tumba no habría sido dejada de manera tan ordenada si hubieran robado el cuerpo, y también planteó la cuestión de cómo podía ser que los vendajes hubieran sido dejados atrás, y aparentemente tan intactos. Y los dos volvieron a entrar en el sepulcro para examinar más atentamente los lienzos fúnebres. Cuando salieron de la tumba por segunda vez, encontraron a María Magdalena que había vuelto y estaba llorando delante de la entrada. María había ido a ver a los apóstoles con la creencia de que Jesús había resucitado de la tumba, pero cuando todos se negaron a creer su relato, se sintió abatida y desesperada. Anhelaba volver cerca de la tumba, donde pensaba que había escuchado la voz familiar de Jesús.
2027:8  189:5.4 Mientras María permanecía allí después de la partida de Pedro y Juan, el Maestro se le apareció de nuevo, diciendo: "No dudes; ten el valor de creer en lo que has visto y oído. Vuelve a donde están mis apóstoles y diles de nuevo que he resucitado, que me apareceré a ellos, y que pronto los precederé en Galilea como les prometí."
2028:1  189:5.5 María se apresuró en volver a la casa de Marcos y contó a los apóstoles que había hablado de nuevo con Jesús, pero no quisieron creerla. Sin embargo, cuando Pedro y Juan regresaron, dejaron de burlarse y se llenaron de temor y de aprensión.

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