El Libro de Urantia
TEXTO COMPLETO

Un estudio del
universo maestro

ESTUDIO AVANZADO



Escrito por Larry Mullins con la colaboración del Rev. Dr. Meredith Sprunger;
traducción y adaptation del Rev. Dr. Ángel F. Sanchez-Escobar





 

 
CAPÍTULO VII

"No se esperaba que no tuviese errores."

            Para 1941, Francia había sucumbido y Hitler era virtualmente el dueño de Europa. Entre los norteamericanos existía una gran preocupación porque Estados Unidos entrara en el conflicto para rescatar a Inglaterra. Entretanto, en Chicago, en el 533 de Diversey, se temía que la guerra pudiera retrasar la publicación de los escritos de Urantia. En esta atmósfera, en julio de 1941, Harold Sherman y su esposa, en lo que llegaría a ser un fatídico encuentro, fueron a Chicago a entrevistarse con el Dr. Sadler.

La tempestad provocada por Sherman

            En 1942 se produjo en el foro una especie de rebelión, conocida por lo general como la "tempestad provocada por Sherman", que afectó a su convivencia y causó unas divisiones en el movimiento urantiano que todavía persisten.

            Para comprender el efecto perturbador que tuvo Sherman sobre el foro, es necesario, por un lado, examinar los planes existentes de formar organizaciones que se encargarsen de la protección y diseminación de los escritos de Urantia. Sabemos que estos planes se formularon ya a comienzo de los treinta por una enérgica carta que Clyde Bedell envió a Wilfred C. Kellogg, en la que cuestionaba la idea de una junta de autoproclamados fideicomisarios ocupando un puesto de por vida [120] . Efectivamente, para 1941, cuando parecía que se acercaba el momento de la publicación, la comisión de contacto consultó con algunos abogados la forma de constituir una entidad que asumiera la protección de los escritos. El foro conocía esta actividad, pero ni se le consultó ni se le proporcionó información sobre su naturaleza. Fue en este entorno que Harold Sherman y su esposa se unieron al foro.

            Por otro lado, debemos acercarnos a tres publicaciones: "How to Know What to Believe (1976) [121] de Sherman, que narra los sucesos acaecidos 34 años antes en relación a los escritos de Urantia; "A Response to a Thinly Disguised Attack on the Urantia Papers" (1976) [122] , de Clyde Bedell, que con similar vehemencia a la de Sherman, refuta sus palabras; y The Sherman Diaries (2002-2004) [123] , de Saskia Praamsma y Matthew Block, que presentan una nueva perspectiva de lo sucedido en el foro en 1942.

            Tanto los diarios de Sherman como el artículo de Clyde Bedell coinciden razonablemente en lo que allí sucedió y que condujo a la mencionada crisis. Muy poco después de la incorporación de los Sherman al foro el 31 de mayo de 1942, se les dijo a los miembros de éste que el período de revelación había acabado y que no se aceptarían más preguntas. El texto había sido "congelado". También se le dijo a la comisión de contacto que prepararan los escritos para su publicación. A partir  de este momento, el foro se convirtió en un tipo de glorificado grupo de estudio [124] . Posteriormente, se excluyó al foro de toda participación en el proyecto de la formación de las citadas organizaciones, algo que provocaría grandes disensiones.  Hay que recordar que, además de la labor realizada durante muchos años, el foro había contribuido monetariamente a la impresión (a la composición del texto y a la confección de las planchas).

¿Quién era Harold Sherman?

            Harold Sherman era un buen escritor con inclinaciones poéticas y artísticas. Su esposa, Martha, le profesaba una gran devoción. A Harold le atraía lo oculto y los fenómenos paranormales.  En 1921, a la edad de 24 años, conoció al policía y detective Harry Loose, un hombre carismático, que se encontraba en Marion, Indiana dando una conferencia en delincuencia y criminología. El joven Harold, reportero en aquel momento, había ido a entrevistarle. Pero aquel encuentro iba a tener consecuencias importantes para él al quedar convencido de que Loose poseía grandes poderes paranormales. Sin embargo, con la excepción de una sola carta de Loose un mes más tarde del encuentro, en agosto de 1921, perdieron todo contacto.

            No sería hasta 1941, que Sherman, buscó y localizó de nuevo a Loose, comenzando una intensa correspondencia entre ambos, en la que le habló de los escritos de Urantia. Loose le indicó que cuando éstos se publicaran el mundo cambiaría su forma de pensar. Al parecer, Loose había sido paciente del Dr. Sadler y había intervenido en el foro. Además, como se demuestra por sus cartas, estaba convencido de que Harold estaba destinado a jugar un importante papel en la propagación de los escritos, y acabaría por escribir él mismo un gran libro que tendría un alcance paralelo de los mismos escritos. Loose tenía una gran habilidad para adular y persuadir a Sherman de que era un hijo del destino. Este libro, le decía reiterativamente, le daría fama y le haría ganar un puesto en la historia:

            ¡Oh, qué libro vas a escribir¡. "Este es el piso en el que vivió..." Recuerda que tu libro se hará tan necesario como el libro de Urantia y servirá para corroborarlo. Ambos irán juntos. Y en el difuso futuro, durante generaciones, tus descendientes recibirán los derechos de autor de su continuada venta. (The Sherman Diaries, vol. 2, p. 64).            

            Loose también le aseguraba que era un ser único, perteneciente a un grupo llamado "híbridos". Creía igualmente que ambos se habían reencarnado varias veces en nuestro planeta, algo contrario a las enseñanzas de los escritos, que Sherman aún desconocía.

            Según se narra en el volumen primero de los diarios, con el tiempo, Harold Sherman y su esposa Martha viajarían a Chicago a conocer al Dr. Sadler y a aprender más de la revelación. El doctor les aceptaría, por lo que se trasladaron a Chicago en mayo de 1942. Cuando acudieron a 533 Diversey, a los Sherman les animaba el deseo sincero de profundizar en la revelación y de servirla. El volumen dos nos proporciona una información sorprendente que contrasta con el citado libro de Sherman, How to Know What to Believe, pues observamos cómo alaba los escritos:

            Esta es una revelación verdadera, auténtica y científicamente posible de todos los misterios del universo que han desconcertado al hombre desde que comenzó su evolución en este planeta. Cada línea de esta inmensa cantidad de material resulta imponente (p. 23).

            Y esto a pesar del hecho de que, según Loose, el tema de los híbridos se había eliminado:  "La historia de los híbridos ha sido evidentemente suprimida de las mentes y de los escritos. No sé la razón, pero estoy seguro de que existe algún propósito" (p. 47).

            En relación a Sadler, Sherman dice que "es una de las personas más encantadoras que hemos conocido y estoy seguro de que tiene buenas intenciones" (p. 43). Y sin afectarle algunas críticas de Loose, Sherman se deja llevar por su amor y entusiasmo por los escritos hasta el punto de que tras leerlos por completo, dice: "Acepto de todo corazón y sin reservas el libro de Urantia y la revelación que contiene" (p. 73). De Jesús, dice: "por  primera vez comprendemos completamente la aparición de Jesús en la tierra -la razón de su venida y lo que ésta significa para nosotros en relación a nuestro destino desde lo que llamamos muerte hasta indescriptibles glorias" (p. 23). Incluso tras su confrontación con Sadler en el foro, en septiembre de 1942, y su gran decepción, Harold mantiene su fe en los escritos, como le escribe a Sir Hurbert Wilkins en octubre de ese mismo año: "nada de lo que ha sucedido puede desacreditar esta maravillosa revelación." 

Relatos contradictorios de Sherman

            Pero sus palabras en los diarios contrastan con la versión de los hechos presentada en How to Know What to Believe, en el que se explican los inmediatos recelos que él y Martha tuvieron respecto a los escritos, por un lado, porque no podían aceptar el concepto del Modelador del Pensamiento y, por otro, por su creencia en que los escritos de Jesús se habían añadido tras haberse declarado el libro terminado en 1934, según ellos, confirmado por el hecho de que en las primeras tres partes de El libro de Urantia no se menciona a Jesús (pp. 71-72). 

            Se debe recordar que Clyde Bedell y prácticamente todos los miembros del foro estaban de acuerdo en que la revelación continuó durante los años treinta no declarándose terminada hasta el 31 de mayo de 1942. Además, Jesús se menciona innumerables veces. Las citas comienzan en la página 30, donde hay dos, y, por ejemplo, hasta la página 100 hay 18 citas más. [125] También dice Sherman que hay 92 escritos cuando en realidad son 196. Puede ser que en 1976, a los 78 años de edad, su memoria flaquease un poco.

            No obstante, hay discrepancias más serias entre los diarios y How to Know What to Believe. En este libro cuenta que su acercamiento a los escritos de Urantia se debió a que era investigador y defensor de fenómenos paranormales tales como la proyección astral, la comunicación con los muertos, la numerología, la astrología o la  reencarnación, y que le había perturbado especialmente el hecho de que los escritos refutaran tales fenómenos  --sabemos que los califican de "sórdidos"--.

            En este libro también menciona una carta remitida al Dr. Sadler acusándole de ocultar la verdad y de distorsionar los escritos por sus prejuicios contra de tales fenómenos. En la misma le advierte con acritud de que, como "custodio de confianza" de los escritos, se le iba a culpar en los siglos venideros por su alteración del texto [126] . Pero cuando la única respuesta de Sadler que obtuvo de esta carta fue un airado berrinche, Sherman comenta que se unió a Clyde Bedell y a otros miembros de empuje del foro para desafiar el dominio que tenía Sadler sobre el foro enviándole una petición.

            El relato de How to Know What to Believe respecto a ciertos acontecimientos acaecidos en el foro está alejado del que se realiza en el volumen 2 de los diarios. En estos se expone que, efectivamente, Sherman mandó tres cartas, la primera relativa a los fenómenos paranormales en la que se dirige al doctor no con acritud sino de forma respetuosa, acabando con un cordial: "Le hago estas preguntas y comentarios con total respeto y humildad" (p. 33-36). Las otras dos cartas, escritas antes del levantamiento contra Sadler, en las que se cuestiona la estructura de las organizaciones que se estaban creando y los planes para la publicidad y distribución del libro de Urantia (pp. 72-86 y 91-96), son también de tono afable, casi adulador. Además, Sadler contestó en persona a cada una de estas dos cartas, sucediéndose una cortés y detallada discusión entre ambos sobre los mencionados planes de organización y publicación. Si bien Sadler estaba receptivo en cuanto a las sugerencias respecto a la publicación del libro, no lo estaba en cuanto a la cuestión organizativa, sin esto querer decir que surgiese animosidad entre los dos. A pesar de ello, Loose, en una de sus cartas, sugiere a Sherman que debía enfrentarse a Sadler más directamente, terminando ésta con un indicativo: "Sí, cometerás errores. Todos los profetas y videntes, todas las personas santas, sin excepción, desde el principio hasta ahora, los han cometido. Tú no eres ninguna excepción, y yo, por supuesto, tampoco he sido ninguna excepción (p. 115).

            A mediados de agosto de 1942, Sadler, Christy y los Sherman hicieron juntos un viaje en coche a Marion, Ohio, y, en el camino, Sherman sacó a colación el asunto de los planes de organización, siendo respaldado por Christy, y aunque Sadler siguió siendo firme en su idea acerca de los planes de organización previstos, pasaron un buen fin de semana. Confidencialmente, Christy reveló a Sherman que el doctor "se conmocionará sobremanera" cuando descubra las actitudes negativas del foro sobre el particular. Ese mismo fin de semana, mientras dormía, Sherman, recibió  un mensaje que él atribuyó a seres celestiales. Se titulaba: "Plan de combate por el libro de Urantia", que respaldaba sus ideas en el sentido de realizar una distribución a gran escala del libro con una mínima organización (pp. 117-120). El escritor interpretó el sueño como la señal que él había estado esperando, y, al regresar de Marion, le manda el mensaje a Loose con las siguientes palabras:         

            Como verá por el documente adjunto, su carta que llegó este lunes por la mañana, tras nuestro regreso de Marion con Sadler y Christyu, fue una confirmación de este "Plan de combate por el libro de Urantia, y usted dice lucha -¡ataca, ataca y ataca!--.   Las cosas están comenzando a suceder. Estoy recibiendo instrucciones. Este documento me parece a mí incontestable. ¿Cómo puede Sadler o cualquier otro ser humano permanecer inmutable ante él? Estoy recibiendo apoyos de prominentes miembros del foro altamente considerados por los Sadler. Les impactará cuando estos "antiguos incondicionales" se enfrenten a ellos. (p. 121)

            De hecho el Dr. Sadler estaba totalmente ajeno a todo lo que se estaba fraguando a su alrededor. Sherman comenzó a conseguir más y más apoyo para reabrir la cuestión de los planes de organización, incluso mostró el citado mensaje a varios miembros del foro, incluidos los Kellogg y a su hija Ruth. Pero surge un nuevo detalle: cuando Harry Loose recibe una copia del "Plan de confrontación por el libro de Urantia", inmediatamente avisa a Sherman de que no lo presente como un mensaje celestial. Esto coloca a Sherman en una posición incómoda, ya que ya lo había compartido con otras personas e insinuado que el mensaje había venido de lo alto. No obstante, él nunca desvelaría tal indiscreción a Loose.

            Se decidió, entonces, que era necesario hacer una petición, y Clyde Bedell fue el elegido de redactarla. En estos momentos, es de mencionar la sorprendente y detallada explicación que da Sadler respecto a la forma en la que se habían materializado los escritos de Urantia, dejando claro que ningún nombre podría ser nunca adscrito a éstos (pp. 131-136). Hay que observar también que, en el relato dado en los diarios respecto a la convulsión sucedida en el foro, nunca se cuestionó el contenido de los escritos, sino quién se haría cargo de ellos, los comercializaría y los distribuiría.

            Como hemos mencionado, en How to Know What to Believe, Sherman alude haber mandado una desafiante carta a Sadler, incluida en el libro; sin embargo no se menciona en el volumen dos de los diarios sino en el tres, el siete de abril de 1843, seis meses tras el alboroto ocurrido en el foro (p. 125). En ese momento la escribió pero no se la envió a Sadler sino a Harry Loose para recabar su opinión al respecto. Harry inmediatamente le contestó, advirtiéndole de que no se la mandara. El 10 de mayo de 1943, Sherman informa a Loose de que había archivado la carta (p.160). No parece que haya ninguna mención posterior a esta carta en los diarios. Además, inmediatamente tras el revuelo del foro con la petición, Sherman envía una carta de disculpas al doctor, incluyendo una declaración jurada en la que afirma que no tenía deseo comercial alguno sobre los escritos, añadiendo: "No tengo interés, deseo o intención de cuestionar su autoridad..." Y terminaba esta carta con: "todos somos humanos y tenemos defectos. Yo tengo los míos. ¿Me perdonará los míos como yo le perdono los suyos?

            En mi opinión, The Sherman Diaries representan un relato más fidedigno que How to Know What to Believe o la refutación de Clyde Bedell de lo que ocurrió en el foro, en el aciago mes de mayo de 1942.      

La petición y sus consecuencias

            Así pues, Clyde Bedell redactó una petición de cuatro páginas, escrita en forma de carta y la presentó, en una última reunión secreta, a unos veinte miembros del foro, la mayoría parejas. En ella, Clyde realiza un preámbulo largo y prudente alabando al doctor antes de entrar en la cuestión:

            Creemos como grupo que los miembros del foro han de dar lo mejor de sí mismos para que se tomen medidas adecuadas por el bien del futuro de este libro, en todos sus aspectos. Con respeto, pero con total seriedad, pedimos que se nos  dé la posibilidad de conocer todos los hechos -al igual que todos los planes- relacionados con The Urantia Book y con la organización ya hoy planificada.

            Hasta la fecha no se le ha dado oportunidad al grupo ni para estudiar ni para discutir con libertad o examinar los estatutos, artículos de constitución, reglamentos, etc., de las distintas organizaciones contempladas. Hasta la fecha, los dedicados miembros del foro, muchos con una válida experiencia, sensatez y capacidad, no han podido expresar con franqueza todas sus opiniones sobre estos conocidos planes de organización ya elaborados por los miembros de la comisión de contacto con ayuda externa. 

            Creemos que está justificado el hecho de que se usen expertos legales  para la formulación de ciertas medidas para llevar a cabo esos planes respecto a The Urantia Book, pero no creemos correcto, por la seria e innegable responsabilidad personal que tenemos hacia este Libro, que se prive a la gente del foro de la necesaria información sobre todas ellas [127] .

            De acuerdo con los diarios, 48 miembros del foro firmarían la petición. Pero una pareja de arrepentidos que había asistido a la reunión avisó al doctor Sadler de la inminente "revolución" y, cuando se le presentó la petición, varias horas después, ya estaba bien preparado. Según cuentan los Sherman, el Dr. Sadler llamó a los miembros del foro, pareja tras pareja, diciéndoles que los medianos le habían avisado de la reunión habida y le habían prevenido acerca de los Sherman, proporcionándole además una imagen "televisiva" de ésta. Por primera vez, surgió el nombre de Caligatia infiriéndose que había sido el instigador a través de los Sherman. Pidió entonces a los firmantes que excluyeran su nombre de la lista o, en caso contrario, serían considerados rebeldes. Les prohibió además que tuvieran contacto con los Sherman. El artículo de Clyde parece desvelar que el Dr. Sadler dijo alguna de estas cosas, aunque añade que lo dijo en broma. Sea como fuere, todos firmantes quitaron sus nombres de la petición exceptuando a los Sherman y a Sir Hurbert Wilkins, que se encontraba fuera de la ciudad.

            Tras esto tuvo lugar una acalorada reunión del foro en la que Sherman abiertamente desafió los comentarios hechos por el doctor en relación a su participación y a la de su esposa Martha en la petición. El relato de Clyde acaba aquí. Clyde dice que no recuerda que los Sherman acudieran a ninguna otra reunión más tras dicha confrontación. No obstante, los diarios, con detallada meticulosidad, muestran que el matrimonio siguió asistiendo a las reuniones. Y se ve claramente cómo poco a poco otros miembros del foro se ponen en contacto con ellos a pesar de la prohibición del doctor.     

            El descontento por la organizaciones que se estaban formando continuó y muchos miembros del foro, entre los que se encontraba Clyde Bedell, nunca quedarían satisfechos ni con la Fundación ni con la Hermandad. Sin embargo, creo que el mayor daño se hizo por la manera en la que Sadler manejó la petición y distorsionó y manipuló la verdad. Había nacido un círculo interno, que permanece hasta estos días en el centro de la Fundación y la Fellowship (la Fraternidad) --como se llamaría con posterioridad a la Hermandad-y se había preparado el escenario para los futuros "mensajes secretos" y para un listado de "personas especiales" integrando un autocrático círculo interior que asumiría la total autoridad de la revelación urantiana.

            Me gustaría añadir que el libro de Sherman, How to Know What to Believe, puede inducir a error porque ocultan la verdadera pasión y dedicación de Sherman hacia los escritos de Urantia. Estoy convencido, además, de que, contrario a lo que otros piensan, a pesar de los errores cometidos en su respuesta a la petición del foro, el Dr. Sadler protegió el texto original de la revelación. Y cualesquiera que fueran sus defectos, no creo que lo alterara. Los lectores son los que deben sopesar todo esto con los datos a su disposición. Recomiendo la lectura de The Sherman Diaries, ya que conforman una fascinante ventana por la que observar uno de los más asombrosos episodios de la historia de la humanidad    

            Existe un acuerdo casi común entre los expertos urantiano de que los contactos siguieron, aunque de forma limitada, hasta la publicación de The Urantia Book en 1955, momento en el que los reveladores dijeron "os habéis quedado solos." Cuando se confeccionaron las planchas en 1942, los medianos dejaron, al parecer, que los acontecimientos humanos siguieran su propio curso, pero no parece razonable pensar que permitieran que los humanos modificaran los escritos antes de su publicación. Hasta la fecha nadie que cree que Sadler viciara la revelación ha podido probar, de forma satisfactoria, por qué los reveladores no pararan todo el proyecto si efectivamente fue así.

            Hasta su muerte en 1943, Harry Loose siguió sin descanso adulando a Sherman y alimentando sus crecientes dudas con la supuesta eliminación de su extraño concepto de los "híbridos". No obstante, en sus últimas cartas, Sherman dirige su ataque a los escritos de Jesús. Y aunque no hay sino alabanza en las secciones iniciales de los diarios, para 1976, comenzó, paulatinamente, a creer que habían sido añadidos por Sadler para vincular la revelación a la religión cristiana. Sin embargo, casi todos los estudiantes de The Urantia Book reconocen en sus tres primeras partes un gran marco cósmico para el replanteamiento de la vida y enseñanzas de Jesús de Nazaret, en la cuarta.

            También, en How to Know What to Believe, Sherman se lamenta de los litigios de la Fundación Urantia contra los lectores de los escritos y afirma que el proyecto había fracasado. Además, se dejó cautivar por Oahspe, un libro que para él era inmensamente superior a los escritos. Es posible que Harold Sherman nunca imaginara que sus diarios se publicarían. Sería Martha quien tomara esa decisión tras su fallecimiento.

            En mi opinión, nos queda una reflexión no sobre la supuesta alteración de los escritos sino sobre la insensatez humana una vez que el texto se congeló, una insensatez que continuó tras su publicación. Como veremos, las organizaciones, que tanto problema habían traído al foro, se formarían tal como el Dr. Sadler, Bill Sadler y algunos abogados las habían diseñado. Pronto, tras la publicación de The Urantia Book, Bill y su padre se distanciaban, dividiendo el grupo de Chicago en dos sociedades. Los sueños de Bill de una Hermandad democrática no se hicieron realidad y se produjo una separación entre la Hermandad y la Fundación, y una herida que aún sigue abierta. Me pregunto qué hubiese sucedido si Sherman y Clyde Bedell hubieran conseguido sus propósitos en esos años dorados en los que Sherman dijo que Sadler era "una de las personas más encantadoras que hemos conocido." Clyde y Harold deseaban que los escritos se distribuyeran en grandes cantidades a bajo o ningún precio, y estaban convencidos de que las personas debían elegir la verdad por sí mismas sin la necesidad de organizaciones que se interpusiesen entre ellas y su revelación.

Corrección de las pruebas de imprenta de los escritos de Urantia

            A mediados de 1942 todo estaba preparado para la impresión de los escritos de Urantia con lo que conllevaba de lectura y relectura de las pruebas. El texto, que como sabemos estaba escrito a máquina, se había revisado únicamente en cuanto a errores ortográficos, mayúsculas y puntuación: el único tipo de revisión permitido [128] . En la imprenta se realizaría la composición de dicho texto y se corregirían las pruebas antes de que se confeccionaran las planchas y se imprimiese el libro. Si en esos días la comisión de contacto hubiese tenido a su alcance la tecnología actual en el campo de la informática, la tarea de la pre-publicación hubiera sido relativamente simple. Christy hubiera preparado el disco en su ordenador y se lo hubiera entregado al impresor. Hubiese sido igualmente fácil componer el texto y generar las pruebas de imprenta, que sólo hubieran requeridos revisión en cuanto al formato. 

            La situación era muy diferente en los cuarenta, cuando Christy llevó el valioso texto al impresor R.R. Donnelley & Sons. El operador de monotipo [129] tenía que componer cada tipo (letras) suelto, que se moldeaba individualmente con metal tipográfico fundido. Posteriormente, se formaban las palabras y líneas y se disponían en una bandeja de metal llamada galera. El impresor sujetaba bien las líneas de tipos para que no se separasen y se hacía la galerada o prueba impresa para ver si se había cometido algún tipo de error al componer el texto.

            En un principio, un corrector de pruebas profesional la revisaba meticulosamente a partir del texto original y se las devolvía al tipógrafo para su corrección. No había límite de pruebas, pero por el entrenamiento de los correctores una o dos eran suficientes. Una vez que el corrector daba su visto bueno, sometía una nueva prueba de galerada a la aprobación del cliente antes de que se confeccionaran las planchas de las que se hacía la impresión final. Esta prueba de imprenta era necesaria para no tener que moldearse de nuevo las planchas, algo que implicaba una gran inversión de tiempo y dinero de parte del impresor y, en cierto sentido, una presión de tiempo sobre el cliente para que diera su conformidad final. Cuando las planchas, que se moldeaban curvadas para usarlas en la rotativa, estaban listas, los tipos se fundían y utilizaban para una nueva composición [130] .

            Bill Sadler menciona que, en el caso de The Urantia Book, cada plancha constaba de una cara con 16 láminas (una lámina eran dos páginas), que se imprimían simultáneamente [131] . Esto se corresponde con la información obtenida de los empleados jubilados de Donnelley que entrevisté. Sin duda, producir un libro sin error, que fuera un duplicado perfecto del texto original, con una puntuación perfecta, era una tarea ya de por sí difícil con cualquier libro, pero, en el caso de The Urantia Book, ésta se complicaba porque tenía casi un millón de palabras, muchas no existentes en el idioma inglés,  y abundancia de oraciones largas y complejas.

            Uno de los problemas más difíciles de resolver con clientes menos avezados en el proceso de impresión es el llamado "efecto halo". La prueba de la página ya compuesta parece tan perfecta, especialmente tras haberse leído una página mecanografiada año tras año, que resulta difícil para una persona no entrenada ver los errores. Pero los hechos eran que, a pesar de la minuciosidad con la que se hubiera preparado el texto original a máquina, la exactitud de la impresión realizada del libro no podía ser mejor que la conseguida durante el proceso de revisión de las pruebas. Se sabe que había varias copias a máquina en el 533 de Diversey Parkway. Los que querían leer los escritos, que se guardaban en una caja de seguridad, tenían que firmar y hacerlo en el recinto. Se les permitía hacerlo antes de la reunión de los domingos, en horas de oficina y entre semana por la tarde. Eran los miembros de la comisión de contacto los encargados de entregarlos [132] . Mariam Rowley, que se unió al foro en enero de 1939, recuerda haber leído el texto original mecanografiado de los escritos [133] .

            Podemos suponer que la corrección inicial de las pruebas de imprenta de los escritos (antes de hacer las planchas) llevó un tiempo considerable. Se nos dice que Mary Penn, empleada de la Donnelley Company, se encargó de realizar dicha corrección en el recinto del número 533 de Diversey. Así, si tenía alguna pregunta, podía hacérsela a la comisión de contacto [134] . La tarea de un corrector de pruebas profesional es principalmente proporcionar al cliente una prueba exacta, pero es el cliente el responsable de realizar la revisión final; en este caso sería la comisión de contacto y, muy probablemente, Christy, que recibió ayuda de Mariam Rowley, para muchos, la mejor correctora del 533 de Diversey [135] .

Las planchas

            Carolyn Kendall señala que las planchas de The Urantia Book se moldearon durante la Segunda Guerra Mundial. Si esto es cierto, el proceso de impresión se realizaría a mediados de los cuarenta. Sabemos que se destruyó el texto a máquina en un determinado momento del proceso de confección de las planchas. Parece ser entonces que para finales de 1945 las pruebas de galerada y las planchas, que se guardaron en una caja de seguridad de la planta de la R.R. Donnelley en Crawfordsville, Indiana, eran lo que quedaba de cuatro décadas de revelación. Kendall indica que, incluso después de que se moldeasen las planchas, se continuó de manera informal con la corrección de las pruebas: "Al final de 1940 y comienzo de 1950 el foro leyó las galeradas finales y se sellaron con 'aprobadas por Oppy'" [136] .  Pero una vez que se había destruido el texto original a máquina no había forma de verificar los que después la Fundación Urantia llamaría "errores de copiado".

            Kendall efectivamente comenta que estas pruebas finales de la galerada contenían "errores" (y obviamente las planchas), pero no se nos dice qué tipo de errores:

             Cuando la Fundación Urantia publicó el libro el 12 de octubre de 1955, no se esperaba que no tuviese errores. El proceso múltiple de pasar a máquina el manuscrito, el mecanografiado del texto entre dos y cinco veces, y la posterior composición en imprenta a partir del texto mecanografiado se prestaba a la multiplicación de errores en los escritos, que no fueron localizados ni siquiera por dos correcciones profesionales. Para el día de la publicación, Christy y Marian habían ya realizado una lista de los errores que los miembros del foro habían advertido con su agudeza. Los medianos no se prestaron a localizar los errores, sino a informar que había errores en el texto publicado [137] .

            Con este párrafo le surgen a uno preguntas y respuestas. El hecho de pasar a máquina el manuscrito original y el número de veces que se volvió a mecanografiar, sin duda, podían haber ocasionado errores tipográficos en el texto final; sin embargo, los reveladores lo aceptaron  tal cual estaba y lo consideraron listo para su publicación.

Errores en The Urantia Book

            El cajista usó el último texto mecanografiado [138] de los escritos y el corrector de prueba profesional revisó la última composición de imprenta comparándola con dicho texto. Si, como se dice, esta última composición contenía errores que se transferirían a las planchas, parece ser que los reveladores no se los comunicaron a la comisión de contacto. Al menos no hay documentación o testimonio a tal efecto. También podemos suponer que el texto había pasado ya a ser parte de la corriente evolutiva, con lo que esto significaba de intromisión humana y de comisión de errores.

            La lógica nos indica que los reveladores estaban apartando su guía del grupo humano relacionado con la revelación y que ellos mismos parecían tener sus propios límites en cuanto a su implicación en el proceso. Quizás por ello podían responder a preguntas sobre errores en el libro impreso, pero no se les permitía revelar dónde estaban. Podemos también suponer que los errores no significaban un amenaza para la integridad de la revelación, y que los escritos no habían sufrido ningún tipo de alteración humana intencionada. De otro modo, la comisión de revelación hubiese intervenido y tomado las medidas pertinentes.

            Podemos, por tanto, concluir que los errores, mencionados por Carolyn Kendall, existentes antes de la publicación del libro eran de puntuación, ortografía y mayúsculas. James Mills, íntimamente vinculado con la revelación desde 1952 y representante de la Hermandad Urantia, escribió lo siguiente en una carta dirigida a Ken y Betty Glasziou: 

             Antes de la publicación, la principal preocupación de los miembros del foro, en su lectura de las primeras pruebas hechas de las planchas metálicas originales, era la búsqueda constante de errores tipográficos,  que incluían errores de puntuación, de gramática, de sintaxis o de cualquier otro error que hubiese podido ocurrir en el proceso de transferencia del texto a las planchas metálicas de impresión durante el procedimiento de linotipia. Al parecer la causa más ordinaria de errores procedían del operador de linotipia [139] .

            Este comentario del que durante muchos años había sido fideicomisario y posteriormente fideicomisario emérito de la Fundación Urantia muestra la opinión general en el 533 de Diversey de que el operador de linotipia era, de alguna manera, responsable de los errores que fueron pasados por alto por la comisión de contacto durante el proceso de corrección de las pruebas. También existía una gran preocupación con esas erratas, los ya citados "errores de copiado", que no podían comprobarse porque, como se ha indicado, el texto original mecanografiado se había destruido. Nos preguntamos, pues, por qué ordenaron los reveladores que se destruyera este texto, cuando lo más lógico hubiera sido haberlo conservado hasta el final y haber podido verificar cualquier error cometido al copiar.  

Los reveladores no querían intervención humana

            Pero si no se hubiese destruido el texto a máquina, una vez que se moldearon las planchas, como se ha mencionado, habría habido dos versiones del texto: el texto a máquina y las planchas. Los reveladores, sin duda, se percatarían de que dicho texto sería la "autoridad última" para verificar esta o aquella palabra u oración y que esto hubiese posiblemente creado una especie de "documento sagrado". Serían igualmente conscientes de que se entablaría un interminable proceso de corrección de las planchas, y de que una vez que se abriesen las puertas a la intervención y a la opinión  humanas, éstas nunca se iban a poder cerrar. Posiblemente, era mejor destruir el original a máquina inmediatamente -como ya se había hecho con el manuscrito-, tener unas planchas que no eran perfectas y dejar que la sabiduría humana se enfrente a estas anomalías, que sabían que acabarían por descubrirse, como sucedió en la segunda impresión. 

            Efectivamente, había inconsistencias textuales además de simples erratas que algunos avispados ojos descubrirían más adelante. Si los cinco miembros restantes de la comisión de contacto hubiesen tenido noticia de ellas, con toda seguridad habrían pedido permiso a la comisión revelatoria, todavía disponible, para rehacer las planchas defectuosas en 1950 -con anterioridad a la declaración de fideicomiso-, cuando el texto se transfirió a la Fundación Urantia, que asumió total responsabilidad sobre él. En 1950 hubiera resultado caro hacer estas correcciones y rehacer algunas de las planchas, pero hubiera merecido la pena. Así pues, las planchas, al destruirse el texto original mecanografiado, se convirtieron en el texto original, tal como se define en la declaración de fideicomiso. Estas planchas se usarían para la publicación, en 1955, de 10.000 ejemplares de The Urantia Book.  

            La lista de errores observados durante el periodo de diez años entre 1945 y 1955, tras confeccionarse las planchas, era muy probablemente las ya mencionadas de ortografía, puntuación y mayúsculas. Puede que resultaran algo embarazosos, pero obviamente los miembros de la comisión de revelación no los consideraron de ningún modo perniciosos. Así pues, la comisión de contacto procedió a usar las planchas, con todas sus imperfecciones, como base para establecer la Fundación Urantia, formulando la declaración de fideicomiso e imprimiendo el libro. Sin embargo, como veremos en más detalle, cuando se hizo la segunda impresión, en 1967, la Fundación encontró estos errores tan preocupantes como para tener que corregirlos, sin tener en cuenta que los reveladores habían dado permiso solamente a la comisión de contacto, no a ellos, para corregir el texto, en cuanto a puntuación, ortografía y mayúsculas, en aquel momento determinado de la revisión de las pruebas.

Ilustración: Bill Sadler con Christy a comienzo de los treinta.

Ilustración: Marian Rowley y el Dr. Sadler (1 de julio de 1944).

Ilustración: El Dr. William S. Sadler.

Ilustración: Picnic en Beverly Shores (25 de junio de 1960).  De izquierda a derecha, Edith Cook, Irene Sprunger, Meredith J. Sprunger.

Nadie podía haberlo hecho mejor

             Tras haber examinado los hechos detalladamente, es necesario hacer hincapié en que la entrega y el compromiso de los miembros de la comisión de contacto, y especialmente de Christy, en la publicación del texto de 1955, no se hubiese podido superar. Creo además que incluso, en condiciones ideales, con verdaderos expertos, hubiese sido imposible haber producido un libro perfecto, y seguramente ésta no era la intención de los reveladores, conociendo las limitaciones humanas. 

¿Por qué no un libro perfecto?

            Algunos piensan que los reveladores hubieran podido prescindir de los humanos y habernos dado un libro perfecto, pero esto quizás hubiese significado que,  en algunos casos, se hubiese podido llegar a "adorar" al libro de Urantia. Hay muchos cristianos que no saben que el paralelo de Jesús en la religión musulmana no es Mahoma sino el glorioso Corán, y que la reverencia que los cristianos sienten hacia Jesús es la misma que los musulmanes sienten hacia el Corán. El increado, o eterno Corán, se ha convertido en el pilar de la fe musulmana al creer que Dios se lo entregó a Mahoma de forma perfecta. Ha habido muchas guerras sangrientas para defender este dogma [140] .

            No os equivoquéis. La impresión de 1955 de The Urantia Book, con todos sus defectos, es una obra maestra de una gran significación para nuestros tiempos. Sus imperfecciones obedecen al hecho mismo de haber entrado en la corriente evolutiva y de que los humanos tuvieran que tomar parte en su impresión.

            Los miembros de la comisión de contacto y del foro pasaron una dura prueba y, dentro de sus posibilidades, lograron para nuestro planeta, "tal como se había recibido", una nueva revelación [141] . Y una de las cosas que esta revelación para los tiempos nos dice es que toda revelación sin la intervención de Dios, nuestro Padre del Paraíso, es limitada e incompleta (p.1008, pár. 2).

            Quizás, desde la perspectiva de un universo expectante, lo que los medianos consiguieron al traer la revelación a Urantia, nuestro desesperado, atrasado y conflictivo planeta, fue algo único, incluso desde el punto de vista celestial. Tras dos mil años, el planeta Urantia, el "santuario sentimental de Miguel", como nos dicen los escritos, brilló de nuevo con la luz de una nueva esperanza, cuando el texto de la quinta revelación de los tiempos fue por fin grabado en unas planchas de estereotipo laminadas de níquel.

Cambios realizados en el texto original

            Antes de continuar de forma cronológica con el relato de los sucesos relacionados con la revelación, se debe indicar que las planchas originales se usaron solamente para la primera impresión de The Urantia Book, la de 1955. Tras ésta edición se hicieron cambios en el texto, aparentemente con la intención de corregir los "errores de copiado". Con el paso de los años, de forma aislada, se comenzaron a descubrir estos cambios, pero en esos años anteriores a la era del ordenador esto resultaba una difícil tarea.

            Al principio de los noventa, en Boulder, Colorado, Merritt Horn, un estudioso del libro, comenzó a usar la informática para comparar la primera impresión de The Urantia Book, página a página, con la impresión de 1993, en aquel momento la última. Aquello resultó ser una tarea extremadamente lenta, tediosa y costosa, que fue financiada por John Hay, un dedicado urantiano. Horn se dio cuenta de que, desde la primera impresión de 1955 hasta la de 1993, la Fundación Urantia había realizado unos 120 cambios en el texto. Muchos de estos cambios eran tipográficos y en su mayoría no afecta el significado del pasaje en el que se hallaron; no obstante, había unos 15 que resultaban más significativos con alteraciones y supresiones de palabras y números innecesarios o mal hechos. Un ejemplo de estas modificaciones es la elisión de "in the manger" ("en el pesebre") de la página 1317 [142] . Horn también comprobó que casi todos se habían realizado en la segunda y tercera  impresión [143] .

             Pero a pesar de que es cierto que estos cambios no eran malintencionados, no es menos cierto que la declaración de fideicomiso de la Fundación Urantia prohibe expresamente cualquier cambio en el texto original. Además, no se puede comprender por qué la Fundación Urantia nunca informó de estos cambios a sus lectores ya fuera mediante notas al pie de página o finales. Los seguidores de la Fundación justifican, sin embargo, estas modificaciones alegando que no se puede hacer un fetiche de los escritos de Urantia [144] .

            Para mayo de 1942, los reveladores concedieron permiso a la comisión de contacto para preparar la impresión de los escritos, aunque no para realmente publicarlos como The Urantia Book.

Ilustración: El Dr. Sadler, Minnie Green (la hermana de Christy) y Christy.