El Libro de Urantia
TEXTO COMPLETO

Un estudio del
universo maestro

ESTUDIO AVANZADO



Escrito por Larry Mullins con la colaboración del Rev. Dr. Meredith Sprunger;
traducción y adaptation del Rev. Dr. Ángel F. Sanchez-Escobar





 

 

Capítulo III

"Le ha sucedido algo a mi esposo"

            Un verano, entre 1906 y 1911, dos parejas protagonizaron un importante encuentro. Sabemos que una de ellas eran los doctores William S. Sadler y Lena C. Sadler, su esposa, pero no sabemos la identidad de la otra pareja. Lo que sucedió iba a alterar por completo las vidas de estas cuatro personas, y tendría consecuencias que todavía, después de casi un siglo, no se comprenden del todo.

            Se ha especulado mucho sobre la fecha y las características de este encuentro. El año 1911 está documentado por dos referencias del apéndice de The Mind at Mischief. Sadler afirma que inició este caso en "el verano de 1911" y que en el momento de publicarse este libro, 1929, ya llevaba "dieciocho años de estudio" de este caso; es decir, 1911 [25] . Algunos investigadores creen que esto es un error de imprenta y mantienen que Sadler conoció al llamado "sujeto dormido" algunos años antes, en 1906. Pero parece poco probable que haya dos errores de imprenta.

            Otros investigadores creen que este encuentro tuvo lugar en 1908. Se basan en el hecho de que los Sadler, mientras esperaban que estuviese lista su nueva residencia, vivieron temporalmente en un piso en La Grange, Illinois, durante el verano de ese año. Esta residencia provisional parece que ocurrió una sola vez, por lo que confirma la versión de la descripción que hace Sadler de este transcendental acontecimiento, que  Harold Sherman desveló. Sherman se basa en una conversación mantenida junto con su esposa, periodista como él, con el mismo Sadler en agosto de 1942, en la que el doctor le había comentado que el primer encuentro con el sujeto dormido había sido "treinta y cinco años antes", lo que podría encajar con una fecha anterior [26] .

            Se ha intentado repetidamente establecer la fecha de este primer contacto a partir de la localización temporal de las distintas residencias de los Sadler. Puede ser que este encuentro tuviera lugar en 1906 ó en 1908, pero no podemos estar del todo seguros. Hay quien cree que Sadler, de manera intencionada, para proteger la identidad de su paciente, creó esta confusión. También es posible que en esos días el sujeto dormido no fuera sino un paciente más con algún tipo de trastorno del sueño. Como veremos, las sesiones que el doctor realizó con él tomaron un curso totalmente inusitado.

            Hay también otras personas que, con la intención de desacreditar la autenticidad de los escritos, han realizado detalladas biografías de Sadler y de otros miembros de la comisión de contacto. Pero más que establecer fechas exactas y realizar exhaustivas biografías, nuestro deseo es el de rastrear el auténtico desarrollo histórico de la revelación.

            Es importante indicar que todas las personas que se vieron involucradas en las primeras y posteriores etapas del contacto eran seres humanos comunes, incluidos Sadler, a pesar de su reputación como psiquiatra y escritor, y su esposa Lena, que tendrían como cualquiera de nosotros sus virtudes y sus defectos. Según mi propia  experiencia, nadie vinculado al movimiento urantiano goza de ningún estado espiritual privilegiado ni de ningún "poder especial". Sabemos de cierto que en las primeras sesiones sólo estuvieron implicados Sadler y Lena, y el sujeto dormido y su esposa. No fue así en el caso del hijo de Sadler, Bill Sadler, porque en 1911 contaba sólo con tres años de edad [27] .

            En el apéndice mencionado de The Mind at Mischief, Sadler indica que para 1929 ya había realizado unas 250 sesiones con el sujeto dormido. Sólo tenemos su testimonio respecto a los sucesos acontecidos antes del inicio del foro y al aumento de número de miembros de la comisión de contacto, ea comienzos de los años veinte. Más adelante veremos los cambios que se iban produciendo a medida que crecía el número de personas implicadas. Aunque el Dr. Sadler no da apenas información escrita de los acontecimientos iniciales que condujeron a la revelación, Meredith J. Sprunger sí lo hace y, mucha de ella, precisamente, a partir de su contacto personal con el doctor.

            Sherman, que manifestaba tener poderes paranormales, también se refiere a los primeros contactos en su libro, How to Know What to Believe (1976), y aunque su objetivo principal es cuestionar la credibilidad del Dr. Sadler y manifestar su visión de los fenómenos paranormales, ofrece unos datos [28] que guardan un paralelismo con los que ofrecen Sprunger y Carolyn Kendall. Kendall, durante un breve espacio de tiempo, había trabajado para Sadler como recepcionista y, con posterioridad, ha estado muy vinculada a la Fundación Urantia. Ella recuerda que cuando tenía casi 19 años (en 1951), Sadler le contó la historia del sujeto dormido, y afirma que era "esencialmente la misma que se narra en el libro de Sherman" [29] .

            Mi propio relato de estos primeros contactos se basa en los datos dados por Sherman, comprobados y modificados a partir de la información de Meredith, y en mis propios recuerdos de conversaciones mantenidas a lo largo de los años con Clyde Bedell y Berkeley Elliott [30] .

La Grange, Illinois, entre 1906 y 1911 [31]

            Si tomamos, por tanto, como media la fecha de 1908 para los primeros contactos, veremos a William S. Sadler, con 33 años, a su esposa Lena y un recién nacido Bill Sadler, viviendo en los alrededores del viejo Chicago, de manera temporal, en un piso amueblado y esperando a que su nueva residencia estuviera lista para mudarse. Los documentos que tenemos nos dicen que una noche, al final del verano, alguien llamó a la puerta de los Sadler. Se trataba de una señora que vivía en el piso de abajo y que sabía que eran médicos. La señora preguntó: "¿Pueden venir abajo conmigo? Algo le ha ocurrido a mi marido. Se ha quedado dormido y respira de manera muy extraña. No puedo despertarlo" [32] .

            Los Sadler se pusieron sus batas y sus zapatillas y siguieron a la angustiada mujer hasta su piso. En el dormitorio encontraron a un hombre de mediana edad tendido en la cama. Parecía dormido, pero su respiración era descompasada; inhalaba dos bocanadas rápidas de aire y luego paraba de respirar por un intervalo que resultaba alarmante. Sadler rápidamente le tomó el pulso y se sorprendió al encontrarlo normal; sin embargo, el sueño de la persona parecía bastante profundo. El doctor intentó varias veces despertarlo sin conseguirlo, por lo que tuvieron que optar por desistir y esperar.

            Durante la hora aproximada que tuvieron que esperar, aquella persona realizó varios movimientos violentos. Entonces, de repente, se incorporó y miró alrededor.

 "¿Quiénes son estas personas?", preguntó a su esposa.

"Son unos doctores que han bajado porque no había forma de despertarte de tu sueño", le explicó.

"¿Qué? ¿Qué ha sucedido? ¿Pasa algo?", dijo aturdido. 

"¿Cómo se siente?", le preguntó Sadler.

"Me siento bien", le respondió.

"¿Con qué soñaba?" le preguntó Sadler

"¿Por qué?, con nada", le contestó.

"Pero ha estado pegando saltos en la cama", le dijo Sadler.

"No recuerdo nada de eso", le contestó. "Me siento bien".

            Tras una corta charla, Sadler le dijo:

            "Mire, creo que sería conveniente que viniese mañana para que le hagamos un examen médico completo. Lo que ha pasado resulta muy poco común y tenemos que asegurarnos de que no se trata de nada importante."

            El hombre y su esposa dieron su conformidad.

Ilustración: William S. Sadler, alrededor de 1914.

Ilustración: Lena Celestia (Kellogg) Sadler, alrededor de 1914.

Ilustración: Lena Celestia Sadler, con su hijo Bill, alrededor de 1914.

            Al día siguiente, Sadler le hizo un detallado examen médico y le encontró en excelentes condiciones físicas. Tras hacer esto, investigó en la historia clínica de la familia y comprobó que no había antecedentes de ninguna enfermedad mental ni de epilepsia. Le sugirió entonces que se sometiera, durante algún tiempo, a  observación, a lo que éste accedió [33] .

            Varias semanas después, aquella señora llamó una vez más a los Sadler para decirles que su esposo se había sumido de nuevo en aquel peculiar sueño. Éstos acudieron otra vez y le encontraron en el mismo estado de sueño profundo que en la ocasión anterior. Intentaron incorporarle, incluso pinchándole, pero no tuvieron éxito. Afortunadamente, su pulso era normal durante aquella secuencia de respiración y de movimientos anormales. No parecía existir peligro alguno para su vida mientras estaba en aquel extraordinario estado. Entonces, ante la extrañeza de los doctores, se despertó, ajeno por completo a su extraño comportamiento durante el sueño. Los doctores estaban perplejos. Hasta el otoño de aquel año, fecha en la que la nueva residencia de los Sadler se terminó, el fenómeno se repitió varias veces. Como el contrato de arrendamiento de aquel matrimonio vencía al mismo tiempo, decidieron también mudarse para estar cerca de los Sadler. Sería en aquella nueva residencia cuando el extraño sueño del paciente se tornaría incluso más desconcertante y sorprendente.

El primer contacto

            Efectivamente los Sadler tuvieron que acudir pronto a la nueva vivienda del paciente y, como ya era costumbre, se sentaron al lado de su cama observando y esperando a que se despertara. Lena notó que se humedecía los labios. "Quizás quiere decir algo. Podríamos hacerle alguna pregunta", dijo. "¿Cómo se siente?" 

            Ante el gran asombro de todos, el hombre habló, pero aquella voz no era la suya, sino una voz peculiar que dijo ser un estudiante de otro planeta en visita de observación [34] .  Aquel ser al parecer hablaba a través de aquella persona. Los doctores creyeron que estaban simplemente presenciando un fenómeno llamado oralidad automática, en la que el subconsciente actúa sin que la persona se dé cuenta.

            Para confirmar aquel diagnóstico, Sadler le pidió que le visitase en su consulta unos días después del sorprendente suceso. Estaba convencido de que debía explorarle psicológicamente para descubrir, por el tradicional método de la hipnosis, la supuesta causa del fenómeno. Sadler creía que este inexplicable de este comportamiento tenía su base en el subconsciente de aquella persona.  

            Una vez en la consulta, Sadler tuvo mucha dificultad en dormirle, pero tras conseguirlo en ésta y en otras sesiones posteriores, el doctor se percató de que no existía en el subconsciente de aquella persona recuerdo alguno del supuesto visitante celestial. Aquello parecía increíble y muy desconcertante. Con el tiempo otros supuestos visitantes comenzaron a hablar "a través" de él. Pero Sadler continuaba confuso, sin realmente poder confirmar que la extraordinaria y novedosa información desvelada en aquellas sesiones tuviera en efecto su origen en la mente del paciente. La excelencia y coherencia de lo que se que comunicaba impresionó a los dos doctores, como también el hecho de que el sujeto dormido era indiferente y manifestaba poco interés o preocupación ni por lo que le sucedía en el sueño ni por la información que se daba. Todo lo contrario que su esposa, que se mostraba bastante ansiosa.

            A pesar de su desconcierto, Sadler seguía creyendo que podría encontrar una explicación científica a este caso y empezó a consultar con otros científicos y doctores sobre aquel misterioso fenómeno. Como se ha mencionado, llamó entonces a Howard Thurston y a Sir Hubert Wilkens, expertos en fraudes y trucos de espiritismo, pero ni éstos ni otros especialistas en la materia pudieron encontrar explicación alguna a aquel extraño comportamiento y, al igual que él, se mostraron intrigados y perplejos ante la inusitada información que aquel hombre proporcionaba en las sesiones nocturnas.

            Entretanto, la vida proseguía. La década de 1911 a 1921 fue una de las más turbulentas y terribles de la historia de la humanidad. El todopoderoso Titanic se sumergió bajo las olas del Atlántico en abril de 1912, dejando malherido el orgullo de los hombres que parecían haber desafiado a la naturaleza con su tecnología. La pérdida material del Titanic tuvo una amplia difusión, pero la fría indiferencia de la compañía White Star Line, que descontó dinero de la paga de la tripulación desde el minuto en que se hundió el buque, se aceptó en silencio sin que transcendiera aquel día a los medios de comunicación. A los cheques que se les dieron a las afligidas viudas se les había descontado incluso el precio de los uniformes, como se informó en una nota, al no haber sido devueltos. Dos años más tarde, el mundo civilizado entraba en guerra, y aunque terminó en 1919, se plantaron las semillas para la Segunda Guerra Mundial. Mientras, en Chicago, se pavimentaba el terreno para una nueva era de religiosidad y descubrimiento espiritual. A comienzos de los veinte, el afán por el nacimiento de una revelación de los tiempos que deshiciera la oscuridad materialista del planeta tomaba un nuevo giro. 

El foro

            Alrededor de 1923, de camino a la Universidad de Kansas para dar una conferencia sobre psicología Gestalt, William S. Sadler escribió una nota a su hijo Bill Sadler de quince años, estudiante en aquel momento de secundaria, diciéndole que sería una buena idea reunirse con algunos de los amigos y colegas del doctor y los de Lena para tomar el té y tener alguna charla de tipo general los domingos por la tarde. Los Sadler se habían trasladado ya a una casa nueva más espaciosa en el nº 533 de Diversey. En la nota también le decía a Bill que discutiera la idea con su madre. Pero cuando Sadler regresó a Chicago, se encontró con que su esposa había invitado a un grupo de treinta amigos el domingo a las tres para tomar el té [35] .

            Aquel grupo estaba destinado a convertirse en el foro, al que pronto se incorporarían personas de todas las esferas de la vida. Clyde Bedell [36] me dijo que en las reuniones, en un principio informales, se le hacían preguntas a Sadler sobre los temas del día. Después, sin embargo, cuando se comenzaron a leer los escritos, las reuniones se hicieron más tediosas. El foro fue un éxito en número de personas, llegando a acoger hasta un total de 486 miembros. Su última reunión tuvo lugar el 31 de mayo de 1942 [37] . En una entrevista realizada en 1983, Clyde Bedell se refiere a esos primeros días. Estamos en el año 1924; Clyde tenía 26 años de edad y acababa de regresar a Chicago:

            "Vi a Lister Alwood. [...] Cené el domingo en su casa [...] Me preguntó si me gustaría ir a una reunión del foro en la casa de un eminente psiquiatra de Chicago. Yo le hice algunas preguntas y él me dijo: 'Bueno, Sadler es un orador fantástico. Habla de todo tipo de cosas. La charla puede ir en cualquier dirección. Pero es un hombre fascinante, interesante y brillante.' ...Así que ese primer domingo cené en casa de Lister y fuimos al foro del Dr. Sadler en Diversey, 533. Fue muy interesante. No tenía idea ni de lo que pasaba allí ni de lo que él hablaba."

            Clyde continúa diciendo que le pidió a Sadler permiso para invitar a alguien al foro. Se trataba de su esposa, Florence Evans, a la que trajo en la siguiente reunión.

            "A propósito, debo mencionar el hecho de que poco después de unirme al foro, Lister Alwood se fue de allí. [...] Había bastante movimiento de personas. No existía límite para lo que se podía discutir. Creo que un buen número de las personas que se unieron al foro en  los primeros años tuvieron la impresión, años más tarde, de que habían sido las circunstancias las que les habían empujado a ello. Si ese era el caso, lo que ocurrió antes de que los escritos empezaran a llegar no tenía mayor importancia.  Es extraño pero [...] no recuerdas muchas de las cosas que crees deberías poder recordar. ¿En qué año comenzaron a llegar los escritos? No lo sé. Si hubiésemos sabido que aquello era una revelación de los tiempos, habríamos llevado un diario" [38] .

            A medida que en el foro se comenzaban a discutir distintos temas, Sadler continuaba con su afán por descubrir el origen de aquellas desconcertantes manifestaciones nocturnas del sujeto dormido. Él y su esposa habían comenzado a preparar preguntas diferentes sobre el universo, para formulárselas en cuanto se presentara la ocasión. El doctor, de forma privada, desarrolló una especie de cuestionario con cincuenta y dos preguntas especialmente difíciles, las cuales memorizó -a Sadler se le conocía por su increíble memoria fotográfica- para ver si los "visitantes" podían adivinarlas. De acuerdo con Sprunger, Sadler no creía en la telepatía.

            Poco después, en una de las sesiones nocturnas con el sujeto, Sadler y Lena se toparon con una ser particularmente "electrizante", que afirmaba ser de un remoto planeta. Este ser les suscitó un gran interés por sus comentarios. Cuando estaba a punto de irse, Sadler le desafió diciéndole: "¿Cómo puedes probar que eres quien dices ser?" Éste le respondió: "No puedo probarlo, pero tú no puedes probar lo contrario." El ser entonces dejó atónitos a ambos doctores diciendo: "Sin embargo, acabo de recibir permiso para contestarte a cuarenta y seis de las cincuenta y dos preguntas que tienes en la mente."

            Lena dijo sorprendida, "Pero, ¿por qué, Will? Tú no tienes esas preguntas, ¿no es verdad?" Sadler se vio obligado a admitir: "Sí las tengo, Lena, y su número exacto es cincuenta y dos." Aquel increíble ser, tal como había prometido, comenzó entonces a dar respuestas a aquellas cuarenta y seis preguntas [39] . Entonces hizo una advertencia:

            Si supieran con quién están en contacto no me harían preguntas tan triviales, sino preguntas cuyas respuestas fueran de un valor supremo para la raza humana [40] .

La comisión de contacto

            Tras esa afirmación, ocurrida probablemente con posterioridad a 1924, podemos tener una razonable certeza de que el grupo, que se llegaría a convertir en la comisión de contacto, se compondría del Dr. Sadler, que tendría entonces unos 48 años de edad; de su esposa, la Dra. Lena, también de 48 años; de Anna Bell Kellog, de 49 años, hermana de Lena; y de su marido, Wilfred Custer Kellogg, de 50 [41] . Emma Louise Christensen, de 36 años, sería igualmente parte de la comisión de contacto porque en diciembre de 1923 ya había sido adoptada por los Sadler [42] . Bill Sadler no estuvo presente en la sesión descrita del "ser electrizante", sino que se refiere a este hecho como sabiéndolo "de oídas" [43] . Clyde Bedell menciona en su entrevista de 1983 que los Kellogg tenían una hija que "muy raras veces" asistía a las sesiones con la persona de contacto. Bedell recuerda vagamente a otro doctor que pudo haber asistido de forma esporádica esos primeros días. Mark Kulieke piensa que se trata del Dr. Meyer Salomón, neurólogo y profesor en la Facultad de Medicina de la Northwestern University, que escribió la introducción de The Mind at Mischief [44]

            En esos momentos, la actitud de Bill Sadler hacia la revelación se explica bien en las palabras de su padre, el Dr. Sadler, escritas a comienzos de 1958: "Cuando mi hijo vino de los marines con permiso para leer los escritos de Urantia, la primera pregunta que me hizo fue: "Papá, ¿hay alguien sacando dinero de esto?". Yo le contesté: "No, hijo, todo lo contrario, hay un gran número de personas poniéndole dinero" [45] .    

            Con el tiempo, Bill Sadler se convirtió en un dedicado miembro de la comisión de contacto, un estudioso de los escritos y, muy posiblemente, el primer filósofo urantiano. Finalmente la comisión de contacto que presenció la conclusión de los escritos tenía seis miembros: William S. y Lena C. Sadler, Wilfred y Anna Bell Kellogg, Emma Christensen (o "Christy") y Bill Sadler; sin embargo, Lena C. Sadler no vivió lo suficiente para ver el libro publicado porque murió en 1939.

            Fueran quienes fueran los que estuvieron presentes en el momento en que el visitante celestial realizó tan drástica afirmación, aquello pareció tomarse como un reto y como una reprimenda. Se cuenta que aquella tarde William S. Sadler dijo: "Ellos lo han querido. Hagámosles preguntas que ningún humano pueda contestar" [46] . Se había establecido el escenario. Muy pronto, en una de las reuniones del foro, una pregunta, hecha por casualidad por uno de sus miembros a William S. Sadler, desencadenaría una serie de nuevos acontecimientos que cambiaría el tono casual e informal del té de los domingos. El foro estaba a punto de encontrarse con el destino.

Ilustración: Cuatro de los miembros de la comisión de contacto. De derecha a izquierda: Emma Louise Christensen, la Dra. Lena C. Sadler, el Dr. William S. Sadler y Bill Sadler.