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EL MATRIMONIO Y LA VIDA FAMILIAR

11. LA VIDA HOGAREÑA DE Los PRIMEROS AÑOS

Anotaciones bibliográficas de referencias selectas de El  libro de Urantia

( Las anotaciones fueron seleccionadas por Julia Fenderson)
Traducción elaborada por José manuel Rodríguez vargas, Grupo CORDESAES
Bogotá de Colombia
enero 2001

Contenidos:

1. INTRODUCCIÓN
2. LA FAMILIA Y EL HOGAR
3. LA GUARDERÍA DEL PERIODO DE PRUEBA
4. Los IDEALES DE LA VIDA FAMILIAR
5. LA CAPACITACIÓN ADÁNICA DE Los SERES ASCENDENTES
6. LA EVOLUCIÓN DEL MATRIMONIO
7. MATRIMONIO Y VIDA FAMILIAR
8. Los IDEALES DE LA VIDA FAMILIAR
9. Los PELIGROS DE LA AUTOGRATIFICACIÓN
10. Los ANGELES GUARDIANES
11. LA VIDA HOGAREÑA DE Los PRIMEROS AÑOS
12. EL AÑO DECIMOQUINTO
13. EL AÑO DECIMONOVENO
14. LA VIDA ADULTA DE JESÚS


11. LA VIDA HOGAREÑA DE Los PRIMEROS AÑOS

1921§5 177:2.1 En el curso de este día de compañerismo con Juan Marcos, Jesús pasó bastante tiempo comparando sus experiencias de la niñez y de la adolescencia. Aunque los padres de Juan poseían más bienes mundanos que los que habían poseído los padres de Jesús, había mucho de similar en sus experiencias juveniles. Jesús dijo muchas cosas que ayudaron a Juan a comprender mejor a sus padres y a los otros integrantes de su familia. Cuando el muchacho preguntó al Maestro cómo podía él saber que Juan se volvería un «poderoso mensajero del reino», Jesús dijo:

1921§6 177:2.2 «Sé que demostrarás tu lealtad al evangelio del reino, porque puedo confiar en tu fe y amor presentes ya que estas cualidades están cimentadas en una capacitación tan temprana como ha sido la tuya en el hogar. Eres el producto de un hogar en el que los padres se tienen afecto sincero, y por lo tanto no has sido amado en exceso, como para que hubieras exaltado perjudicialmente el concepto de tu auto-importancia. Tampoco ha sufrido distorsiones tu personalidad como consecuencia de posibles maniobras sin amor de tus padres, el uno contra el otro por ganar tu confianza y lealtad. Has disfrutado de ese amor paterno que asegura una laudable auto-confianza y fomenta sentimientos normales de seguridad. Pero también has sido afortunado, porque tus padres poseían sabiduría a la vez que amor; fue su sabiduría la que los condujo a negarte la mayoría de las formas de indulgencia y los muchos lujos que puede comprar el dinero; te enviaron a la escuela de la sinagoga con tus compañeros de juegos del barrio en el que vivías, y también te alentaron a vivir en este mundo de modo tal que pudieras hacer una experiencia original. Viniste al Jordán, donde nosotros predicábamos y los discípulos de Juan bautizaban, con tu joven amigo Amós. Ambos deseabais ir con nosotros; cuando regresasteis a Jerusalén, tus padres consintieron; los padres de Amós se negaron; tanto amaban a su hijo que le negaron la experiencia bendita que tú has tenido, aun la que estás disfrutando hoy mismo. Amós podría haberse escapado de su casa para unirse a nosotros, pero si lo hubiera hecho, habría herido el amor y sacrificado la lealtad. Aun en el caso de que tal curso de acción fuera sabio, habría pagado un precio terrible para ganar experiencia, independencia y libertad. Padres sabios como los tuyos se aseguran de que sus hijos no se vean obligados a herir el amor ni a sofocar la lealtad para desarrollar su independencia y disfrutar de una libertad vigorizante al llegar a tu edad.

1922§1 177:2.3 «El amor, Juan, es la realidad suprema del universo cuando proviene de seres totalmente sabios, pero puede ser un rasgo peligroso y aun casi egoísta tal como se manifiesta en la experiencia de los padres mortales. Cuando te cases y tengas tus hijos, asegúrate de que tu amor sea controlado por la sabiduría y guiado por la inteligencia.

1922§2 177:2.4 «Tu joven amigo Amós cree en este evangelio del reino tanto como tú, pero no puedo confiar plenamente en él; no estoy seguro de lo que él hará en los años venideros. Su vida hogareña temprana no fue del tipo que pueda producir una persona completamente confiable. Amós se parece demasiado a uno de los apóstoles que no pudo disfrutar de un adiestramiento hogareño normal, amante y sabio. Toda tu vida futura será más feliz y confiable, porque pasaste tus primeros ocho años en un hogar normal y bien regulado. Posees un carácter fuerte y bien integrado, porque creciste en un hogar en el cual prevalecía el amor y reinaba la sabiduría. Este tipo de adiestramiento durante la infancia produce un tipo de lealtad que me da la certeza de que seguirás el curso de acción que has comenzado»

1922§3 177:2.5 Por más de una hora Jesús y Juan continuaron esta conversación sobre la vida hogareña. El Maestro siguió explicándole a Juan cómo un niño depende totalmente de sus padres y de la vinculada vida hogareña para formar sus primeros conceptos de todo lo que sea intelectual, social, moral y aun espiritual, puesto que la familia representa para el niño pequeño todo lo que él puede conocer de primera intención en cuanto a las relaciones humanas o divinas. El niño deriva sus primeras impresiones del universo, de los cuidados de su madre; depende completamente del padre terrenal para sus primeras ideas sobre el Padre celestial. La vida subsiguiente del niño será feliz o infeliz, fácil o difícil, según haya sido su vida mental y emocional temprana, condicionada por estas relaciones sociales y espirituales del hogar. La vida entera de un ser humano está enormemente influida por lo que sucede durante los primeros pocos años de su existencia.

1922§4 177:2.6 Es nuestra creencia sincera que el evangelio contenido en las enseñanzas de Jesús, fundado como lo está en la relación padre-hijo, podrá difícilmente disfrutar de una aceptación mundial hasta el momento en que la vida hogareña de los pueblos modernos civilizados contenga más amor y más sabiduría. A pesar de que los padres del siglo veinte posean gran conocimiento y mayor verdad para mejorar el hogar y ennoblecer la vida hogareña, sigue siendo un hecho que muy pocos hogares modernos llegan a ser medios para la crianza de niños y niñas, tan buenos como lo fuera el hogar de Jesús en Galilea y el de Juan Marcos en Judea; sin embargo, la aceptación del evangelio de Jesús dará como  resultado una mejora inmediata de la vida hogareña. La vida amorosa de un hogar sabio y la devoción leal de la verdadera religión ejercen una profunda influencia recíproca. Tal vida hogareña eleva la religión, y la religión genuina siempre glorifica el hogar.

40§1 2:5.9 El amor del Padre va con nosotros ahora y a lo largo del interminable círculo de la eternidad de los tiempos. Cuando se reflexiona sobre la naturaleza amorosa de Dios, sólo existe hacia ella una respuesta lógica y natural de la personalidad: amar cada vez más a vuestro Hacedor; depositar en Dios un afecto semejante al que siente un niño por su padre terrenal; porque, como un padre, un padre verdadero, un auténtico padre, ama a sus hijos, así nos ama el Padre Universal y por siempre procura el bienestar de los hijos e hijas de su creación.

41§2 2:6.4 El concepto de Dios como rey-juez, aunque alentó a un elevado nivel moral y dio lugar a un pueblo que, como grupo, era respetuoso de la ley, dejaba al creyente individual en una pesarosa situación de inseguridad respecto a su posición en el tiempo y en la eternidad. Los profetas hebreos posteriores proclamaron que Dios era el Padre de Israel; Jesús reveló a Dios como el Padre de todo ser humano. El concepto que los mortales tienen de Dios está en su totalidad y de manera transcendente iluminado por la vida de Jesús. La entrega desinteresada es algo inherente al amor paternal. Dios no nos ama como si fuera un padre, sino como el padre que es. Él es el Padre del Paraíso para todas las  personalidades del universo.

41§3 2:6.5 La rectitud da a entender que Dios constituye la fuente de la ley moral del universo. La verdad nos muestra a Dios como revelador, como maestro. Pero el amor da y anhela afecto, busca coparticipación comprensiva como la que existe entre padre e hijo. La rectitud quizás sea el pensamiento divino, pero el amor es una actitud de padre. La suposición errónea de que la rectitud de Dios era irreconciliable con el amor desinteresado del Padre celestial presuponía una falta de unidad en la naturaleza de la Deidad, y condujo directamente a la elaboración de la doctrina de la expiación, que es una atentado filosófico contra la unidad y la libre voluntad de Dios.

933§5 84:2.7 El extraordinario cambio de la familia materna a la familia paterna es uno de los ajustes más radicales y completos jamás ejecutados por la raza humana. Este cambio llevó inmediatamente a una mayor expresión social y a una aventura familiar aumentada.