EL
MATRIMONIO Y LA VIDA FAMILIAR
10.
Los ÁNGELES GUARDIANES
Anotaciones bibliográficas de referencias selectas de El libro de Urantia
( Las
anotaciones fueron seleccionadas por Julia Fenderson)
Traducción elaborada por José manuel Rodríguez vargas,
Grupo CORDESAES
Bogotá de Colombia
enero 2001
Contenidos:
1. INTRODUCCIÓN
2. LA FAMILIA Y EL HOGAR
3. LA GUARDERÍA DEL PERIODO DE PRUEBA
4. Los IDEALES DE LA VIDA FAMILIAR
5. LA CAPACITACIÓN ADÁNICA DE Los SERES
ASCENDENTES
6. LA EVOLUCIÓN DEL MATRIMONIO
7. MATRIMONIO Y VIDA FAMILIAR
8. Los IDEALES DE LA VIDA FAMILIAR
9. Los PELIGROS DE LA AUTOGRATIFICACIÓN
10. Los ANGELES GUARDIANES
11. LA VIDA HOGAREÑA DE Los PRIMEROS AÑOS
12. EL AÑO DECIMOQUINTO
13. EL AÑO DECIMONOVENO
14. LA VIDA ADULTA DE JESÚS
10.
Los ÁNGELES GUARDIANES
1241§3
113:1.1
La
enseñanza sobre los ángeles guardianes no es un mito; ciertos grupos de seres
humanos en realidad tienen ángeles personales. Fue en reconocimiento de esto
que Jesús, al hablar de los niños del reino de los cielos, dijo: «Cuidad
que no despreciéis a ninguno de estos pequeños, pues yo os digo, que sus ángeles
contemplan constantemente la presencia del espíritu de mi Padre».
1256§1
114:6.11
7.
Los ángeles del esclarecimiento. Urantia recibe actualmente la ayuda del tercer
cuerpo de serafines dedicados a fomentar la instrucción planetaria. Estos
ángeles se ocupan de la capacitación mental y moral en cuanto ésta afecta
a los individuos, familias, grupos, escuelas, comunidades, naciones y razas
enteras.
9. Los serafines
del hogar. Urantia disfruta ahora de los servicios del quinto grupo de
ministros angélicos, dedicados a la preservación y avance del hogar, la institución
básica de la civilización humana.
1581§1
140:8.14
La
familia ocupaba el centro mismo de la filosofía de la vida de Jesús aquí y
en lo sucesivo. Las enseñanzas sobre Dios las basaba en la familia, tratando
al mismo tiempo de corregir la tendencia judía de honrar excesivamente a los
antepasados. Exaltaba la vida familiar como el deber más alto de la humanidad,
pero decía claramente que las relaciones familiares no deben interferir con
las obligaciones religiosas. Llamaba la atención sobre el hecho de que la
familia es una institución temporal; que no sobrevive a la muerte. Jesús no
vaciló en dejar a su familia cuando la familia fue en contra de la voluntad
del Padre. Enseñó la nueva y más amplia hermandad del hombre la de los hijos
de Dios. En los tiempos de Jesús, el divorcio era fácil tanto en Palestina
como en todo el Imperio Romano. Se negó repetidamente a establecer leyes sobre
el matrimonio y el divorcio, pero muchos de los primeros seguidores de Jesús
tenían opiniones definidas sobre el divorcio y no vacilaron en atribuírselas
a él. Todos los escritores del Nuevo Testamento se adhirieron a estas ideas
más estrictas y avanzadas sobre el divorcio, excepto Juan Marcos.
1603§4
142:7.3
Jesús
explicó muy claramente que el reino del cielo era una experiencia evolutiva,
que comenzaba aquí en la tierra y progresaba a través de las estaciones sucesivas
de vida hasta el Paraíso. En el curso de la noche declaró definitivamente
que en una etapa futura del desarrollo del reino, volvería a visitar este
mundo, en poder espiritual y gloria divina.
1603§5
142:7.4
Luego
explicó que la «idea del reino» no era la mejor manera de ilustrar la relación
del hombre con Dios; empleaba estos tropos porque el pueblo judío estaba esperando
el reino y porque Juan había predicado en términos del reino venidero. Dijo
Jesús: «Los
pueblos de otra era comprenderán mejor el evangelio del reino cuando se lo
presente en términos que expresen la relación familiar: cuando el hombre comprenda
la religión como la enseñanza de la paternidad de Dios y de la hermandad de
los hombres, la filiación con Dios». Luego el Maestro discurrió con cierta amplitud sobre la familia terrestre
como ilustración de la familia celestial, volviendo a declarar las dos leyes
fundamentales del vivir: el primer mandamiento de amor al padre, el jefe de
la familia, y el segundo mandamiento de amor mutuo entre los hijos, de amar
a tu hermano como a ti mismo. Procedió luego explicando que esta cualidad
de afecto fraternal se manifestaría invariablemente en servicio social, generoso
y amante.
1603§6
142:7.5
Después
de esto, sobrevino la memorable conversación sobre las características fundamentales
de la vida familiar y su aplicación a la relación existente entre Dios y el
hombre. Jesús declaró que una verdadera familia está fundada en los siguientes
siete hechos:
1604§1
142:7.6
1.
El hecho de la existencia. Las relaciones discernibles en la naturaleza y
los fenómenos del parecido entre los mortales están vinculados a la familia:
los niños heredan ciertos rasgos de los padres. Los hijos se originan de los
padres. La existencia de la personalidad depende del acto de los padres. La
relación del padre y el hijo es inherente en toda la naturaleza y llena todas
las existencias vivientes.
1604§2
142:7.7
2.
La seguridad y el placer. Los verdaderos padres derivan gran placer de la
satisfacción de las necesidades de sus hijos. Muchos padres no se contentan
con satisfacer tan sólo las necesidades de sus hijos, sino que disfrutan en
disponer también para sus placeres.
1604§3
142:7.8
3.
La educación y la capacitación. Los padres sabios planean cuidosamente la
educación y la capacitación adecuada de sus hijos e hijas. Se prepara así
a los jóvenes para las responsabilidades mayores de la vida futura.
1604§4
142:7.9
4.
La disciplina y el establecimiento de limitaciones. Los padres previsores
también disponen para la necesaria disciplina, guía, corrección y, de vez
en cuando limitaciones, para sus hijos pequeños e inmaduros.
1604§5
142:7.10
5.
La camaradería y la lealtad. El padre afectuoso mantiene una relación íntima
y amante con sus hijos. Está siempre dispuesto a escuchar sus solicitudes;
está dispuesto a
compartir
sus penas y ayudarlos en sus dificultades. El padre está supremamente interesado
en el bienestar progresivo de su progenie.
1604§6
142:7.11
6.
El amor y la misericordia. Un padre compasivo perdona libremente; los padres
no alimentan recuerdos vengativos contra sus hijos. Los padres no son como
los jueces, los enemigos o los acreedores. Las familias verdaderas están construidas
sobre los cimientos de la tolerancia, la paciencia y el perdón.
1604§7
142:7.12
7.
Las disposiciones para el futuro. Los padres temporales desean dejar una herencia
para sus hijos. La familia continúa de una generación a otra. La muerte sólo
acaba con una generación para marcar el comienzo de la siguiente. La muerte
termina una vida individual
pero no necesariamente la familia.
1604§8
142:7.13
El
Maestro habló durante horas de la aplicación de estas características de la
vida familiar a las relaciones del hombre, el hijo terrestre, con Dios, el
Padre del Paraíso. Esta fue su conclusión: «Yo
conozco a la perfección toda la relación de un hijo con el Padre, porque todo
lo que debéis alcanzar en la filiación en el futuro eterno, ya he alcanzado.
El Hijo del Hombre está preparado para ascender a la diestra del Padre, de
modo que en mí está el camino, ahora abierto aún más, para que todos vosotros
veáis a Dios y cuando hayáis completado la progresión gloriosa, os tornéis
perfectos así como vuestro Padre
en el cielo es perfecto».
1839§4
167:5.7
Después
de hablar Jesús así sobre el matrimonio y el divorcio, más tarde, esa noche,
sus apóstoles le hicieron privadamente muchas preguntas adicionales, y las
respuestas a estas preguntas liberaron la mente de ellos de muchas interpretaciones
incorrectas. Al final de esta conferencia, Jesús dijo: «El
matrimonio es loable y todos los hombres lo deberían desear. El hecho de que
el Hijo del Hombre cumpla solo su misión terrenal, no debe de ninguna manera
reflejarse en forma negativa sobre el deseo del matrimonio. Es voluntad del
Padre que yo trabaje de esta manera, pero el mismo Padre ha
ordenado la creación del hombre y de la mujer, y es voluntad divina que los
hombres y las mujeres encuentren su servicio más elevado y regocijo consiguiente
en el establecimiento del hogar para recibir y criar a los hijos, en cuya
creación estos padres se vinculan con los Hacedores del cielo y de la tierra.
Por esta causa el hombre dejará a padre y madre para unirse con su esposa,
y los dos llegarán a ser uno solo»