Hemos recorrido casi un siglo
en nuestro análisis de la historia de los escritos de Urantia, y, junto
con el consejo de redacción de este libro, he hecho todo lo posible
por proporcionar la mejor información disponible sobre la materialización
de los escritos, sobre su conversión en originales mecanografiados,
sobre el proceso por el que se convirtieron posteriormente en planchas
de imprenta, sobre su publicación en 1955 y sobre el destino del texto
original. En el camino nos hemos encontrado con hechos inesperados y
hemos intentado, con toda franqueza, desvelarlos siguiendo los objetivos
que nos habíamos trazado: la búsqueda de la verdad sin importarnos sus
consecuencias. También hemos tratado de documentar todos los hechos
y de conectarlos de manera lógica para dar una imagen de conjunto, para
presentar una historia coherente de principio a fin.
Creo que lo más destacable de
nuestro relato es que podemos tener la razonable certeza de que no hubo
ninguna intromisión humana deliberada en la impresión de 1955 de The
Urantia Book. Los errores existentes en el texto no fueron de ninguna
manera intencionados. Tras esta impresión sí se efectuaron cambios deliberados,
generalmente de poca importancia. La situación actual exige un custodio
del texto, en el que podamos confiar, que publique de nuevo la versión
original, con las necesarias notas informativas de estos cambios.
Es también importante destacar
que tanto la documentación existente como el testimonio de los miembros
del foro establecen con claridad que el proceso revelatorio tuvo lugar
de manera continuada desde el 18 de enero de 1925 hasta el 31 de mayo
de 1942, momento en que los reveladores dieron el texto por terminado
dijeron que no se admitirían más preguntas. La revelación se había completado
y el foro de los domingos dejó de existir para convertirse en un grupo
de estudio dominical. El texto entonces se compuso en la imprenta, se
hicieron las pruebas, se corrigieron y aprobaron por la comisión de
contacto, y entonces se hicieron las planchas. Un equipo de medianos
(ya no como reveladores) supervisaron todo el proceso desde una distancia
deliberada y respetuosa. Se ocuparon de que la quinta revelación de
los tiempos entrara en la corriente evolutiva en condiciones razonablemente
buenas.
Una vez que se hicieron las
planchas, el texto original a máquina se destruyó por orden de la comisión
de medianos. Así pues para 1945, tras décadas de actividad revelatoria,
estas planchas -y las pruebas generadas- se convirtieron en la única
manifestación material del texto original de los escritos de Urantia.
Las planchas contenían al parecer errores humanos acumulados de alguna
manera, pero no quedaba rastro en papel que permitiera descubrir cuándo
o cómo esos errores se habían cometido. Si bien, resultaba evidente
que los medianos habían encontrado el texto -y las posteriores planchas-
aceptables, a pesar de las imperfecciones existentes. La Fundación Urantia
se constituyó en 1950, a partir de la redacción de la declaración de
fideicomiso, sobre la base de las planchas, que en ese momento constituían
el texto original. Las planchas se almacenaron en las cajas de seguridad
de la R.R. Donnelley & Sons en Crawfordsville, Indiana, desde aproximadamente
1945 hasta 1955, momento en que el libro se imprimió. Tras la impresión
se colocaron de nuevo en ellas.
La Fundación Urantia
se creó en 1950 específicamente para funcionar de forma autónoma. La
comisión de contacto permanecería activa hasta 1955. En el momento en
que se redactó la declaración de fideicomiso, se había observado, por
la lectura continuada de las pruebas de imprenta, que las planchas contenían
erratas. Sin embargo, aparte de esas erratas, es bastante probable que,
en aquel momento, la comisión de contacto no fuera consciente de inconsistencias
textuales que se descubrirían con el tiempo. Parece claro que los medianos
dieron de manera tácita su aprobación a la declaración de fideicomiso,
con el pleno conocimiento de los posibles errores de redacción de las
planchas.
Es probable que la
comisión de medianos tuviera que depositar su confianza en la sabiduría
humana -dentro de los parámetros expresados en el texto de la declaración
de fideicomiso- para tratar con las erratas y los errores de mayor calado.
Después de que se publicara el libro en 1955, la comisión de medianos
se despidió, anunciando a los mortales que estaban solos. En 1967, en
el momento de la segunda impresión, al parecer sin el conocimiento de
todos los fideicomisarios, se sustituyó un número considerable de planchas
con otras cuyo texto había sido modificado. En 1971, James Mills
[248] , que había sustituido a Christy como fideicomisario,
indicó que se había informado a algunos fideicomisarios de que The
Urantia Book tenía que recomponerse debido a unos cambios tecnológicos
en la imprenta, que en realidad no existieron.
Desde una perspectiva histórica,
y limitándonos en lo posible a la cuestión de los escritos de Urantia
y a su futuro, ¿qué podemos hacer respecto a la desorganización y la
confusión que siguió a la impresión de 1967? Sprunger a menudo señala
que la amenaza mayor al movimiento urantiano no procede del exterior,
como muchos urantianos habían previsto, sino del interior. Pero, ¿por
qué? En mi opinión hay dos factores que han contribuido a este estado
de caos: por un lado, un absurdo sentido de propiedad de la revelación
y, por otro, el creerse tener una condición especial ante los escritos:
el suponer haber sido "elegidos" para regir los destinos de la revelación.
Sentido de la propiedad:
¿Quién es el dueño de la revelación?
Hace dos mil años, de acuerdo
con mi bagaje católico, Jesús dio a Pedro "las llaves del reino" y con
las palabras "sobre esta roca (Pedro) edificaré mi iglesia," la Iglesia
Católica estableció una dinastías de papas. Con esta premisa surgieron
a continuación la autoridad religiosa jerárquica y los derechos divinos
de sucesión. Todas las repercusiones espirituales en relación a Jesús
y a los creyentes individuales se cambiaron de Jesús a la iglesia. Y
cuando Pablo y sus contemporáneos hicieron esto, como nos dicen los
escritos, "asestaron un golpe mortal al concepto de Jesús del reino
divino en el corazón del creyente individual" (p. 1865, final).
Cuando era relativamente nuevo
en el movimiento urantiano se me dijo que a los fideicomisarios y a
sus sucesores se les habían dado las "llaves" del reino en la forma
de mandatos. Hasta hoy en día, la Fundación basa su propiedad sobre
la revelación, el estandarte de Miguel y la palabra "Urantia" -las marcas
registradas-, en esos misteriosos mandatos y en unos mensajes especiales
que se conservan en una caja de seguridad en el 533 de Diversey Parkway.
Para muchos urantianos esto es algo comparable al hecho de que algún
papa proclamase su propiedad del texto de la Biblia, del símbolo de
la cruz y de la palabra "cristiano". Esta insensatez, ya advertida por
urantianos como Clyde Bedell o Bill Sadler, ha impedido, durante muchos
años, la propagación de la revelación. Hoy en día, tras la vuelta de
los escritos a dominio público, renace de nuevo la esperanza de una
época de resurgimiento de las enseñanzas de los escritos. Todavía, sin
embargo, queda pendiente la cuestión de la "propiedad" y "autoridad"
humana sobre el estandarte de Miguel, el derecho a usar libremente el
nombre de nuestro planeta, Urantia, y el poder identificarse uno mismo
en términos religiosos como "urantiano".
En este punto es necesario volver
a citar un pasaje ya mencionado en la introducción de este libro, que
no guarda relación, a pesar de lo que pudiera parecer, con cuestiones
de tipo político de control de la revelación, sino con la verdad de
los hechos que hemos sacado a la luz y, más particularmente, con el
significado de lo que hemos descubierto:
Inevitablemente, las historias constituyen procesos dolorosos
y casi siempre conllevan algún tipo de confrontación. Los que emprendimos
la tarea de desarrollar ésta, nos damos cuenta de que sus conclusiones
allanarán el camino futuro de los escritos de Urantia, pero hay mucho
en juego porque chocan con los intereses de los que tratan de controlar
la revelación. No nos puede sorprender, pues, la virulenta respuesta
que puede provocar nuestra interpretación de los hechos acaecidos en
torno a los escritos, porque es ésta, más que los mismos hechos la que
constituye el centro de nuestra argumentación histórica.
Con estas nociones en mente, vamos a volver a tratar algunos
de los temas difíciles y retos con los que se enfrentan los urantianos,
plenamente conscientes de que lo que cada uno de nosotros decida será
crucial para la revelación.
No
hay documentos secretos
No se puede dejar de
enfatizar el hecho de que todos los supuestos mensajes secretos y textos
apócrifos que se asocian a los escritos de Urantia tienen un origen
dudoso. Ya hemos comentado que, moralmente, no se debería haber hecho
copias de este material porque estaba destinado para un determinado
momento y propósito. Pero de todos modos, ninguno de estos supuestos
mensajes es revelación, ninguno puede ser corroborado. Pueden tener
diversos grados de valor histórico y, en el mejor de los casos, sólo
un moderado grado de fiabilidad y relevancia. Cuando he usado alguno
de estos documentos en esta historia, he intentado cuidadosamente negar
la certeza sobre su autenticidad. Sin embargo, aunque pueda ser apropiado
sopesar la información apócrifa para su análisis histórico, no lo es
para apoyar una reclamación del control de los escritos.
En el Capítulo X indiqué que
en 1980, Christy, fideicomisaria emérita, y Martin Myers, fideicomisario,
entregaron a Thomas Kendall, presidente de la Fundación Urantia, un
mensaje supuestamente dado por los medianos. El mensaje pedía que no
se mantuvieran largas e interminables conversaciones con el Sr. Weiss,
traductor del libro al francés, aconsejando la lectura de la página
840 de los escritos en relación a la trama de Caligastia contra Adán
y Eva. Vimos también cómo Kendall llevó este mensaje a la atención de
los otros fideicomisarios y empleados del 533 para su consideración,
de un modo que realmente parecía ser lo habitual en la Fundación cuando
tenía que tomar alguna decisión importante. Otro inquietante ejemplo
del uso de supuestos mensajes dentro de este círculo cerrado se documenta
en el citado "Response to Urantia Foundation's Report", escrito por
Thomas y Carolyn Kendall en 1990, que se distribuyó en el consejo general
de la Hermandad Urantia cuando yo era consejero. Esto se dice allí:
A comienzos de 1966, los fideicomisarios
comenzaron a darse cuenta de que la Fundación necesitaba hacer más para
proteger el nombre "Urantia". Christy acababa de traer a mi atención
un mensaje dado a los miembros de la comisión de contacto en 1942:
"No
habéis hecho lo suficiente para proteger el nombre. Debéis poner esmero
en salvaguardar el nombre Urantia. Asegurarlo bien por una generación
para que no pueda ser arrebatado. Conservad el nombre en un fideicomiso
en derecho común. También debéis hacerlo en la propiedad intelectual.
Debéis poner esmero en registrarlo con la división del gobierno que
controla las relaciones comerciales, las marcas. Debéis salvaguardar
el nombre de todas formas. Esta es una de vuestras más importantes responsabilidades" [249] .
Podríamos hacer algunas preguntas
sobre este mensaje, que es una supuesta copia del dado en 1942, ya que
los originales de los auténticos mensajes de los medianos se habían
destruido. ¿Era un mensaje escrito u oral?, ¿se le dio a la comisión
de contacto según el protocolo establecido o había sido recibido por
una persona sola?, ¿por qué un mensaje tan importante no se había dado
a conocer antes? ¿por qué no se menciona en las historias?
Carolyn y Thomas Kendall
proporcionan otras claves para el origen de este mensaje en una entrevista,
ya mencionada, con Polly Friedman, publicada en 1993, al mencionar el
mismo supuesto mensaje de 1942, citado por Kendall en 1990. Carolyn
dice:
Hubo otros mensajes
orales recibidos por el Dr. Sadler y Christy. Uno de los que se dieron
a conocer decía: "No habéis hecho lo suficiente para proteger el nombre
Urantia; registradlo en la delegación del gobierno que yo he considerado
tal como vosotros hacéis con los derechos de autor del libro." Eso
fue en 1942 [250] .
Friedman
dice entonces: "Así que la protección del nombre es importante. ¿Era
aquello realmente una petición?" Entonces los Kendall contestan al unísono:
"Sí, fue una orden." Polly entonces convencida añade: "Y debe seguirse
de forma literal." Carolyn entonces decide resaltar la cuestión del
mensaje de 1942, que casualmente tenía con ella, y se lo lee a Friedman.
Carolyn dice a Polly: Aquí está lo que se dice en relación al sustantivo
"Urantia".
Observemos ahora las
significativas variaciones de este mensaje que Carolyn lee a Polly Friedman
con el que ella misma y su marido Thomas prepararon en 1990. He escrito
en mayúsculas las adiciones y he tachado las supresiones:
"No habéis hecho lo suficiente para proteger SALVAGUARDAR el
vuestro nombre (SE REFIERE AL NOMBRE URANTIA). Debéis poner esmero
en salvaguardar el nombre Urantia. Asegurarlo por una generación
para que no pueda ser arrebatado. Conservad el nombre en un fideicomiso
legal. HACEDLO TAMBIÉN EN UNA CORPORACIÓN. UNA CORPORACIÓN TIENE STATUS
EN LA LEY. También debéis hacerlo en la propiedad intelectual. Debéis
poner esmero en registrarlo con la división del gobierno QUE YO HE
CONSIDERADO que controla las relaciones comerciales,
las marcas. LAS MARCAS Y ASÍ OS PROTEGERÉIS EN DERECHO COMÚN EN
CONEXIÓN CON UNA ASOCIACIÓN VOLUNTARIA TAL COMO LA QUE ESTÁIS PLANEANDO
EN LA HERMANDAD URANTIA. Debéis salvaguardar el nombre de todas formas.
Esta es una de vuestras responsabilidades más importantes.
En su lectura, Carolyn hace una pausa para decir a Polly:
"Y la última oración estaba escrita en mayúsculas." [Lo que no era cierto
del artículo escrito en 1990.] Entonces continúa Carolyn:
En 50, 70 o 75 años
el nombre estará bastante a salvo. Salvaguardarlo por una generación
y él se hará cargo de sí mismo.
Resulta desconcertante. ¿Cómo es posible que unas órdenes
tan importantes de los medianos puedan mencionarse dos veces por las
mismas personas con tantas diferencias textuales. La segunda versión
es casi el doble de larga. Además, ¿por qué es tan pobre su gramática?
¿Quién la corrigió? ¿Cómo se puede entregar un mensaje oral con letras
mayúsculas? Y si esto era tan importante, ¿por qué no iba en mayúsculas
en 1990? Además, los medianos no aprobaron la Hermandad Urantia hasta
1952 y ésta no se constituyó oficialmente hasta 1955, trece años tras
el supuesto mensaje. Luego se refiere a una generación, pero una generación
comprende un período de 25 ó 30 años y no 50, 70 ó 75 años. ¿Por qué
esta ambigüedad de los seres celestiales?
Sin embargo, durante casi dos
generaciones, basándose en este supuesto mensaje oral, la Fundación
Urantia ha tratado de justificar sus reclamaciones de la propiedad de
las palabras "Urantia" y "urantiano". En 1990, Thomas Kendall escribió
que en 1966 se había sorprendido al conocer este supuesto mensaje porque
había sido fideicomisario durante tres años y era la primera vez que
lo había oído. Kendall dijo que las instrucciones que se daban en éste
eran contrarias a la opinión predominante del asesor legal, que había
aconsejado que los medios de conseguir los derechos sobre dichas palabras
eran su "empleo, adopción y uso". No obstante, de acuerdo con Thomas,
en 1966, la fideicomisaria Christy había traído a él la versión escrita
de este mensaje (que si hubiese sido auténtico tendría que haberse destruido
cuando se publicó el libro), y Thomas, obedientemente, hizo la voluntad
de esta voz anónima, que de alguna manera había quedado registrada hacía
dos décadas y había permanecido guardada en el cajón de un archivador,
sin que nadie se hubiese dado cuenta.
El
Dr. Sadler no "comunicó" nada
Últimamente hay personas que creen en comunicaciones paranormales,
quizás para darle algún tipo de credibilidad, que opinan que el Dr.
Sadler estuvo también implicado en esos mensajes. En su entrevista,
Carolyn Kendall da a entender esto al decir: "Hubo otros mensajes que
llegaron a Sadler y a Christy." Sin embargo, ella misma había indicado
con anterioridad que Christy le había dicho que estaba en contacto continuado
con los medianos, refiriéndose a ella misma. A mi entender, no hay constancia
alguna de que Christy hiciera la misma observación en relación al doctor.
Efectivamente, no hay
ningún documento ni ningún testimonio verosímil que apoye la idea de
que el Dr. Sadler se comunicase con los medianos fuera de la comisión
de contacto y, sin embargo, una gran cantidad de evidencias que lo niegan.
Todos los miembros del consejo de redacción de este libro creemos que
Christy fue el único miembro de la comisión de contacto en manifestar
haber estado en contacto de forma individual con los medianos y haber
recibido la supuesta aprobación de voces anónimas para los cambios en
el texto original.
Pero hay que recalcar,
una vez más, que no hay constancia de que esas voces fueran alguna vez
oídas por otra persona ni de que Sadler aprobase dicha práctica. Según
Meredith J. Sprunger, que estuvo allí y conoció a muchas personas relacionadas
con la cúpula de poder del 533 de Diversey, parece cierto que los rumores
de las comunicaciones paranormales de Christy no llegaron a conocerse
del todo en la Fundación y en la Hermandad hasta la muerte de Sadler
en abril de 1969. Antes de su muerte, sólo un pequeño círculo cerrado
conocía su existencia.
Sadler
no autorizó cambios en el texto
La Fundación igualmente indica
que tanto Christy como Sadler estuvieron, de forma individual, en contacto
con los reveladores en 1967 y que ambos son responsables por los cambios
en el texto original. En el portal de la Fundación hay un artículo titulado
"Setting the Record Straight" en cuya parte 7, se dice:
Debemos plantear la
cuestión a aquéllos que conocen la integridad de estas personas: ¿Harían
el Dr. Sadler y Christy tales cambios sin una buena razón?
[251]
Este intento
de justificación de los cambios realizados en la impresión de 1967 -y
de la consiguiente destrucción de algunas de las planchas- asociándolos
con Sadler no se sostiene porque no hay documentación ni testimonio
fiable que lo apoye. Cuando la Fundación Urantia se estableció en enero
de 1950, los fideicomisarios aceptaron toda la autoridad y toda la responsabilidad
del texto original (las planchas). Sadler decidió no ser fideicomisario.
Sabemos que en 1967 se destruyó parte del estado sustantivo (las planchas),
tal como se definía en la declaración de fideicomiso. No tenemos, pues,
datos que aclaren qué "buena razón" podría haber existido en la mente
de nadie para hacer esta destrucción sin el voto unánime de los fideicomisarios,
como se estipula en dicha declaración. Ni Sadler ni Christy tenían autoridad
para la destrucción de las planchas, fueran cuales fueran aquellas supuestas
"buenas razones" para hacerlo.
Sin embargo, si tuviésemos que
creer a Carolyn Kendall, Christy autorizó y produjo los cambios en el
texto de los escritos porque creyó que los reveladores le habían dado
permiso para hacerlo. Además, Thomas Kendall le dijo a Carolyn que los
fideicomisarios no tenían nada que ver con los cambios de la impresión
de 1967. ¿Es esto cierto? No podemos estar seguros, pero está claro
que la Fundación sí les cree. Carolyn colabora con el portal de la Fundación
y se le eligió para escribir, junto con Barbara Newsome, una narrativa
sobre el cincuenta aniversario de la historia para la Fundación Urantia:
The Golden Years ("Los años dorados") [252] .
"The Golden Years"
[Los años dorados]
En efecto, a comienzos del año
2000, la Fundación Urantia publicó esta narrativa, en la que se dice
que cuenta con "información de primera mano", pero en realidad no puede
documentar muchas de sus afirmaciones. En nuestra narrativa, al describir
los sucesos en los que la Fundación tuvo un papel predominante, he usado
fuentes directamente de la Fundación Urantia o cercanas a ésta. Con
este mismo tipo de límites, comentaré algunos de los muchos ejemplos
en los que "The Golden Years" está en contradicción con el material
publicado por la misma Fundación.
La cronología que se
expone es precisa por lo general, aunque omite muchos sucesos importantes.
También se excluyen los nombres de la comisión de contacto, "como respeto
al espíritu en el que sirvieron", pero, sin embargo, se enumeran todos
los fideicomisarios de la Fundación desde que ésta se estableció. En
muchos casos, toma mucha información de "History Two", que se afirma
fue escrita por el Dr. Sadler -algo que yo cuestiono en detalle en el
Capítulo III-, pero en otros está claramente en desacuerdo con ella.
También se dice que la comisión de contacto tenía cinco miembros, el
mismo número que el de los miembros de la Fundación, dejando a Bill
Sadler, el hijo del Dr. Sadler, a un lado:
Aparte del paciente,
la comisión de contacto tenía cinco personas relacionadas entre sí,
los dos médicos, su [sic] hermana y cuñado y la hija adoptada de los
médicos. Cuando la esposa del doctor murió en 1939, su hijo tomó su
lugar. Por tanto, la comisión de contacto tenía cinco miembros hasta
que se establecieron las organizaciones y se publicó The Urantia
Book. Ellos continuaron de forma individual actuando como miembros
de la comisión de contacto el resto de sus vidas terrenales [253] .
En este recargado párrafo, la Fundación intenta justificar
su supuesto derecho a la propiedad intelectual de los escritos y sus
reivindicaciones de que es la sucesora de la comisión de contacto y
de que continuaron con una especial "guía" celestial una vez que los
medianos se despidieron en 1955. El párrafo contradice tanto el testimonio
de Meredith J. Sprunger, Clyde Bedel y otros, que hablan de la existencia
de seis personas en la comisión de contacto, incluyendo a Bill Sadler,
que se incorporó a dicha comisión no más tarde de 1930, tras haber sido
dado de baja de los marines, como la propia "History Two" de la misma
Fundación:
El hecho de que no
se hicieran previsiones para la sustitución de miembros de la comisión
de contacto que se perdieran por discapacidad o muerte, también nos
llevó a pensar que el libro se publicaría durante la vida de algunos
de nosotros [254] .
¿Por qué es esto importante?
Porque no existió nunca esa vinculación sistemática entre la comisión
de contacto y la Fundación Urantia. No hubo ningún relevo, ninguna sustitución;
sin embargo, en los noventa, la Fundación comenzó a declararse, sin
ninguna base, como la sucesora legal de dicha comisión. La comisión
de contacto tenía seis miembros permanentes en 1930, sin que se estipulara
la sustitución de sus miembros, como se ha indicado. La Fundación Urantia
se estableció en 1950, con cinco fideicomisarios, y los miembros se
sustituyen mediante la elección de otro miembro por los restantes fideicomisarios.
La comisión de contacto operaba bajo una guía celestial, que cesó tras
la publicación del texto original en 1955. La Fundación está dirigida
por humanos y se fundó como una entidad completamente autónoma, como
se establece en la declaración de fideicomiso.
La comisión de contacto
continuó operativa durante cinco años más tras el establecimiento de
la Fundación Urantia. Carolyn Kendall indica que en noviembre de 1951
se le leyó a los Setenta y al grupo de estudio dominical una importante
comunicación, ya citada, del Príncipe Planetario de Urantia en funciones,
en que la Fundación Urantia y la comisión de contacto se perciben y
comentan como dos entidades separadas:
En
ausencia de intervención de los medianos después del 11 de febrero de
1954, los fideicomisarios de la Fundación Urantia pueden proceder
de acuerdo con su propio criterio.
Por tanto, el pasaje
citado en "The Golden Years" induce a error al decir que "Así pues,
la comisión de contacto tenía cinco miembros hasta que se establecieron
las organizaciones y se publicó The Urantia Book." Debemos hacer
estas aclaraciones si no queremos crear un engañoso derecho divino de
sucesión de autoridad sobre la revelación
[255] .
Por otro lado, el párrafo
dice que "Ellos continuaron de forma individual actuando como miembros
de la comisión de contacto el resto de sus vidas terrenales." Esto sugiere
claramente que los miembros de esta comisión, de forma individual, permanecieron
en contacto con los reveladores tras su mensaje final de 1955: "Os
habéis quedado solos." No obstante, no hay documentación que apoye tal afirmación. Además, según
se cita en memorándum interno de Bill Sadler
de 1958 [256] , en
1955, la comisión de contacto se consideró "terminada".
Como señalamos, según Carolyn
Kendall, el único testimonio que tenemos en ese sentido procede de Christy
y sus comentarios sobre sus propios supuestos mensajes, pero ella se
refiere a sí misma, nunca a otros miembros de la comisión de contacto.
Con este pasaje la Fundación, que aprobó este artículo para su portal,
apoya también las actividades paranormales de personas "especiales",
algo que ha dañado y dividido a la comunidad urantiana.
En "The Golden Years"
también se dice:
Los escritos de Jesús,
sin fechar en The Urantia Book, se entregaron en 1935 con la
aportación de las preguntas del foro
[257] .
Estas palabras están
igualmente pensadas para apoyar la posición legal de la Fundación Urantia
contra la publicación de los escritos de Jesús por parte de Harry McMullan.
El comentario "con la aportación de las preguntas del foro" es incorrecto
Tal como leemos en "History One" e "History Two", no hubo preguntas
que dieran lugar a estos escritos, que se materializaron en un solo
manuscrito. En "History Two", publicada en el portal de la Fundación,
se dice claramente: "De toda la revelación urantiana, los escritos de
Jesús significaron la mayor sorpresa"
[258] .
También en "The Golden
Years", en el apartado "Planetary Goverment Rulings -1951-1952"
[259] se omite una importante información, que se opone a la idea
de que se diera una supuesta guía celestial a los fideicomisarios tras
1955. La misma omisión se hace en otro comentario de Carolyn Kendall,
que analizamos en el Capítulo VIII
[260] . Añadamos a lo mencionado en su momento, que resulta deleznable
que esos supuestos mensajes se revisen para apoyar alguna postura.
En las últimas páginas
hemos analizado, a partir del propio material de la Fundación, algunas
de las opiniones de aquellos que creen que la Fundación Urantia es la
propietaria de la quinta revelación de los tiempos. Carolyn y Thomas
Kendall comentan que Bill Sadler recriminaba esa actitud en el citado
memo interior:
A menos que la Fundación
Urantia se conduzca con sensatez creará disensiones entre sí misma y
la Hermandad. No hay espacio para la ingenuidad ni para la exhibición
de sentimientos de propiedad hacia los escritos de Urantia
[261] .
El
fin de la propiedad sobre The Urantia Book
Muchos que los que como yo tienen
la convicción de que los escritos de Urantia pertenecen a la gente,
también creemos que, aunque ignorado por todos los fideicomisarios del
momento, la noble tarea de la Fundación Urantia de conservar el texto
original de los escritos inalterado no se cumplió en 1967. A los responsables
de este error les guiaba con probabilidad el deseo de tener un libro
perfecto, como explicó Carolyn Kendall, pero para alcanzarlo decidieron
pasar por alto la declaración de fideicomiso y corregir el texto original
aplicando un "arreglo rápido". No hay documentación al respecto, ni
notas, ni el voto unánime de los fideicomisarios. Este acto de impaciencia
resultó en 1967 en el incumplimiento de sus deberes y dio pie a una
creciente duda y confusión entre los lectores.
Tras la muerte de Sadler,
durante los setenta, la misión inicial de la Fundación de conservar
el texto inalterado dio paso a la reclamación de la propiedad de los
escritos de Urantia, del estandarte de Miguel y de los términos "Urantia"
y "urantiano", basándose en unos supuestos mandatos secretos que nunca
se llegaron a desvelar del todo. Se corrieron los rumores de que Christy,
el último miembro de la comisión de contacto, estaba recibiendo mensajes
especiales de los medianos. Poco después de la muerte de ésta, su heredero,
Vern Grimsley, también creyó estar en contacto con seres celestiales.
A esto le siguió un período de desorientación y conflictos, que continúan
hoy en día dividiendo a los urantianos.
Muchos de los que creemos que
los escritos de Urantia pertenecen a la gente pensamos que no hay mensajes
secretos o dones especiales que justifiquen el incumplimiento de la
declaración de fideicomiso. Consideramos que la destrucción de un número
sustancial de las planchas en 1967, sin el voto unánime de los fideicomisarios,
fue un error humano y no fue autorizado ni por los reveladores ni por
los medianos. Creemos que el intento de negarlo o encubrirlo ha empeorado
las cosas. Por otro lado, no creemos que el Dr. Sadler, a sus 93 años
de edad, tomara parte ni conociera este hecho. Sin duda las insensatas
acciones de unos pocos han causado un daño incalculable al movimiento
urantiano. La fragmentación del movimiento urantiano proviene, en gran
medida, de la aplicación de unos infundados derechos de propiedad y
comerciales de unos pocos sobre una revelación que es de todos.
Con la victoria legal de Harry
McMullan sobre la Fundación y la pérdida de la propiedad intelectual,
el texto del libro parece haberse afianzado en el dominio público. Sin
embargo, la lucha por dominar el libro parece destinada a continuar,
y el movimiento urantiano continuará dividido siempre que haya facciones
contendiendo por controlar los escritos.
Gente
especialmente "elegida"
Esta temeraria actitud
de propiedad lleva a un segundo punto, igualmente peligroso: creer haber
sido "elegidos", una actitud no sólo de tipo político sino de valores.
Esa actitud afecta a todos los lados de los conflictos que están teniendo
lugar para controlar los escritos y nos lleva de vueltas a mediados
de los sesenta, posiblemente antes. Quizás empezara con mayor ímpetu
cuando los seres celestiales se despidieron con el mencionado mensaje
"Os habéis quedado solos". Seguramente, esta afirmación, que circuló
libremente en el grupo de estudio dominical y en los Setenta, fue una
clara llamada a los urantianos para que asumieran una responsabilidad
personal por la revelación. Si bien, la naturaleza humana no acepta
fácilmente la libertad y la responsabilidad. Es posible también que
el fracaso de previas revelaciones de los tiempos haya dejado su huella
en nuestro planeta, y nos encontremos con personas, no demasiado valerosas,
que esperan que alguien con autoridad les dé permiso:
Y los hombres siempre
tuvieron tendencia a venerar al líder, incluso a expensas de sus enseñanzas;
a reverenciar su personalidad, aunque perdiendo de vista las verdades
que proclamaba. Esto no carece de motivo; existe un deseo instintivo
en el corazón del hombre evolutivo de recibir ayuda del más allá. Este
anhelo tiene el objeto de anticiparse a la aparición en la tierra del
príncipe planetario y más tarde de los hijos materiales. En Urantia
al hombre se le ha privado de estos líderes y gobernantes sobrehumanos
y por consiguiente se trata constantemente de compensar su pérdida rodeando
a sus líderes humanos de leyendas, que tienen un origen sobrenatural,
y de actos milagrosos (p. 1008, pár. 7).
Tenemos que hacernos
las siguientes preguntas: ¿Hay de verdad personas "elegidas" que tengan
algún tipo de relación especial con los escritos? ¿Existe alguna infalible
autoridad humana sobre estos escritos? ¿Tiene este círculo interno de
personas alguna guía celestial que los demás no tengamos? ¿Se comunican
los seres celestiales con nosotros a través de estas privilegiadas personas?
Estas preguntas no sólo están dirigidas a la Fundación Urantia, o a
sus líderes, sino al movimiento en general. Cada uno, de manera individual,
debe intentar contestarlas porque es cierto que hay también otras personas
que con su agresividad e inflexibilidad han ocupado puestos de liderazgo,
apartando de su camino a personas de mayor sensatez y madurez. Clyde
Bedell, Berkeley Elliott y algunos otros experimentados urantianos tenían
una norma que resulta muy útil recordar ahora: Nunca ha habido ni habrá
autoridad humana sobre los escritos de Urantia.
Distorsión
de la revelación divina
Mientras que el consejo
redactor y yo estábamos todavía investigando y completando esta historia,
se publicó otra, Birth of a Divine Revelation de Ernest Moyer [262] , basada en extrañas elucubraciones. Cada persona tiene derecho
a sus propias ideas, pero la historia, como disciplina que es, precisa
de un esfuerzo serio de documentación y no de especulaciones ni arbitrariedades.
Desde este punto de vista, Birth of a Divine Revelation no es
más que una rara obra que presenta teorías curiosas sin ninguna base
veraz. Moyer se basa en Martín Gardner, Harold Sherman y Harry Loose,
mencionados en el Capítulo VII, para arrojar dudas sobre la integridad
y competencia profesional del Dr. Sadler, afirmando que alteró los escritos,
y menospreciar las contribuciones y propias vivencias de Meredith J.
Sprunger [263] .
Cualquier lector experimentado
puede fácilmente descartar las indocumentadas afirmaciones de Moyer,
pero éstas sí pueden confundir a los nuevos lectores que se acerquen
a los escritos, especialmente cuando él mismo confiesa su amor hacia
ellos. Por esto, a pesar de que el laberinto de confusiones y distorsiones
de la verdad de Birth of a Divine Revelation no merecen un análisis
demasiado detallado, sí nos vemos en la necesidad de realizar algunos
comentarios. Por ejemplo, para justificar su idea de que el Dr. Sadler
era la persona de contacto, su autor elige una cita de los escritos,
que distorsiona a voluntad:
Este pasaje naturalmente
lleva a muchos a creer que se refiere al sujeto humano del estudio de
Sadler. Esto se apoya en la afirmación de que: "grados variables de
contacto con [...] ciertos mortales constituidos de forma favorable,
a través de la penetración experta en la mente en la que reside dicho
Modelador." Éste sería el mecanismo de control del trance del sujeto [264] .
La cita se refiere
en realidad a los medianos secundarios y a su habilidad para contactar
con los Modeladores del Pensamiento. Si tomamos el pasaje completo,
eliminando los puntos suspensivos, tenemos un significado completamente
diferente, grados
variables de contacto con los Modeladores del Pensamiento de
ciertos mortales constituidos de forma favorable, a través de la penetración
experta en la mente en la que reside dicho Modelador (p. 1258).
Y vemos cómo distorsiona Moyer el significado de texto,
ya que éste no tiene nada que ver con el "control del trance". Moyer
afirma que los medianos "movieron los brazos" del sujeto dormido y Sadler
colocó un lápiz en sus manos para hacer que se pusiera a escribir en
el trance, pero esto no está documentado ni tiene fundamento alguno.
Por el contrario, hay muchos testimonios que constatan que nunca se
le vio escribir nada ni nunca se le permitió a ningún miembro de la
comisión de contacto observar manifestación material alguna de la presencia
de los medianos.
Moyer indica también que los reveladores abandonaron a los
mortales entre 1934-1935, tras la entrega de los escritos de Jesús,
y dejaron las cosas en manos de los mortales. Para apoyar sus ideas
Moyer distorsiona una vez más las fuentes primarias. A partir de "History
Two", dice que según Sadler los escritos de Urantia se habían "certificado
como completados" en tal período, pero ningún investigador que se precie
de serlo puede tomarse esto con seriedad. Aunque, como se ha indicado,
parece ser que se insertaron algunas palabras de Sadler en dicha historia,
nadie sabe realmente quién la compuso. Además, esta afirmación está
sacada de contexto. No hay anotación alguna en los escritos que diga
que fueron completados o certificados en 1934-35. Por otro lado, como
se ha indicado, Clyde Bedell dijo en 1983:
Los escritos se revisaron hasta el 196. Se leían, se hacían
las preguntas y luego las respuestas se incorporaban al texto con su
consiguiente ampliación, y así sucesivamente
[265] .
Quizás una de las teorías
más peculiares de Moyer resulta de su intento por explicar las aproximadamente
veinte inconsistencias del texto. Afirma que, tras el fallecimiento
de Lena C. Sadler en 1939, Christy tomó el mando y "comunicó" los cambios
del texto que vinieron del "diablo", como él lo llama. Esta teoría,
además de estar infundada y ser ridícula, introduce unas ideas filosóficamente
rechazables para algo que tiene una explicación mucho más simple. Es
razonable pensar, de la misma manera, que ni el Dr. Sadler ni su hijo
Bill habrían permitido o aprobado tales actividades y que, hasta el
mensaje de 1955 de que se "habían quedado solos", la comisión de revelación
estaría vigilando la revelación con atención. Esto corrobora los hechos
documentados y los testimonios de los que estaban allí.
Moyer señala que posee
una percepción espiritual que le permite discernir el material que legítimamente
pertenece a la revelación del que ha sido añadido por el diablo, pero
no deseo abrumar al lector con más detalles de este libro. Voy a dejar
que él hable por sí mismo para que todos puedan juzgar su carácter,
madurez y estabilidad, atendiendo así, al mismo tiempo, las quejas de
muchos urantianos respecto a sus aseveraciones. Veamos, pues, algunos
de sus comentarios en la red, a comienzos de abril de 2000, intentando
justificar sus teorías y demostrando, igualmente, su creencia en que
posee poderes paranormales no otorgados al común de los mortales.
No sólo quiero demostrar que puedo distinguir entre espíritus buenos y
espíritus malos, sino que puedo reconocer su forma de actuar. Sadler
trató la revelación como si estuviese sujeta a sus cambios arbitrarios.
Esto es absolutamente
escandaloso y difamatorio, y no concuerda con el testimonio de todos
los que conocieron a Sadler, y muy especialmente el de Clyde Bedell
y Meredith J. Sprunger, como ya hemos documentado repetidas veces en
nuestra historia. Afortunadamente para Moyer, Bedell ya no puede dar
respuesta a estos comentarios tan maliciosos. Ernest Moyer ha escrito
un libro que se equipara a los esfuerzos de Harold Sherman y Martin
Gardner por desacreditar a William S. Sadler y sus logros, y desmerecer
la integridad de los escritos de Urantia.
Moyer continúa en relación
a su denuncia de Sadler:
Hay que enfrentarse a este tremendo descubrimiento con franqueza y honradez.
Ninguna persona honesta puedo eludirlo. Pero hay más, tenemos que encontrar
una explicación razonable para los motivos que impulsaron a Sadler.
Como se observa, se
atribuye para sí la honestidad, cuando está difamando a Sadler sin ninguna
justificación y elucubrando sobre sus posibles móviles. Pero sigue:
Tenemos ahora un ejemplo concreto de la iniquidad de
Caligastia [o el diablo]. He descrito hasta ahora cómo opera, con detalles
específicos. Si [Sadler] creyó que los cambios procedían de una autoridad
celestial, como él mismo afirma con tanta energía, no nos queda sino
una alternativa, que él estaba sujeto a las maquinaciones de Caligastia.
Y lo hizo así porque no comprendía los métodos usados por los espíritus
para operar, aunque escribiera algunos libros sobre ese tema.
Vemos, por un lado, su continuada creencia en sus propios poderes espirituales
únicos y, por otro, cómo sus comentarios son una patente distorsión.
Moyer no documenta dónde afirma Sadler tal cosa porque no hay constancia
alguna de ello. Además, uno de los miembros del consejo editor de este
libro, André Radatus, me indicó que Sadler no publicó ningún libro sobre
los métodos de actuación de los espíritus. Igualmente, su seguridad
en que es capaz de comprender dichos métodos, no tiene base alguna y
parece obedecer a una forma de darse a sí mismo una indebida prestancia:
Nos hemos quedado con
la preocupación de la corrupción de toda la revelación. Tenemos que
tener la agudeza de un águila para no caer en la trampa de aceptarla
de forma despreocupada. Esto nos hace sentir un gran peso sobre nosotros
porque ahora no podemos tomar la revelación a la ligera ni hacer uso
de ella hasta que no nos hayamos asegurado de que tiene validez y se
adhiere a la verdad.
Con este pasaje, también
parece decir que, por sus increíbles poderes, él es el que debe filtrar
a la revelación de unas supuestas malas influencias y servírsela a los
demás.
Debe quedar claro que no había
forma de que el Dr. Sadler autorizara los cambios en el texto tras moldearse
las planchas. El texto, una vez que se habían hecho y leído las pruebas,
quedó fijado con las planchas, y exceptuando el momento de realizar
a partir de ellas la impresión de 1955, éstas se guardaron en las cámaras
de seguridad de R. R. Donnelly & Sons en Crawfordsville, Indiana.
Creo que ya hemos analizado en profundidad la no implicación de Sadler
en los cambios que se hicieron en la segunda edición.
Aunque no hay urantiano verdaderamente
informado que tome el libro de Moyer con seriedad, sí podemos decir
que algunas de las aseveraciones de Moyer coinciden con las de un segmento
del movimiento urantiano con creencias en fenómenos paranormales. He
conocido a personas dentro de ese ámbito que creen "saber" cosas no
disponibles al resto de las personas. Moyer nos dice en la contraportada
de su libro lo siguiente:
A través de una serie
de sucesos extraordinarios el autor se ha dado cuenta de que seres celestiales
están hoy visitando nuestro planeta.
Este tipo de afirmaciones
engañosas son características de personas con este tipo de creencias.
En Sedona, Arizona, hay otra
persona "elegida", que también se atribuye una condición y un conocimiento
únicos negados a los ordinarios mortales, que está escribiendo una continuación
de los escritos de Urantia. Esta persona, como el autor de Birth
of a Divine Revelation, asegura que ama los escritos de Urantia
e igualmente asegura que Sadler alteró los escritos. Estamos de nuevo
ante un infundado ataque a la integridad del Dr. Sadler, idéntico al
realizado por Harold Sherman y Martin Gardner. Naturalmente, como Moyer,
esta persona cree tener poderes para corregir los supuestos errores
cometidos por Sadler al modificar los escritos, y trata de ser un intermediario
entre el lector y la revelación, justificando además sus acciones.
Sectarismo
y comunicaciones paranormales
Pero, ¿es inofensivo
este sentimiento de condición especial que se atribuyen algunos ante
la revelación? ¿Son beneficiosas y entretenidas las "comunicaciones"
con seres espirituales? Con fecha del 10 de noviembre de 1983, justo
antes de la alarma producida por Vern Grimsley, Thomas C. Burns [266] escribió una carta a John Hales, presidente
entonces de la Hermandad Urantia, que resulta interesante e instructiva
respecto a las actividades de tipo paranormal:
En mi opinión, si las
afirmaciones de Vern no son verdaderas, la credibilidad que les han
otorgado las personas, consideradas como portavoces del movimiento para
diseminar las enseñanzas de The Urantia Book, haría retroceder
al movimiento al menos un cuarto de siglo
[267] .
Burns cita extensamente
a Sadler en relación a aquellos que se creen con poderes paranormales
y describe con claridad los peligros de este tipo de prácticas:
Existen [...] suficientes
razones para evitar un respaldo, activo o pasivo, como el que se le
ha otorgado de parte de dirigentes de organizaciones urantianas. La
posible dinámica psicosocial ya descrita, o más exactamente, el no poder
anularla, es una de las razones para la cautela. Otra es el hecho de
que el método de aparición de la supuestamente nueva revelación es bastante
diferente del de The Urantia Book y parece completamente antitético
a las enseñanzas de los escritos de Urantia.
Claramente, los directores
de la revelación de Urantia hicieron todo lo posible para evitar que
se identificaran los contactos humanos y no se elevasen, o tentasen
ellos mismos de elevarse a sí mismos, a la condición de sacerdote, gurú,
autoridad o líder. Otros se ocuparon rápidamente de infundir equilibrio
a un foro. Se hicieron votos de silencio, que fueron en su mayoría cumplidos.
En The Urantia Book
se nos advierte clara y reiteradamente de los peligros del sacerdocio,
o el de mirar a alguien que nos conecte con nuestras propias verdades
personales. Sus autores señalaron, de forma inequívoca, los peligros
inherentes en el hecho de que una persona recibiera una revelación y
luego ésta la entregara a otras personas, estableciéndose así una inimaginable
dependencia. Los escritos nos advierten, sin lugar a dudas, que no califiquemos
de contactos espirituales los sucesos psicológicos.
Aunque probablemente
de manera informal, la Familia de Dios ha establecido sin duda una sutil
y eficaz pantalla para la selección de miembros de su misma orientación,
al igual que una (quizás inconsciente) jerarquía. Cuando se añade esto
al hecho de que el carismático líder de este grupo, de elegidos seguidores
leales, está ahora recibiendo mensajes de seres superiores, y de que
éstos dependen del líder para estas verdades, se presentan todos los
elementos activos de una secta. Estos sistemas sociales se centran en
la reacción favorable hacia el líder y lo protegen de cualquier reacción
desfavorable de tipo correctivo, permitiendo que el sistema siga su
curso [...], creando un sistema que resuena, que se intensifica y que
se refuerza a sí mismo. Es probable que se produzca en tal situación
un fenómeno vivencial irresistible e ilusorio.
[...] La revelación
de los escritos de Urantia, tal como yo la entiendo [.] terminó. El
contacto se rompió. Fue el final de la revelación llamada The Urantia
Book, y de una organización que se formó para apoyar su diseminación.
Si se está ahora produciendo una nueva revelación, ¿no debería tener
sus propias organizaciones? ¿Por qué se tienen que implicar los cuidadores
de la revelación Urantia?
Este clarificador análisis debe aplicarse para entender
lo sucedido cuando Sadler empezó a deteriorarse por su edad y Christy
se convirtió en el líder de facto de la revelación. También debe aplicarse
a la política de la Fundación Uantia y tenerse en cuenta en todas las
organizaciones urantianas. Durante el punto álgido de la crisis de Grimsley,
Jim Mills escribió a Martin Myers lo siguiente:
Los líderes a los que
me refiero son [...] los que están diciendo a las llamadas personas
elegidas [...] que deben hacer todo tipo de cosas ridículas tales como
comprar armas, amontonar provisiones, transferir archivos a lugares
seguros y, en general, actuar como si estuviesen afectados de una histeria
grave [...] en una palabra, necesitan un diagnóstico más que una responsabilidad
[...] Recomiendo enérgicamente que se les acuse de haber adoptado una
conducta impropia de sus cargos [...] En este momento no hay lugar para
estas personas en el movimiento urantiano y creo que deberían dimitir
de inmediato. Han demostrado que son completamente incompetentes e incapaces
de desarrollar puestos de responsabilidad [268] .
Mensajes
paranormales, ¿engaño o revelación?
Pero tenemos que hacernos algunas
otras preguntas. ¿Son esos mensajes supuestamente de procedencia paranormal
parte de la quinta revelación de los tiempos?, ¿son una nueva revelación?
o ¿son un engaño? Muchos creen que el círculo interno de la Fundación
Urantia, un círculo interno ya en sí misma, nació ya bajo ese mismo
fantasmagórico sectarismo propio de las comunicaciones paranormales:
condición especial y acceso privilegiado a la información celestial.
En primer lugar, los supuestos mensajes de Christy dieron pie a la creación
de un grupo interno que creía que efectivamente tenía una especial conexión
con los medianos. Tras ella, Grimsley, aduciendo haber heredado los
mismos poderes espirituales de Christy, intentó apoderarse de la revelación.
Y, posteriormente, la Fundación Urantia, atribuyéndose sutilmente un
conocimiento especial de naturaleza no desvelada, justifica las modificaciones
del texto original:
"Tenemos razones para creer que ninguno de los cambios se hicieron sin
el consentimiento de los reveladores".
La
prueba del verdadero profesor
¿Cómo podemos saber
que nuestros futuros maestros y líderes son dignos de nuestra confianza?
Emmett Fox tenía las ideas claras cuando, en 1933, sugirió la siguiente
prueba para determinar si alguien es o no es un verdadero maestro. [Las
palabras en cursiva son del original].
Si nos centramos en
su personalidad, si se atribuye cosas especiales, si dice que
ha recibido privilegios especiales no accesibles al resto de
la raza humana, si intenta en su propio nombre o en el de alguna organización
establecer, bajo cualquier pretensión, un monopolio de la verdad
sobre Dios, entonces, a pesar de lo impresionante de sus méritos, por
muy agradable que sea su personalidad, es un falso maestro y es mejor
que no tengáis nada que ver con él.
Si por el contrario
os dice que busquéis a Dios lejos de él mismo, en vuestro
corazón, y que uséis libros, lecciones e iglesias sólo como un medio
para alcanzar ese fin, entonces, no importa lo humilde que pueda parecer,
no importan las carencias que puedan parecer tener sus manifestaciones
porque éste sí es un verdadero maestro, y te está dando el Pan de Vida.
Una próxima
era de responsabilidad personal
Como muchos urantianos,
al comienzo de mi educación religiosa, sentí la opresión de actitudes
autoritarias que me hicieron alejarme de la religión. Posteriormente
me sentí atraído hacia los escritos de Urantia porque me hizo no depender
de ninguna autoridad humana en mi búsqueda de conocimiento espiritual.
Como urantiano, comencé a creer que una parte esencial del mensaje de
Jesús consiste en la seguridad de que no estamos sometidos a este tipo
de autoridad y que somos responsables sólo ante una parte de Dios, ante
ese Modelador del Pensamiento que habita en nosotros. Por primera vez
en la historia, la propiedad de una revelación de los tiempos no se
ha dado a un círculo reducido de gente especial ni a sacerdotes, sino
a la gente misma. Sólo necesitamos seguir nuestra guía interior y pedir
nuestra revelación.
Tenemos una difícil
y a la vez formidable tarea ante nosotros, pero cuando queramos evangelizar
podemos animarnos con el éxito que finalmente tuvieron los misioneros
de Salem instruidos por Melquizedec, que salieron hace cuatro mil años
para preparar la efusión de Jesús al mundo. Esto nos dicen los escritos:
El último intento del
cada vez más reducido grupo de creyentes de Salem lo realizó un grupo
sincero de predicadores, los cínicos, que exhortaron a los romanos a
abandonar sus ritos religiosos, salvajes y sin sentido [...] Pero el
pueblo en general rechazó a los cínicos y prefirieron sumergirse en
los ritos de los misterios, que no sólo ofrecían esperanzas de salvación
personal sino que también gratificaban el deseo de diversión, entusiasmo
y entretenimiento (p. 1081, pár. 3).
Sin embargo, la labor
de estos fieles de Salem no fue en vano:
[...] aunque no crearon religiones
que apareciesen de inmediato, si pusieron los cimientos sobre los
que los posteriores maestros de la verdad edificarían las religiones
de Urantia (p. 1009, pár. 4).
El estado actual de la revelación
Desde que se publicó A History of the Urantia Papers
en el 2000, han sucedido algunos acontecimientos en relación a los escritos
que debemos comentar en esta traducción al español. El más importante
de ellos es el éxito obtenido el 20 de junio de 2001 por la Michael
Foundation de Harry McMullan, en el contencioso que le había presentado
la Fundación, al fallar el Tribunal Federal de la Ciudad de Ocklahoma
a favor de la liberación de los derechos de reproducción de los escritos:
la revelación estaba en dominio público. La Fundación enseguida interpuso
un recurso de apelación en contra de la sentencia, pero el 11 de marzo
de 2003, el Tribunal Federal de Apelación confirmó la decisión del jurado
que declaraba que el derecho de reproducción de la edición inglesa de
The Urantia Book había estado en dominio público incluso desde
1983. Con excepción de la edición realizada por Pathways en 1995, no
ha habido ninguna otra editorial que haya publicado el texto original
de 1955 sin alteraciones. No obstante los cambios realizados en el texto
desde 1955 son suficientemente conocidos y existen versiones electrónicas
del texto original fácilmente asequibles a los lectores
[269] . El 13 de agosto de 2001, el General Council of the Urantia
Fellowship votó a favor de la publicación del libro, pero el conflicto
entre la Fellowship y la Fundación continúa hasta el día de hoy.
El fenómeno de las comunicaciones paranormales
ha crecido y ha penetrado en el movimiento urantiano. Hay personas "especiales"
que dicen tener poderes extraordinarios y que son capaces de comunicarse
con seres celestiales. Algunos incluso proclaman que representan el
gobierno celestial. Por ejemplo, un lector llamado Rob Crickett alega
que se ha reunido con Miguel, nuestro Hijo Creador, y Machiventa Melquizedek
en la cima del monte Hermont, y afirma que ha sido testigo de la transferencia
del título del Príncipe Planetario a Machiventa. Crickett dice, además,
que Miguel le ha dado instrucciones para buscar a 300 personas que den
40 dólares al mes para financiar su ministerio. Pero este caso no es
único; hay otros que también han surgido reivindicando unos poderes
y un reconocimiento similares.
El 15 de octubre de 2001, la Fundación Urantia,
con la intención de explotar comercialmente sus marcas registradas,
"The Urantia Book" y los tres círculos concéntricos, realizó una nueva
solicitud para el uso de éstas en bolsos, tazas de café y jarras, bolígrafos
y lápices y artículos de vestir como gorras, sombreros y camisetas.
Por último, en el número
de otoño e invierno del 2001 de The Spiritual Fellowship Journal,
el Dr. Meredith Sprunger anunció el establecimiento de otra organización
urantiana: The Spiritual Fellowship (la Fraternidad Espiritual), que
definió como la primera organización espiritual dedicada a las enseñanzas
de los escritos de Urantia. En estos momentos, dicha organización está
todavía en proceso de formación.
Una nota personal
En mi opinión, la era
de la superstición, de los gurús y de los autoridades espirituales especiales
está tocando a su fin. La era del Modelador del Pensamiento y de la
responsabilidad personal se aproximan. En este respecto, creo que todos
nosotros, como urantianos ordinarios que tanto hemos dado, hemos sido
ungidos para llevar, a aquéllos que sufren la pobreza espiritual, la
buena nueva de la emancipación de toda autoridad y de su confianza en
sí mismos para buscar su propia revelación. Para nosotros, los urantianos,
los escritos representan la luz que guía nuestra revelación. Este relato,
surgido de lo mejor de dedicados urantianos, es la historia de esos
escritos. Esperemos que el deseo que nos ha movido a desarrollar una
historia digna de confianza pueda estimular estudios futuros, estudios
que sean sinceros y que estén bien documentados. Como nos dijo el Maestro,
"No puede haber paz entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la
muerte, entre la verdad y el error" (p. 1905). La investigación
y el debate, cuando se conducen con honradez, nos llevarán a nuevos
grados de percepción del significado y de la misión de los escritos
de Urantia.
Tengo la esperanza
de que esta historia ayudará también a los jóvenes a comprender lo que
sucedió en mi generación de urantianos ya viejos, y quizás algo cansados.
Empezamos nuestro viaje, todos nosotros, con la gran esperanza de la
unidad espiritual de nuestro movimiento. Teníamos grandes planes de
evangelización, de estudios, de guías, pero comenzamos a sentir miedo
de la desaprobación de unas autoridades, de sus pleitos, y una gran
revelación no puede conducirse por personas que tienen miedo. Clyde
Bedel urgía a los urantianos que dejaran atrás sus miedos y actuaran.
También J.J. Johnson, tras haber sufrido la demanda de la Fundación
Urantia, decía:
No hay ser humano ni
grupo de seres humanos ni organización ni institución ni fundación ni
entidad temporal de cualquier clase que tenga autoridad sobre la verdad
revelada en los escritos de Urantia. La autoridad de The Urantia
Book proviene de los frutos de su aceptación en el corazón de aquellas
personas que reconocen sus verdades basadas en la guía interior de la
Parte divina que habita en nosotros y en la del Espíritu de la Verdad.
Sin embargo, Johnson
es una excepción. Mi generación no ha sabido actuar, sino que nos hemos
perdido en diálogos "sobre" el significado y la misión de los escritos
de Urantia. Los jóvenes urantianos nos miran con curiosidad, y, entretanto,
nosotros jugamos a la revelación, debatiendo con acritud de forma interminable
lo que debemos o no debemos hacer. Se acerca el momento de dar paso
a una nueva generación de urantianos, a una generación que se dedique
al significado y a la misión "de" los escritos de Urantia. Una misión
común, no una organización, que los una espiritualmente. Como dice Jesús
en los escritos:
[...] y así todos los
hijos de la luz serán uno y se atraerán los unos a los otros. Y de esta
misma manera mi Padre y yo podremos vivir en el alma de cada uno de
vosotros y también en el corazón de todos los demás hombres que nos
aman y realizan vivencialmente ese amor amándose los unos a los otros,
tal como yo ahora os amo a vosotros (p.1949. pár. 1).
Para consuelo de los
creyentes urantianos, se nos dice en las páginas finales de los escritos
que el evangelio de Jesús prevalecerá algún día. Se nos asegura que
la humanidad vibrará ante una de sus "más asombrosas y emocionantes
épocas de reajuste social, de estimulación moral y de lucidez espiritual."
Nos conforta la idea que algún día aparecerán nuevos líderes que darán
bríos renovados a los urantianos y sorprenderán al mundo con su sorprendente
dedicación tanto a la revelación como a los demás. Antes de terminar
su misión en nuestro planeta, Jesús advirtió a sus colaboradores que
solemnemente huyeran "de toda forma de orgullo espiritual" y dijo entonces:
Habéis iniciado esta
gran tarea de enseñar al hombre mortal que él es hijo de Dios. Os he
mostrado el camino; salid y cumplid con vuestra obligación y no os canséis
de hacer el bien. A vosotros y a todos los que sigan vuestras huellas
a través de las eras, os digo: Yo siempre estoy cerca, y mi llamada
es y por siempre será, "Venid a mí todos los que laboráis y tenéis una
pesada carga, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros
y aprended de mí, que soy fiel y leal, y hallaréis descanso espiritual
para vuestras almas".
Comprobaron la verdad
de las palabras del Maestro cuando pusieron a prueba sus promesas. Y
desde ese día, incontables millares también han probado y comprobado
la veracidad de esas promesas (p. 1808, pár. 1-2).
Una nota personal para nuestros hermanos y hermanas
hablantes de español
Las conclusiones que
hicimos en el 2000 en el epílogo de la edición inglesa de esta historia
permanecen todavía vigentes. No se ha puesto en tela de juicio con éxito
ningún importante aspecto material de los escritos. No hubo ninguna
intrusión humana en la edición de 1955 que conllevara cambio alguno
en el texto original. La publicación de The Sherman Diaries (2002-2004)
ha proporcionado nuevos datos sobre el foro que nos han hecho reescribir
el apartado "La tempestad ocasionada por Sherman", pero hay que recalcar
que estos diarios no ofrecen pruebas de que el Dr. Sadler alterara el
texto de los escritos. Además, también se ponen en entredicho los datos
científicos y los históricos del libro, pero son los lectores los que
han de juzgar por sí mismos estas cuestiones.
¿Qué conclusiones ha
de sacar el lector de lengua española de los escritos de Urantia? Francamente,
la mismas que los lectores de lengua inglesa y que podrían ser respuestas
a estas preguntas: ¿Qué organización sirve realmente a la revelación?,
¿debemos rechazarlas todas? Y, ¿por qué no se le ha prestado en Estados
Unidos más atención a los escritos?, ¿es posible que sea el mundo hispano
el que porte en el futuro la antorcha de la revelación? Como respuesta
a estas cuestiones, creo que tras cuarenta años de estudio de los escritos
y de trabajo con organizaciones urantianas de todo tipo, mi propia perspectiva
podrá ser de utilidad.
Al parecer cada organización
tiene su propio atractivo particular para algunos lectores, pero, en
mi opinión, hay una verdadera hermandad invisible que transciende
todas estas divisiones y controversias. Si clasificamos a los buscadores
de la verdad de forma horizontal, tendremos a los seguidores de la Fundación,
a los de la Fellowship, al lado de éstos, y así sucesivamente: la situación
es de desesperanza. Sin embargo, si realizamos una clasificación vertical,
en función de la madurez de juicio y de la dedicación a los valores
espirituales, nos encontramos con un cuadro muy diferente. Esta claro
que nuestros líderes actuales no ocuparían más los niveles superiores,
sino que lo harían otras muchas personas, hoy desconocidas; personas
de elevadas mentes cuya misión es la ser servidores de la revelación,
aunque hayan o no oído hablar de ella. Mas, ¿cómo los reconoceremos?
Jesús nos facilitó la prueba perfecta: "por sus frutos los conoceréis".
Esto es, si dicen que son un manzano, les tendremos que pedir que nos
muestren sus manzanas.
Irónicamente, parece
que los reveladores consiguieron su objetivo: la validez de la revelación
debe basarse en el contenido y no en un supuesto origen milagroso, o
en una autoridad u organización humana. La misma revelación niega su
propia infabilidad (p. 1008). Y resulta lógico pensar que se nos la
ha dado para que hagamos algo con ella (pp. 2017-2018). ¿Qué podemos
hacer? ¿Cómo podremos llevar la verdad de la revelación a las gentes
del mundo?
Los escritos nos dicen
que la única manera de vivir la verdad es viviéndola. Jesús la vivió.
Y resulta evidente que estamos llamados a revelar la revelación a medida
que vivimos nuestras vidas. Es una llamada que se nos hace a todos y
no a un grupo reducido. Y eso es lo que son en esencia los escritos
de Urantia: una llamada a los mortales evolutivos para que para que
sigamos al Maestro y vivamos la verdad, una tarea todavía a medias.
Comenzó hace 400.000 millones de años, cuando la materia prima y los
bóvedas muertas del espacio comenzaron a bullir cada vez más rápidamente
en un todopoderoso acto creativo, y continuó hace dos mil años con nuestro
Hijo Creador, el mismo que creó nuestro universo, caminando por los
polvorientos caminos de Israel, hasta llegar a nuestras manos para completarla.
Realmente, lo que reivindicamos
que "creemos" tiene poca importancia. Hace tiempo la gente creía que
el mundo era plano. Si la nueva revelación de la religión de Jesús es
para nosotros simplemente un conjunto de proposiciones que hay que creer,
entonces, no cuesta tanto entrar en el Reino; si Jesús de Nazaret es
el hombre más grande que nunca vivió en nuestro planeta, entonces, encontramos
paz y consuelo, pero no urgencia en vivir su verdad. Pero debemos recordar
las palabras de C.S. Lewis: "Si buscáis paz, no encontraréis ni la paz
ni la verdad. Si buscáis la verdad encontraréis paz y verdad."
Si nos atreviésemos
a creer de verdad que un ser preexistente vino del Paraíso y creó el
universo local, y bajo la forma de un hombre ordinario llegó a un planeta
evolutivo peligroso, conflictivo, y llevó la cruz de la existencia humana
durante casi 35 años y que su tarea de iluminar las mentes evolutivas
está todavía inconclusa, y que se la confió a los seres humanos para
que la terminaran, entonces, la religión de Jesús no resulta fácil.
Si es verdad que Dios
tiene necesidad de nosotros y que Jesús vive todavía, entonces, hemos
de volver nuestra mirada hacia sus amorosos y fervientes ojos. ¿Estamos
evitándole cuando, como Nalda en el pozo, señalamos a todos lados excepto
a nuestro propio corazón. Si nuestra mirada se fija en unas colinas
distantes mientras hablamos de este o aquel concepto de los escritos
o de la distribución de libros o del punto de misión para llevar las
enseñanzas o de quién es el dueño de El libro de Urantia o de
lo que creemos, ¿no nos estamos alejando del centro de la cuestión?
Si no evitamos los inquisitivos ojos del Maestro, la cuestión que nos
plantearemos con mayor y mayor urgencia es si tomaremos nuestra propia
cruz y le seguiremos.
El Maestro nos pide
incesantemente que miremos de nuevo en nuestros corazones, y nos dice
que el hombre o la mujer que le siga debe olvidarse de sí mismo y asumir
sus responsabilidades diarias, y efectivamente seguirle. Y si lo hacemos
así, la nueva y siempreviva religión de Jesús tal como se nos revela
en los escritos no es tan fácil. No es de extrañar que los escrito así
lo manifiesten:
[...] Los hombres
y las mujeres modernos y de inteligencia rehuyen la religión de Jesús
temiendo lo que ésta les hará a ellos y con ellos. Y
todos estos temores tienen un buen fundamento. Es cierto que la religión
de Jesús domina y transforma a sus creyentes, y les exige que dediquen
su vida a conocer la voluntad del Padre que está en el cielo, y que
consagren sus energías de vida al servicio desinteresado de la hermandad
de los hombres.
Pero los hombres
y las mujeres egoístas sencillamente no desean pagar este precio,
ni siquiera si a cambio obtienen el tesoro espiritual más grande que
jamás se le haya ofrecido al hombre mortal. Solamente cuando el hombre
se haya desilusionado lo suficiente de las penosas decepciones que
acompañan la búsqueda insensata y engañosa del egoísmo, y haya descubierto
después la esterilidad de la religión formalizada, estará dispuesto
a volverse de todo corazón hacia el evangelio del reino, hacia la
religión de Jesús de Nazaret. (The Urantia Book, p. 2083)