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CAPÍTULO X
"El bautismo de penas y alegrías"
Tras la euforia inicial
por la publicación de The Urantia Book, la decepción se adueñó
de los primeros urantianos. El tan esperado impacto de la quinta revelación
de los tiempos no había ocurrido. Las "personas famosas"
[203] a las que se les habían mandado los libros o no habían contestado
o lo habían hecho con escuetas notas. Ningún periódico importante se
había hecho eco de su publicación. Sir Hurbert Wilkins [204] , el ya citado científico
y explorador que había ayudado al Dr. Sadler en sus primeros días en
referencia al sujeto dormido, mandó doce ejemplares a amigos especiales,
pero sólo había recibido repuesta de alguna persona interesada. Esto
comentó al respecto:
La gente
parece pensar que es algún tipo de broma -una novela- o algo de ese
tipo. De cualquier forma, la respuesta es un buen criterio para medir
su verdadera capacidad mental
[205] .
En 1958, Vern Grimsley,
un universitario de diecinueve años interesado en llegar a ser ministro
eclesíastico, que había conocido The Urantia Book a través de
Sprunger, contactó con la Fundación Urantia y posteriormente facilitó
ejemplares del libro a sus compañeros de fraternidad en la Univesidad
de Kansas, entre los que estaban Hoite Caston, Richard Keeler y Martin
Myers. En 1963, tras un carteo entre Vern y Nancy Grimsley y Sadler,
la pareja acudió a Chicago invitada por Sadler. Sobre la misma época,
el joven Martin W. Myers, que en 1962 había ido junto con Richard Keeler
a conocer personalmente a Sadler, comenzó a tener una significativa
influencia en el 533 de Diversey Parkway. Myers se había convertido
en un entusiasta lector del libro y esto impresionó particularmente
a Christy.
A medida que poco a
poco se fueron tranquilizando las cosas, Sadler y Christy se empezaron
a preocupar por la casi total ausencia de jóvenes interesados en el
libro a quienes pasar la antorcha. Tras la segunda impresión en julio
de 1968, Myers, que había estudiado Derecho, se alojó temporalmente
en el 533 de Diversey Parkway mientras buscaba un apartamento; sin embargo,
pronto se convirtió en un residente permanente de la casa. Él ayudaba
al anciano doctor y a Christy, y les atendía de muchas formas. También
aconsejaba legalmente a Christy sobre los asuntos relacionados con el
libro. Tras la muerte de Sadler en abril de 1969, Myers se acercó incluso
más a Christy [206] .
Tras la muerte de Alvin Kulieke, presidente
de la Hermandad, en 1973, Christy escribió una carta a los fideicomisarios
y a otras importantes personas titulada: "La Hermandad está en crisis."
En ella, expresando una gran preocupación por la falta de gente nueva
que se sintiera atraída al movimiento, decía: "No podemos permitir que
ganen Caligastia y esos enemigos de The Urantia Book"
[207] . Ese mismo año, se nombró fideicomisario a Myers, que contaría con poco
más de treinta años. Myers, inmediatamente, comenzó a dirigir la revelación
con un enfoque legalista y draconiano.
Ilustración:
El joven Martin Myers seleccionado para la Primera Asamblea Trienal de
Delegados en 1964. Lucille Kulieke aparece sentada delante de él.
Ilustración: El joven Vern Bennom Grimsley en el 533 de Diversey en julio
de 1964.
Cambio hacia un liderazgo autoritario
El 29 de junio de 1973, Martin Myers dio una sorprendente
charla en un congreso en los Ángeles con el título de "Unity not Uniformity"
[208] (Unidad no uniformidad). Myers subrayó la necesidad de controlar
la revelación mediante la obtención de la propiedad intelectual del
libro y de sus marcas registradas, e hizo referencias a una política
de crecimiento lento para el siguiente milenio. En esta charla, Myers
asombró a los asistentes porque por primera vez se hacían públicos los
mandatos o instrucciones que los reveladores habían dado a la comisión
de contacto, los cuales iban a servir de guía a los fideicomisarios,
en aquel momento sus depositarios, para dirigir la diseminación de la
revelación. Este fue uno de los pasajes que citó en relación a su política
de crecimiento lento:
Nos
encontramos ante una revelación de la verdad que forma parte de la evolución
natural de la religión en este mundo. El crecimiento rápido sería una
locura. Este libro se le da a aquéllos que están listos para él mucho
antes de llevarse a cabo su misión en el mundo.
Las citas de Myers no eran sino extractos, intencionadamente
sacados y revisados, de una serie de recomendaciones que acompañaban
al mandato de publicación de The Urantia Book, como se observa
claramente en el artículo del Dr. Sadler "Consideration of Some Criticisms",
escrito en 1958, casi dos décadas antes de que Myers se convirtiera
en fideicomisario. Hay que aclarar que no eran mandatos en el sentido
de instrucciones para propagar el libro. Además, Myers se había centrado
en las advertencias descartando por completo las recomendaciones positivas
a las que también Sadler se refería en dicho articulo.
Sin duda, Myers, apoyándose
en esos y otros supuestos mensajes secretos, llevó a la Fundación Urantia
hacia una postura de autoritarismo, anteponiéndose entre lectores y
la revelación. En los años siguientes, esos mensajes llegarían a ser
reverenciados por muchos de los seguidores de la Fundación como si fueran
algún tipo de información privilegiada. Tenemos que recordar que los
reveladores habían ordenado quemarlos inmediatamente tras haberse efectuado
dicha publicación. Al conservar copias de los mensajes, que sólo se
habían desvelado a los lectores de forma parcial, se estaba contraviniendo
el deseo de los reveladores, y mucho más cuando se intentaba usarlas
para establecer la autoridad de un reducido grupo de personas.
Hay que hacer igualmente hincapié en que esos mandatos no
se deben tomar sino como curiosidades apócrifas que deberían tranquilamente
desaparecer en el olvido, porque no son sino muestras de lo que los
reveladores querían precisamente evitar. Está claro que conocían muy
bien la naturaleza humana y lo fácil que iba a ser que un círculo reducido
de personas, supuestamente especiales, usaran esta información con el
fin de controlar a otras personas. Como manifestó Bill Sadler, en un
memorándum interno, posiblemente escrito en abril de 1955: "Es muy difícil
evitar que nuestro pasajero ego no sucumba a la tentación de traicionar
la información secreta que poseemos."
Desde el momento en que Myers dio a conocer públicamente dichos
mandatos, éstos han ejercido una enorme influencia sobre muchos urantianos.
Tras su citada charla, Myers cambió de forma definitiva la política
de la Fundación Urantia, desde la protección, conservación y publicación
del texto original, tal como requería la declaración de fideicomiso,
hasta la conservación y protección a ultranza de la propiedad intelectual
y de la llamadas "marcas registradas": los tres círculos concéntricos
y el nombre "Urantia". La comisión de contacto nunca fue la propietaria
de ninguno de estos tres elementos y, por tanto, no podían habérseles
confiado a la Fundación. Ninguno forma parte de la mencionada propiedad
sustantiva y, como consecuencia, no se establecen en la declaración
de fideicomiso.
Con todo esto, al convertirse
Myers en fideicomisario, no tardaría en producirse un largo período
de litigios contra los urantianos que contravinieran las nuevas normas
impuestas por la Fundación, coartando lógicamente la sincera expresión
religiosa de muchos de éstos por miedo a esos mismos pleitos. A esto
también siguió una política de crecimiento lento. Además, el precio
del libro aumentó de una manera considerable hasta el punto que Clyde
Bedell dijo que The Urantia Book se estaba convirtiendo en "la
Biblia del hombre rico". Se limitó su distribución. Había que solicitar
permiso por escrito a la Fundación para citar o imprimir incluso pasajes
cortos del libro. Se llegó a prohibir el uso de las marcas registradas
sin autorización escrita. Hasta el 2000 las demandas continuaron hasta
que en 2001, a partir del litigio contra la Fundación de McMullan, el
libro ha vuelto a ser de dominio público.
El permiso de utilización de los tres
círculos concéntricos: el estandarte de Miguel
Cuando conocí a Berkeley Elliott
en 1975 y comencé a involucrarme en el movimiento urantiano, era algo
común usar los tres círculos concéntricos azules que se citan en los
escritos de Urantia; había cojines, pegatinas para el parachoques, anillos
e insignias con los tres círculos concéntricos. Pero bajo la nueva política
de la Fundación iniciada por Martin Myers durante la segunda mitad de
los setenta, con el total apoyo de Christy, a sociedades de la Hermandad
Urantia, como la First Society of Oklahoma, se les negó el uso de las
citadas marcas registradas
[209] sin autorización y sin ser "una sociedad autorizada con buen
comportamiento". Esto originó muchas protestas porque una de las marcas,
la de los tres círculos concéntricos, era el estandarte de nuestro Hijo
Creador, Miguel de Nebadón y el símbolo material de la Trinidad del
Paraíso. De todos modos, muchas personas ignoraron este tipo de restricciones
y continuaron usando el estandarte de Miguel en su expresión religiosa.
Ya en 1964 había comenzado a
emerger en el 533 la actitud de propiedad de Christy respecto al estandarte
de Miguel. Jacques Weiss había pedido permiso para comprar tres alfileres
de solapa con el estandarte para su equipo de traductores. Habían acabado
de traducir todo el libro de Urantia al francés, sin ninguna remuneración.
Sin embargo, Christy se opuso a este permiso aduciendo que se debía
posponer hasta que conocieran mejor el libro. Estas personas protestaron
y finalmente consiguieron sus alfileres.
Ilustración:
Carta de Christy limitando el uso de los tres círculos concéntricos.
Ilustración: En los sesenta y al comienzo de los setenta el uso de los
tres círculos concéntricos era algo común.
Ilustración: En el 2000 cumpleaños de Jesús, 21 de agosto de 1994, un
grupo de urantianos ondearon el estandarte de Miguel sobre Jerusalén.
Ilustración: Se han usado los tres círculos concéntricos de diversas manera.
En esta fotografía está en combinación con una cruz.
Durante la demanda de la Fundación
a Eric Schaveland en los noventa, esta actitud de propiedad comenzó
a cambiar.
Los escritos de Urantia explícitamente
señalan que los tres círculos concéntricos azules ni fueron diseñados
por la Fundación ni son propiedad ni de ésta ni de ningún mortal:
[.] Gabriel
convocó a su séquito personal en Edentia y, por consejo de los Altísimos,
decidió asumir el mando de la huestes leales de Satania. Miguel permaneció
en Ciudad de Salvación mientras que Gabriel prosiguió a Jerusem, y
estableciéndose en la esfera dedicada al Padre -el mismo Padre Universal
cuyo ser personal Lucifer y Satanás habían cuestionado-, en la presencia
de las huestes reunidas de los seres personales leales, izó el estandarte
de Miguel, el emblema material del gobierno trinitario de toda la
creación, los tres círculos concéntricos azules sobre un fondo blanco
(p. 605, pár. 8).
En su "Special Report
to the Readers of The Urantia Book", enviado a miles de lectores
en abril de 1990, Myers aclara su postura:
Aquí, en una Urantia desgarrada por la rebelión y marcada por el pecado,
la Fundación es propietaria de las marcas registradas: la palabra
"Urantia" y los tres círculos concéntricos a perpetuidad.
La Hermandad Urantia había tenido libertad para usar los tres
círculos concéntricos durante décadas, sin embargo, no sin reticencias,
a finales de los setenta, prácticamente todos los directivos de la Hermandad,
tuvieron que aceptar, con efecto retroactivo, un acuerdo con el que
la Fundación les autorizaría a usar este emblema. A aquéllos que se
negaron se les aisló y amenazó con acciones legales. A la directiva
de la Hermandad se le aseguró que el acuerdo era para beneficio de
la revelación y no mecanismo de control de sus organizaciones filiales.
Si bien esto resultó
no ser cierto, según los acontecimientos que siguieron. En noviembre
de 1979, Clyde Bedell escribió una carta a Martin Myers advirtiéndole
que las restricciones que imponía la Fundación a los urantianos estaban
coartando la expresión de su libertad personal:
No me están permitiendo
la libertad que todos los urantianos deben tener. Al contrario, están
asumiendo el papel de propietarios de la Revelación y del Nuevo Evangelio,
que no tolera su exposición excepto desde su perspectiva, la cual posiblemente
sea una luz centrípeta anquilosada en una pequeña isla habitada por
un pequeño y determinado grupo de autoritarios jerárquicos [.] Martin,
creo que estáis, como grupo, pisando un terreno que amenaza a nuestro
movimiento con una división y un gran peligro. La historia enseña que
un poder que se perpetúa a sí mismo en las manos de cualquier "grupo
religioso", al que no tienen acceso las personas a las que intentan
servir, se convierte en tiranía. Vosotros os estremecéis al oír esa
palabra -"nosotros no", decís dicen. Pero todo autoritarismo jerárquico
estuvo antes donde vosotros estáis, afirmando la "bondad del movimiento"
[210] .
Se hizo caso omiso
de la preocupación de Bedell sobre los peligros de un poder que se perpetúa
a sí mismo. Desafortunadamente, en unos pocos años, tuvo lugar una división
en el movimiento urantiano incluso más aguda que la que Bedell nunca
podía haber imaginado. Comenzó en California, y la provocó un "agente
especial" de la Fundación Urantia,
Grimsley y sus "mensajes" sobre la Tercera Guerra Mundial
Quizás podamos considerar
lo sucedido en relación con Grimsley como uno de los episodios más penosos
de la historia de los escritos de Urantia. Para algunas personas esto
no deja de ser sino un suceso más, pero a medida que profundizamos en
el tema y abrimos algunas puertas hasta ahora selladas, resulta evidente
que el caso de Grimsley está íntimamente relacionado con lo relatado
en el capítulo IX, que acabó por hacer peligrar la declaración de fideicomiso
y el texto original de The Urantia Book. Lo acontecido con Grimsley
puede explicar por qué se mantuvo en secreto, durante tanto tiempo,
lo que sucedió al texto original. Además, tuvo consecuencias negativas
para la revelación.
Puesto que éste es
un tema delicado, que se ha banalizado, para mi análisis de estos acontecimientos
me he basado casi totalmente en la documentación y en la información
cercana al punto de vista de la Fundación, evitando, en todo lo posible,
la especulación, permitiendo que sean los hechos y sus protagonistas
los que hablen por sí mismos. He tratado este episodio con cierta extensión
porque, como escribió Hoite Caston, un antiguo fideicomisario, sobre
el caso de Grimsley:
Este suceso es demasiado
amplio para simplemente barrerlo debajo de la alfombra. Formaría un
bulto tan grande que pronto tropezaríamos con él de nuevo [211] .
Efectivamente, al igual
que tenían que sacarse a la luz los acontecimientos que llevaron a los
cambios de la segunda impresión, no podíamos esconder esta historia
bajo ninguna alfombra.
En los años ochenta, Vern Bennom Grimsley,
compañero de fraternidad de Martin Myers, se había convertido en el
chico dorado del movimiento urantiano. Había conseguido ser alguien
prominente dentro de la Fundación Urantia y de la Hermandad Urantia.
Grimsley se las había arreglado para acercarse a Christy y ser bastante
apreciado como ponente en conferencias urantianas. En 1967, él había
fundado la mencionada Familia de Dios, una organización espiritual sin
ánimo de lucro, a la que llegarían a pertenecer algunos fideicomisarios.
En 1971, la Fundación le había concedido la condición de "agente especial".
Yo asistí en 1981 a una excelente ponencia presentada en el Congreso
Internacional de Urantia, en Snowmass. Cuando terminó de hablar, hizo
una petición a la unidad en el movimiento urantiano y se bajó del estrado.
Una música de gaitas invadió la carpa de la convención. Vern se quedó
de pie ante la multitud con un fingido rasgo de cansancio, aparentando
no darse demasiada cuenta de la aclamación de los casi mil asistentes
que se levantaron, aplaudieron y ovacionaron. Nunca había brillado tanto
la estrella de Vern Bennom Grimsley.
Ilustración: Los compañeros de fraternidad de la Universidad de Kansas dando una serenata a Christy.
Ilustración: Un elegante Vern Grismley en el servicio religioso en memoria de Christy el 22 de mayo de 1982.
Ilustración: El segundo desde la izquierda es Clyde Bedell, en el servicio religioso en memoria de Christy.
Ilustración 11: El nº 533 de Diversey Parkway, Chicago.
Según Carolyn y Thomas
Kendall, en enero de 1983, unos ocho meses tras el servicio religioso
en memoria de Christy, Vern Grimsley llamó a Martin Myers y a los Kendall
con un sorprendente anuncio: el 16 de diciembre de 1982 había comenzado
a recibir mensajes de los medianos en forma audible. Les dijo que le
habían pedido que comprara un terreno de 25 acres en Clayton, California,
para alojar a los aproximadamente 40 miembros del personal de su Familia
de Dios. Myers de inmediato se dirigió a California donde se unió a
los Caston y a los Keeler para inspeccionar los terrenos [212] . Uno se pregunta cómo es que no se rechazaran sin más esos
extraños mensajes. Es posible, como algunos piensan, que se debiera
al carisma de Grimsley. Por otro lado, no es de extrañar que Myers,
al menos en un principio, pudiera creer en los mensajes de Grimsley
considerando que, según Thomas Kendall, ya había dado credibilidad a
los de Christy.
Paul Knott confirma
la existencia de estos supuestos mensajes en una entrevista realizada
a Grimsley en 1983, en la que le había comentado que Christy le había
dicho que él era un reservista de destino. Knott le preguntó por la
razones de Christy para hacer esta afirmación, y él respondió. "No sé,
pero creo que ella recibe los mismos mensajes que yo recibo." Con posterioridad
Knott, aunque sin revelar sus identidades, entrevistó a varias personas
en relación a este asunto, pero ninguna de ellas sabía nada de estas
afirmaciones de Christy de que estaba recibiendo mensajes desde 1955 [213] . Los Kendall insisten, no obstante, en
lo contrario.
En febrero de 1983, Grimsley anunció que había recibido un
nuevo mensaje: "Todavía no ha llegado el momento de darle publicidad
al Libro". En su relato, los Kendall dicen también que, el 26 de febrero
de 1983, Martin Myers expresó su deseo de invitar aquella tarde a Grimsley
al comité ejecutivo de la Hermandad Urantia, comentando: "Seguro que
tomarán algunas medidas importantes que impidan la publicidad [del libro]
cuando oigan las palabras de Vern." En mayo de 1983, murió el padre
de Myers y éste invitó a Grimsley a oficiar el servicio religioso en
su memoria. El 4 de septiembre de 1983, siete meses después, Myer dio
una charla en un congreso en Los Ángeles, en la que hizo un largo y
encendido tributo a Grimsley y a su organización:
[...] en este momento
es adecuado hacer una mención especial de otro grupo [...] la Fundación
Familia de Dios. Bajo el incansable e infatigable liderato de Vern
Grimsley [...] [ésta] ha establecido nuevos niveles de eficacia en
el servicio al planeta [...] su inquebrantable lealtad a los propósitos
y objetivos de la Fundación Urantia y a la Hermandad Urantia ha ayudado
materialmente a la inauguración de una nueva era en Urantia [...]
se puede anticipar de los signos que se vislumbran en el horizonte
que su verdadera labor acaba de empezar [214] .
Por esta fecha, el
comité ejecutivo de la Hermandad Urantia comenzó a tratar el tema de
la publicación del libro en rústica. Harry McMullan, consejero general
de la Hermandad, trajo una maqueta en tres volúmenes. En esto muchos
creyeron percibir que se intentaba dividir en libro y hacer una publicación
separada de los escritos de Jesús, algo que había sido objeto de un
largo debate entre los urantianos. Había consejeros que creían que una
publicación por separado de la parte de Jesús, como un evangelio nuevo
y engrandecido, alcanzaría a un gran número de cristianos que no se
sintieran atraídos de inmediato por la versión completa del libro. Hay
que recordar que Meredith J. Sprunger se sintió impulsado a leer el
libro completo tras leer los escritos de Jesús. Otros consejeros, aparentemente
ajenos al hecho de que el texto original ya había sido modificado, creían
que tal acción pondría en peligro lo que la Fundación llama ahora, de
manera eufemística, el "texto inalterado".
En medio de este debate
en la Hermandad, de forma repentina, de las sombras del círculo interior
mencionado, surgieron el tema de las comunicaciones paranormales y la
cuestión de la continuada ayuda especial celestial. El 19 de septiembre
de 1983, cuando Grimsley estaba tomándose un baño, recibió al parecer
un mensaje, en apoyo de la política de la Fundación, que decía con rotundidad:
"No dividan el Libro."
[215] Fue el mismo Grimsley quien personalmente comunicó este mensaje
en el comité ejecutivo, que posteriormente se filtró a los oídos de
muchos desconcertados urantianos. El mensaje impresionó vivamente a
los dirigentes del comité ejecutivo con algunas notables excepciones
como Harry McMullan. Junto con Berkeley Elliott, McMullan representaba
a la Oklahoma Society en el consejo que instó a sus compañeros consejeros
a que no aceptaran pasivamente las palabras de Grimsley como si fueran
instrucciones de los medianos.
Sin embargo un gran
número de líderes de la Hermandad y de la Fundación sí dieron crédito
a los mensajes de Grimsley. Algunos, incluso comentaban haber oído
a la misma Christy decir alguna vez que Vern Grimsley era miembro del
colectivo de reserva de destino. Algunos recordaban que en la oración
realizada en el servicio religioso en memoria de la fallecida Christy,
Grimsley había revelado que ella antes de morir le había "encargado"
que llevara a cabo, de forma urgente, la labor especial de proteger
y preservar la revelación con "particular atención a la propiedad intelectual
y a las marcas registradas", y de fomentar la unidad espiritual del
movimiento urantiano:
Christy me ha dado instrucciones claras y explícitas para que os dé este
mensaje de unidad espiritual y de prioridades espirituales, pero no
solo en este servicio religioso realizado en su memoria aquí hoy, sino
en todo el conjunto del movimiento urantiano en el futuro. Y le juré:
"Haré esto hasta que muera." Me pidió que nos encargáramos de rededicar
nuestras vidas a Dios [.] y de trabajar con valentía por la unificación
espiritual del movimiento urantiano" [216] .
Hubo muchos líderes
urantianos, en particular aquéllos que creían que Christy había estado
recibiendo una guía celestial, que opinaban que el "testigo" había pasado
a manos de Vern Grimsley. Pero Grimsley perdería toda su inusitada prestancia
ante los líderes urantiano cuando sus propios "mensajes" tomaron un
sombrío y escalofriante rumbo. El 6 de octubre de 1983, supuestamente
unas voces anónimas le dijeron: "Preparaos para la Tercera Guerra Mundial."
[217] Grimsley advirtió de las convulsiones que se estaban dando
en todo el mundo, y la Familia de Dios comenzó a almacenar provisiones.
A mediados de octubre, Grimsley envió unas 100 cartas a líderes urantianos
avisándoles de la inminente guerra mundial y les instó a que se reunieran
con él para analizar la situación. Las catastróficas predicciones horrorizaron
a la comunidad urantiana. Además, ayudado de otros "mensajes", Grimsley
pidió que los archivos de la Fundación e inventarios del libro se llevaran
para su seguridad a Clayton, un centro de operaciones fortificado [218] .
Hacia el 30 de octubre
de 1983, tras diez años como agente especial, la mayoría de los fideicomisarios
revocó a Grimsley esta condición, con la oposición de Thomas Kendall
que se negó a firmar la carta de notificación. Sobre esta misma fecha,
un preocupado Hoite Caston visitó a Grimsley. Caston, Myers y Keeler
tenían en ese momento una estrecha relación, y para muchos urantianos
sus acciones parecían encaminadas hacia el propósito común de distanciarse
a sí mismos de Grimsley y destituir a Thomas Kendall, Presidente de
la Fundación Urantia, su más importante apoyo. A los compañeros de la
fraternidad universitaria les había preocupado especialmente el hecho
de que Grimsley se hubiese dirigido directamente a la comunidad urantiana,
horrorizándola con sus catastróficos mensajes.
Desde el comienzo,
sin embargo, Meredith J. Sprunger se había resistido con energía a la
apocalíptica ola de miedo y había cuestionado abiertamente aquellos
mensajes, considerándolos un engaño. Viajó a Oklahoma City para calmar
el miedo y todos nos beneficiamos de sus nervios templados, de sus conocimientos
profesionales y de su sabiduría espiritual. En Boulder, Clyde Bedell
instó a los lectores a serenarse, lamentándose del hecho de que los
líderes de la Hermandad hubiesen empezado a construir un refugio contra
la lluvia radioactiva, y corriesen "de un lado para otro como pollos
a los que se le hubiese cortado la cabeza." El 27 de octubre de 1983,
Morris Siegel ("Mo"), representante de la extensión nacional de la Familia
de Dios, se dirigió a un grupo de estudio de Boulder durante media hora,
advirtiendo a aquellos ya asustados urantianos del holocausto nuclear
de la Tercera Guerra Mundial que se avecinaba y de sus terribles consecuencias.
Con un considerable coste, Siegel, que llegaría a ser fideicomisario
de la Fundación, había construido y acondicionado un refugio antinuclear
para su familia, y había advertido que se esperaba que cualquier ataque
podría sobrevenir sin previo aviso.
Entonces, Clyde se
pronunció al respecto:
Si hay extrañas voces
y gemidos de noche para algunos urantianos y los sonidos de inquietantes
advertencias, serán posiblemente de nuestros amigos de "arriba" [.]
o quizás sean, y en mi opinión es lo más probable, los confusos ecos,
miedos, dudas y confusiones -espero-que nacen de dobles lealtades, lealtades
a nuestra condición espiritualmente inmadura y a nuestra creciente -espero-
pero incompletas lealtad a Jesús y al Padre [.] Los extremadamente activistas
urantianos que son leales a la política oficial [urantiana] a la luz
de los requerimientos del Libro de lealtad sobre todo a los gobernantes
del universo, ponen una "tremenda tensión en el alma [.] la mente humana
no resiste bien el conflicto de una doble lealtad" [.] Ahora, si la
guerra no viene, seremos, no la "sociedad casi secreta" que hemos sido
debido a la política represiva del 533, sino una desacreditada muchedumbre
digna de risa [219] .
El miércoles, 6 de
noviembre de 1983, Grimsley dio instrucciones a Richard Keeler, su mayor
contribuidor y director ejecutivo de la Familia de Dios, para liquidar
las cuentas de la organización y ordenó que el dinero, una cantidad
de 1.300.000 dólares, se le mandara inmediatamente. Grimsley dijo a
Keeler que unas "voces" le habían dicho que la alerta roja y la Tercera
Guerra Mundial empezaría el fin de semana del 18 al 20 de noviembre.
También le dijo a Keeler que quería convertir el dinero en oro para
la catástrofe que se aproximaba. El dinero se envió por giro telegráfico
el día siguiente [220] . Ese mismo día, Hoite Caston envió a Grimsley
por correo urgente un informe inicial evaluando aquellos supuestos mensajes
celestiales y solicitándole su respuesta. Este informe, que obviamente
había sido preparado con antelación para usarse en el momento oportuno,
criticaba a Grismley con acritud y ponía al descubierto muchas de las
falacias de sus reivindicaciones, pero también presentaba a un Martin
Myers en completo desacuerdo con los mensajes de Grimsley. Ese mismo
día envió copias de este informe a todos los miembros del comité ejecutivo
de la Hermandad para guiarles en su toma de decisión respecto a Grimsley [221] . El domingo 20 de noviembre, tras disfrutar de un fin de
semana desaparecido, Richard Keeler mandó una carta renunciando al puesto
de director financiero de la Familia de Dios a Vern y a Nancy Grimsley.
En su carta, el multimillonario Keeler también anunció a los Grimsley
que había legado toda su fortuna personal a la Familia de Dios, pero
que ahora les había desheredado
[222] .
Entretanto, en el círculo
de poder interno, Myers empezó con su postura de rechazo a los mensajes.
De forma confidencial comentaba que estaba preocupado por la imagen
pública que se estaba dando: "No quiero que se conozca este movimiento
como el grupo del juicio final y que lo dirigen personas que dicen recibir
mensajes." Pero los Kendall defendieron a Grimsley diciendo que los
mensajes anteriores eran verdaderos, en cierto sentido confirmando lo
que había sido una política de aceptación de este tipo de mensajes.
Thomas Kendall tomó entonces una fatídica decisión. Tras reunirse con
otros fideicomisarios, decidió ir con su esposa Carolyn a Clayton para
comentar todo aquello con Grimsley, aunque sin representar a la Fundación,
como uno de los fideicomisarios le había pedido
[223] .
Antes de su mensaje
apocalíptico sobre el estallido de la Tercera Guerra Mundial, Grimsley
había tenido de su lado no sólo a líderes del movimiento urantiano como
Thomas y Carolyn Kendall, sino a los cinco fideicomisarios, dos de los
cuales, Gard Jameson y Philip Rolnick, habían estado colaborando con
él, como voluntarios, en las oficinas centrales de Clayton. Ya se ha
comentado que Mo Siegel y Richard Keeler, fideicomisarios en la actualidad,
también le habían apoyado: el primero como representante de la extensión
nacional de la Familia de Dios con sede en Boulder y el segundo como
director ejecutivo de inversiones financieras de esta misma organización.
Sin embargo, Martin Myers había conseguido minar este respaldo.
En el momento en que
los Kendall regresaron de California, ya Myers había tramado algunos
drásticos cambios para ellos. Cuando Thomas Kendall se dio cuenta de
lo que estaba pasando entre bastidores era muy tarde y se lamentó:
Empecé a darme cuenta de que Martin creía que él, no yo, debía ser el
presidente de la junta de fideicomisarios [...] Sospeché que estaba
esperando alguna excusa que le resultara convincente para hacerse con
el puesto de presidente y la tuvo en la polémica suscitada por Vern
Grimsley. El 31 de diciembre de 1983 se me informó de mi destitución
como presidente y de los pasos que se estaban dando para hacerlo también
de la junta [224] .
Considerando el apoyo
inicial de Martin Myers a Grimsley y su supuesto apoyo a los "mensajes"
de Christy, los cargos contra Kendall eran de lo más singulares. Se
le acusó de estar "bajo la influencia de fenómenos paranormales", los
cuales "resultaban una distorsión de las enseñanzas de The Urantia
Book por el hecho de que el libro recalca la función de la sabiduría
evolutiva y la lucidez de juicio desarrollados a partir de la propia
vivencia espiritual para resolver problemas y retos [...]" [225] .
Kendall cuestionó aquellos cargos, y recordó a los fideicomisarios
que en noviembre de 1980, el tema de la traducción del libro al francés
se había resuelto por la creencia en un "mensaje". Kendall se refiere
a esto:
TAK [Thomas Kendall]: Tras la Junta de fideicomisarios que se reunió el
siguiente sábado Christy y Martin leyeron un mensaje supuestamente
recibido unos días antes esa semana, que decía: "No participéis en
largas e interminables conversaciones con el Sr. Weis
[226] . Leer página 840". Yo interpreté el mensaje como hicieron
los auxiliares administrativos, Scott Forsythe y Michael Painter,
en el sentido de que no deberíamos enredarnos en largas negociaciones.
Se puede concluir que los otros fideicomisarios interpretaron el mensaje
como que no deberían implicarse en ningún tipo de negociación. La
página 840 trata de la conspiración de Caligastia. El significado
de esta referencia está también abierto a discusión
[227] .
De este pasaje escrito de Thomas
y Carolyn Kendall podemos razonablemente llegar a dos sorprendentes
conclusiones: primero, que Martin Myers creyó, y aparentemente incentivó
los mensajes que Christy "comunicaba" y, segundo que, como se ha mencionado,
no solamente sirvieron de base para las modificaciones hechas en el
texto a partir de la impresión de 1967, sino que la Fundación los aceptaba
de forma rutinaria y los tenía en cuenta a la hora de establecer su
política de actuación. Pero, la llamada de Kendall a la coherencia en
la Fundación no tuvo resultado y, tras 20 años como fideicomisario (y
10 como presidente de la Fundación), se le expulsó y humilló, y Myers
fue rápidamente elegido nuevo presidente de la Fundación Urantia. Él
acabaría por nombrar fideicomisarios a dos compañeros de fraternidad,
a Hoite Caston, en junio de 1986, y a Richard Keeler, en junio de 1989.
Al preguntársele después por qué los había elegido cuando ambos habían
apoyado a Grimsley, Myers contestó que eran hombres "a prueba de rebelión"
[228] .
Cuando las predicciones de Grimsley respecto al estallido
de la Tercera Guerra Mundial fallaron en la fecha que había preconizado,
el movimiento de la Familia de Dios perdió su empuje y acabó por desaparecer,
dejando atrás a muchos avergonzados líderes prominentes y permanentes
cicatrices. En junio de 1984, Hoite Caston produjo su informe final,
de unas 250 páginas más apéndices, relacionado con el tema de Grimsley,
que Richard Keeler revisó. Nancy Grimsley lo calificó de "difamatorio"
añadiendo que contenía "muchos errores, distorsión y falsedad"
[229] y pidió en vano a Caston que no lo distribuyera. Este voluminoso
informe atacaba virtualmente cada aspecto de la actividad de Grimsley,
su comportamiento, su carácter, y no dejaba títere con cabeza. Contenía
pasajes de los "mensajes" en los que las supuestas "voces celestiales"
hacían bromas bobas y comentarios subidos de tono. El repugnante contenido
de algunos de estos "mensajes" acabó por convencer a todos los indecisos
a dejar de apoyar a la Familia de Dios. A pesar de su tono, en gran
parte sensacionalista, el informe contenía puntos de mucha claridad
mental y enseñaba los peligros de prácticas carismáticas y, en especial,
de comunicaciones paranormales.
Más que nunca, tras
el engaño de aquellos mensajes de Grimsley, quizás eran los de Christy
y la alteración del texto original el secreto mejor guardado del 533
de Diversey Parkway. Caston, evidentemente inconsciente de esto, comenta
en su informe:
¿Puede el movimiento urantiano permitirse tener en posición de liderato
a personas que [sic] aceptan la guía de voces alucinatorias, visiones
y otras formas de fenómenos paranormales? En mi opinión, este comportamiento
es sumamente cuestionable si estas personas mismas están experimentando
los fenómenos, pero cuando los líderes aceptan y promulgan estos no
fundamentados "contactos" y afirmaciones de otras personas, ¿qué dice
esto de su criterio y responsabilidad? [230]
Las comunicaciones
paranormales de Christy resultaban muy desconcertantes, puesto que una
de las más citadas "instrucciones" entre los textos apócrifos aceptados
por la Fundación Urantia advierte de estas mismas cosas. La misma Christy,
como presidente de la Hermandad Urantia, las usó en una carta a los
"líderes" urantianos:
Muchos extraños "ismos" y grupos buscarán adherirse a The Urantia Book
y a su inmensa influencia. Nuestras vivencias más duras pueden aparecer
muy bien en relación a esos grupos que tan fuerte proclamarán su creencia
en las enseñanzas del Libro y que continuamente tratarán de adherirse
al movimiento. Se necesitará sensatez para proteger a la recién formada
Hermandad de influencias distorsionantes y de la distracción de esos
variopintos grupos y de personas que igualmente perturben y trastornen,
algunos bien intencionados, otros siniestros, que anhelan formar parte
de la auténtica composición de la Hermandad Urantia.
A pesar de esto, parece
haber una atracción irresistible hacia tales cosas. Hay también un continuo
flujo en este sentido en la oligárquica Fundación Urantia. Tras la dimisión
de Hoite Caston y Thomas C. Burns de sus cargos de fideicomisarios,
sorprendentemente, tal como se pudo ver en su portal en la red, en noviembre
1999, los fideicomisarios Keeler, Siegel y Jameson, que habían colaborado
con la Familia de Dios viajaron a California para tener una larga reunión
con Grimsley. No se sabe con exactitud de qué se habló allí; si bien,
tras la reunión, la Fundación Urantia empleó los servicios de Grimsley
para preparar una ponencia sobre la necesidad de unidad. Richard Keeler
pronunció aquella ponencia, escrita casi completamente por Grimsley,
en el Congreso de la Fraternidad en Vancouver, British Columbia.
Fecha de inicio |
Miembros de
la Junta con fecha de terminación
[231] |
Observaciones |
11/1/1950 |
William H. Hales
21/4/73 |
Bill Sadler
18/6/63 |
Wilfred C. Kellog
31/8/56 |
Emma L Christensen
15/10/71 |
Edith E. Cook
30/3/86 |
Primera Impresión
(1955).
Se modifican las planchas originales para la edición
de 1967.
Sadler fallece (abril 1969).
Se destruyen todas las planchas originales (mayo
1971).
Myers: "Unidad no uniformidad" (1973).
Comienzan las denuncias con la de B. King (1974).
Se renueva la propiedad literaria del libro (1983).
La crisis provocada por Grimsley (1983-84). |
1/10/1956 |
William H. Hales |
Bill Sadler |
Russel W. Bucklin
30/3/63 |
Emma L Christensen |
Edith E. Cook |
1/4/1963 |
William H. Hales |
Bill Sadler |
Thomas A. Kendall |
Emma L Christensen |
Edith E. Cook |
6/1/ 1964 |
William H. Hales |
Kenton E.Stephens
18/6/75 |
Thomas A. Kendall |
Emma L Christensen |
Edith E. Cook |
16/10/1971 |
William H. Hales |
Kenton E.Stephens |
Thomas A. Kendall |
James C. Mills
10/5/75 |
Edith E. Cook |
12/5/1973 |
Martin Myers
16/4/93 |
Kenton E.Stephens |
Thomas A. Kendall |
James C. Mills |
Edith E. Cook |
9/8/1975 |
Martin Myers |
Kenton E.Stephens |
Thomas A. Kendall |
Arthur C. Born
23/2/81 |
Edith E. Cook |
20/9/1975 |
Martin Myers |
William M. Hales
12/1/85 |
Thomas A. Kendall |
Arthur C. Born |
Edith E. Cook |
1/3/1981 |
Martin Myers |
William M. Hales |
Thomas A. Kendall |
Arthur M. Burch
5/23/86 |
Edith E. Cook |
30/9/1984 |
Martin Myers |
William M. Hales |
Gloriann Harris
Dimite: 7/11/89 |
Arthur M. Burch |
Edith E. Cook |
12/4/1985 |
Martin Myers |
Helena E. Sprague
Dimite: 7/7/89 |
Gloriann Harris |
Arthur M. Burch |
Edith E. Cook |
7/6/1986 |
Martin Myers |
Helena E. Sprague |
Gloriann Harris |
Frank Sgaraglino
Dimite: 3/7/89 |
Hoite C. Caston
22/8/95 |
20/7/1986 |
Martin Myers |
Helena E. Sprague |
Gloriann Harris |
K. Richard Keeler |
Hoite C. Caston |
|
Martin Myers |
Helena E. Sprague |
Gloriann Harris |
K. Richard Keeler |
Hoite C. Caston |
14/7/1989 |
Martin Myers |
|
|
K Richard Keeler |
Hoite C. Caston |
Se desautoriza a la Hermandad Urantia (1989). |
18/8/1989 |
Martin Myers |
Neil Waldop III
3/8/92 |
|
K Richard Keeler |
Hoite C. Caston |
Se declara inválida
la propiedad intelectual del libro (10/2/95)
Se restablece la propiedad intelectual (10/6/1997)
Se declara de nuevo inválida la propiedad intelectual
del libro (14/8/2001) |
25/3/1990 |
Martin Myers |
Neil Waldop III |
Patricia Mundellius
3/12/97 |
K Richard Keeler |
Hoite C. Caston |
22/8/1992 |
Martin Myers |
Thomas C. Burns 1/12/97 |
Patricia Mundellius |
K Richard Keeler |
Hoite C. Caston |
17/4/1993 |
Philip A. Roinick
12/31/96 |
Thomas C. Burns |
Patricia Mundellius |
K Richard Keeler |
Hoite C. Caston |
25/8/1995 |
Philip A. Roinick |
Thomas C. Burns |
Patricia Mundellius |
K Richard Keeler |
George Dupont |
26/3/1997 |
Kwan Choi |
Thomas C. Burns |
Patricia Mundellius |
K Richard Keeler |
George Dupont |
16/2/1998 |
Kwan Choi [232] |
Morris Siegel |
Gard Jamesson |
K. Richard Keeler |
George Dupont |
2003 |
Seppo Kanerva |
Morris Siegel |
Gard Jamesson |
K. Richard Keeler |
George Dupont |
Ilustración: Clyde Bedell dirigiéndose a los urantianos en Boulder, Colorado, 1984.
Clyde Bedell fue la
voz más enérgica que se alzó contra el anunciado "crecimiento lento"
de la Fundación Urantia y de la Hermandad Urantia. Tras 60 años de participación
en el movimiento urantiano dijo antes de su muerte:
Es hora de que el gran
secreto urantiano salga a la luz y se sepa que hay una revelación de
los tiempos aquí y ahora, dada para transformar a nuestro tristemente
enfermo planeta a través de la transformación de hombres y mujeres.
"Oh, oh", dicen ustedes. "Estaríamos violando las estrictas instrucciones
de la Fundación y de la Hermandad si anunciamos con tanto empuje el
mensaje urantiano" [...] pero no he encontrado ni una sola frase en
el más del millón de palabras de [The Urantia Book] que diga:
"Obedecer a Jesús y a The Urantia Book [...] a difundir eternamente
este evangelio, excepto cuando los fideicomisarios de la Fundación Urantia
en Chicago digan: 'No obedezcáis a Jesús, obedecednos a nosotros!'" [233] .
Conflictos,
confusión y demandas
Los roces entre la
Fundación Urantia y la Hermandad Urantia aumentaron cuando Martin Myers
se convirtió en el presidente de la Fundación. Thomas Kendall comenta:
La separación entre la Fundación y la Hermandad ha hecho que su relación
se haya ido erosionando paulatinamente. Cada vez más la Fundación ha
ido adoptando una actitud de propiedad no sólo hacia The Urantia
Book, sino también hacia la Hermandad [...] al aplicar su martilleante
control de las marcas [234] .
En octubre de 1989,
Martin Myers, presidente de la Fundación Urantia, desautorizó a la Hermandad
Urantia, prohibiéndosele usar el sustantivo "Urantia" y los tres círculos
concéntricos -las llamadas marcas-. Al no poder usar más dicho sustantivo,
ésta tuvo que cambiar su nombre, de forma obediente, y se convirtió
en la Fellowship (la Fraternidad)
[235] . Casi todas las sociedades de la Hermandad votaron para permanecer
en la ahora denominada "Fellowship" [236] .
Siguiendo a esta serie
de agitaciones, en los noventa surgió un renovado interés en comunicaciones
paranormales, provocando otro factor de desconcierto y división en el
movimiento. En algunos casos los grupos de estudio se convertían en
sesiones de comunicación en las que supuestos seres celestiales desencarnados
hablaban a los crédulos humanos a través de receptores humanos. La Fundación
Urantia, bajo la dirección de Keeler, dio permiso para que se publicaran
incluso obras escritas en estas sesiones con citas de los escritos.
Hubo una sesión de
comunicación en el Congreso Internacional de la Fraternidad en 1999,
en la que una supuesta entidad llamada Ham, que hablaba supuestamente
a través de su receptor humano, contestaba a preguntas de la audiencia.
Aunque con respeto a que cada cual pueda o no aceptar estas prácticas,
el resurgimiento de este tipo de comunicaciones muestra una desafortunada
desviación de las enseñanzas de los escritos, contraria además a las
advertencias expresadas por el Dr. Sadler. Meredith J. Sprunger, que
desde el principio también se opuso a estas comunicaciones, resume muy
bien todo el ambiente de conflictos y demandas de aquel momento:
Muchos de nosotros nos damos cuenta ahora de que la quinta revelación
de los tiempos ha empezado
a navegar sobre los turbulentos mares de la lucha evolutiva
[237] .
Sin duda, las comunicaciones
paranormales de Christy y su aprobación por parte de líderes urantianos
han confundido a muchas personas y han abierto la caja de Pandora de
los errores.
Nace
la Asociación Internacional Urantia
Tras la escisión de
la Hermandad, la Fundación decidió crear la International Urantia Asociation
(IUA), aquí referida como AIU (Asociación Internacional Urantia). En
sus estatutos la AIU se define como "una organización con un cometido
social y de servicio creada por la Fundación Urantia para promocionar
el estudio en profundidad de The Urantia Book y de sus enseñanzas."
Pero en contraste con la escindida Hermandad, que, como los medianos
habían aprobado, era una organización separada de la Fundación, la AIU
no es autónoma sino que está íntimamente vinculada a los fideicomisarios
de la Fundación. Sus miembros prometen respaldar a ésta y a sus derechos
sobre la propiedad intelectual del libro. Además, la AIU continuamente
solicita donaciones para proyectos de la Fundación. También declara
abiertamente no ser una organización religiosa, en paralelismo con la
Fundación Urantia y la misma Fraternidad, ni tener, por consiguiente,
objetivos de tipo religioso.
Más demandas
Tras haberse convertido
Martin Myers en presidente de la Fundación Urantia, la política de demandas
judiciales contra los urantianos continuó ahora con nuevos bríos. Entre
la serie de pleitos se incluye el efectuado contra Kristen Maaherra,
un ama de casa de Arizona, por haber mandado índices computerizados
gratis con el texto de The Urantia Book
[238] . J.J. Johnson también recibió notificación, sin previo aviso,
de parte de la Fundación, acusándole de "co-conspirador". Y, aunque
los cargos contra él se retiraron, sin explicación o disculpas, Johnson
tuvo que gastar miles de dólares al objeto de defenderse de unas acusaciones
sin base alguna. Algunos años más tarde, la Fundación demandó también
a Eric Schaveland, el esposo de Kristen, por separado, por usar los
tres círculos concéntricos azules en su portal en la red.
Las demandas contra
Maaherra y Schaveland fueron la perdición del invencible equipo de abogados
de la Fundación Urantia. Con el apoyo de las donaciones de muchos urantianos,
Kristen y Eric se enfrentaron con firmeza a la avasalladora fuerza legal
de la Fundación colocándola en un punto muerto. Pero la demanda contra
Maaherra fragmentó la comunidad urantiana por casi una década, con consecuencias
en la actualidad, destrozando la vida familiar de Kristen y Eric y desviando
millones de dólares de la Fundación hacia gastos legales. Durante los
dos años del litigio, The Urantia Book fue declarado de dominio
público, basándose en una resolución judicial de que la propiedad intelectual
de 1955 era inválida. No obstante, la Fundación consiguió que se revocara
esta decisión obteniendo una victoria con un excesivo coste. Si bien,
la ambigüedad de esta revocación dejó el asunto de la propiedad intelectual
abierto a otras demandas.
La posición desafiante
de Kristen y Eric inspiró a otros urantianos a retar a la Fundación
Urantia y a su control del texto. En 1994, durante el litigio, antes
de que se conociera la resolución judicial, la Pathways Company igualmente
retó la propiedad intelectual con la publicación y venta de 5.000 ejemplares
de La vida y enseñanzas de Jesús, Parte IV de los escritos de
Urantia. Durante el período en que los escritos fueron de dominio público,
en 1995, Pathways también publicó el texto original de 1955, enumerando
para el lector, en sus páginas finales, los cambios más significativos
efectuados por la Fundación tras esta primera impresión. Por otro lado,
en 1996, Uversa Press, dependiente de la Fraternidad, publicó los escritos
de Urantia en doble columna. En 1999, la Michael Foundation de Oklahoma
City publicó la parte IV (sin el escrito 120) bajo el título de Jesus:
A New Revelation. Esta publicación contiene también una lista de
los cambios hechos por la Fundación Urantia al texto original.
En 1994, tras conocerse
que no estaba imprimiendo el texto original de 1955, la Fundación se
vio forzada a publicar un documento titulado "Correcciones del texto",
en el que se admitían por fin los cambios realizados:
Casi la mitad de los
cambios, incluyendo un número pequeño que hay que considerar de poca
importancia, se hicieron en la segunda y tercera impresión. Los realizaron
aquellas personas directamente responsables de preparar el texto original
para su publicación.
Con los "responsables"
se refiere supuestamente a Christy y a Marian Rowley. Pero, como se
indicó en el Capítulo IX, en el libro mismo no se informa al comprador
de estos aproximadamente 150 cambios.
Cuando terminaba el
segundo milenio, casi un cuarto de siglo de una serie de litigios llevados
con agresividad, la Fundación Urantia, con el consentimiento unánime
de los fideicomisarios, entabló uno nuevo contra la Fundación Michael
y su fundador, Harry McMullan, por haber publicado los escritos de Jesús.
Así se anunciaba:
La propiedad intelectual
de la Fundación sobre The Urantia Book hace posible preservar
el texto inalterado en los próximos cincuenta años.
McMullan es un prominente
urantiano, miembro del consejo general de la Fraternidad, que prestó
sus servicios en el comité ejecutivo de la Hermandad Urantia y de la
posterior Fraternidad. Ésta última, sin embargo, se negó a implicarse
en la demanda, declarando que el conflicto entre McMullan y la Fundación
Urantia era un asunto privado. Sin embargo, hay muchos urantianos que
creen que la carta de Janet Farrington Graham, presidenta de la Fraternidad,
a los miembros de ésta organización, parecía apoyar la postura de la
Fundación de que la publicación por separado de los escritos de Jesús
arriesgaba la integridad del texto.
Graham, en el Mighty
Messenger, la revista de la Fraternidad, en otoño de 1999, se refiere,
aunque de manera ambigua, al debate ocurrido en agosto de 1996 en el
consejo general sobre la impresión de los escritos de Jesús por separado:
Se le recordó entonces
al consejo que, cuando The Urantia Book fue de dominio público,
se votó de forma unánime proteger y preservar el texto inalterado. El
proyecto de publicar la Parte IV por separado estaba en conflicto con
esa resolución.
Graham indica además que los dos consejeros que querían
financiar esta impresión retiraron su petición para "replantearse el
proyecto". Pero sus palabras dan a entender que el tema había quedado
zanjado en el consejo general y que la impresión de la Parte IV por
separado alteraba el texto. Esto es incierto. No se puede hacer un dogma
de las palabras de advertencia, supuestamente "comunicadas", de Vern
Grimsley: "No dividáis el libro."
Por otro lado, el fin
de las demandas no tiene nada que ver con la protección del texto de
alteraciones sino con la propiedad literaria y el consiguiente control
de éste. La acción de McMullan, que llegaría a ganar la demanda en 2001
y situar de nuevo el libro en dominio público, no afectaba la conservación
del texto tal como la Fundación Urantia la define: guardar tres ejemplares
de la impresión de 1955 en un entorno a temperatura regulada. Pero lo
que es más, desde 1955, es la misma Fundación la que ha violado esta
norma al no realizar, desde esa fecha, una impresión de la copia exacta
del original.
Ilustración: Berkeley Elliott.
Berkeley Elliott (1917-1995) tenía una gran amistad con Bill Sadler, hijo del doctor Sadler, y era un gran líder del movimiento urantiano en Oklahoma. Fue miembro del comité ejecutivo de la Hermandad Urantia durante muchos años y dirigió algunos grupos de estudio e innumerables programas de diseminación del libro.
Ilustración: Meredith J. Sprunger habla de formar una organización religiosa urantiana en 1993, en Boulder, Colorado.
La
Hermandad Urantia
La Hermandad Urantia
surgió para funcionar como una organización afín, pero independiente
de la Fundación Urantia. Desafortunadamente, como Sprunger señala, los
líderes del foro encargados de formular los detalles de su constitución
no se tomaron el tiempo para estructurarla directamente a partir de
las enseñanzas de The Urantia Book, sino basándose en un modelo
presbiteriano del siglo XVI, cuando la misma iglesia presbiteriana ya
lo había descartado por otro más contemporáneo. Así pues, los 36 ancianos
de este modelo se reflejaron en los 36 miembros del consejo general
de la Hermandad procedentes del grupo de los miércoles de los "Setenta".
Los medianos aprobaron tácitamente la constitución de la Hermandad con
el comentario de que permite "su propia corrección". De acuerdo con
"History One" e "History Two", estos consejeros y sus sucesores iban
a dirigir a la Hermandad durante los primeros nueve años, tras los cuales,
sería una asamblea trienal compuesta por varios delegados elegidos por
las sociedades urantianas la que la gobernaría
[239] . En un memorándum, fechado en 1958, dirigido a los fideicomisarios
de la Fundación Urantia, Bill Sadler, indicó que la Hermandad estaba
destinada a convertirse en un institución republicana de representación
directa [240] .
En 1955, la recién
constituida Hermandad Urantia proyectaba organizar miles de grupos de
estudios sobre el libro y progresivamente constituir sociedades urantianas.
La naturaleza exacta de estas sociedades era sin embargo ambigua. La
mayoría de los miembros fundadores de la Hermandad vislumbraban un tipo
de organización religiosa. El Dr. Sadler pensaba que las sociedades
urantianas se desarrollarían como auténticos grupos religiosos, y en
numerosas ocasiones tocó este tema con Meredith J. Sprunger [241] . La figura del instructor
ordenado, bajo la dirección de Sadler, constituía de hecho un elemento
fundamental de la constitución de la Hermandad. Como se ha señalado,
poco tiempo después de la publicación del libro se estableció una escuela
para entrenar y ordenar a instructores.
Temor a la creación de
una iglesia
Pero la Hermandad tuvo
un desarrollo muy diferente al que habían imaginado para ella Sadler
y Sprunger. La mayoría de los primeros miembros de la Hermandad compartían
un cierto temor a lo que llamaban con sorna "la creación de una iglesia"
y una actitud en contra de una religión institucionalizada. Incluso
se llegaba a rechazar la oración al comienzo de las reuniones. El consejo
general de la Hermandad llegó a excluir las palabras "instructor ordenado"
de la constitución, por su connotación de tipo institucional. La Hermandad
se definió entonces a sí misma, no como organización no religiosa, sino
como "organización social y educativa con un propósito religioso" [242] .
Tras el fallecimiento
del Dr. Sadler, la Fundación Urantia quitó de la circulación todos sus
estudios en los que se relacionaba The Urantia Book con la Biblia.
A pesar de todo, a muchos miembros de la Hermandad les entusiasmaba
la idea de presentar el libro a líderes ya fueran religiosos, educativos
o de otra área de conocimiento. Sprunger escribió en esos primeros
días:
La gran ilusión de
que se iba a dar en nuestro planeta el origen de un renacimiento espiritual
dio pie a muchos congresos urantianos. Si bien, paulatinamente, la realidad
evolutiva empezó a cambiar el escenario. Los líderes religiosos y políticos
no quedaron tan impresionados y el libro, o bien, de manera sucinta,
se desestimó considerándose un documento gnóstico o, con buenos modales,
se ignoró [243] .
A comienzo de los noventa,
la asamblea trienal de delegados (que consiste en representantes directamente
elegidos de las sociedades) votó para tener representación directa en
el consejo general. Las sociedades querían representantes que fueran
elegidos por ellos mismos y que fueran directamente responsables ante
ellos. Como respuesta, el consejo general de la Fraternidad
de The Urantia Book
votó para enmendar la constitución y permitir la representación directa
de las sociedades, y establecer la separación del poder ejecutivo y
judicial. Sin embargo, el comité ejecutivo de la Fraternidad fue, por
alguna razón, incapaz de lograr la enmienda de la constitución y se
aparcó sin resolverse.
La
nueva Fraternidad
Pero a pesar de que la Fraternidad sustituía a la Hermandad,
mientras que la última se había concebido, de manera monolítica, como
asociación de personas con inquietudes religiosas afines, la nueva Fraternidad
se dedica a facilitar asociaciones locales o regionales. David Kantor,
miembro del comité del consejo ejecutivo, ha jugado un papel decisivo
en este nuevo objetivo, en especial a través de la red. Bajo su dirección,
el portal de la Fraternidad y sus actividades en esta área han tenido
por primera vez un gran éxito y han conseguido que se tenga acceso a
una información fiable, a noticias y a la historia del movimiento urantiano.
Desde la perspectiva de Kantor, resulta más útil para la revelación
en estos momentos desarrollar grupos urantianos de base a nivel local,
que tendrán "más oportunidad de sobrevivir a las luchas políticas que
hacen desfallecer a las organizaciones sociales más grandes." Kantor
es partidario de una Fraternidad libre de trabas religiosas que sea
capaz de promocionar, sin prejuicios, formas diferentes de expresión
religiosa socializada. Si bien, para algunos urantianos, el problema
consiste en saber hasta dónde debe llegar dicha expresión y, al mismo
tiempo, en si ésta es capaz de satisfacer igualmente las necesidades
del desarrollo religioso a nivel individual.
Una religión
basada en los escritos de Urantia
Los escritos de Urantia
no son una religión más de lo que Jesús de Nazaret es una religión,
pero sí son profundamente religiosos. El afán de controlar los escritos
de Urantia ha jugado un papel predominante en el movimiento, haciendo
que se olviden otras cuestiones de mayor calado: ¿Nos cambian los escritos?,
¿nos hacen sentirnos mejores, más benevolentes, más bondadosos, más
dedicados al servicio de la humanidad?
Sorprendentemente,
en los primeros días del movimiento, estas cuestiones estaban sorprendentemente
ausentes. Los escritos de Urantia surgieron en un mundo en el que reinaba
el intelectualismo. A los primeros miembros del foro se les advirtió
de esto. Así nos lo cuenta Mary Lou Hales, que llegó al foro en 1932:
Se nos dijo en efecto
que: "estáis aceptando la revelación de forma intelectual y no de forma
emocional. Estamos deseando que la dejéis obrar en vuestras vidas".
Y así, era nuestra culpa, como ve, que nosotros no estuviéramos aceptándola
de la manera correcta, emocionalmente, dejándola que obrara en nuestras
vidas tal como debía ser. [La revelación] era maravillosa. Estábamos
contentos y emocionados con ella y con lo que uno debía hacer respecto
a esto o aquello, pero al parecer no estábamos dejando que produjera
un cambio real en nuestras vidas que nos ayudara a ser más espirituales [244] .
Carolyn Kendall, hija
del miembro del foro Clarence Bowman, se refiere igualmente a esto:
El sentimiento espiritual
que yo tenía estaba extrañamente ausente del foro [...] Fue más tarde,
mucho después de la publicación, cuando me di cuenta de que su mensaje
espiritual estaba allí. Quizás yo no lo percibía así, probablemente
fuera eso. Había gente con mucha fuerza en el foro, pero nunca oí decir
que el Padre te amaba y que todos éramos hijos e hijas del Padre. Aquello
no se recalcaba, se leía, y no se exteriorizaba"
[245] .
Kendall tenía 19 años
cuando conoció al Dr. Sadler, y se incorporó al grupo de estudio dominical,
en el que el foro se había convertido al completarse los escritos en
1942, tras la publicación de The Urantia Book.
Quizás, como consecuencia de esto, la falta
de religiosidad caracterizó el movimiento urantiano en sus primeros
momentos. Las tres mayores organizaciones urantianas -la Fundación Urantia,
la Asociación Internacional Urantia y la Fraternidad de The Urantia
Book- se definen a sí mismas como laicas o no religiosas. No hay
que dejar de valorar, no obstante, el esfuerzo de muchos de sus miembros
por fomentar una expresión religiosa independiente. En el libro se nos
dice al respecto que "toda actividad humana no religiosa trata de distorsionar
el universo al servicio de uno mismo" (p. 67, pár. 1).
Tradicionalmente, los
grupos de estudios urantianos han sido foros intelectuales. Poco a poco,
sin embargo, en los congresos organizados por la Fraternidad se ha instado
a una mayor expresión religiosa, y, aunque con temor a convertirse en
una iglesia, cada vez se aceptan más los himnos, las oraciones y las
meditaciones en grupo. De todos modos, es fácil percibir una especie
de caos general en el movimiento que nada tiene que ver con la filosofía
y el mensaje espiritual de los escritos de Urantia. Hay quien cree que
esta espiritualidad se perdió cuando la Hermandad Urantia abandonó sus
escuelas de preparación de líderes e instructores certificados. Meredith
J. Sprunger aboga por una cuarta forma de organizarse para satisfacer
la necesidad de una salida puramente religiosa para los urantianos.
Sprunger y una religión urantiana
En "The
Future of the Fifth Epochal Revelation" [246] , Sprunger nos habla de la
gran necesidad que hay de nuevas y auténticas instituciones religiosas
que sirvan de base para el desarrollo espiritual en este mundo, que
sean receptivas a los más grandes anhelos espirituales de la humanidad,
y cree que son los escritos de Urantia los que facilitarán la inspiración
para ese venidero renacimiento espiritual. Indica además que tales instituciones
constituyen un paso necesario para llevar a cabo la misión del movimiento
urantiano. Éstas, sin embargo, no sustituirán ni competirán con las
laicas urantianas, sino que abrirán caminos lo suficientemente grandes
como para incluir y unir a muchos de esos buscadores espirituales -cada
vez en mayor número por el desencanto de las instituciones religiosas
existentes-, y complementar lo que se está haciendo ahora. En el movimiento
urantiano hay un creciente deseo de una comunidad religiosa, de una
familia espiritual con la que se puedan sentir identificados, que vaya
más allá del grupo de estudio y de los congresos. Cada vez hay un mayor
anhelo de alimento espiritual desde el nacimiento hasta la muerte, que
los grupos de estudios y asociaciones urantianas -primordialmente foros
sociales e intelectuales- no pueden satisfacer. Sprunger piensa que
lo más importante en el movimiento urantiano sería centrarse en el desarrollo
de recursos que ayuden a la creación de nuevas instituciones religiosas:
Las nuevas instituciones religiosas urantianas servirán de vehículos por
lo que la quinta revelación de los tiempos se podrá llevar al mundo.
También necesitamos urantianos dedicados que investiguen y desarrollen
símbolos creativos y una apropiada expresión social y religiosa de la
quinta revelación de los tiempos.
Sprunger observa que
se han dado, de forma espontánea y de corta duración, intentos de establecer
este tipo de institución, pero se han hecho de forma improvisada y sin
haber profundizado lo suficiente en las enseñanzas de The Urantia
Book. Es necesario, dice, que haya un equipo de dedicados urantianos
que estudien los escritos y sean capaces de guiar a las nuevas organizaciones
para que sepan reflejar con autenticidad la percepción de esa verdad
que se encuentra en la revelación. Sprunger advierte de que:
La historia de la religión
demuestra que cuando hay fuertes ideales espirituales y aspiraciones
que motivan a las personas, y no hay suficientes bases estructurales
sociales e intelectuales que las guíen en su expresión creativa religiosa,
es posible que aparezcan todo tipo de creencias irracionales tales como
visiones de ángeles, comunicaciones con seres celestiales, hablar en
lenguas, intentos de milagros y predicciones del fin del mundo.
Para él, tales fenómenos
emocionales y paranormales siempre ocurren en un entorno social y espiritual
no estructurado. La forma más eficaz de establecer un orden racional,
una estabilidad fiable y una genuina identidad espiritual es desarrollar
organizaciones que ayuden a la expresión social y espiritual de los
urantianos. Éstas a su vez motivarán al servicio amoroso a los demás.
¿Hace
falta un nuevo paradigma?
Rosey Lieske de Phoenix,
Arizona, también aporta su propia perspectiva. Rosey pertenece a ese
creciente número de urantianos que creen con pasión que los escritos
de Urantia comunican un mensaje que no puede abarcase con un análisis
intelectual ni tampoco someterse a la estructura de una organización.
Para Lieskey, los escritos definen con precisa claridad la llamada de
Jesús de Nazaret a una mayor profundidad de relación personal a través
de la adoración, la meditación y la oración a Dios, de forma directa,
sin intervención ni mediación. Esto dice:
Vivimos en un mundo
sediento y necesitado de un evangelio vivo de Jesús. Tendemos de forma
simple y dinámica, siguiendo el plan de acción del Maestro, hacia el
yo espiritual ―y hacia la actualización colectiva a nivel planetario―.
Adoración y Servicio. Ni siquiera tres pequeñas palabras; sólo dos,
listas para ser o enterradas o usadas como instrumentos de acción.
Las llamadas intelectuales
y emocionales a la unidad en el movimiento urantiano dejan indiferente
a Lieske. Ella cree que los escritos nos dicen que serán los objetivos
y no los credos los que unificarán a las personas de ideales religiosos
y que las formaciones en torno a credos, aunque inevitables, no producirán
un resultado espiritual natural:
Las comunidades espirituales
no surgirán solamente de la base del acuerdo intelectual y del credo,
sino de la experiencia real nacida de la fe en acción, la cual es la
voluntad de amar a Dios, la voluntad de amar a su familia. Los objetivos,
inspirados por la oración y dirigidos hacia el servicio, proporcionarán
el dinamismo para el nacimiento y evolución de una verdadera comunidad
espiritual.
Para Lieske, todos
los conflictos en el movimiento urantiano surgen porque las formas religiosas
están unidas a las políticas. Las organizaciones urantianas no han conseguido
hacer llegar el mensaje espiritual de los escritos porque, con demasiada
frecuencia, han venerado más al mismo libro. Cree que el Reino no puede
nunca interpretarse, construirse o hacerse manifiesto sólo con la energía
humana. Efectivamente, únicamente se puede acceder al Reino a través
de la adoración, que es el primer paso del programa trazado por el Maestro,
y llevarse a cabo en el "mundo real" mediante el segundo paso: servicio.
Sin embargo, Rosey se pregunta si hay en la actualidad muchos urantianos
capaces de dar estos pasos:
Queda la cuestión de que habrá muchos miembros de nuestra comunidad espiritual
que maduren y comprendan la necesidad de ACTUAR en la revelación. ¿Pueden
los urantianos sustituir política e intelectualismo por el mensaje transcendental
del evangelio, colocándolo como su primera prioridad, y luchar para
llevar de vueltas el rebaño al Maestro? Buscad a Dios y sed como Él.
¡Encontrad a vuestro hermano y servidle!
El proceso de "bautismo
de gozos y penas" en los mares evolutivos de la lucha continua. Algunos
urantianos creen que estamos ahora en las etapas preliminares de una
auténtica nueva era de religión en el mundo. El tiempo lo dirá. No sabemos
cuándo podrán los urantianos asumir ese papel de liderazgo. Bill Sadler
cita unas supuestas palabras de los reveladores:
Sin duda viviréis y
moriréis sin daros cuenta de que estáis participando en una nueva era
de religiosidad en este mundo.
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Ilustración: La tierra con el sol al fondo.
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