CAPÍTULO IV
"Hay un extraño caso que todavía no he podido resolver."
Poco después del encuentro con el "electrizante ser" que hablaba
a través del sujeto dormido y que aseguraba ser de otro mundo, el Dr.
Sadler se dispuso a dar al foro una serie de charlas sobre higiene mental.
Al acercarse al atril ese domingo por la tarde, uno de los asistentes
le preguntó si tenía alguna información sobre alguien con poderes paranormales
que se había anunciado en el periódico y que actuaba en el centro de
Chicago. Sadler dijo que no, y añadió: "Con una o dos excepciones, todos
los fenómenos paranormales que he investigado resultaron ser fraudes
conscientes o inconscientes. Algunos fueron deliberados y otros fueron
casos extraños en los que la persona que realizaba dichos fenómenos
era víctima del engaño de su propio subconsciente" [47] .
"Pero, ¿cuáles son esas excepciones?", preguntó otro miembro
del grupo. "Sería muy interesante, doctor, si nos contara más sobre
esos casos que no ha podido resolver".
"Hay un extraño caso
que todavía no he podido resolver", contestó Sadler. "Estoy actualmente
trabajando en él." Le pidió entonces a Lena que le acercara algunas
notas que ella había tomado durante una reciente sesión con el sujeto
dormido. Se debe indicar que en ese momento
no existía secreto en relación al caso, a no ser el meramente profesional
del anonimato. Los escritos de Urantia aún no habían comenzado a aparecer [48] .
Lena C. Sadler comenzó a leer estas notas al fascinado grupo.
Más tarde, Sadler comentó ante la vívida reacción de la asamblea lo
siguiente: "El grupo ha manifestado tanto interés por el caso que nunca
pude llegar a dar las charlas sobre salud mental que había planeado."
Las charlas comenzaron entonces a centrarse en fenómenos paranormales.
Algunas semanas más tarde, los Sadler recibirían aquellas palabras desafiantes
del "electrizante ser" para que hicieran preguntas de mayor relevancia
[49] .
Sadler entonces decidió comentar a los miembros del foro
lo sucedido con aquel supuesto visitante celestial y les pidió que le
ayudaran a formular las preguntas más difíciles que pudieran pensar
y traerlas el siguiente domingo. Una vez puestos de acuerdo, decidieron
comenzar con cuestiones sobre los orígenes del cosmos, de la Deidad,
de la creación y de otros temas que sobrepasaran el conocimiento de
la humanidad en aquel momento. El siguiente domingo se trajeron cientos
de preguntas que, durante varios días, se ordenaron y clasificaron,
y se descartaron las duplicadas
[50] .
Así pues, en diciembre
de 1924, respondiendo a aquel reto de origen celestial, en la siguiente
sesión con el sujeto dormido, los Sadler se prepararon para realizar
un gran número de preguntas, esperando poder "poner en evidencia" a
aquellas supuestas inteligencias superiores. Sadler estaba "listo para
el ataque" con 181 preguntas de bastante profundidad [51] . La primera de
estas preguntas fue: ¿Existe verdaderamente Dios? Y si es así, ¿cómo
es? [52]
Sin embargo, pasaron semanas hasta que ocurriera algo.
Un día, a las seis
de la mañana, sonó el teléfono. Era la esposa del sujeto dormido.
"¡Por favor, vengan
rápido!", dijo.
"¿Qué sucede?", preguntó
Sadler. "¿Ha entrado en estado de sueño?"
"¿Está dormido, pero
eso no es todo", contestó. "¡Por favor, vengan aquí pronto!"
Los Sadler "se vistieron
como bomberos voluntarios" y se apresuraron hasta la casa. Cuando llegaron,
estaban sin respiración pero embargados por una gran curiosidad [53] . La señora les condujo hasta un escritorio en el
estudio. Cogió un voluminoso manuscrito y se lo entregó a Sadler.
"¿De dónde ha salido
esto?", preguntó el doctor.
"No lo sé", dijo la
consternada señora. "Mientras dormía, mi marido hizo unos extraños ruidos
que me despertaron. Entonces, descubrí esto en su escritorio."
"¿Se ha levantado de
la cama?", preguntó Sadler.
"No que yo sepa y no
sé cómo se hubiera podido levantar de la cama sin que yo me diera cuenta.
Además, está todavía dormido. No sé cómo ha podido hacerlo."
Los Sadler comenzaron
a examinar las casi 500 páginas del texto escrito a mano con letra muy
ajustada [54] . ¡El manuscrito parecía dar respuesta
a las 181 preguntas que Sadler había recogido en el foro! Los Sadler,
asombrados, fueron al dormitorio. El sujeto estaba en un sueño normal
en ese momento y se despertó con facilidad.
"¿Sabe lo que ha estado haciendo
durante el sueño?", preguntó Sadler.
"No he estado haciendo nada", contestó
él.
"¡Pues claro que sí! ¿No ha escrito
esto?", le preguntó Sadler.
"No, no he escrito nada."
[55]
Sadler telefoneó a
su despacho y le pidió a Christy que le trajera inmediatamente un aparato
que se usaba para comprobar la fatiga muscular. Pensó que si aquella
persona había escrito realmente el documento aquella noche, su brazo
mostraría muestras de agotamiento. Pero cuando llegó Christy y se le
realizó aquella prueba, pudo comprobar que no había muestra alguna de
agotamiento muscular. Con permiso del matrimonio, los Sadler se llevaron
el manuscrito para pasarlo a máquina.
El
asombroso manuscrito
Es necesario indicar
que los acontecimientos habían tomado un inesperado giro. Sorprendentemente,
lo sucedido difería por completo de las primeras sesiones orales con
el paciente, cuando Lena C. Sadler tomaba sus notas. Pero a pesar de
que lo ocurrido desafiaba de nuevo la objetividad científica de Sadler,
el doctor seguía decidido a encontrar una explicación verosímil a todo
aquello. No obstante, se encontraba totalmente confundido y no era
un hombre acostumbrado a sentirse de esa manera. Aquel caso no acababa
de tener características de escritura automática y su análisis resultaba
ser más complejo de lo que inicialmente había creído.
Además del hecho de
cómo se habían contestado a las preguntas del foro y el prodigioso contenido
del manuscrito, había otras cuestiones. Sadler calculaba que una persona
escribiendo rápido hubiese tardado entre siete y ocho horas en redactar
aquel documento. Pero no se podía olvidar del contenido del material,
que era de tal profundidad y brillantez intelectual que Sadler tenía
dudas que alguien tuviese la capacidad para generarlo con tanta celeridad
[56] .
Los doctores también contemplaron
la posibilidad de que alguien hubiese preparado aquello durante varias
semanas o meses y de que todo fuese un engaño. Como científicos que
eran, su siguiente paso fue llevar el manuscrito a expertos en grafología
para comprobar si lo había escrito aquel hombre. Si esto era así, no
había más remedio que concluir o que era producto de escritura automática
inconsciente o se trataba de un texto escrito de forma deliberada, a
pesar de lo que parecía ser el testimonio franco de aquel hombre y de
su esposa.
Pero los grafólogos consultados afirmaron que la persona
no había escrito el aquel texto, tal como menciona Sprunger, que lo
supo a través de una conversación mantenida, muchos años después, en
Culver, Indiana, con Clara, una contable titulada, y miembro de su congregación.
Clara, años antes, cuando trabajaba en Chicago, había ido a la consulta
de los Sadler para recibir tratamiento, y asistió al foro invitada por
ellos. Pero no sólo se comprobó la escritura del hombre sino también
la de su esposa, determinándose finalmente que no se conocía quién había
escrito el manuscrito
[57] .
Mark Kulieke escribe
en su Birth of a Revelation:
Aunque el Dr. Sadler se refiere
a los mensajes escritos de la persona de contacto en The Mind at
Mischief, los grafólogos habían determinado que la letra del texto
no era la del sujeto humano ni la de nadie cercano a él. El grupo de
contacto especuló con la posibilidad de que hubiera sido escrito por
los medianos secundarios
[58] .
Podemos suponer con
cierta seguridad la razón por la que el grupo de contacto había creído
que un mediano secundario había escrito físicamente los escritos.
A través de "History Two" sabemos que todos los intentos, observaciones
e investigaciones realizados para descubrir el método usado en la
escritura de los mensajes fracasaron por completo [59] .
La
cuestión de la letra del manuscrito
Sin embargo,
no todos los urantianos creen que la letra original del manuscrito tiene
un origen desconocido. Hay quien cree, no cuestionando con ello la revelación,
que fue aquel hombre quien escribió el manuscrito, a pesar del hecho
de que nadie le vio jamás escribir nada. Bill Sadler se refiere a este
hecho, en una mencionada grabación magnetofónica, de la siguiente manera,
al preguntársele si el texto estaba escrito a lápiz:
Todo se escribió a lápiz, sí. Todo
está escrito con la letra de esta persona, que comentó arrepentido:
"Si alguna vez quieren hacer uso de mi cuenta corriente, yo estoy acabado
porque el banco pagará con esa firma"
[60] .
No está muy claro qué
quiso decir con "esa firma". Parece ilógico, con la preocupación existente
respecto a su anonimato, que el mediano firmara en el texto con el nombre
del sujeto. También, a pesar de que este comentario apunta al hecho
de que la letra del texto y la del sujeto dormido eran las mismas, hay
que tener en cuenta el contexto en el que se dijo esto, ya que antes,
en la misma grabación, afirma que nadie vio nunca escribir al sujeto
dormido:
Ahora bien, durante
todos estos años, nunca se le vio a dicha persona, a quien el libro
se refiere, escribir ni un solo escrito. Y no creo que no nos pusiéramos
zapatos con suelas de goma para mirar. Si los escribió, lo único que
puedo decir es que fue más listo que todos nosotros. Nunca se le observó
escribiéndolos [61] .
Se dice que el miembro
del foro llamado Herman Schell mencionó que ellos incluso siguieron
a esta persona a su trabajo tratando de "cazarlo" escribiendo el texto.
Incluso el polémico Harold Sherman escribió que la persona estaba dormida
en la cama con su esposa al mismo tiempo que se le supone estaba escribiendo.
¿Cómo, entonces, se
escribieron los escritos? Bill Sadler expone una sorprendente teoría,
que analizaremos en más detalle en el próximo capítulo:
Esta es mi teoría.
Quiero que visualicéis varios puntos en el espacio [...] llamaremos
punto A, punto B, punto C y punto D. Creo que los escritos fueron dictados,
u originados, en punto A. Y creo que si hubiéramos podido estar presentes
en punto A cuando alguno de estos escritos se estaban escribiendo, no
hubiésemos visto nada. En el punto A es quizás el consejero divino quien
firma el escrito 1 [62] .
Bill Sadler entonces
se pone a comentar los problemas de la traducción de la lengua de Uversa,
la capital del suprauniverso de Orvotón, a la lengua de Ciudad de Salvación,
nuestro universo local, y finalmente al inglés. Continúa entonces con
su teoría de cómo los escritos se materializaron:
Ahora bien, uno podría
ver algo en el punto B, pero sería muy borroso. Se vería a un hombre
dormido, a una persona de apariencia normal, no haciendo nada. Ahora,
sería emocionante poder estar en el punto C. ¿Recordáis el día de la
resurrección? Los soldados vieron la piedra moverse aparentemente sola.
Bien, estaban empujando aquella piedra [...] medianos secundarios, que
son seres incorpóreos que pueden manejar sustancias físicas. En el punto
C, creo que se podría haber visto un fenómeno emocionante, un lápiz
moviéndose sobre el papel sin ningún medio visible que lo impulsara.
Allí fue donde el hecho físico de la escritura se consumó" [63] .
Hay muchos estudiosos
urantianos que creen que no fue el sujeto sino algún mediano secundario
quien escribió los escritos. Seguramente, los medianos podían haber
copiado la letra de esta persona si lo hubiesen deseado, pero, ¿con
qué fin? Esto no sólo podía haber puesto en riesgo su objetivo de preservar
desconocida su identidad, sino que hubiese significado una intrusión
en la mente humana, algo contrario a la filosofía de los escritos.
Tal como se lee en
The Urantia Book, los medianos secundarios pueden penetrar en
la mente humana para tener diversos grados de contactos con esa parte
de Dios, llamada "el Modelador del Pensamiento", que normalmente habita
en cada persona (p. 1258, par. 1). También se nos dice respecto a ellos
que están "bastante solos en su esfera de actividad en la mente humana"
(p. 1190, pár., 2). Además, los Modeladores convierten la información
procedente de diversas fuentes celestiales en "significativa" para los
seres humanos (p. 425, pár., 1).
Igualmente leemos que se usó el Modelador del Pensamiento de la persona
de contacto para la materialización de los escritos, pero en ninguna
parte se dice que se usó su mente. Es posible entonces que fuese la
mente de este Modelador del Pensamiento -no la mente humana- la que
interviniese en dicha materialización, como explicaré en el próximo
capítulo.
Hay además otros factores,
incluido uno de tipo filosófico, que me llevan a concluir que la letra
del texto de los escritos de Urantia no era la de la persona de contacto:
1) Los inequívocos recuerdos que tiene Sprunger de lo
que Sadler y Christy dijeron, corroborados por Clara Stahl, confirman
que el texto no estaba escrito con la letra del sujeto. También se
debe recordar que Bill Sadler tenía dieciséis años cuando el primer
manuscrito apareció. En este momento Bill además ingresó en los marines,
mintiendo sobre su edad. No pudo haber empezado a leer los escritos
de Urantia hasta más tarde, cuando estuvo de permiso, y no pudo haber
realizado una lectura intensa de los escritos hasta que terminó su
alistamiento en 1928, a la edad de veintiocho años. Es posible que
la comprobación de la letra del manuscrito se hubiese realizado con
bastante anterioridad, mientras que él estaba fuera. Pero, aunque
hubiese podido asistir a las primeras sesiones con la persona de contacto,
es razonable pensar que éstas, en aquel momento, por su edad, no llamarían
demasiado su atención. Finalmente, Sprunger me indicó lo siguiente
en un correo electrónico fechado el 8 de noviembre de 1999: "Bill
Sadler me dijo que él y su padre encontraban como más factible el
hecho de que un mediano secundario escribiera el texto." En mi opinión,
estas palabras pondrían en duda las palabras de Bill Sadler referidas
a la letra del manuscrito.
2) El Dr. William
S. Sadler era un gran experto en fenómenos paranormales. Con frecuencia
había comentado que él y otros expertos se desconcertaron ante la
manera en la que se habían materializado los escritos. El hecho de
que los escritos hubieran tenido la letra de la persona de contacto
les hubiese llevado a concluir que se habían producido mediante escritura
automática, pero él había afirmado de forma categórica, como ya se
indicó anteriormente, que no se había empleado ninguna forma conocida
de escritura automática, ni de habla automática ni de métodos paranormales
para producir parte alguna de los escritos. Además, la Dra. Lena C.
Sadler, convencida mucho antes que su esposo de la autenticidad de
los escritos, apoyaba dicha afirmación.
3) Se puede aplicar
el principio filosófico de la navaja de Ockham. Es decir, cuando nos
encontramos ante dos análisis contradictorios de la misma cosa, se
debe elegir el menos complejo.
La importancia de la letra del manuscrito
Para muchas personas
no tiene sentido preocuparse por la letra de manuscrito. Sprunger nos
se cansa de decir que lo importante en los escritos es su mensaje, y
la revelación no formará parte de nuestra cultura hasta que haya un
buen número de personas conscientes de su inigualable valor.
Sin embargo, este libro
tiene el propósito principal de ofrecer al lector la oportunidad de
tomar su propia decisión una vez sopese los diversos puntos de vista
y analice las cuestiones aún no resueltas sobre los orígenes de los
escritos de Urantia. En mundos más avanzados, no necesitaríamos una
nueva narración para hacerlo. Ciertamente, el destino espiritual de
ninguna persona va a depender de su creencia o no de que los escritos
se materializaran en una letra de origen desconocido. Nadie va a aceptarlos
de repente basándose en la fecha exacta y en las circunstancias por
las que el doctor Sadler entró en contacto con el sujeto dormido. ¿Por
qué entonces hay que intentar establecer y aclarar tantos hechos y suposiciones?
Porque si se asume pasivamente ahora que los escritos de Urantia llevan
la letra del sujeto dormido será prácticamente imposible demostrar ante
futuras generaciones que éstos no son producto de escritura automática,
que no es una obra "comunicada".
También estamos buscando
con toda meticulosidad la verdad porque hay personas que presentan sólo
una visión parcial de ésta para controlar o desacreditar los escritos
de Urantia. Harold Sherman, por ejemplo, en unas cien palabras, se refiere
cuatro veces al hecho de que el texto que se produjo en aquella lejana
noche estaba en la letra del sujeto dormido. Sin embargo, en su descripción,
Sherman prácticamente sitúa a éste en la cama con su mujer mientras
se redactó dicho texto. Esta paradoja se puede explicar por el aparente
deseo de Sherman de clasificar la revelación como un caso ordinario
de escritura automática. Sin duda debió sentirse decepcionado ante la
repulsa que se hace en los escritos de los fenómenos paranormales, especialmente
de la reencarnación y de la comunicación con los difuntos [64] . Algunas personas como Martin
Gardner [65] defendieron la postura de
Sherman para minar la veracidad de los escritos y para afirmar que los
escritos tenían autoría humana y que se habían originado mediante una
"comunicación espiritista".
Yo comencé a creer en la
revelación mucho antes de indagar sobre sus orígenes, como ha hecho
la mayoría de la segunda generación de lectores. Esto no quiere decir
que no haya lectores que sigan el proceso contrario, y es por ello que
hay que darles toda la información necesaria para que saquen sus propias
conclusiones. Pero también nuestro razonamiento ha de ser coherente
con la propia filosofía de los escritos. A ésta acudiré en el próximo
capítulo para analizar qué dicen sobre la mencionada materialización
de los escritos.
El foro lee los primeros escritos
El matrimonio Sadler trajo el voluminoso texto, ya pasado a máquina,
a la reunión del foro del 18 de enero de 1925 [66] . El doctor anunció a los miembros
de éste que sus preguntas habían sido respondidas con un asombroso lujo
de detalles, y les leyó la primera sección o escrito al grupo. Mucho
más tarde, tras la reunión, los miembros del foro dejaron el 533 de
Diversey Parkway para marcharse a sus casas. Es difícil creer que fueran
verdaderamente conscientes de la transcendencia de lo ocurrido aquella
noche de enero en Chicago. Clyde Bedell, que se convertiría en un urantiano
entregado como pocos, no podía ni siquiera recordar cuándo se produjo
la primera lectura de los escritos. Decía justamente que en aquel momento
nadie se percató de que estaban ante una revelación de los tiempos.
El proceso de lectura seguido en el foro
El foro se reunía en
una sala que disponía de unas cincuenta sillas plegables. A veces, todas
se ocupaban y los asistentes tenían que colocarse en un corredor contiguo.
Allí, durante las semanas que siguieron, el Dr. Sadler (o posteriormente
su hijo Bill Sadler) se encargaba de leer un escrito y a partir de éste
los miembros del foro formulaban sus preguntas por escrito. Éstas se
recogían en una bandeja o cesta que se colocaba en una mesa situada
a un lado de la habitación. Entonces se clasificaban, se descartaban
las duplicadas y las que tenían relevancia se preparaban en una o dos
páginas. No está claro cómo se entregaban las preguntas a los reveladores.
Helen Carlson, miembro del foro desde 1935, en una declaración jurada,
describe este proceso de preguntas y respuesta, pero nunca pudo discernir
dónde se colocaban dichas preguntas
[67] .
Se usó al foro de la
manera que se usa a esos grupos en el estudio de mercado para analizar
las reacciones de los consumidores a los productos y a las campañas
publicitarias. El movimiento de personas en el foro no fue demasiado
significativo porque cada una de éstas se quedaba, como he comentado,
una media de dos años. Parece que los reveladores estaban interesados
en conocer las reacciones humanas y su comprensión del material que
se le presentaba. Al guiar y evaluar las reacciones a la lectura de
los escritos, los invisibles reveladores ampliaban y revisaban el material.
Mediante este proceso se acabaría por formar un original más amplio
y revisado, en mayor concordancia con dichas reacciones, comprensión
y las nuevas preguntas que se formulaban. El proceso inicial seguido
en el foro era bastante informal y continuó así durante ocho meses tras
la lectura del primer escrito. En ese momento, Sadler informó a los
miembros del foro de que se habían dado instrucciones a la comisión
de contacto para que hiciera del foro un grupo más cerrado.
El foro se constituye formalmente
Con el
fin de preservar todo en secreto, en septiembre de 1925, se constituyó
formalmente el foro, haciéndose efectivamente más restringido, y treinta
personas firmaron un juramento de confidencialidad. Puesto que la afluencia
de miembros continuó siendo un problema, sólo se admitían nuevos componentes
"tras haber sido entrevistados por los responsables y haber firmado
el mismo compromiso de confidencialidad ya realizado por los demás miembros",
que decía así:
Reconocemos nuestro
juramento de confidencialidad, por el que nos comprometemos a no comentar
las revelaciones de Urantia o cualquiera de sus temas con ninguna persona
excepto con miembros en activo del foro, y no tomar notas de esta materia
ni de las leídas ni de las comentadas en sesiones públicas, o hacer
copia o tomar notas de lo que hemos leído de manera personal
[68] .
Sin embargo, sólo los
miembros de la comisión de contacto conocerían la identidad del sujeto
dormido. Los miembros del foro no asistían a las sesiones de contacto [69] . Además jamás llegaban a ver los manuscritos originales,
que se guardaban en una caja de seguridad
[70] . Sadler le dijo a Sprunger que una vez que se pasaban
a máquina, éstos desaparecían de forma misteriosa de la caja de seguridad,
y que, aunque trató de descubrir de qué manera esto se efectuaba, nunca
logró saberlo [71]
. Sadler también le había comentado que, al principio, había
intentado de diversas formas causar confusión y posiblemente descubrir
el engaño. Incluso una vez colocó varios billetes de 10 dólares entre
algunas páginas de un manuscrito antes de colocarlo en la caja de seguridad,
pero los manuscritos desaparecían y los billetes no. Colocó entonces
un manuscrito en una caja de depósitos de un banco en lugar de en su
propia caja de seguridad, pero éste desapareció igualmente. Además se
le pidió que no siguiera con aquellas "estratagemas".
La formulación de preguntas
y respuestas continuó hasta 1929. En aquellos momentos Sadler
[72] todavía albergaba sus dudas respecto a aquello, pero sin dejar
de reconocer que se encontraba igual que al principio. Durante cinco
años, el proceso revelatorio había producido 57 escritos, y el texto
final escrito a máquina 1700 páginas [73] . Durante éste, el sujeto dormido fue siempre la
única persona de contacto
[74] .
Así pues, todos los escritos se materializaban en forma manuscrita [75] . Entonces se pasaban a máquina,
se verificaban y el manuscrito original se colocaba en la caja de seguridad,
desapareciendo misteriosamente de dicha caja, como se ha explicado.
La comisión de contacto no tenía autoridad alguna para revisar otra
cosa que no fuese la ortografía, las mayúsculas y la puntuación. En
1955, los escritos de Urantia se publicaron tal como se habían recibido,
dentro de los límites que la capacidad humana impone. No hubo intervención
humana ni autoría humana alguna ni en su fondo ni en su forma
[76] .
Parece que se dio alguna
forma de comunicación verbal informal entre los reveladores y los miembros
de la comisión de contacto, aunque siempre como grupo y en la presencia
del sujeto dormido. Estas comunicaciones se realizaban de forma directa,
inexplicablemente, sin llegar a usarse las cuerdas vocales de la persona
de contacto como mediadora
[77] . En mi opinión, aunque no conozcamos la naturaleza exacta
de estos contactos verbales, si se dieron no serían incompatibles con
los escritos de Urantia, en los que se lee que los medianos secundarios
pueden influir en la materia en ciertas condiciones y pueden, por tanto,
producir ondas de sonidos. Estas comunicaciones eran para dar directrices
y no tenían nada que ver con el texto de los escritos de Urantia.
También es significativo
el hecho de que estas comunicaciones verbales se daban bajo ciertas
condiciones, ya que tenían que estar presentes al menos dos miembros
de la comisión de contacto
[78] . De todos modos, hay que distinguir éstas de las llamadas
"comunicaciones paranormales", porque las primeras al parecer no brotaban
de ningún cuerpo y al menos eran dos las personas que las oían, excluyéndose
así el auto-engaño. En las segundas es una sola persona de forma privada
quien oye esas voces o quien las pronuncia afirmando que proceden de
una entidad desencarnada. Esto no se puede comprobar. En esta etapa
del contacto, suponiendo que efectivamente se empleó esta forma de comunicación,
es posible que los miembros de la comisión pudieran tratar con voces
desencarnadas sin excesivo estrés. No obstante, como veremos, esto podría
haber ocasionado algún tipo de trastorno mental a alguno de los miembros
de la comisión de contacto.
Además, los reveladores
dieron a la comisión de contacto instrucciones por escrito, no mencionadas
en el texto, que de alguna forma se materializaban. Casi todos estos
mensajes escritos tenía una nota al final que decía "Quemar no más tarde
de la impresión de los escritos de Urantia". No se conoce de la existencia
de estos mensajes originales [79] .
¿Fue necesario
el sujeto dormido?
Se nos plantea ahora
la cuestión no sólo de cómo sino de por qué fue necesaria la participación
del sujeto dormido para la materialización del texto y de los mensajes
escritos, y más cuando hay constancia de que no se escribieron con su
letra. También uno se puede preguntar por qué al parecer tenía que estar
siempre presente (en estado de sueño y completamente inconsciente) cuando
se producía la comunicación verbal entre la comisión de contacto y los
medianos si, como creemos, sus órganos fónicos no se usaban para estas
comunicaciones. Sí podemos asegurar, no obstante, que incluso tras terminarse
de revelar los escritos y se preparaba éste para su publicación, como
veremos en el Capítulo IX, la persona de contacto estaba en todas las
comunicaciones hasta que éstas finalmente se cortaron en 1955.
Sprunger
supone que hay ciertas reglas celestiales que rigen el proceso por el
que se entrega una revelación de transcendencia para todos los tiempos.
Esto es coherente con lo que los escritos dicen sobre las revelaciones
aclarando que éstas difieren de las autorrevelaciones o revelaciones
personales realizadas por el Modelador del Pensamiento en la mente humana.
Las revelaciones de los tiempos se "exponen con la mediación de alguna
instancia, grupo o ser personal celestial (p. 1009)." También dicen
que los escritos de Urantia "difieren de todas las anteriores revelaciones,
porque no son la obra de un único ser personal del universo sino la
exposición combinada de muchos seres (1008)." Es razonable suponer que
el aparente difícil proceso por el que se realizó la materialización
inicial de los escritos y el medio por el que los seres celestiales
lo revisaron puede que hubiesen requerido, por algún modo de convención
celestial, de la asistencia del Modelador del Pensamiento de un ser
humano. El objetivo principal de los seres personales celestiales al
exponer una revelación de los tiempos es evidentemente el bienestar
y protección final de los mortales evolutivos del planeta. Por esta
razón, el proceso se realiza de la forma más segura y menos intrusiva
posible.
No sabemos
qué procedimiento siguieron los reveladores en las sesiones o en los
contactos posteriores, aunque parece claro que los reveladores guiaban
a los mortales. Tampoco sabemos si la esposa de aquel hombre continuó
estando presente durante los últimos contactos.
También hay preguntas
que no podemos responder al respecto: ¿Era necesario que la Dra. Lena
C. Sadler preguntara antes de que se estableciera el contacto inicial
a través del sujeto dormido? ¿Por qué eran necesarias las preguntas
de los miembros del foro para el desarrollo de los temas? En un mundo
ideal, estas cuestiones no se plantearían, y los escritos de Urantia
hablarían por sí mismos en favor de su autenticidad. Esa era la esperanza
de Sadler:
Quedamos pocos de aquéllos que
estuvieron en contacto con este fenómeno en sus comienzos, y cuando
fallezcamos, nuestro conocimiento de éste morirá con nosotros. Entonces
el libro existirá como un gran misterio espiritual, y ningún ser humano
podrá saber la forma en la que surgió
[80] .
La ironía de este comentario
es que se realizó justo después de que Salder hubiese dado una gran
cantidad de información a dos periodistas, a los Sherman, sobre el origen
de los escritos de Urantia. Siendo como es la naturaleza humana, no
es raro que hayan surgido especulaciones y textos apócrifos respecto
a los escritos, especialmente en los últimos años. Existe el riesgo
de desarrollar una religión en torno a ellos, pero sin sus enseñanzas.
Quizás una de las más aberrantes ideas sea la afirmación de que los
miembros de la comisión de contacto tenían poderes secretos y una condición
espiritual especial. La gente tiene cierta tendencia a creer las historias
de esta naturaleza. En sus publicaciones, Mark Kulieke parece tener
ideas contradictorias al respecto, pero en la segunda edición de
Birth of a Revelation hace la siguiente e importante observación:
Quizás un factor o
una perspectiva que se haya pasado por alto es el hecho de que ni Sadler
ni el conjunto de toda la comisión de contacto eran proclives a vivencias
místicas o extrasensoriales. Aunque vivieron y fueron testigos de ocurrencias
sumamente inusuales durante medio siglo, ellos no las solicitaron. Nunca
iniciaron estos contactos ni hicieron nada por incrementarlos. Además,
estuvieron mucho tiempo con dudas respecto a todo aquello. Todo el ímpetu
y control estaba en manos de seres sobrehumanos. A la comisión de contacto
no le fue posible cultivar nada extraordinario, sino que fueron, en
esencia, recipientes pasivos de tan extraordinario proyecto. Tuvieron
un papel activo, pero su actividad era humana y ordinaria, no mística.
Y permanecieron escépticos de todas las cosas ocultas o extraordinarias.
Vivieron el singular desarrollo de una revelación de todos los tiempos,
pero no se interesaron por muchos episodios de su propia revelación
personal, muchos de éstos también genuinos o parcialmente genuinos,
que continuamente abundan a nuestro alrededor [81] .
"Repasemos de nuevo el libro"
Durante 1929, parecía que el libro estaba a punto de finalizarse,
pero entonces el foro recibió una nueva instrucción escrita a través
de la comisión de contacto:
Con todo lo que ha
aumentado vuestra comprensión al haber leído y estudiado el material,
podéis ahora hacer preguntas más inteligentes. Repasemos de nuevo el
libro [82] .
Así pues, entre 1929
y 1930, el grupo comenzó a releer aquel formidable texto.
Ilustración:
Nuevos conceptos.